La Historia de Laura. (Parte 3)
**el contenido de siempre ** // Laura comienza a gozar de su libertad y a descubrir la masturbación, junto con otros fetiches..
Antes que nada, me disculpo por el final abrupto de la segunda parte, por un error que desconozco no se envió el relato completo, ahora continúo con el resto de la historia 🙂
Luego de la última frase que escuchó de sus padres, Laura experimentó una sensación de placer y libertinaje indescriptible, la felicidad ya se le notaba en el rostro y sentía que podía llevar a cabo todas sus fantasías sin problemas. Aún no asimilaba del todo las posibilidades.
Su madre continuó diciéndole:
– Veo que te gusta la idea, pero hay un par de cosas más que debemos decirte. Como ya te explicamos, esto debe quedar entre nosotros tres, y aquí en casa tendremos libertad para hacer lo que sea… debes saber que a tu padre y a mi también nos gusta hacer estas cosas, y por ahora ya no haremos esfuerzo en ocultarlo de ti. Si ves algo sucio en casa que no hiciste tú fuimos nosotros, y por supuesto que esto que hacemos también debe ser un secreto.
– Y hablando de sucio, por lo general no nos quejaremos del olor ni nada por el estilo, pero las guarrerías que hagas no deben afectar tu salud de ninguna forma, asi que procura no pasarte con la suciedad que hagas y que tengas en tu entorno, no queremos que te enfermes o algo así ok?
Laura asintió y no supo qué más decir, aunque por su cabeza pensaba mil cosas. Esa tarde siguió como cualquier otra, sus padres le compraron más pañales para usarlos a su gusto, y ordenaron sushi para ver una película, aprovechando que era sábado. Ellos tomaron vino y Laura optó por tomar mucha bebida. Había pasado ya un buen rato y le entraron ganas de hacer pis, por un momento pensó si ir al baño o hacerse ahí mismo, pero despues pensó que mejor lo guardaría todo para volver a jugar por la noche en su cama.
Para no perder la lucha, fue soltando chorros de pipí en su ropa interior, no podía evitar que saliera mucho de golpe, asi que despues de soltarlo un par de veces y calmar sus aguas, prefirió no soltar más o se mearía entera, y para compensar lo que perdió, bebió aún más bebida.
Al terminar la película, ya se habían comido todo lo que ordenaron y estaban muy satisfechos. Laura optó por ponerse de pie e «irse a la cama» por la hora que era, aunque en el fondo lo único que quería era mear y jugar como loca en su habitación. Al ponerse de pie y despedirse se percató que había una mancha en el sofá y sus pantalones. Sus padres se rieron y su madre le dijo que ella también se había mojado un poco, y le señaló el parche mojado que había hecho en sus pantalones. Su padre rió y les dijo que eran unas meonas, dandole un beso a ambas y las buenas noches a su hija. Laura solo pasó al baño a lavarse los dientes, y aprovechó de beber un montón de agua, luego se fue a su hanitación.
Al entrar se dió cuenta de que aún debía aguantar más, ya que tenía que poner el colchón y la ropa de cama en su lugar. Este ya se había secado asi que prosiguió a ubicarlo, pero el hecho de ya haber llegado a su habitación hacía que su cuerpo la presionara aún más con soltar el pis. Luchó un rato contra la presión biológica de su cuerpo, y mientras colocaba la primera capa de frasadas para no mojar mucho el colchón en su noche de juegos, se le escapó un chorrito de pis que no pudo parar, asi que dejó de hacer lo que estaba haciendo y se relajó, dejando salir todo su pis en sus pantalones, sintiendo como el líquido caliente bajaba por sus piernas y pegaba sus pantalones, manchándolo cada vez más junto con la alfombra del piso, que absorbió todo el pis restante.
Laura se sintió aliviada, y sabía que aunque se hizo pis, pronto le entrarían más ganas por la cantidad de líquidos que bebió, asi que siguió colocando sus sábanas y se dispuso a jugar videojuegos en su celular, quedandose con la ropa mojada puesta y encima de la cama. Al pasar ya una hora se le había enfriado la ropa y le entraron ganas de hacer más pis, asi que se cambió de ropa y se puso un pijama, metiendose ahora dentro de la cama. Mientras abrazaba su peluche favorito, pensaba en lo que habló con sus padres, y la libertad que ahora tenía, se imaginaba haciendo un montón de cosas y fantaseaba de miles de maneras posibles. Soltó adrede un chorrito de pis en su pijama, y bajó su mano hasta su conchita para ver que tan mojadita estaba. Comenzó a pasar su mano por toda su zona y luego la llevo hasta su nariz para olerla. La mezcla del olor a pis con el de su vaginita le pareció muy rico y adictivo, asi que optó por llevarla hasta su boca para probarlo. Si el olor le pareció adictivo, el sabor saladito de su pis con el ácido de sus juguitos le gustó aún más, asi que llevó su mano nuevamente abajo, pasando a rozar su clítoris.
Al hacerlo, sintió un placer indescriptible, uno que no había sentido antes, un placer sexual, por lo que dejándose llevar por sus deseos y su libertad para hacer lo que sea, tomó su peluche y lo llevó hasta su conchita para masturbarse con él, sin saber siquiera que lo hacía. Eso le sentó genial, por lo que continuó friccionando más fuerte, y soltó otro chorrito de pis. El contacto del pis caliente mojando más el peluche y su conchita, hizo que se sintiera aún mejor, asi que mientras refregaba el peluche fue soltando más y más chorros de pis, haciendo que comenzara a excitarse aún máa. Se estremeció completa y pareció perder la noción del tiempo, y mientras seguía y se acercaba al clímax, optó por hacer fuerza y soltar todo el pis que le restaba, mientras no para de frotarse con su peluche, provocándo un punto máximo de placer en el que incluso llegó a soltar gemidos sin poder evitarlo. Laura había tenido su primer orgasmo y se había meado completa, sin siquiera haberse dado cuenta. Quedó rendida y se quedó dormida de inmediato, con su peluche mojado en su entrepierna.
La mañana siguiente despertó como nueva. Se percató que no se habia hecho pis y que no alcanzó a jugar más, pero le dió igual, aún tenía todo el tiempo del mundo para seguir jugando. Soltó todo su pis mañanero sin levantarse de la cama, mientras olía lo rico que quedó el osito que usó la noche anterior. Prendió la tele y aprovechó de ver la serie animada que veía siempre los domingos por la mañana, permaneciendo en su cálida y reconfortante cama. Al pasar una hora sintió que sus padres se levantaron y le entraron ganas de desayunar, asi que aprovechó de ir.
El día estaba hermoso y hacía algo de calor, era una mañana despejada y soleada de primavera, por lo que su padre le sugirió llevarla un rato al parque a pasear en bici junto con su madre. A Laura le encantó la idea, asi que terminó su desayuno, y fue al baño a asearse. Antes de meterse a la ducha, volvió a pasar su mano por su conchita y le gustaba como olía, se frotó por toda la zona y entre sus labios, sacandoles un poco de quesito con los dedos, al probarlos le encantó asi que optó por no lavarse para conservar todo ese olor y sabor. Tenía muchas ganas de hacer caca, prácticamente no hacía desde la noche anterior a hablar con sus padres, y ayer, además de comer un montón de sushi, había desayunado avena con leche y frutas, desayuno que comía casi todos los días, y que siempre hacía que cagara un montón y blandito, por la cantidad de fibra.
Pero se le ocurrió entonces una idea, prefirió aguantar las ganas de hacer caquita. Solo se lavó el pelo y dejo el resto de su cuerpo tal cual, con el olor a pis y conchita, luego fue a su habitación y se puso un pañal de los que le compraron el día anterior, para llevarlo debajo de su ropa, y poder hacerse caquita en el parque estando en público. La idea le excitaba mucho, y mientras se vestía le daban ganas de seguir jugando con su peluche, pero ya la estaban esperando asi que se siguió aguantando y acompañó a sus padres al parque. Se dieron una larga vuelta en bicicleta y pararon para descansar en el pasto y tomar agua. Laura estaba a punto de cagarse, mientras pedaleba solto varios pedos en los que sintió que salió algo más, y sentía que si soltaba otro pedo se haría entera, pero justo vió que cerca de donde pararon habían unos juegos con un enorme resbalín y varios columpios, y mientras sus padres descansaban les dijo que iría a jugar un rato con los niños que estaban ahí.
Pero a Laura jugar con ellos le daba igual, ella solo quería hablar con ellos por que al hacerlo, el hacerse caca ahí haría la situación aún más morbosa. Habían 2 niños y una niña dando vueltas, parecían tener un par de años menos que Laura, asi que al estar jugando con ellos se sentía aún más niña, y eso la excitaba más.
Habló un rato con ellos, y mientras le dieron la espalda y se lanzaron por el resbalín, no pudo aguantar más y solo apretó con fuerza, dejando salir de golpe toda la caquita que tenía guardada desde ayer. Se sentía viscoza y realmente salió un montón, junto con el pis, llegando a hacerse un bulto notable en su trasero. Los niños no se percataron ya que Laura apretó mientras ellos bajaban. Luego le gritaron que era su turno de bajar y que se columpiaran un rato, y al sentarse antes de bajar sintió como todo su bulto se le aplastaba por el trasero, y le bajaba hasta la conchita, realmente había hecho mucha y al salir de consistencia blanda, junto con el pis, se sentía muy rico y pegajoso. Debido al bulto que le quedaba le costo poder bajar por el resbalín, pero se ayudó con sus manos y luego se columpió un rato con los niños, esparciéndose aún más la caca por su pañal. Los niños comentaban que había un olor extraño, pero hecharon la culpa al más pequeño, que al parecer tenía problemas similares a Laura para aguantar sus necesidades. Luego entre risas se despidieron y Laura volvió con sus padres para volver a casa. Aún quedaba bastante trayecto asi que el descanso les vino bien, se subieron a sus bicicletas y siguieron pedaleando.
Ahora al entrar su pañal en contacto con el asiento de la bicicleta, se aplastó y esparció aún más el desastre. Y el roce del asiento (especialmente la parte delantera) con su conchita, hizo que sintiera un placer como el que sintió con su peluche, pero aún mayor, ya que ahora la tenía untada en su caquita, y además estaba llevando un pañal en público. Todo esta situación la puso de nuevo en un estado de excitación similar al de la noche anterior, asi que se fue detrás de su padres y rozando suavemente su vagina con el asiento de la bicicleta, despacio, para que no se notara. Y mientras dejaba de pedalear hacía fuerza y soltaba más restitos de caca y pis, que se le esparcían más por el pañal, y se le mezclaban con el sudor que expulsaba su cuerpo, por lo que pronto fue expulsando un evidente olor, del que sus padres al percatarse solo se miraron y rieron complacidos, como diciéndose: «que hija tan guarra hemos tenido».
Continuará 😉
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