Las Aventuras de un Agente de FBI, Parte 3

A Rald se le asigna la investigación de un supuesto foro de internet con contenido ilegal. .
Tras varias semanas de investigación, el Cuartel General del FBI ha localizado un sitio sospechoso en la red profunda, un sitio del cual se sospecha usuarios anónimos de internet comparten material ilícito relacionado a menores de edad.

 

Debido a su éxito en una misión parecida hace cerca de un año, el cuartel ha designado al agente Rald Matteson para infiltrarse en el sitio.

 

01.

 

—¿Estás seguro que puedes hacer esta misión solo? —Preguntó el agente Bryce a su amigo Rald.

 

—Sí. —Contestó Rald, por el teléfono—. Para acceder al sitio primero necesito pagar una membresía, y después esperar 15 días.

 

—Los administradores tienen demasiados filtros para que se pueda acceder al foro. —Mencionó Bryce—. Estoy seguro que deben estar circulando ese material.

 

—Descuida, mi misión consiste en entrar, explorar el sitio un par de días, y determinar si están circulando ese tipo de material, o cualquier otro tipo de material en su defecto.

 

—Sí, así es.

 

—Bueno. Voy a colgar. Te llamo a ti a mi jefe para comunicarles si veo algo sospechoso.

 

02.

 

Habían ya pasado tres meses desde esa pequeña travesuras que Rald había hecho con su pequeño hijo recién nacido. Desde entonces, no había tenido la oportunidad de repetir la experiencia debido al trabajo y a que Samantha no se alejaba del niño.

 

Del mismo modo, ya había visto todos los vídeos de la USB, y necesitaba material nuevo.

 

Estaba urgido, así que cuando le ofrecieron hacerse cargo del caso de infiltración y exploración de un posible foro de pornografía infantil, aceptó sin dudarlo.

 

Bien podría conseguir algo de material extra.

 

Según la información que habían conseguido los investigadores del FBI, para poder ingresar al foro, primero debía mandar un correo electrónico a [email protected] y pedirle al usuario que quería ingresar al «grupo de discusión de libros», el cual obviamente era una fachada para el verdadero propósito del grupo.

 

Después de un tiempo, recibiría una respuesta preguntándole cuál «paquete» quería y él debía contestar «libros de educación sexual».

 

Después, recibiría el número de una cuenta de banco al que debía depositar cierta cantidad de dinero, mandar copia del comprobante al correo ya mencionado, y después, finalmente recibiría un link para el presunto foro que debía contestar.

 

Una sola persona debía hacer todo el proceso, ya que el cuartel temía se diera cuenta de que estaban siendo invadidos por alguna agencia y borraran todo de inmediato.

 

Rald era el elegido.

 

Hizo todo lo explicado, y solo media hora después, recibió el link del grupo.

 

Rald se quedó algo sorprendido tras ver la velocidad con la que estos tipos habían aceptado su pago y le habían mandado link.

 

Dió click al link.

 

03.

 

Lo primero que Rald vió un menú que se desplegó en su pantalla:

 

• Adolescentes

• Niños

• Bebés

 

Y el último:

 

• Violaciones.

 

Esa palabra con V se quedó helado tras ver esa palabra con V.

 

«¿V-violaciones?». Pensó.

 

Arriba, en la esquina superior derecha, aparecía el verdadero nombre del foro: «Amantes de la Carne Cruda».

 

Un título algo… raro, pero morboso a la vez. Y lo poco que vió fue suficiente para comprobar el objetivo de la misión; Era un Foro de Pornografía Infantil.

 

A un lado, en el lado derecho, había una pequeña pestaña con las palabras «Chat».

 

Rald le dió click, y lo primero que apareció fue una petición para que elegirá un nombre de usuario.

 

—¿Nombre de usuario? —Pensó.

 

Lo pensó unos segundos, y la idea vino a su cabeza.

 

—LecheroDeBebés. —Dijo, y tecleó el nombre.

 

 

Tras eso, de inmediato tuvo acceso al chat.

 

«3 miembros en línea».

 

—¿Solo tres? Debe ser la hora. —Dijo—. ¿Mando un mensaje?

 

Y así lo hizo.

 

———————————————————————

 

LecheroDeBebés: Hola.

 

Pedo129: Hola. ¿Eres nuevo? Es la primera vez que te veo en este chat.

 

LecheroDeBebés: Sí. Me acabo de unir.

 

Pedo129: Genial, amigo. Verás que este es un lugar muy divertido.

 

LecheroDeBebés: Eso espero, jeje.

 

Pedo129: Oye, me encanta tu nombre de usuario. ¿Significa lo que creo que significa?

 

LecheroDeBebés: ¿Qué crees que significa?

 

Pedo129: Ya sabes… Darle lechita a los bebés.

 

LecheroDeBebés: Sí.

 

Pedo129: Genial, bro. Nunca se me hubiera ocurrido un título tan morboso como ese. Oye, ¿Te importa si charlamos en privado?

 

LecheroDeBebés: ¿Privado?

 

Pedo129: Mensaje privado. Dale click a mi imagen de perfil y dale en envíar mensaje privado.

 

La imagen de perfil de Pedo129 era la foto de un niño varón mostrando su culito. Con esa foto supo que a su nuevo amigo le gustaban los varones, como a él, así que aceptó la conversación.

 

LecheroDeBebés: Hey.

 

Pedo129: Hey, bro.

 

LecheroDeBebés: ¿Es normal que haya tan poca gente conectada?

 

Pedo129: Bueno, deberías esperar al fin de semana, esos días hay hasta 30 o 40 conectados. Poca gente tenemos tiempo entre semana.

 

LecheroDeBebés: Según esto, habemos 3 ahora mismo.

 

Pedo129: Debe ser algún tipo masturbándose con los vídeos del foro, jaja.

 

LecheroDeBebés: Y… ¿Qué tal están esos vídeos?

 

Pedo129: Oh, amigo. Son de lo mejor. Hiciste una buena inversión.

 

LecheroDeBebés: Genial.

 

Pedo129: Oye, ¿A ti lo que te gusta es la pornografía de niños, verdad? Hablo de varones en específico.

 

LecheroDeBebés: Um, sí. ¿Cómo lo supiste?

 

Pedo129: Por ese nombre. Solo los que nos gustan las varoncitos somos tan morbosos.

 

LecheroDeBebés: ¿El niño de tu foro de perfil es tu hijo?

 

Pedo129: No, no tengo hijos. Apenas y tengo 19 años. Es una foto que pasaron una vez en el chat grupal y la puse de foto de perfil por lo rico que se le ve en culito. Dios, me gustaría meter mi verga en ese culito y correrme dentro.

 

LecheroDeBebés: Con lo apretadito que debe estar ese culo, apuesto a que debe sentirse como el paraíso. Lástima que es imposible, meter algo tan grande ahí lastimaría al niño.

 

Pedo129: Eso no me importa. Por mí el puto bebé se puede morir. Los bebés no deberían ser más que nuestros juguetes. Piénsalo, ellos nacen de nuestros espermatozoides. Son nuestros. Deberíamos poder hacer lo que queramos con ellos.

 

LecheroDeBebés: Vaya, qué manera de pensar tan interesante. ¿Y ya tuviste alguna experiencia?

 

Pedo129: No. Es imposible. No tengo hermanitos ni primos pequeños. Lo más cercano que tengo es el material de este foro.

 

LecheroDeBebés: Veo que lo que te atraen son los bebés.

 

Pedo129: Mi sueño es casarme y tener un hijo para poder cogérmelo. Jaja. Es la única manera de lograrlo sin arriesgarme a terminar en la cárcel. ¿Y tú? ¿Has tenido alguna experiencia?

 

LecheroDeBebés: Bueno, amigo. No es por querer darte envidia, pero actualmente me encuentro cumpliendo tu sueño.

 

Pedo129: ¡¿QUÉ?! ¡¿CÓMO?! ¡¡CUENTA!!

 

LecheroDeBebés: Bueno, solo he podido hacerlo una vez, porque por mi trabajo y que mi esposa está con él todo el tiempo. Han pasado tres meses.

 

Pedo129: ¿Te lo cogiste?

 

LecheroDeBebés: No, solo le pase la verga por su cuerpecito, usé sus piernitas para masturbarme y me corrí sobre él.

 

Pedo129: Vamos, amigo. Debiste cogertelo. ¿Pues cuánto te mide la verga o qué?

 

LecheroDeBebés: Unos 18 Cm.

 

Pedo129: Mierda, eres más grande que yo. Yo mido 16. Aún así, he visto videos en este foro de bebés siendo volados por pitos así de largos. No tienes por qué preocuparte. Solo debes hacerlo en un lugar donde nadie escuche al bebé llorar.

 

LecheroDeBebés: No pude. Cuando lo hice el niño era demasiado pequeño, sin mencionar dónde lo hice.

 

Pedo129: ¿Cuántos años tiene? ¿Dónde lo hiciste?

 

LecheroDeBebés: Lo hice en el hospital. Lo hice cuando tenía unas seis horas de nacido.

 

Pedo129: Mierda, amigo. ¿Es en serio? Tienes que estar bromeando. Eres el hijo de puta más suertudo del mundo. Mierda. Tu puto hijo recién nacido. ¿Y qué se sintió?

 

LecheroDeBebés: Super rico. Tenía la piel tan suave como una hoja de papel. Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no cogérmelo o me hubieran atrapado cuando lo notaran.

 

Pedo129: Hijo de perra suertudo. Por eso te pusiste ese nombre, ¿cierto? Te inspiraste de la lechita paterna que le diste a tu bebé. Estoy súper duro con lo que me estás contando mira.

 

Mandó una foto por el chat. Una foto tomada desde la parte superior del cuerpo. Una mano sosteniendo una gran verga.

 

Rald prendió la foto de su laptop, se desabrochó el cinturón, se bajó los pantalones y la ropa interior, y tomó la foto desde la cámara de la laptop. La envió.

 

Pedo129: Qué rica verga tienes. ¿Se te ve que eres un poco maduro? ¿Cuántos años tienes?

 

LecheroDeBebés: 37.

 

Pedo129: Estás en forma. Tienes músculos y tu verga está muy grande y rica. Mierda, casi me vengo pensando que el pito que estoy viendo ya se cogió a un bebé.

 

LecheroDeBebés: Aún no me lo he cogido, pero tal vez en unos años.

 

Pedo129: No tienes por qué esperar tanto. Con unos meses basta. Dios, de imaginarme esa gran verga tuya entrando y saliendo de un culito tan pequeño casi me corro. Tu hijo es muy afortunado de tener semejante hombre como padre.

 

LecheroDeBebés: Vas a hacer que yo me corra también de las cosas que estás diciendo.

 

Pedo129: Oye, ¿Puedo preguntar por tu nombre?

 

LecheroDeBebés: Rald. ¿Y el tuyo?

 

Pedo129: Blake.

 

LecheroDeBebés: Oye, Blake. ¿Tienes 19 años, verdad? ¿Y cuéntame? ¿Vives con tus papás?

 

Pedo129: Sí.

 

LecheroDeBebés: ¿Y… ya sabes, nunca has fantaseado con tu papá?

 

Pedo129: Jaja, claro que lo he hecho. Siempre me masturbo pensando en él, cuando no lo hago pensando en bebés, claro.

 

LecheroDeBebés: ¿Puedo ver una foto de él?

 

En el chat aparece una foto de un padre con su hijo en lo que parece ser una graduación de preparatoria. Blake aparecía, un jóven rubio con ojos azules, muy lindo, y su padre, igual a él, aunque obviamente mayor. Muy apuesto.

 

Pedo129: Aquí tenía 17 años, me gradué de la preparatoria.

 

LecheroDeBebés: Tu papá es muy lindo.

 

Pedo129: ¿Verdad? Es el hombre más apuesto que conozco. Descubrí que me gustaban los hombres por él. Cuando era pequeño aprendí a masturbarme por pensar en él. A veces, cuando estaba pequeño, incluso a veces hoy, entro a su cuarto y tomo su ropa interior y me masturbo con ella.

 

LecheroDeBebés: ¿Están tus papás en casa?

 

Pedo129: No. Trabajan y yo no voy a la universidad hoy.

 

LecheroDeBebés: ¿Puedes mandarme una foto de ti usando su ropa?

 

Pedo129: Claro.

 

Aparece en el chat una foto del chico usando una ropa interior blanca. La parte de enfrente estaba amarillenta debido al presemen.

 

LecheroDeBebés: Qué rico. La próxima vez que tú papá use eso, tendrá un poco de tu esperma.

 

Pedo129: Oye, Rald. ¿Me envías una foto de ti?

 

Rald lo hizo. Se tomó una foto con la laptop y la mandó. Era lo menos que podía hacer tras ya haber visto la cara del otro chico.

 

Pedo129: Mierda, ¿En serio tienes más de 30? Eres un papasito.

 

LecheroDeBebés: Puedo ser tu papi si quieres.

 

Pedo129: ¿Lo dices en serio? Jaja. ¿Quieres ser mi papito?

 

LecheroDeBebés: Sí, bebé.

 

Pedo129: ¿Puedes hacer videollamada ahora? ¿Y si nos hacemos una paja juntos?

 

LecheroDeBebés: Espera…

 

Rald tomó la laptop y salió de su oficina. Fue a asomarse que su esposa siguiera dormida. Lo estaba.

 

Y después subió al baño del segundo piso. Cerró con llave y puso la laptop sobre el lavamanos. Presionó «Videollamada».

 

—Hey, papi. —Dijo el chico rubio del otro lado de la pantalla.

 

—Hey, ¿Blake?

 

—Claro, papi. Eres más guapo en persona. Papito, ¿me dejas ver tu verga?

 

Rald se desnudó por completo. Mientras lo hacía, el chico al otro lado de la pantalla también lo hizo.

 

—Qué rica, papi. ¿Ese pitote es el que usaste para darle lechita a mi hermanito? —Preguntó el chico mientras comenzaba a acariciar su verga.

 

—La misma. —Rald estaba completamente excitado por este juego.

 

Era la primera vez que le contaba a alguien sobre sus nuevos fetiches y sobre lo que le había hecho a su bebé. Estaba muy caliente.

 

—Quiero lamerla. —Dijo Blake, supercaliente—. Quiero llenarla de mi babita, y quiero tragarme toda tu lechita papi.

 

—¿Quieres que te llene tu estómaguito de mi lechita, bebé?

 

—Sí, papito.

 

Siguieron masturbándose. Blake estaba acostado sobre su cama, mostrando su erección y una parte de su culo a la pantalla. Rald estaba de pie.

 

—Quiero mostrarte algo, papi. —Dijo Blake, y Rald observó cómo movió su mano derecha hacia su computadora para poner algo.

 

Y en la laptop, apareció una tercera pantalla.

 

—¿Qué haces, Blake?

 

—Espera…

 

En la pantalla, aparece un vídeo. En el vídeo, hay un pequeño bebé mostrando su culito.

 

—¿Es… Un vídeo?

 

—Mira.

 

Aparece un hombre, también de espaldas, con una erección gigante. En el vídeo, el hombre escupe en su mano para lubricar su miembro, y entonces…

 

—Mierda… ¿Va a…?

 

—Sí, mira.

 

El hombre del vídeo comienza a forzar su gran verga en el pequeño ano del bebé.

 

—Espera… Va a lastimarlo.

 

—No te preocupes. El bebé llega vivo al final del vídeo. Solo mira y disfruta, papi.

 

El bebé del vídeo comienza a llorar de dolor. La gran verga de su violador comienza a introducirse poco a poco, centímetro a centímetro, con gran dificultad, en ese pequeño hoyo del tamaño un punto.

 

—Mierda… —Dijo Blake—. Cómo quisiera violar a un puto bebé así. Dime, Rald. ¿No quieres violar a tu bebé de esa manera?

 

En el vídeo, el hombre logra introducir todo su largo en el pequeño ano, después, lo saca, lo lo vuelve a meter una y otra vez. Se estaba cogiendo al bebé.

 

El bebé lloraba, y el hombre gemía. Las nalguitas del bebé comenzaron a hacerse rojas debido a la irritación. Y una espuma blanca bajaba por su culito. El ruido que provocaba el pene al entrar en el pequeño ano era perverso, era como un rechinillo húmedo, se escuchaba sucio, un ruido que no debería estar ocurriendo. Pero sobre todo, un ruido extremadamente excitante.

 

—Mira, cómo ese gran tronco desaparece en ese pequeño culito. Seguro está llegando a su estómago, ¿no crees?

 

—Sí…

 

Rald se sintió algo mal por unos segundos debido al dolor que el bebé debía estar sintiendo. Pero, ese ruido rechinante, y los gemidos del violador, lo hicieron olvidarse de eso por completo.

 

Empezó a imaginarse a él mismo cogiéndose a su bebé.

 

—Sí… —Dijo Rald, cegado por el placer—. Cógete al bebé, viólalo.

 

Y de pronto, un líquido blanco y algo amarillento salió del pequeño bebé. Su violador se había corrido dentro.

 

Y con esa imágen, Rald y Blake se corrieron.

 

El semen de Rald llegó a la pantalla y al teclado de su laptop, y él, aunque intentó callarlo, dejó escapar un gemido de placer.

 

Rald recuperó el aliento unos segundos después, y, tras la imágen que aún podía verse en su pantalla debido al semen que tapaba una gran parte, vió que el violador del bebé sacaba su gran verga de su culito, haciendo un ruido parecido al de quitar el corchete de una botella.

 

El pequeño anito del bebé se había vuelto gigante. Estaba rojo y muy irritado, y sobre todo, lleno de una gran cantidad de leche que comenzaba a salir porque no cabía dentro.

 

Rald tuvo deseos de lamer ese culito, y tragarse el esperma del violador, y así hizo. Aunque como era un solo vídeo, se conformó lamiendo su propio semen de la pantalla imaginando que era el del violador.

 

—Mierda… —Dijo Blake—. ¿Te gusta tratarte tus propios mecos? Ese bebé tuyo es el niño más afortunado del mundo, Dios. Todo lo que vas a hacerle.

 

—Ahora mismo está dormido. —Dijo Rald, mientras se limpiaba su propio semen de su quijada.

 

—Oye, Rald. ¿Dónde vives?

 

—En Cherokee City.

 

—¿En serio? ¿Yo vivo en Flint City? Está a unas cuatro o cinco horas de dónde vives tú. ¿Quieres que nos veamos?

 

—Dios, sí.

 

—¿Por qué no llevas a tu hijo? ¿Quiero conocer a mi nuevo hermanito?

 

—Lo haré. Buscaré una manera de hacerlo.

 

—Genial. Nos vemos. Te mando mi número por chat para ponernos de acuerdo por mensaje. Bienvenido al foro, por cierto.

 

La videollamada terminó, y Rald comenzó a vestirse nuevamente. Entonces, sonó su teléfono

 

—¿Sí?

 

—Rald, ¿Cómo te fue con tu misión?

 

—Oh, Bryce.

Dile al jefe que no era nada. Era solo una falsa alarma.

 

—Oh, ¿en serio?

 

—Sí. Resultó ser solo un grupo de pornografía, pero nada ilegal.

 

—Oh, menos mal. Hubiese sido mucho trabajo. Genial, yo le aviso al jefe y a los demás. Cerraremos el caso.

 

—Nos vemos en la oficina. —Y colgó—.

 

No iba permitir que el FBI cerrara su nuevo grupo favorito.