La hijastra demi hermano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por supercupido2012.
Como conseguí un enorme placer con unas bellas prendas íntimas de tan hermosa joven.
La hijastra de mi hermano.
Mi hermano, algo menor que yo, vive actualmente con su segunda esposa, con la que tiene un hijo de 6 años, pero ella una mujer mucho más joven, también separada de su primer esposo, comenzó la vida sexual desde muy temprano, y contando hoy con solo 33 años, tiene una hermosa hija de 17 que vive con ellos y que es la protagonista del presente relato, que por demás les cuento que fue totalmente verdadero y que hoy cuando lo recuerdo, todavía turba mi mente y mis sentimientos.
Tengo 44 años y vivo en una ciudad distante 10 horas de donde vive mi hermano con su esposa, su hijo y la hermosa Natalia (La llamare así por respeto a su identidad).
En los últimos tres años, por asuntos de trabajo he tenido que ir varias veces a la ciudad donde ellos viven y como siempre hemos tenido una relación muy estrecha, me he alojado siempre en su casa.
He visto crecer a la pequeña Natalia, pues desde antes conocía a su madre y a su padre, ya que hace tiempo ellos vivían en la ciudad donde yo vivo actualmente y déjenme contarles que ha sido para mí realmente asombroso, ver como una niñita poco agraciada y más bien simple se ha convertido en toda una mujer con los senos mas hermosos que haya visto, un culo redondo, duro y perfecto, unas piernas que derrochan frescura, suavidad y juventud y en fin, un completo y armonioso cuerpo, acompañado de una casi exagerada vanidad.
La historia que les quiero contar en este relato, que forma parte de una de varias vivencias que he tenido durante las visitas a casa de mi hermano, sucedió hace pocos días, en una noche de viernes.
Nos encontrábamos mi hermano, su esposa y yo, en un jardín trasero muy fresco y agradable que hay su casa, tomándonos unos tragos y conversando muy alegre e incluso algo subida y descarada, ya que en algún momento de la conversación y sin saberse por que se llegó al tema de la masturbación y la esposa de mi hermano nos contó de una ocasión en que descubrió a Natalia masturbándose en el baño.
Mi asombro y excitación fueron máximos, no solo por conocer de boca de su propia madre la manera como aquella sensual mujer se masturbaba, sino porque a su madre jamás la había escuchado hablar tan abierta y detalladamente sobre este tipo de temas.
En fin, luego de una completa descripción de lo ocurrido, durante la cual mi verga se puso a reventar imaginándome aquella escena tan erótica y dando lugar en mi imaginación a esa preciosa joven, vestida con su uniforme del colegio ya que está cursando el último año, parada frente al espejo del baño, con sus tanguitas a la altura de las rodillas y con su mano metida debajo de la falda acariciándose la joven y virginal panochita, mi único deseo en ese momento era irme al baño para darme una mano y sacarme todo ese cúmulo de sensaciones que causaban placer y dolor en mi endurecido pene.
Sin embargo, decidí aguantar y esperar a que todos se fueran a acostar para hacerme una paja con todas las de la ley y sin temor a ser descubierto ni interrumpido.
Siendo ya como las 11:30 , llego Natalia que estaba en una fiesta con su novio, y se unieron a nuestra conversación, obviamente cambiando de tema por completo, ya que ni siquiera Natalia sabe que su madre la vio haciéndosela en el baño y mucho menos que nos acababa de contar lo sucedido de principio a fin.
Esa Noche, Natalia estaba especialmente hermosa, vestida con una minifalda de Jean con una abertura lateral que realzaba la magnificencia de sus torneadas piernas, una blusa algo transparente de lino blanco tras la que se dibujaban sus dos hermosos senos duros y bien respingados y unas zapatillas de tacón mediano sin medias.
Ellos se sentaron frente a mí en unas sillas tipo playeras y como ya estábamos acalorados por efectos del trago y el asado, hubo un maravilloso momento en el cual Natalia me dejo al descubierto su entrepierna dando a mis ojos la más hermosa visión de su panochita cubierta por unos hermosos interiores de lycra de color blanco, con unos delicados encajes en toda su extensión, que dejaban transparentar ese divino tesoro.
Juro que falto poco para que me corriera a chorros en ese preciso instante, casi incluso puedo asegurar que la esposa de mi hermano se dio cuenta de la tremenda empalmada que tenía y que me la estaba ocasionando su hermosa hija, la cual si se dio cuenta de que mi mirada no salía de aquel precioso coño vestido de blanco.
Su madre no hizo ningún comentario, solo un ademán como de reprobación, pero tan indirecto que aun continuo pensando si en verdad me descubrió o no. Natalia por su parte, después de darme mi buen calentón, salió a despedir a su novio y a ponerse como lo dijo al retirarse "algo más cómodo".
Al cabo de unos quince minutos, estaba de nuevo con nosotros vistiendo un pijama de una sola pieza de satín color rosa, que hacía que su cuerpo pareciera una escultura inmortalizada para la eternidad. Se sentó de nuevo en la misma silla y me dirigía varias veces una mirada que me ponía en jaque por lo que para evitar ser descubierto, trate de evitarla casi por completo.
En medio de las risas y las bromas, me pidió el favor de ir a su habitación, que se encuentra en la segunda planta de la casa, a traer un CD de música que deseaba escuchar y que se encontraba sobre su mesa de tocador, a lo que sin pensármelo dos veces me pare en señal afirmativa.
Al entrar en su habitación, me he llevado la sorpresa mas inolvidable de mi vida, los hermosos cacheteros (como los llamamos acá) que momentos antes albergaban su preciosa, rosada y jugosa conchita, estaban en el centro de su cama como invitándome a sentirlas.
De nuevo mi verga se encontraba al borde de una gran explosión de torrentes de semen, pero con cabeza fría y sin pensarlo dos veces, las tome y me las metí entre mis calzoncillos cubriendo mí ya mojada verga, y recogí el CD para bajar rápidamente y no despertar ninguna sospecha.
Todo trascurrió con normalidad de ahí en adelante, excepto por algunas miradas lujuriosas que le echaba yo a Natalia de vez en cuando en los cortos instantes en que debajo de su pijama se me dibujaba la figura de su desnuda y bien rasurada panochita, de las cuales también se percató sin mostrar contrariedad, aunque tampoco descarada complicidad.
De tanto morbo en la noche, y de sentir esos cacheteros húmedos y con tan exquisito aroma rozando mi pene, buscando el necesario desahogo (Para mi deseosa y cohibida verga), trate a través de repetidas observaciones de dar a entender que ya había sido suficiente de copas y que era importante que nos fuéramos a descansar ya que al día siguiente yo tenía que levantarme temprano, pues me regresaba a casa.
Así fue como termino la reunión y todos nos dispusimos a ir a dormir. Rápidamente me entre al cuarto de huéspedes, donde dormía durante mis visitas, esperando ansioso el momento en que todos estuvieran acostados. Cuando vi que todas las luces se encontraban apagadas, encendí una pequeña lamparita de mesa y me dispuse a sacar mi tesoro para poder por fin saborearlo y disfrutarlo como lo estaba soñando.
Casi con la seguridad de que todos dormían, y después de un largo rato olfateándolas, saboreándoles y chupando hasta el último de sus más escondidos aromas, me dispuse a ponérmelas para sentir su suavidad sobre mi empapado glande que ya para ese momento estaba rojo y grande a punto de reventar.
Me metí la mano por dentro de ellas sobándome la punta de mi pija con las yemas de mis dedos, pero justo cuando uno se encuentra en el momento de no retorno, cuando la leche ya está que emana a borbotones, ohhhhh, cual es mi sorpresa y pánico al verla a ella, a la dueña de mi espectacular paja justo en la puerta, no sé si extasiada, furiosa, escandalizada o en fin, lo cierto es que mi venida ya era un hecho y ella justamente se paró en el momento de presenciarla.
Sus cacheteritos quedaron empapados y toda mi mano chorreaba leche, ya que hace muchísimo tiempo no tenía una eyaculación tan exageradamente abundante.
Yo en ese momento perdí el habla por completo, y no solo el habla, pues mi cuerpo no reaccionaba y ni siquiera el reflejo de cubrirse estaba dentro de mi reacción.
Ella lo vio todo por completo, pues la luz de la lamparita estaba dirigida especialmente a sus hermosos cacheteros que me estaban dando uno de los orgasmos más increíbles de toda mi vida.
Ella apenas recupero el habla, de una manera tierna y sin acercarse solo me dijo: "Lo siento tío (porque ella me considera como su tío), solo venía a despedirme ya que mañana te vas temprano y yo dormiré hasta tarde", Me lanzo un beso y se retiró diciéndome con una expresión medio morbosa: "ah consérvalas".
Esa noche no pude dormir de pensar en todo lo que había ocurrido y no dejaba de imaginar que estaría haciendo mi preciosa niña con el recuerdo de haber visto mi pene derramando borbotones de semen sobre sus delicadas prendas íntimas.
Esta prenda aun la conservo y he de confesar que ya no son blancas, pues se han puesto como de color beige de tantas pajas que he derramado sobre ellas y de lo que ha pasado con Natalia, aun no sé nada puesto que de vez en cuando hablo a mi hermano y pregunto por su familia, pero con ellos no tengo contacto sino cuando vuelva, y tengo mucha ansiedad de pensar como me ira a recibir en unos dos meses que debo regresar a esa ciudad.
Perdón si es un poco extenso pero por ser real y tan especial, quise describirlo lo más textual posible a lo sucedido.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!