La Pequeña del Arbol (1)
«Cuando aprendi a manejar a los 15 años jamas imaginé que durante un mandado conoceria a una pequeña curiosa que me haria enseñarle a jugar cosas de grandes».
Cuando aprendí a manejar a los 15 años mi padre aprovecho para comenzar a pedirme mandados que implicaba salir a las rancherías a comprar frutas y verduras a buenos precios, a mí me encantaba ya que las terracerías y los amplios campos me daba vuelo acelerando y brincando obstáculos.
En una ocasión rumbo a un pequeño pueblo me baje a miar y entrado en el monte sorprendí a una pareja fornicando a todo lo que da, al sorprenderlos huyeron avergonzados y yo excitado por la escena que descubrí, me aleje nervioso a evitar que me reclamaran por fisgón y maneje velozmente, más adelante me detuve bajo un frondoso árbol y sin contenerme me saque la verga y comencé a masturbarme soñando con la escena que fui testigo, jamás pensé que trepada en el árbol estaba una chiquilla que me veía sacudiéndome la verga…
-¿Tienes mucha comezón?- me grito divertida la escuincla, me sorprendí y asustado me tapé.
Sobre una rama gruesa estaba una niña de no más de 10 años, güerita de rancho con pecas y cabello rubio con dos trenzas, ojos verdes, de huaraches y un vestido sucio y liso sin mangas de una sola pieza color amarillo hasta las rodillas, permitiéndome ver hasta la altura donde se encontraba sus piernitas blancas entreabiertas mostrando inocentemente sus calzoncitos blanco
-¡Que haces ahí niña?-
-Jugando, ¿porque te rascas ahí?- insistía intrigada.
-No me rasco, también estoy jugando con el- fue lo que se me ocurrió decirle para que lo viera natural.
-a ver enséñame como juegas- decidida e insistente como solo los niños lo son, la niña se comenzó a bajar del árbol, no pensé mal al verla, yo aun seguía inquieto porque me descubrió, pero al verla bajar del árbol y ver como su vestido se jaloneaba con las ramas y le levantaba la falda vi sus piernas blancas y suaves, su calzoncito pegados a su piel y parte de su vientre y su ombliguito, su cuerpo era tan fino, rosado y suave que mi corazón comenzó a latir más rápido.
Se acercó a la puerta -¿qué chiste tiene jugar a eso?-
-Esta padre- me destape y le enseñe mi verga que estaba durísima, ella pelo los ojos sorprendida y le mantuvo la mirada fija hasta que me dijo
-¿Es tu pito? No manches está bien grande y negro-
-Si, es mi pito, ¿nunca has visto uno?- comencé a sondear
-Sí, pero de mis hermanitos y primitos pero están bien chiquitos y el tuyo está bien grande-
-Es que cuando somos más grandes también nos crece-
Ella impresionada seguía viéndolo y volteaba a verme pero no podía dejar de voltear a seguirlo viendo como analizándolo, asomada por la ventana…
-Tons, cuando crecen ¿se pone pa´ rriba?-
-No- sonreí -Nomas se nos para cuando vemos a una mujer bonita y que nos gusta, cuando se nos para jugamos con ella-
-ahh y tu viste a una muchacha bonita- me pregunto
-Sí, allá atrás por eso me vine acá a jugar-
-¿Más bonita que yo?- me dijo indignada
-Nombre que va, tu estas más bonita, tu estas güerita y chapeada- la niña se sonrojo y se sonrió, era obvio que le gustaba que la mimaran.
-¿Y cómo juegas?- Estaba ansiosa de saber cómo usaba mi verga.
-Mira más cerca- abrí la puerta y se acercó a mi asiento teniendo de frente mi verga erecta -juego a sacarme la miel que tengo adentro, para sacarla tengo que agárrame la verga y menearla hasta que brote la miel de adentro, ganas cuando haces que brote porque tiene su chiste en menearla, si lo haces mal no sale- la niña escuchaba atenta lo que decía.
-¿Y qué tiene que ver una chava bonita para que puedas jugar? ¿No puedes hacer que se pare sola y juegues cuando quieras?- esta niña debería ser científica…
-Es que ese es el chiste, cuando tenga novia ella puede jugar conmigo y la miel que me salga se la regalo a ella- no pude pensar en otra cosa…
-Regálamela a mí, ándale sácatela!!- estaba entusiasmadísima.
-Mejor te enseño a sacármela, mira, dame tu mano- le tome su mano que era tan pequeña y suave, tan tierna que no podía creer que sería la primer verga que tocaría. Acomode su mano alrededor de mi verga empuñándola, era tan rosada y blanca que junto a mi verga negra y áspera se veía su inocencia junto a un monstruo. Comencé a hacer el vaivén -Mira, vez como es dura pero es suave menarla-
-Se siente chistoso, como apachurrar un plátano- me decía sonriendo y atenta.
-Ándale! es como un plátano- me divertían sus comparaciones y comencé a sondear su inocencia
-¿A que más le hayas parecido?- quería saber.
-No sé, como un leño por lo negro- yo me reía por dentro mientras ella seguía batiéndome…
-Hazlo más rápido si quieres, entre mas rápido pronto sale la miel pero no te esfuerces para que no te canses y pierdas… ¿qué más se te figura?-
-un mango porque se le siente la miel adentro, ¿ya mero sale?- estaba ansiosa.
Mientras me meneaba comencé a acariciar su frente y sus mejillas, acomodaba sus lacios y comencé a acariciar su nuca, su espalda comenzaba a ser tan suave, quería acariciarla toda…
-Oye pero tú ya me viste la verga, te toca también enseñarme tu panchita ¿no? estas muy bonita- Quería ver su cuerpo
-Bueno- me dijo ella despreocupada, -¿quieres que me quite el calzón?- como si fuera lo más normal.
-No, yo te lo quito- tome sus piernas y comencé a subir mis manos suavemente hasta llegar a sus muslos con el vestido levantado, se sonrojo y se le escapo un pequeñito espasmo con la caricia, poniéndose nerviosa, al bajar su calzón me mostro la belleza de una rajita infantil, limpia y rosada
-Qué bonita esta tu panchita, nada prieta como mi verga- ella solo se sonrojaba, se sentía bonita
-Cuando estés grande tu panchita va a ser grande y tu novio te va a poder meter la verga ahi porque adentro tienes un panalito y te va a meter la miel ahí- Ella se río divertida
-a poco me cabe la verga adentro??- divertida y curiosa
-Sí, pero ahorita no la mía, estas muy chica, ahorita cuando brote nomas te la puedes tomar- fui consciente y realista
-se ha de sentir chistoso tener un plátano adentro- rio pícaramente imaginándolo
-A las mujeres les encanta que les metan la verga-
-Ojala a mí me guste como me gusta ahorita estar contigo jugando con tu verga- Esas palabras me fascinaron ya que demostraba que le agradaba y tenía confianza en mi
La senté junto a mí y pudo comparar su tamaño con su vientre, me veía y se sonreía mientras me masturbaba.
Con mis derecha acariciaba sus piernas y mi izquierda su cintura y espalda, podía cubrirla en segundos, su cuello eran tan suave y sus brazos tan tersos como un durazno, baje poco a poco su tirante de su hombro y se descubrió un pequeño botón de pecho hermosísimo apenas un poco más oscuro de su piel rosada, con la yema de mis dedos acaricie su botoncito…
-Me haces cosquillas- me dijo sonriendo
-¿Te gusta?- pregunte curioso
-…Si- me dijo apenada
-Así también me gusta lo que haces- intente que comprendiera
-Qué bonito…- me sonrió -…Con razón te gusta-
-También si te acaricio tu rajadita vas a sentir más bonito-
-¿Me enseñas?- me dijo curiosa sin dejar de menearme
-Sí, ahorita que me chupes la miel-
-Si- entusiasmado continuaba sin cansarse
Comencé a atraerla hacia mi abrazándola de lado, con una sola mano podía acariciar su vientre y subir un poco y acariciar su pecho pequeño suave, su piel durazno me hacía perderme en una excitación que comenzó a rendir frutos, estaba a punto de venirme…
-Mira, ya va a salir la miel para que no se derrame chúpame la verga como una paleta para que te la tomes toda-
-Si!- dijo obediente y se agacho a chupármela, sentir sus labios húmedos y carnosos comiéndose mi verga fue la experiencia más fuerte, su cabello olía a la verdadera miel que jamás probaría y sentir como mamaba era grandioso, mis manos acariciaban su cabello y su espalda, cuando toque sus esponjados muslos un rayo atravesó desde mi nuca hasta mi vientre, un escalofrió recorrió mi cuerpo y comenzó a brotar mi semen en su boca, ella sin soltarme comenzó a chupar y tragarse toda la leche de mi verga, chupaba sedienta de mi verga acatando todo lo que le dije, sin chorrear nada…
Cuando acabaron mis contracciones se levantó sudando y agitada…
-Gane tu juego te saque toda la miel- respiraba agitada
-Si ganaste chiquilla, ¿te cansaste?-
-No! estoy emocionada- Sonreía -Me gusto chuparte tu verga se sentía más rico que un plátano-
-A mi también me encanto hermosa- me recosté en mi asiento y la abrace conmigo…
-¿Te gusto como jugamos? a mí me gusto, me gusto tu verga-
-A mi también me gusto como me la chupaste eres muy buena, gracias por jugar conmigo- Le sonreí.
Seguimos abrazados varios minutos, pero no podía dejarla ir, quería saber cómo sentiría ella al masturbarla, ¿le gustaría? ¿Se excitaría a su edad? en cuanto me recupere continuaremos…
Me gusto tu relato, ojala pronto subas más.👍🏼
Que bueno que te gusto! fue mi primer relato, Ya salio una 2da parte, espero tus comentarios, criticas o mejoras son muy bienvenidas!
Me gustó mucho tu relato, espero ansioso la continuación ^^
Muchas gracias por tus palabras, en verdad me motivan, Ya salio una 2da parte, espero tus comentarios, criticas o mejoras son muy bienvenidas!
Interesante y excitante historia, espero la continuacion pronto.
Muchas gracias por tus comentarios, en verdad me motivan mucho, Ya salio una 2da parte, espero tus comentarios, criticas o mejoras son muy bienvenidas!