La historia de Laura. (Parte 1)
**Contenido scat y omorashi** / Laura aprende a sacarle provecho a sus problemas para aguantar sus necesidades, en sus años de despertar sexual..
Esta es la historia de Laura. Raíces italianas, una bella piel clara, cabello castaño, semi rizado y largo, y un rostro que provocaba que todos los que la vieran, pensaran que era hermosa. Alta y delgada, con unas tetas que para sus recién cumplidos 15, eran bastante mas grandes que la de sus compañeras promedio, y un trasero además, que no tenía nada que envidiarle a nadie.
En clases, Laura siempre ha sido la introvertida y callada del grupo, solía andar siempre con sus 2 inseparables amigas, que eran igual que ella. Pero Laura era buena persona con todos, por lo que muchos compañeros suyos solían fijarse en ella y muchas compañeras le tenían cariño, a pesar de un motivo especial, por el que algunas chicas y chicos solían molestarla, y es que Laura, habitualmente, solía oler a pis. Así es, a veces podías pasar a su lado, y sentir la mezcla del olor de su perfume, y el intenso olor a orín que emanaban los interiores de su falda y sus pantys. Solía ser un secreto a voces entre sus compañeros, pero a petición de los mismos profesores hacía sus ellos, debían ser empáticos y no molestarla.
Pero Laura no se complicaba en absoluto, ya le faltaban 2 años y medio para terminar la secundaria y a su joven edad ya era muy madura. En su niñez vivió cosas difíciles por su enuresis, pero aprendió a dar vuelta el tablero, y sacar placer a la situación. Laura moja la cama desde que tiene memoria, sus padres solían ponerle pañales para dormir, ya que siempre se le escapaba el pis por las noches y durante el día se meaba en la ropa y sus calzones. En ocasiones no aguantaba sus ganas de hacer caca, debido al poco control que tiene sobre sus esfínters, y solía escaparsele casi todo encima antes de sentarse en el inodoro. Esto solía provocarle vergüenza y no podía llevar una vida normal y jugar con otros niños… pero para su fortuna, sus padres siempre fueron muy comprensivos con ella, debido a que ambos son fetichistas y muy abiertos de mente, ya que pasaron por cosas similares en su niñez. Ellos estaban dispuestos a hacer lo que a ella la hiciera feliz, por lo que intentaron ayudarla, ya que ella así lo quería. Pasaron muchos años de su niñez intentandolo, pero ella poco había mejorado, asi que a sus 10 años, en una frustración decidió darse por vencida y no volver a intentarlo.
Por las noches solían ponerle un pañal, sin embargo, como en el lugar donde vive estos suelen ser caros, en ocasiones solo se ponía su pijama, y unos calzones de goma, por si se hacía caca. Su colchón estaba manchado de pis a ambos lados, y cubierto con muchas frasadas viejas y un cobertor, luego sus sábanas, y la ropa de cama con la que se cubría. Esto para que el pis se absorbiera en su mayoría por la ropa de cama antes que por el colchón.
Como dije, Laura aprendió a dar vuelta la situación, a pesar de que sentía inseguridad por su corta edad, y lo que estaba viviendo, consiguió tener amigas y se dió cuenta de que habían chicos que se fijaban en ella, por lo que dejó de darle tanta importancia al ámbito social de su problema. Además, había un aspecto muy importante, y es que Laura, muy en su interior, en realidad disfrutaba cuando le ocurrían estos accidentes. No sabía por qué, pero disfrutaba la sensación de dejar salir su pis en el lugar que fuera, y más aún, el olor que dejaba este en la ropa y su cama le encantaba, la volvía loca. La sensación confortable de usar pañales también le gustaba, y la libertad que le otorgaba, sin embargo, también le perdió culpa a hacerlo en su ropa, por que en realidad, lo disfrutaba aún más.
Fue en el periodo que decidió darse por vencida con su control de esfínters, que asumió una frase que se transformaría en su lema de vida: «solo déjalo salir». Por lo que comenzó a dormir sin sus calzones de goma, y los pañales los usaba solo en algunas ocasiones especiales. El resto de veces, simplemente se hacía pis donde le entraran ganas. Estuvo así unas 2 semanas, hasta que una noche mientras dormía, despertó alrededor de las 5 de la madrugada, con enormes ganas de hacer pis. Generalmente se orinaba dormida y no se daba cuenta, sin embargo ahora estaba despierta, y decidió simplemente hacerse pis en su cama. Hacía frío, pero entre su ropa de cama cálida y calentita, se sintió a gusto y dejo salir a borbotones todo su pis caliente. Cerró sus ojos y en medio del placer, bajó su pantalón de pijama bajo sus sábanas, y comenzó a rociar todo con su pis, hasta quedar completamente empapada. Se sintió tan bien y satisfecha que se quedó dormida.
Al despertar a las 10, sorprendentemente se había secado bastante, y solo estaba algo húmeda, sobretodo en la zona de sus nalgas. Se sintió bien por ello, asi que subió un poco su cobertor y frasadas para ver debajo, y un olor a pis subió hasta sus fosas nazales. Dicho olor, a pesar de que ya era caracteriztico en su habitación y lo había olido muchas veces, en esta ocasión fue especial, lo disfrutó al máximo, y le hizo sentir cosquilleos en su barriga, por lo que volvió a bajar su ropa de cama y comenzó a hacer fuerza para soltar el pis que acumuló en esas horas de sueño. No tardó en salir otro chorrito que volvió a mojar su cama, acompañado de unos pedos. Hasta que de pronto, sintió ganas de hacer caca. Por un momento dudó si seguir apretando, ya que no llevaba sus calzones de goma y mancharía su pijama, sin embargo de pronto, sencillamente le dió lo mismo, y solo se dejó guiar por su placer y el increíble momento que estaba viviendo, asi que en la misma posición boca arriba en la que se encontraba, apretó con fuerza, lo que provocó que el pis saliera con mucha potencia y su ano comenzara a dilatarse, y a desparramar una enorme mierda entre sus nalgas. La sentía blanda, pastosa y sobre todo muy caliente, por lo que la siguió soltando hasta ya no salir más. Al hacer eso sintió ya un placer indescriptible, así que comenzó a frotar su trasero contra su cama, y toda la masa viscoza que tenía debajo de sus pantalones comenzó a esparcirse por su trasero y a irse a su conchita. Estuvo frotando asi un rato hasta que volvió a quedarse dormida. Por suerte era una mañana de sábado y no tenía que ir a la escuela, por lo que siguió durmiendo hasta tarde, hasta que ya eran alrededor de las 12, y sus padres fueron a su habitación a despertarla por lo tarde que era. Al abrir la puerta sintieron un fuerte olor a mierda, mezclado con el olor del pis. Se miraron entre sí, pensaban que Laura había tenido un accidente. Su madre de manera tierna toco su hombro y le dijo: «Hija, hija despierta, ya es tarde y parece que tuviste un accidente.. levantate para que te des una ducha».
Al oír eso, Laura abrió los ojos de inmediato y su corazón palpitaba con fuerza debido a un sentimiento de culpa, sentía su pijama medio pegado a su trasero, debido a que la caca se había secado un poco, que de no ser por la humedad del pis, se hubiera secado aún más. Al abrirlos su madre quitó su ropa de cama, y vió que estaba todo manchadísimo de caca y de pis, sus padres volvieron a mirarse un tanto extrañados por lo inusualmente manchado que estaba todo, y Laura no sabía que pensar, sabía que ellos eran abiertos de mente, pero no conocía de fetiches ni se imaginaba como sus padres podrían reaccionar, hasta que de pronto hablaron…
CONTINUARÁ…
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