Lady puke boy
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cy50.
Siempre me han fascinado los transexuales, chicas que derraman feminidad, bellos cuerpos con senos firmes y cachondos, culitos generalmente muy bien redondeados y desde luego un bello miembro masculino que les da un plus de lo más erótico y desde luego al momento del sexo un placer maravilloso. Por lo mismo cuando me invitaron a un bar de travestis aquí en la Cd. de México sin dudarlo acepte, pero desde luego que no esperaba la maravillosa experiencia que esa noche me deparaba.
Barbara se llamaba la bella y sensual chica que conocí. Y carajo! hacía honor a su nombre, barbara es su descripción.
Platicamos durante un largo rato en el que me describió sus deseos.
Me gustaría, me dijo, estar con un hombre que me acepte toda yo y esto incluye todo mi cuerpo y mis humores…
– ¿humores?, pregunté
– Sí, no me refiero a mis estados de ánimo, sino más bien a los humores que nuestro cuerpo emite, mi sudor, mis olores más íntimos, mis fluidos…
Mi cabeza empezó de inmediato a fantasear y a preguntarse si es lo que yo ya estaba pensando. Esto desde luego ya con una erección de por medio.
–pues si es lo que yo estoy pensando, me parece que andamos en sintonía, le dije. A mi me gusta el compartir todos y cada u no de los fluidos corporales de mi pareja, sea lo que sea.
–será?, me contesto, por que no es fácil lo que yo pido, sé que no todo mundo es capaz de compartir tal grado de intimidad, y lo entiendo.
– de acuerdo, dije, pero será mejor que seas más específica ya que al igual que tu, me resulta difícil encontrar alguien con quien compartir mis preferencias y te confieso que también lo entiendo, ya que para la mayoría esto resulta extremo.
– esa es la plagara, extremo, me contestó. Yo soy digamos extrema en mis gustos y fantasías. Dímelas, dije, créeme que tengo pocos límites.
– me das confianza, dijo Barbara, así que espero que no te eches a correr, ya que me gustas mucho. En fin, ahí voy comenzó:
Extremo para mi es como lo dices, compartir todos y cada un de los fluidos de nuestros cuerpos, o sea, sudor, olores, saliva, orina, aquí hizo una pequeña pausa, como para evaluar mi reacción ante esto, y al ver que yo seguí más que interesado, continuó. Pues como digo, me gustan los orines, pero también disfruto de lo más fuerte, – ¡me encanta! dije, como para animarla a seguir por esa ruta; – me refiero a la caca –, he hizo otra pequeña pausa, en la que sólo agregué, ¡maravilloso! – me gusta dar y recibir…
– cómo ves, me dijo?, y sólo contesté, – continua, qué más, hasta ahora lo comparto al 1000 contigo… así que Barbarita siguió con la narración de sus perversos gustos y yo fascinado la escuchaba gozando de una rica erección.
Pues me gustaría poderle dar a un hombre como tu toda mi caca encima… en su cuerpo, en la boca, cubrirle el cuerpo con mi cálida pastita… lamerlo, besarlo, que me haga el amor cubiertos así, pero también me gustaría que él me diera toda la suya, cubrir mis tetas y que me la de en la boca… besaron así, compartiendo todo, sin límites…
– me encanta, dije, ¿ese es todo? pregunte.
– ¡chico!, dijo, me ruborizo contigo, qué atrevido eres papi…
– si te ruborizas, le dije, es que hay más, así que quiero escucharlo y también hacerlo contigo…
–pues ´si, efectivamente hay más. Mi más secreta fantasía es abraza aun hombre, como tu y besarlo vestido aun, e irlo desvistiendo poco a poco, y mientras aun está vestido mientras lo beso, vomitar sobre él… otra pausa esperando ver mi reacción ante tal asquerosidad, mi sonrisa en el rostro la animó a seguir; me gustaría vomitarle encima, poco a poco ir batiendo su ropa de vomitada, hacerlo dentro de su boca, i desvestirlo, para cubrir su cuerpo, su verga dura y después, ya que lo vea bien adornado de colores, cagarme sobre él, batirlo de mierda y seguir vomitando mientras me hace el amor. Estas últimas frases las dijo ya entre resoplidos y entrecortadas, su excitación era mayúscula y debajo de su falda ya no podía ocultar su enorme y hermosa erección que yo sólo imaginaba y desde luego deseaba.
Sin más, me levanté, la tomé de la mano y le dije, Barbara, vámonos a mi casa ya.
En poco minutos ya estábamos en mi habitación, sentados al borde de la cama sobre sábanas limpias, desde luego vestidos aun y besándonos apasionadamente. Mis manos recorrían sus deliciosas tetas y a ratos su enorme pene duro y grueso, apetitoso. Durante un rato así fue hasta que la animé diciendo: adelante, Barbarita, ahora es cuando hacerlo realidad, y la besé de nuevo.
Sentía sus latidos junto a mi que aceleraban el paso y cómo se preparaba internamente para su siguiente acto, no sabía si se metería los dedos en la boca para provocarse el vómito o qué, pero para mi delicia mostró una rara habilidad y sólo con concentración interna de repente su redondo cuerpo se arqueó y dejó salir un pequeño hilillo de vómito, en realidad muy poco, que se deslizó despacio sobre el pecho de mi camisa. Metí mi lengua hasta el fondo de su boca y esto sin duda la animó y sólo unos segundo después pudo al fin liberar una descarga de vómitos viscosa, espesa, multicolor y enorme. Todo mi pecho se bañó de la sucia descarga y me dio un beso súper apasionado, su fantasía al fin se estaba realizando. El hermoso beso fue condimentado con otra enorme descarga de sucio vómito, pero esta vez directamente dentro de mi boca, para mi placer, siguió unas tres veces más sin parar vomitando dentro de mi boca, vomitando todo mi rostro, bañando de vómitos mi cabeza de donde escurría desde mi pelo la porquería multicolor. Nuestra calentura estaba al 1000, los gemidos, los besos eran cada vez más fuertes y apisonados, parecía que intentábamos entra uno en otro, nuestros cuerpos se estremecían uno contra otro y compartíamos toda su sucia vomitada. De repente me dijo, vomita papi, vomítame toda cariño. Cumplirle no me costó el más mínimo trabajo y sin mucho esfuerzo la vomité yo también sobre su rostro y dentro de su boca y nos volvimos a unir en un profundo beso. Seguíamos vestidos!! y totalmente batidos.
Arranqué su vestido descubriendo las hermosas y duras tetas y me vomité sobre estas, me quité la camisa y me dispuse a recibir de nuevo un baño de cálidos óbitos que bañaron mi cuerpo, nos desnudamos por completo y nuestras vergas ricamente duras se restregaron una contra otra, y girando su cuerpo se colocó sobre mi cara para dejar salir sobre mi rostro una hermosa tira gruesa y suave de brillante caca, pastosa y delicada, pegosteosa y aromática. bellos excrementos que aumentaron mi enorme gozo, haciendo que me retorciera de placer, saboreando la delicada mierda, descubriendo los íntimos sabores que me deparaba el delicado y asqueroso manjar, del que comí todo lo que pude, despacio, masticando la cagada suave y tragándola como una delicada pasta. Sus nalgas se desplazaron ahora sobre mi pecho y dejó salir una nueva y hermosa caca y poco después cagó sobre mi verga que gustosa se retorcía de placer. Sus d delicada manos recorrieron mi cuerpo cubriéndolo de la rica pasta marrón, adornando cada centímetro de mi cuerpo con su maravillosa caca, lamiendo cada parte, haciéndome sentir un placer delicado y maravilloso, chupó mi verga dura metiéndola hasta el fondo de su garganta y regalándome una nueva descarga de rico vómito cálido y viscoso.
Recostándose sobre la cama se colocó para esperar ahora su turno para recibir ella mi rica caca. Abundante y pastosa le llené la boca en sólo un segundo para cubrir su rostro con la mierda y restregar mis nalgas sobre su cara y lamerla después, besarla con la hermosa materia fecal en nuestras bocas; después repitiendo la rutina que ella me había dado, me cagué sobre todo su cuerpo, maravilloso defecar sobre esas enormes y hermosas tetas, que cubierta se excrementos se veían aun más eróticas y apetitosas. Finalmente me cagué sobre su enorme miembro que bien duro se sacudía de placer.
Llené de nuevo su boca con mi cagada suave y asquerosa y haciendo lo mismo con su mierda llené mi boca, me monté sobre su verga endurecida y palpitante y me hundí el hermoso miembro hasta el fondo de mi culo, sintiendo como su verga me penetraba, me llenaba, su verga de mujer me daba un placer delicioso y nos unimos en un beso hermoso y lleno de cagada suave para que ella, sin límites continuara con la maravillosa lluvia dentro de mi boca de vómitos a cual más de asquerosos, provocándonos a los dos una increible y dolorosa eyaculación. El semen saltó de mi verga llegando hasta su rostro y su leche maravilloso se hundió hasta el finco de mi fundillo, mezclándose con la caca. El último bebo de esa noche fue sucio y hermosos, delicado y asqueroso a la vez, ya que me regaló de nuevo un chorro de vómitos espesos que aun ahora deseo y me hace suspirar. Sus vómitos, sus tetas, sus excrementos, su orina y su verga dura y enorme me han dado uno de los placeres más maravillosos que he tenido.
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