LA PANDILLA DEL GATO NEGRO COMO SE INICIA UN NUEVO RECLUTA
Hay mucho sexo para contar y excitarnos: los que leen y el que escribe. Muchas erecciones me provocó este relato al recordar todo lo que fue real en nuestras reuniones para dar vida a este club que nos enseñó que el sexo no tiene barreras y solo se practica lo que más te guste. A veces dando, otras .
Una nota circuló entre los integrantes de la pandilla. Habría una reunión urgente para definir quién sería el primer recluta en ser iniciado. Se trataba de tres chicos que estaban siendo postulados por sus padrinos.
LA ENTREVISTA
Una serie de preguntas respuestas definían al candidato que sería elegido.
-¿Te instruyó tu padrino que deberás decir exactamente la verdad?
-Sí, señor
-Las primeras preguntas eran de identificación, edad, curso, barrio, etcétera.
-¿Te masturbas? ¿Con qué frecuencia? ¿Qué usas para excitarte:imágenes, textos, escuchar parejas culiando. Espiar a otros?
-Me masturbo todos los días. Me caliento de diferentes formas. Ver fotografías de parejas en el acto sexual. También oír los gemidos de alguien a quien se fallan. Cuando mi hermana se baña con sus amigas, las miro por un resquicio y me masturbo hasta acabar.
-¿Usas la estimulación anal?
-A veces cuando quiero acabar me meto uno o dos dedos en el poto.
-¿Te han culiado o has culiado ya?
-Me culié a un primo menor que yo una vez jugando en la ducha. Le acaricié sus nalguitas y se reía y me movía el potito y se quitaba. Yo lo seguía y lo arrinconaba en la pared y le agarraba las nalgas y se las abría.
-¿Te gusta?
Sí, primo. Me gusta que me toques mi potito. Me da cosquillas y siento como escalofríos.
-¿Si te meto un dedo, te aguantarás si te duele sin gritar?
-Sí. Sí. Quiero que me metas un dedo en el culito. Pero si me duele, me lo sacas.
-Duele un poquito al principio, pero después es rico. Mira, méteme un dedo o dos a mí y verás que es delicioso ese gustito.
Jaimito me metió tímidamente un dedito. Lo insté a que metiera tres dedos juntos y me di maña para hacer entrar todo en el culo.
-¿No te duele, primo?
-No, Jaimito. No duele porque ya está acostumbrado a recibir cualquier cosa por ahí.
- Yo también quiero eso, primo.
- Entonces ponte doblado y deja que yo juegue un rato. Le abrí las nalguitas blancas y quedó al descubierto un anito rosado y apretado. Cuando le di con la punta de la lengua, se contrajo aún más…
- ¡Qué rico, primo. Quiero más de eso!
- Te daré mucho de esto y verás que vas a sentir mucho gustito.
- Sí, primo, quiero sentir eso que dices, pero méteme un dedo para saber lo que se siente. Le metí lentamente un dedo que había ensalivado.
- MMMMM, si se siente rico. Más quiero más adentro. Ya mi pene estaba duro y dispuesto a encelar a ese chiquillo que sabía que le haría.
- Ahora un dedo más grueso. ¿Lo quieres?
- Sí, primo. Dale, quiero ese dedo grueso.
Puse la cabeza en la entrada ya palpitante de ese culito virgen y empujé un poco la punta.
-¿te duele, Jaimito? ¿Sigo?
- Sigue, primo. Es más grueso pero siento ganas de que me lo metas entero.
- Te va a doler un poco.
- No importa. Me aguanto.
Dicho y hecho. Avancé con mi pene hasta llegar a la mitad de su estrecho canalcito.
-¡Ay, me duele, primo!
-¿Te lo saco?
-Noooo, pero anda despacio. A ver si me acostumbro…
Ya era cuestión de empujar un poco más y lo hice pausadamente a intervalos en que lo metía un poco y lo sacaba.
-Ya, primo. Lo quiero entero.
Hice un último esfuerzo y se lo puse entero.
Jaimito ahogó un grito en su garganta y se le corrieron unos lagrimones.
-¿Te duele mucho?
-Sí, me duele harto.
¿Te lo saco?
-No. Déjalo ahí un rato.
Después de un par de minutos, empecé el mete saca, sin que Jaimito gimiera o llorara. Me di cuenta de que estaba hecho el trabajo de desvirgar ese culito que me traía caliente desde hace tiempo.
-¡Ay, primo! Qué gustito. Tengo como ganas de cagar, pero también de mear. Sigue, métemelo hasta atrás! ¿Te está meando dentro de mi culito?
-No, Jaimito, te estoy echando mi lechita para que tu culito se acostumbre a recibir pico y sienta solo placer sin dolor.
-¡Ay, primo. Soy tan feliz! Quiero que me hagas esto todos los días.
Esa fue con pelos y señales la primera ve que follé a alguien.
Entrevistador.- Muy bien. Ahora ya sabes que eso será parte de tu ceremonia de iniciación, pero esta vez tú tomará el lugar de Jaimito.
(Continúa)
Así fueron pasando los otros dos reclutas y conoceremos sus relatos antes de proceder a la ceremonia de iniciación.
Les adelanto que ni se imaginan lo que sucederá. Solo puedo decir que será muy caliente y deberán estar preparados para masturbarse como más gusto alcancen. Alguien dijo que el placer de ser cogido por el ano se parece al acto de cagar, pero para adentro.
Dejen sus valoraciones acá y si gustan dejar comentarios serán respondidos. Si quieren algo privado escriban a [email protected]
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