La granja del Pecado Capitulo 2
Continúan las «aventuras» de Daniel y Erick, en una tarde lluviosa resguardados en el granero..
capitulo 2: Otro día en la granja Meltz.
Más allá de Oakwood, en la región de New Horshell, se extiende el bosque de Rem’s Woods. Si sigues por el camino que sale del pueblo llegarás a una bifurcación en dónde uno de los senderos atraviesa el extenso bosque, sigue por ahí y tras un par de horas encontrarás junto al. camino, casi pegada al bosque, una austera y acogedora granja; La granja de los Meltz. Es aquí donde sucede toda esta historia.
Era una mañana tranquila y nublada cuando todos los que vivían en la casa se reunieron en el comedor para desayunar.
Sentados uno al lado del otro, estaban nuestros protagonistas: Daniel y Erick. En un extremo de la mesa, se sentó María Meltz, una mujer de mediana edad, castaña y pecosa, cuyos atributos físicos resaltaban a la vista: tenia unos pechos de buen tamaño, muslos gruesos y nalgas grandes. Su figura sería la envidia de cualquier modelo erótica o pornstar de todo el país (atributos los cuales evidentemente había heredado a su hijo, a excepción de sus pechos). En el pueblo se rumoraba que esa era la razón por la que vivían tal alejados; detestaban las habladurías de la gente .
¿Papá no comerá con nosotros? -Preguntó Daniel. De vez en cuando, por debajo de la mesa entrelazaban sus manos Erick y él, como una muestra simple de afecto entre ambos.
No, Cariño -Respondió su madre, sin apartar su mirada de ambos chicos, había notado que ambos se habían vuelto muy cercanos en los últimos días y eso le resultó algo curioso- Tu padre tuvo que ir a arreglar unos asuntos al pueblo. Dijo que pasaría la noche allá si lo alcanzaba la lluvia.
Ya veo… -Daniel guardó silencio y bajó la mirada, apretó con suavidad la mano de Erick y le dedicó una mirada fugaz de cariño.
El desayuno siguió sin más preguntas, y cuando hubieron terminado de comer, ambos chicos se dirigieron afuera de la casa.
Tengan cuidado, chicos. Parece que no tardará en llover -Les gritó María desde la ventana del fregadero de la cocina.
Está bien, mamá. No te preocupes -Respondió Daniel mientras la saludaba desde la distancia. Por un segundo ella juró haber visto que ambos se tomaban de las manos mientras caminaban en dirección al granero.
Estos chicos de hoy en día… -Pensó ella- Tienen mucha energía que liberar…
María decidió dejar de pensar en cosas por el estilo y comenzó a lavar los platos.
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Pasó el tiempo y María terminó de lavar los platos, al ver que los chicos aún no volvían, decidió descansar un poco en el sofá y escuchar la radio. De todas formas, creía que ambos no terminaban aún sus labores.
No sé imaginaba lo que ocurría allá en el granero, a tan solo unos ciento setenta metros de la entrada. Jadeos y sonidos acuosos se escuchaban apenas entrar: en un rincón, entre fardos de heno y otras cosas de granja, estaban Daniel y Erick, desnudos por completo, acariciándose y besandose apasionadamente.
Sin separarse del beso, Erick amasaba con ambas manos las enormes nalgas del pequeño Daniel mientras este recorría con las suyas el bien trabajado abdomen del mayor.
Sí tu madre nos viera ahora… -dijo un jadeante Erick- Nos mataría, ¿Lo sabes?
¿Qué importa? -respondió Daniel- Tu me amas, ¿No? Y yo te amo a tí, eso es todo.
Ambos siguieron un rato más intercambiando caricias y besos, hasta que se detuvieron para recuperar aire. Se miraron a los ojos el uno al otro. Daniel tenía unos ojos azules e intensos como dos brillantes zafiros que resaltaban con su piel blanca y pecosa. Los de Erick eran marrones y oscuros, como los de un corcel purasangre embravecido que estaban a la par con su piel morena.
Contemplar el rostro sonrosado del puberto cachondo que era su amante solo hacía que la verga de Erick se pusiera más dura.
Daniel vió como el gran pedazo de su amado Erick se ponía erecto y se mordió el labio. Estaba excitado a más no poder, no había duda de ello.
Eres todo un bombón… -Decía un arrecho Erick. Sus manos no dejaban de apretar las nalgas de Daniel mientras se iban hundiendo cada vez más en el hueco entre ambas montañas de carne pecosa y rosada- Tengo tantas ganas de cogerte en este mismo instante.
Nada te lo impide -Le respondió el jovencito con un guiño seductor, mientras su mano agarraba el miembro erecto de Erick y comenzaba a masturbarlo suavemente- Pero antes, quiero probar esta enorme salchicha.
Tras decir esto, bajó hasta la altura de su pene y con una glotonería inigualable empezó a mamarlo, como un bebé hambriento con ganas de leche. los masculinos jadeos de Erick se escuchaban por encima de los acuosos ruidos que hacía Daniel mientras engullía su enorme verga.
Afuera los truenos se oían más fuerte, lo que ayudó a amortiguador el ruido del pre-coito. La lluvia se estaba acercando.
Con las manos apoyadas en las caderas de su amado, Daniel aumentaba la rapidez e intensidad de la felación mientras Erick lo ayudaba empujando su cabeza con su mano izquierda.
Eso es, chupa así -Le decía Erick- Sigue así, bebé
Los ruidos acuosos se hicieron más fuertes al tiempo que los labios de Daniel envolvían con mayor ímpetu la longitud del miembro de Erick.
No perdió oportunidad alguna de acariciar el suave cabello castaño del puberto y pudo jurar que en los ojos de este se dibujaban un par de corazones.
En total habían pasado cuarenta minutos desde que empezaron con aquel encuentro. La lluvia empezó a caer ya para ese punto, y entonces…
Ya viene! Daniel, ya casi… -Erick gruñó llegando al límite de la excitación- Tómalo, tómalo todo!!
Tras un gruñido, Erick llegó al clímax y eyaculó varios chorros de su espesa semilla caliente en la garganta de Daniel. las mejillas del pequeño se hincharon por completo y tuvo que hacer un poco de esfuerzo para tragar todo el esperma que podía.
Al final, lo tragó todo y miró a su amado con una sonrisa de satisfacción.
Delicioso… -Exclamó Daniel- ¿Te gustó como lo hice, amor?
Claro que me gustó!! -Respondió Erick- Lo hiciste increíble.
Me alegro mucho -Daniel se recostó sobre el pecho del mayor, contemplando como el miembro de Erick seguía estando duro- me encanta el sabor de tu leche.
Y de nuevo, su mano agarró el pene erecto de Erick y lo empezó a masturbar suavemente.
Tengo mucha más de donde vino esa… -Le dijo Erick- Solo que no sé si quieres tomarla, o sentirla llenandote el culo.
Daniel se rió ante el comentario pícaro y lo miró alzando una ceja.
No lo sé… Creo que voy a pensarlo un rato -Dijo Daniel- Mientras tanto, puedes ir preparando la próxima carga…
Y de nuevo se unieron en un apasionado beso mientras se abrazaban con cariño y lujuria.
Daniel!!! Erick!!!! -Se escuchó de pronto a María llamando desde la entrada de la casa- Vengan, ya está lloviendo muy fuerte.
Pasaron los minutos, pero ninguno de los dos le respondía.
Cielos, dónde se habrán metido esos chicos? -Dijo un poco hastiada- Más les vale no haberse metido en problemas.
Esa tarde fue una magnífica tarde, y estaba muy lejos de terminar.
Continuara…
Y con eso termina el capítulo de hoy, siento no haber podido actualizar en mucho tiempo, pero mis responsabilidades me tenían ocupado.
Espero que les guste y nos vemos en el siguiente capítulo: In Fraganti.
Me ha encantado ese relato, tanto como el primero. Como sigue?
Ya lo verás ☺️
Me encanta este relato!! Adoro que Daniel es la definición del bato que si me cogeria y que hayas agregado ese plus de romance y no solo de lujuria, eso multiplica la ricura, edtere pendiente cuando subas nuevo capítulo!!