La niña de la clínica
Y así es como comienza mi romance prohibido.
Soy Matías tengo 22, trabajo en una clínica en la ciudad como asistente. Prácticamente soy el que saca copias y llevó café.
De vez en cuando apoyó a los enfermeros con los pacientes en recuperación.
La mayoría del personal me conoce y aunque no tengo mucho tiempo trabajando aquí me llevó bien con casi todos.
Iré directo al punto, estoy enamorado de la hija de la directora. Y que tiene? La hija tiene 10 años. La pequeña Samanta, cabello negro profundo, es alta, y tiene un cuerpo que considero perfecto, asiste al ballet, tiene clases de natación, gimnasia y karate… Tiene un culito redondo, unas piernas super torneadas, aún no hay pechos, y una carita angelical. No tengo ningúna duda de que muchos se la quieren coger. Esa niña es muy dulce y suele pasear por los pasillos de la clínica, por méritos laborales intento ser muy cercano a la directora, para acceder a un mejor puesto. Pero al mismo tiempo me acerco mucho a la pequeña sami.
Algunas veces he tenido la oportunidad de llevar a la directora y a sami a sus clases. Así que la he visto en su traje de baño, en su leotardo, en mallas y su traje de karate. Es difícil esconder semejante erección al verla, porque sus nalguitas me llaman a la lujuria.
Sueño todas las noches con arrancarle la ropa y penetrarla por ese culito, desvirgar esa puchita tan apretada y llenarla con mi esperma.
Una mañana como cualquier otra estaba en las escaleras de la entrada esperando a la directora para ayudar con sus cosas. Como siempre llegó en su camioneta, abrió la cajuela y comenzó a bajar las cajas de papeles importantes que se lleva a casa para revisar. Sami estaba sentada en el asiento trasero viendo su tablet, tenía el cabello sujetado con ese peinado típico de una bailarina de ballet.
Escuché un ruido muy fuerte detrás mio y vi como un auto se dirigió directamente hacia la directora y por reflejo solté las cajas y corrí a empujar a la directora, aunque eso me costó que me atropellara en su lugar.
Quedé inconsciente y desperté en una cama de la clínica con una pierna rota, un collarín, y un codo luxado.
Al parecer tenía ya 2 semanas desde el accidente, y apenas había despertado.
Mi madre estaba a mi lado llorando, por lo que entendí una señora que se dirigía a urgencias a llevar a su hijo con epilepsia, perdió el control cuando el niño tuvo otro ataque. Ellos están bien a comparación mio.
Unas horas después la directora llegó y con lágrimas entre los ojos me dió las gracias. Ella se hizo cargo de mí por completo. Lo que me encantó de todo ésto, es que la pequeña sami se quedó conmigo cuando no estaba en la escuela, leyendome, ocasionalmente alimentandome, lo difícil era que siempre que estaba ahí, era o con sus mallas, o alguna ropa deportiva ajustada, eso me ocasiona a erecciones, que por la poca movilidad que tenía no podía ocultar, solo tenía la bata puesta y digamos que mi pene era un poco grande, yo solo intentaba mirar a otro lado, o pensar otras cosas, pero era muy difícil.
Una enfermera se dio cuenta de la situación, pero lejos de estar en problemas me dijo que era una situación normal, por el flujo sanguíneo y ese tipo de explicaciones médicas. Me dijo que podía poner una sábana o un cojín.
Por la temperatura opté por el cojín, cuando la enfermera se fue la erección en contra del cojín comenzó a lastimarme, y fue evidente el dolor en mi cara, sami tan dulce como siempre me preguntó que sucedía, y por evitar seguir sufriendo le pedí que moviera un poco el cojín de ese lugar, sami lo levantó y se dio cuenta de mi erección, ella creyó que se me había safado un hueso o algo así y se asustó, pero rápidamente le dije que no era eso, que era otra cosa. Vi una oportunidad de ver su inocencia, y le dije que era una situación privada, y que era un secreto. Ella obviamente me preguntó que de que se trataba, y así estuvimos un rato deliberando porque no podía decirle, pero en todo momento mi pene palpitaba bajo la bata, sami no dejaba de verlo, así que le dije, que era una parte del cuerpo que se me hincho por el golpe, y debía de sobarlo. Ella aceptó sin problema ni duda, entonces despacio subió mi bata y salió el pene durísimo, ella abrió los ojos como platos, y se tapó los ojos, yo le pedí disculpas, ella me dijo, «tu pipí esta enorme» yo sorprendido le pregunté que si ya había visto uno, o cómo podía saber que era enorme.
Ella me dijo que en clases de natación era común que a los niños se les caiga en traje de baño y se les vea.
Yo aprovechando la información le pregunté si a ella no se le caía el traje de baño, ella se sonrió y dijo que no.
Yo le dije que sí le daría pena que se le baje. Ella se comenzó a coloretear, y dijo sí, por eso siempre se lo ajusta bien.
Mi pene brincaba de alegría por tener esa conversación, y Sami no se quitaba las manos de la cara.
Yo le pedí que no se tapara los ojos, que a mi no me daba pena, porque no podía moverme en ese momento y necesitaba ayuda para hacer algunas cosas, le dije, mira, por ejemplo, ahora necesito orinar, puedes hablarle a la enfermera para que me ayude? Ella salió a buscarla al regresar la enfermera traía consigo el llamado, «pato» para ayudarme a orinar, sami desde fuera miro como mi enorme verga entro en esa pieza de metal.
Al regresar le dije, a eso me refería, la enfermera me ayudó a orinar, viste como no cerró los ojos?
Sami poco a poco fue confiando más en mí.
Entonces volvió a levantarme la bata pero ahora no cerró sus ojos, y después de una explicación larga de cómo sujetar mi pene para ayudarlo a bajar la inflamación, con sus manitas suaves tomó por el tronco mi pene, y comenzó a masajearlo.
Cada instrucción que le daba, la siguió tal cual, para por fin decirle que con sus manitas bloqueará lo que saldría por el orificio de mi pene, sin presionar, poco después una gran eyaculacion desbordó sus manitas, acercó las toallas de papel y comenzó a limpiarse. Me dijo, la pipí de los hombres es diferente… A lo que respondí qué no era pipí, que era otra cosa. Pero antes de poder continuar entró una enfermera a revisar y ya no pudimos seguir platicando, entró su mamá también y me dijo que si la niña me incomodaba podía habitar qué entrara. Obviamente lo negué, pues esperaba que nuestra amistad mejorara.
La directora me dijo que en los próximos días Sami estaría de vacaciones y se iría a otra ciudad, durante 2 semanas, mi corazón se rompió después de escuchar eso, pero no pude hacer nada.
Pasaron las 2 semanas, la espera me mataba, pero al fin regresó, traía un vestido azul que tapaba sus rodillas, calcetas blancas hasta arriba de las rodillas y sus zapatos negros.
En esas 2 semanas mi condición mejoró, y aunque estaría mínimo 2 meses más ahí, ya podía moverme un poco más libremente, aunque mi pierna seguía inmóvil, pero ahora ya me podía sentar.
Me saludó con mucha felicidad, platicamos un buen rato mientras la enfermera me daba mis medicamentos, ya podía ir al baño solo, pero necesitaba ayuda para usar la silla de ruedas, y en caso de no poder, pues el pato era necesario.
Sami me dijo que si quería dar un paseo, subí a la silla de ruedas y nos paseamos por las instalaciones, y al ser hija de la directora, tenía acceso a casi cualquier lugar, ahora todos me conocían como el héroe, entonces podía hacer lo que quisiera. Sami me llevó a un pasillo solitario cerca del balcón en el último piso, al cual accedimos con la tarjeta de su mamá, yo no entendía por que me había llevado ahí, mientras caminaba detrás mío empujando la silla me dijo al oído, ya sé que era ese líquido blanco que salió de tu pene. Mi corazón se detuvo un segundo y sentí un escalofrío, hasta me imagine como sería lanzado por el balcón. No dije nada, apreté mis manos y antes de reaccionar dijo otra cosa.
Mis amigas de grados superiores me dijeron que eso pasa cuando alguien te ama mucho… Su voz empezó a temblar, y preguntó. T-t.. T-tt… Tú me amas?
Mi corazón latió super rápido, no. Esperaba esa pregunta, pero aproveche el momento, y respondí. Gracias a ti, me estoy recuperando, gracias a tu compañía, a tus pláticas y a tu forma de ser… Estoy enamorado de ti, pero no quería decirlo, porque creí que me rechazarías. Porque soy mucho mayor a ti…
Sami se detuvo casi al terminar el pasillo, escuche como comenzó a llorar. Le dije, disculpame, no fue mi intención.
Sami me dijo, es qué, tú también me gustas, desde que comenzaste a ayudar a mi mamá me fije en ti, yo creía que mi mamá te gustaba y que por eso la ayudabas tanto, porque tú ya eres un adulto, pero entonces le salvaste la vida a mi mamá, y ella lloraba todos los días desde entonces, porque creía que te morirías, así que todos los días te visitaba pidiéndote qué despertarás para que mi mamá dejara de llorar, un día, te dije al oído, si despiertas, te amaré por el resto de mi vida, y ese mismo día despertaste. Me llené de emoción hasta que recordé que podrías estar enamorado de mamá, pero entonces pasó lo de tu pene, después ya no pudimos hablar y salí de la ciudad por mis vacaciones, pero estando allá le pregunté mamá si te gustaba, ella sonrió y dijo que eras buen muchacho pero que no, yo le dije que porque era más joven que ella, y me dijo que la edad no importaba realmente, el amor se daba en diferentes condiciones, entonces mis amigas me dijeron algo parecido, yo les platique lo que pasó y ellas me dijeron que seguramente tú estabas enamorado de mi, y no pude dejar de pensar en ti todo este tiempo. Ahora que estamos aquí, y ya nos dijimos lo que sentimos, entonces… Somos novios?
En este punto yo no sabia que decir, era evidente que ella había confundido muchas cosas, y sería muy fácil aceptar, pero diablos, la gente si se entera me mataría, sobre todo su mamá, entonces tuve que explicarle toda la situación, que era mal visto que un adulto estuviera con una niña, que lo que hice esa vez fue algo malo. A cada palabra me arrepentía más y más, tenía la oportunidad de aprovechar la situación y tener sexo con ella, pero solo pasaría un momento y me arrepentiria el restonde mi vida, ya le había platicado lo que pasó a sus amigas, nada me salva si le dice que tuve sexo con ella.
Ella me llevó al final del pasillo, salimos al balcón y con una vista panorámica de la ciudad me dijo. A pesar de todo lo que me dijiste, aún quiero ser tu novia y no le pienso decir a nadie si así puedo estar contigo.
Me quedé pensativo un momento y con todo y riesgos acepté.
Entonces le pedí un beso para formalizar nuestra relación, ella torpemente me beso y así se decidió lo nuestro.
Entonces ella me dijo algo que me erizo la piel, podemos tener sexo?
Yo me atragante con mi saliva, definitivamente no esperaba eso.
Espera, recuerda lo que te acabo de decir le dije.
Ella respondió con una carita muy coqueta, si seré tu novia debo actuar como tal…
Yo con algo de miedo evidente en mi voz dije, pero eres muy pequeña, y la primera vez a tu edad es muy dolorosa.
Ella con mucho valor y alzando la cabeza dijo, no me importa, ahora mismo estas muy adolorido y lo soportare por mi mami, así podré darte las gracias. De todos modos, ya vi videos y no parece tan difícil.
Yo ya estaba comenzando a calentarme, así que pregunté, está bien, y… Dónde lo hacemos?
Ella dijo, aquí, nadie vendrá por acá, y mi mamá me puede marcar al celular si me está buscando, solo le diré que estamos paseando y ya.
Yo pregunté, sabes que hacer entonces?
Ella sin vacilar asintió con la cabeza, y sin dudarlo se bajó el short debajo del vestido junto a sus calzoncitos, mi pene endureció al instante al ver esa escena, yo estaba a nada de por fin ver esas nalguitas qué me volvían loco.
Y justo cuando se iba a levantar el vestido la detuve.
Le dije, espera, antes necesito que hagas algo, ponte de espaldas, y déjame ver tus pompis. Ella se dio la vuelta y se levantó el vestido lentamente, me miró de lado y preguntó, te gustan mis pompis?
Yo respondí, toda tu me gustas.
Y ahí estaban, las nalguitas más hermosas que jamás pude haber visto, un tono rosado muy suave, una firmeza increíble. Mi pene ya estaba deseando tocarla, entonces abrí mi bata y me lo saqué, comencé a masturbarme. Ella miró mi pene y dijo, creo que es más grande que la vez pasada. Yo le dije, es que esta en presencia de una niña super hermosa.
Y dijo algo que me asustó, dicen mis amigas que solo un enfermo se enamora de una niña siendo un adulto, pero tú ya eres mi novio así que no me importa.
Le pedí que se acercara y le dije a oído, entonces, mi pene tiene permiso de entrar en ti?
Ella asintió con la cabeza. Entonces necesito que lo chupes, ella se acercó y con algo de torpeza intento chupalo como en los videos, entonces la comencé a dirigir, con más suavidad, con más sutileza, poco a poco comenzó a hacerlo como una adulta, le pedí permiso para tocar sus nalguitas y me dijo, eres mi novio, tocame todo lo que quieras cuando quieras.
De esa manera dejamos de hablar, yo metí mi mano bajo su vestido y toque esas nalguitas, mientras ella me chupada, tomaba algo de esa baba y comenzaba untarla en su culito, y comencé a meterle mi dedo medio, ella comenzó a excitarse, sus rodillas se doblaban, después de unos minutos ya era hora de penetrarla… Solo que teníamos un pequeño problema, como rayos podríamos sin que me lastimara, la silla era muy incómoda, y seguramente caeríamos, así que me tuve que ir al piso, me ayudo a bajar y me recoste en el piso, estaba baste frío, pero al diablo, estaba más caliente en ese momento. Entonces ella subió sobre mi, y al levantar su vestido me percaté de que no había visto su vagaina, era perfecta, sus labios aún pequeñitos, rosadita, ajustada y bastante mojada, abrio sus piernas, y apuntó su pene a su culito, comenzó a bajar, despacio, mi pene comenzó a abrirse paso, ella sentía como lentamente perdía su virginidad anal, la presión era muchísima, ella apretó los dientes y comenzó a descender, su carita angelical reflejaba el dolor y el esfuerzo que hacía, la ventaja que es estaba muy lubricada, poco a poco decencia más y más, duramos al rededor de 10 minutos, hasta que mi pene estaba complemente dentro de ella. Dejó caer sus rodillas, al frente, descanso un minuto. Entonces se dejó caer sobre mi, yo la abrace y lentamente comencé a moverme, me sentía en las nubes, estaba teniendo sexo anal con la niña que me encantaba, y era maravilloso.
Ella me sujeto fuerte y comencé a penetrarla un poco más fuerte, la pierna no me ayudaba en lo absoluto, pero di lo mejor de mi al igual que ella.
Salió dei voz un, te amo, y ella me respondió igual.
Pasaron unos 15 minutos y le dije que no aguantaría más, ella me dijo, saldrá tu cosa de tu pene? Quedaré embarazada? No estoy lista para tener un bebé…
Le dije, tranquila, eso solo pasaría si fuera tu vagina… Y aun no has tenido tu período… O si?
Ella negó con la cabeza y dijo, aún no lo tengo.
Respondí, entonces no hay problema. Apenas termine la frase comencé a llenarle el culito de mi semen, sentía cada chorro que salía, ella me abrazo con mucha fuerza y apretó los labios, mientras yo sentía un orgasmo brutal.
Sami quedo sin fuerzas sobre mi, descanso unos minutos e intentó levantarse, yo le ayude, mi pene ya flacido salió de su culito, y detrás un chorro de semen.
Continúara…
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