Las Aventuras de un Agente de FBI, Parte 9
Orgía. .
01.
A Max le emocionaba viajar con el padre Anderson. Lo llevaría supuestamente a «conocer» a algunos amigos.
Le había dicho a sus padres que había ido para ayudarlelo a una reunión que tendría con gente importante de la sacristía, por lo que sus papás aceptaron sin ningún problema.
Viajaban por la carretera de Flint City en el auto de Anderson. Se dirigían a un lugar un tanto apartado por lo que parecía. El pequeño Max se asomolaba por la ventana, y veía pasar los demás autos.
—¿A dónde vamos? —Preguntó
—Ya casi llegamos. —Respondió Anderson.
—¿Cómo son esos amigos suyos?
—Oh, son adultos. —Respondió—. Solo quieren jugar.
—¿Jugar?
—Ya lo entenderás cuando lleguemos. —Sonrió—. Solo recuerda, no puedes decirle nada a nadie.
02.
—¿Y bien? ¿Qué te parece? —Preguntó Bryce.
—Es perfecta. —Respondió Rald.
Bryce había llevado a Rald a su segunda casa a las afueras de la ciudad. Era una casa que Bryce y su esposa tenían desde hace años, e incluso pensaron en llegar a venderla. Pero ahora sería la base de sus reuniones de club.
—Mierda, qué bueno que te uniste, Bryce. —Dijo Rald—. Nuestro mayor problema antes era que no teníamos donde reunirnos, pero ahora con tu casa, no tendremos ese problema.
—Espero esto sea buena idea…
—Lo es.
Vieron que se acercó un carro. Rald lo reconoció de inmediato. Se estacionó a un lado de una árbol, y de él salió un chico rubio.
—¡Hey, Rald!
—¡Blake!
Blake se acercó y besó a Rald en la boca. Casi como si fueran novios o algo así. A Bryce le incomodó un poco.
—¿Entonces está será nuestra nueva «guarida», eh?
Blake admiró la casa. Era grande, y estaba apartada de la ciudad. La casa más cercana debía estar a unos 20 minutos de caminata.
—Usaremos el sótano. —Dijo Bryce—. Es cierto que la casa está algo apartada, pero aún así no quiero arriesgarme.
—Oh, tú debes ser Bryce. —Saludó Blake—. Rald me habló de ti. En cuanto supe que tenía alguien más para compartir nuestros gustos me puse muy feliz.
—Hola.
—¿Cuántas veces te lo has cogido?
—¿Disculpa?
—A Ben. ¿Cuántas veces?
—Yo…
—Jaja. —Rió Rald—. Bryce aún no lo ha hecho con Ben. Hoy será su primera vez.
—¿Aún no te gradúas como pedófilo? Descuida. Ese niño es el mejor culo que te cogerás.
Rald y Blake hablaban de «cogerse» a Ben, un niño de un año, como si fuera algo completamente normal y cotidiano. No había culpa en su voz, o miedo. Bryce aún seguía dudando de si quería hacer esto.
—Aquí viene otro carro. —Dijo Rald.
Y otro auto se estacionó al lado del de Blake. Anderson bajó del lado sel conductor, y del lado del pasajero bajó un pequeño niño de unos 11 años.
—¡Anderson! —Lo recibió Rald.
Anderson se acercó. Venía vestido de ropa normal, sin su atuendo de sacerdote.
Rald no pudo evitar apartar la vista del pequeño niño que venía tras de él. Era rubio, y bastante lindo. Se lo cogería.
—Tú debes ser Bryce. —Comentó Anderson, mientras lo saludaba.
—Sí… No pensé que un padre… de verdad estuviera involucrado en esto.
Anderson solo rió. —Él es Max. Estará con nosotros hoy.
Rald se agachó para saludarlo. —Hola, mucho gusto, Max.
Max hizo lo mismo.
—Hablando de niños, ¿dónde está Ben?
—Está en el sótano. Está preparado para recibirnos. —Contestó Bryce.
Rald sacó de su chaqueta una caja de pastillas. Y comenzó a repartirlas entre todos los presentes, incluído el pequeño Max. Era Viagra.
—¿Qué es esto? —Preguntó Max.
—Es para que la diversión dure más tiempo. —Respondió Rald.
Y ahí estaban. Cuatro hombres adultos, un niño de 11 años y un bebé esperando en el sótano.
Iba a ser una orgía.
03.
El pequeño Max seguía sin entender a la perfección lo que estaba sucediendo. De la nada, se encontraba siguiendo al padre Anderson y a cuatro desconocidos hacía el sótano de una casa en medio de la nada. También lo habían hecho tragar una pastilla extraña de color azul.
—Es aquí. —Dijo el adulto que se llamaba Bryce.
Abrió la puerta.
Dentro, se encontraba una pequeña sala de juegos. Había un pequeño bar, una mesa de billar, y un rockola. Pero lo que de inmediato le llamó la atención, tanto al pequeño Max como a los demás adultos que habían entrado, era lo que se encontraba justo en el centro del salón.
—Vaya, sí que vas en serio, Rald. —Rió Blake.
—Bueno, este lugar es aprueba de sonido. —Respondió Rald—. Hay que aprovechar, ¿no es así Bryce?
Bryce asintió.
En el centro de la mesa, había una cama. Iluminada por una lámpara el el techo que se dedicaba a iluminar específicamente la cama. Y en la cama, había un pequeño bebé. El bebé tenía los ojos vendados con un cuero, y estaba amarrado con una soga de sus dos manitas. Tenía una pequeña cinta en la boca.
Max quedó petrificado.
—Wow, ¿Ese es Ben? —Preguntó Blake.
—Sí. —Respondió Bryce—. Rald insistió en amarrarlo de esa manera.
—Es un fetish que quería probar. —Rió. —¿Les gusta?
—Supongo que podemos intentarlo. —Respondió Anderson.
Max dió un paso atrás. Se sintió intimidado por lo que estaba viendo y escuchando. Intentó jalar de la ropa al padre Anderson en un intento de decirle «vámonos padre», pero Anderson no le hizo caso.
—¿Y no ha llorado? —Preguntó Anderson.
—Estuvo llorando toda la mañana. —Respondió Bryce.
—Y volverá a llorar en unos minutos. —Interrumpió Rald.
Rald caminó y se posicionó frente a su pequeño hijo. Los otros tres adultos se acercaron y se posicionaron alrededor de la cama, rodeándola. Los pantalones de todos ya mostraban un bulto. El viagra estaba funcionado.
El pequeño Max también de acercó, más que nada porque no quería alejarse mucho del padre Anderson. Era el único que le inspiraba confianza y seguridad. El pequeño Max notó los bultos en los pantalones de todos, y pronto se dió cuenta que él también estaba comenzando a desarrollar uno en sus pequeños pantalones de mezclilla.
—¿Y qué hacemos ahora? —Preguntó Bryce, siendo el más nuevo del club.
—Bueno, se me ocurrió un pequeño juego. —Dijo Rald. Tomó al pequeño Ben de las piernas, las cuáles estaban inmovilizadas con cinta adhesiva, y lo hizo girar sobre la cama—. ¡Juguemos a la botella!
—¿De qué hablas? —Preguntó Bryce.
—Giramos a Ben, y al igual que en el juego de la botella, el que quede frente a su culito, lo viola por el culo, y el que quede frente a su boca, le da por ahí. Le daremos por unos minutos y luego lo volvemos a girar.
—Me agrada. —Dijo Blake.
Anderson y Bryce solo asintieron.
—Bien, aquí vamos. —Y tomó a su hijo de las piernas y lo hizo girar.
Giró por unos segundos, y finalmente de detuvo. El bebé terminando apuntando a Rald y Bryce.
—Rayos, parece que tengo mala suerte por ahora. —Bromeó Blake.
—¿Qué dices, Bryce? ¿Quieres graduarte como pedófilo oficial conmigo? —Dijo Rald, mientras comenzaba a desabrocharse su cinturón.
Bryce tragó saliva nervioso, asintió, y se posicionó frente a Rald, dejando al pequeño Ben en medio de ambos.
Aquí comenzó todo.
04.
Bryce observó cómo la gran erección de Rald salía de entre sus pantalones. Era grande, y también pudo notar una gota de líquido preseminal que salía de la punta.
Rald tomó su verga y comenzó a frotarla. Dejando escapar unos pequeños gemidos. La tomó con su mano y con ella le dio unos golpes a la espalda del pequeño Ben, quien aún seguía boca abajo.
Bryce observó como esa acción dejó unas manchas de humedad en la espalda del bebé, y también notó la extrema diferencia que había de tamaños. El pene de Rald era tan grande que casi tenía el tamalo de todo el torso del niño. El bebé era tan pequeño que ni había manera en que Rald pudiera realmente tener relaciones con él. O al menos eso pensaba. Era como como comparar un caballo con un conejo. Pero eso solo excitó a Bryce.
Rald comenzó a desnudarse por completo, dejando ver su cuerpo músculoso y bien trabajado. Mientras Rald hacía esto, miraba a Bryce a los ojos y sonreía, como diciéndole: «Prepárate para ver esto».
Bryce comenzó a hacer lo mismo. Comenzando con los pantalones y luego la ropa de arriba.
Pronto, había dos hombres desnudos y erectos, y en medio de ellos, un pequeño bebé, también desnudo.
Rald tomó el torso del bebé y lo levantó un poco, solo para darle una nalgada.
El bebé comenzó a llorar, pero como su boca seguía tapada con cinta, los gritos se escucharon como deberían.
Las nalgas del bebé se enrojecieron, y Rald dió otra nalgadada.
—Quítale la cinta. —Indicó Rald.
Y Bryce, aunque dudó un segundo, al final decidió seguir las indicación.
Le quitó la cinta, y el pequeño comenzó a llorar. Los gritos y lágrimas del bebé asustaron un poco a Bryce, casi haciendo que se arrepintiera de todo esto, pero, cuando levantó la mirada, observó a Rald comenzando a meter su verga poco a poco en el culo del pequeño.
—Oooooh. —Gimió Rald, mientras se introducía dentro del bebé.
Bryce observó cómo la verga de Rald se introducía lentamente en aquel pequeño trasero. Era como la verga de un caballo meterse en el trasero de un un conejito.
El bebé lloraba cada vez más por cada centímetro de carne que entraba en él. Y cuando finalmente había entrado por completo, Rald volvió a gemir.
—Nunca me canso de esto. —Dijo—. ¿Y bien, Bryce? ¿Aún dudas que me lo puedo coger? ¿Y qué esperas tú para meter tu verga en su boca?
Bryce volvió a tragar saliva, y tomó su verga con la mano. Tomó la cabeza de Ben con la otra, y guió ambos elementos hasta unirlos. Cuando finalmente su punta chocó con los labios del bebé, el bebé intentó alejarse, mostrando rechazo. Bryce volvió a dudar.
—Maldita sea, Bryce. —Lo regañó Rald—. ¿Tienes miedo de lastimarlo o algo? ¡Vas a violar a un puto bebé por la boca! ¡Es obvio que el bebé de mierda no se va a sentir cómodo con eso! Pierde tu miedo y métele la verga.
Bryce entendió. Si no tenía el valor para perder el miedo, no podría entrar a este mundo.
Tomó nuevamente su verga y nuevamente la cabeza del bebé. Sujetó ambas, sin dudar, y finalmente introdujo su verga erecta en aquella porqueña boca.
—Eso es. —Dijo Rald, mientras él comenzaba a embestir.
El pene de Bryce comenzó a hacerse paso entre la boca de Ben. Pasó por las pequeñas encías, luego por la lengua y pronto llegó a la garganta. Era mojads y caliente, y lo primero que Bryce pensó fue que se sentía como la vagina de si esposa, pero mejor.
El bebé siguió llorando, pero eso solo se tradujo en vibraciones que provocó más placer en el pene de Bryce. Aquel nuevo placer había sido tan exquisito que Bryce contrajo sus muslos y estuvo a punto de correrse. Pero no lo hizo.
—Eso es. —Dijo Rald, mientras seguía haciendo su trabajo anal—. Viólalo y llénalo de semen.
Y entonces, la pequeña cama donde los dos adultos se encontraban violando al pequeño bebé, comenzó a temblar y a moverse debido a los bruscos movimientos de los perpetuadores de arriba.
Bryce finalmente había tomado más confianza y había comenzado a meter y sacar su verga de la boca de Ben, aumentando el ritmo y provocando que el pequeño bebé comenzar a hacer ruidos de ahorcado.
Y entonces.
—ahhhhhh.
Bryce se corrió sin siquiera haberlo pensado. Su semen caliente comenzó a salir de la punta de su verga y comenzó a desembocar en la garganta del pequeño bebé. El ruido del semen juntándose y con la saliva del bebé creó un sonido húmedo que se escuchó por toda la habitación, un ruido parecido al de una gota cayendo en un charco.
Rald se dio cuenta de esto y también se corrió.
Bryce finalmente sacó su pene de la boca del bebé, provocando que una cantidad de semen, la que no había a alcanzado a llegar al estómago de Ben, comenzara a escurrir de su boca. Incluso había un pequeño hilo de esperma que seguía manteniendo unida su verga con la boca de Ben.
—¿Te ayudo con eso?
Era Blake. Se había puesto directo de rodillas y había tomado la verga de Bryce, verga que estaba empapada con su propio semen y con la saliva del Bebé.
—Te ayudaré a limpiar.
Y Blake comenzó a hacerle una mamada. La verga de Bryce sería erecta debido al Viagra que había consumido.
Blake comenzó a tomar con su lengua todo aquel semen que aún sería fresco y ya llevarlo hacia su boca. Era como si se encontrara haciendo un trabajo de limpieza.
—No puedo permitir que mi pequeño hermanito sea el único que coma está rica y nutritiva leche. —Dijo.
Bryce levantó su mirada, y vio que Anderson se encontraba haciendo exactamente lo mismo con el pene de Rald. Limpiaba con su boca todo el esperma que no había permanecido dentro del ano del bebé.
—¡¿Quién sigue?! —Preguntó Rald.
Y antes de que alguien dijera algo, Blake se había adelantado y había tomado al bebé entre sus brazos.
—Es nuestro turno. —Dijo mientras veía a Anderson, indicándole que había llegado la hora de su primer coito con Ben.
Blake tomó al bebé y lo sostuvo de los hombros, mientras que Anderson lo sostuvo de los pies. Iban a hacer lo mismo que Rald y Bryce.
Blake metió su verga en la boca de Ben, quién no más remedio que aceptarla, y Anderson, por primera vez desde que se había unido a esto, tenía el culo de Ben para violar.
Anderson echó un vistazo, aún había semen escurriendo del culo del infante; el semen de su padre, y eso lo puso más duro.
Comenzó a meter su pene poco a poco, sintiendo la calidez y especidad del esperma de Rald cubriendo su verga. Estuvo a punto de venirse con la sola idea de que estaba metiendo su pene en el ano de un pequeño bebé que acababa de ser violado por su padre, pero logró resistirse.
Y de pronto, en un abrir y cerrar de ojos, Blake y Anderson se encontraban violando al bebé por sus dos lados.
Rald y Bryce miraban de lejos.
—Parecen animales. —Mencionó Bryce—. ¿Así nos miramos nosotros?
Rald rió. —Déjalos que se diviertan. Blake no lo ha cogido por varias semanas, y es la primera vez de Anderson.
—¿Y qué hacemos nosotros mientras?
—Bueno… Hay otro chico, ahí.
Ambos voltearon, y vieron al pequeño Max, quién estaba acurrucado en una de las esquinas de la habitación.
06.
Max era un niño, pero tenía la suficiente inteligencia como para saber lo que está pasando ahí. Se llamaba SEXO.
Sin embargo, había algunas cosas que no lograba entender por completo. ¿Lo estaban haciendo con un bebé? ¿Al bebé no le dolía? ¿No estaba eso mal? ¿Por qué el padre Anderson lo había llevado a ese lugar?
En la escuela le habían enseñado que eso estaba mal. Se llama PEDOFILIA. Pero estos hombres lo estaban haciendo como si fuera algo normal.
Los dos hombres adultos habían terminado. También sabía qué era eso. Se llamaba orgasmo, aunque él nunca había experimentado uno. Era cuando un hombre eyaculaba en la vagina de una mujer y así se hacían los bebés. Pero esos hombres no habían eyaculado dentro de una mujer, sino dentro de un pequeño bebé varón.
Eso estaba mal.
Max escuchó cómo el bebé lloraba. Era obvio que le dolía.
En cuanto los dos hombres terminaron, Max observó cómo el Padre Anderson de acercaba para hacer lo mismo que aquellos hombres. No podía creerlo. Incluso llegó a pensar que estaba soñando.
¿El padre Anderson haciendo algo así?
Max observó que los dos hombres que acababan de abusar del bebé voltearon a verlo. Y sintió miedo.
El primer hombre, el más alto, comenzó a acercarse a Max. Max no dejaba de ver la erección que se balaceba mientras caminaba. La erección cona que acababa de abusar de aquel bebé.
—Hey, amigo. —Dijo Rald—. ¿Disfrutas del espectáculo?
Max no dijo nada. Su vista seguía clavada en aquella erección gigante. Rald se dió cuenta.
—¿Qué pasa? ¿Te gusta?
—No.
—¿No? Pero si no dejas de verla. —Rió Rald—. ¿Quieres tocarla?
Max negó con la cabeza esta vez.
Rald sabía que debía tratar bien a Max. A diferencia de Ben, que era un bebé y no podía hablar o pensar de manera lógica, Max podía representar un peligro si lo hacían enojar o llorar. Sabía que debía ganárselo y más importante, no hacer actos que resultarán dolorosos para él.
Rald notó el pequeño bulto en los pantalones de Max. El Viagra estaba funcionando.
—¿Qué tienes ahí, amiguito? —Señaló a sus pantalones.
Max se dió cuenta y se cubrió avergonzado. Pero Rald se acercó incluso más, y se agachó para estar a su altura.
—¿Me dejas ver?
—No.
—¿Tienes miedo? —Preguntó Rald—. Descuida. No te voy a hacer nada malo.
—Pero el bebé estaba llorando. —Dijo Max.
Rald se dió cuenta que Max era más inteligente de lo que parecía.
—¿Ben? Jaja, Ben llora todo el tiempo. —Rió Rald—. Es un bebé después de todo. Pero lo que estaba haciendo con él se sentía rico.
—¿En serio?
—Sí.
Bryce escuchaba cómo Rald se ganaba poco a poco al niño. Estaba algo asustado, ya que sabía que lidiar con un niño era completamente a lidiar con un bebé como Ben.
Rald por otro lado, estaba más excitado. Tener sexo con un niño de 11 años no era tan excitante como con un bebé, pero lo que le excitaba era el hecho de que el niño no era suyo. El hijo de alguien más. Quería pervertir al hijo de alguien más, y mostrarle el placer del sexo.
Rald tomó el pantalón del pequeño Max, y lo desabrochó. Max había dejado de negarse, probablemente porque Rald había causar una impresión de que era un buen hombre, (aunque no lo era).
Rald notó que Max llevaba ropa interior de Superman.
—¿Te gusta Superman?
—Um… Sí.
—Es muy genial, eh. A mí también me gusta. También es muy guapo, ¿no crees?
—Oh… Sí.
—¿Superman se te hace guapo?
—Sí.
—¿Qué es lo que más te gusta de él?
—Yo… No sé.
—¿Sus músculos? Tiene músculos muy geniales, ¿no crees?
—Sí.
—¿Te gustan? ¿Te gusta el cuerpo de Superman?
Bryce escuchaba y se dió cuenta de lo que Rald hacía. Intentaba manipular al niño.
—Sí. —Respondió Max—. Es muy fuerte.
—Sabes, mis amigos dicen que yo me parezco a Superman, ¿no crees?
Rald hizo gala de sus músculos. Flexeó su brazo izquierdo frente a Max, para presumir su bícep.
Max no se había dado cuenta, pero efectivamente el hombre era muy guapo, e incluso se parecían a Superman.
—¿Quieres tocar mi brazo?
Max alargó su brazo para tocar el bícep de Rald. Era grande, y duro como una piedra. Rald se dió cuenta que Max disfrutaba aquello.
Max era gay, ahora lo sabía.
—¿Quieres tocar aquí? —Preguntó Rald, y tomó al brazo del niño y lo llevó a su pecho.
Max quedó sorprendido. La verdadera razón por la que le gustaba Superman, y otros personajes de cómics, era porque le parecía guapo. Sentía atracción a él. Nunca había mencionado esto a sus padres porque sabía que se molestarían con él, ya que su familia era muy católica. Por algo lo tenían trabajando de monaguillo en una iglesia. Así que lo había mantenido en secreto.
Pero ahora… tenía frente a él a un hombre adulto, extremadamente guapo, musculoso, y parecido a su superhéroe favorito. Estaba sin camisa, y Max no pudo evitar la invitación a tocar ese pecho.
—¿Te gusta?
—Oh, sí…
—¿Quieres tocar eso de abajo? —Preguntó señalando su erección gigante de abajo.
Max, bajó la mano y la dirigió a la enorme erección de Rald.
Bryce observaba todo, desde lejos. No dejaba de pensar en lo extremadamente inteligente y manipulador que Rald era. Había convencido a un niño que hace unos segundos estaba aterrado de tocar su verga.
Max tomó la verga de Rald. Era grande, y sentía como la sangre palpitaba por sus venas.
—Puedes fingir que soy Superman. —Susurró Rald—. ¿Qué quieres hacer con la verga de Superman?
Max empezó a frotar aquella verga gigante. La primera verga adulta erecta que veía en su vida. Era como diez veces más grande que la de él. Era un tronco, con una gran verga rosada en la punta. Era cálida, y estaba algo húmeda. La humedad provenía del orgasmo que Rald había tenido adentro de su hijo hace unos segundos.
—Lámela. —Dijo Rald.
—Pero… mis papás…
—Tus papás no sabrán nada. —Dijo Rald—. Será nuestro secreto. —Y sonrió.
El niño entonces, hizo lo que su nuevo Superman le había ordenado. Vió la enorme verga de adulto que estaba frente a él, se acercó, sacó la lengua y dió un pequeño lengüetazo.
Era salado.
Volvió a dar otro, y otro, y pronto empezó a chupar la verga de Rald como si fuera una paleta.
—Eso es…
El pequeño niño empezó a disfrutar el sabor del pene de Rald. Era salado, pero un salado algo delicioso. Rald también disfrutaba la escena, y la sensación que aquella lengua de 11 años de edad provocaba en su enorme erección pedófila.
Rald volteó a ver a Bryce, y le hizo una señal con la mirada para que se acercara. Bryce lo hizo.
Bryce se paró junto a Rald, con su enorme erección colgando. Rald le hizo una señal al niño para que también atendiera a su amigo, y el niño lo hizo.
De pronto, Max se encontraba extendiendo sus dos manos para frotar las dos vergas adultas que estaban frente a él. Tras chupar unos segundos un pene, cambiaba a siguiente.
Hubo un momento, en el cual las dos puntas se encontraron dentro de la boca del niño, y Bryce no pudo evitar gemir.
Rald tomó la cabeza de su amigo y la acercó a él, y empezaron a besarse.
—Oye, Max. —Dijo Rald—. ¿Quieres que te demos un poco de lechita?
Max solo asintió. Tenía la edad para saber a lo que se refería.
Rald y Bryce comenzaron a masturbarse. Frente a ellos, Max extendía la cabeza y abría la boca, como un pequeño pájaro esperando la comida de su madre.
—Aquí viene.
Y entonces, los dos chorros de semen caliente salieron disparados de las puntas. Estos se mezclaron en el aire mientras salían expulsados, y entonces, la mezcla cayó en la boca de Max.
Max recibió el regalo con intención. Era lo más cercano que estaría de recibir la leche de Superman, y ahora recibía la leche caliente de dos Supermans.
Era caliente, salada y rica. Max tragó todo lo que pudo, y lo que no, cayó en su pecho ensuciando su ropa o cayó en el suelo.
Estaba tan perdido en su fantasía infantil, que dejó de escuchar los llantos de Ben.
07.
—¡Ahhhh! —Gimió Anderson, mientras su verga pedófila penetraba el ano del bebé al que violaba.
Blake también gemía mientras violaba la pequeña boca del infante.
El pequeño Ben trataba de luchar con sus fuerzas infantiles para librarse del dolor, pues al no tener una consciencia pensante, los adultos lo habían tomado como el juguete al que podían lastimar sin temor a repercusiones.
—¡¿Qué se siente?! —Preguntó Blake—. ¿Qué se siente que Dios te vea violar a un pequeño nenito?
—¡Bien! ¡Quiero que Dios me vea llenarlo de semen y de esperma! —Dijo Anderson—. ¡Amo esto! ¡Soy un pedófilo! ¡SOY UN PUTO PEDÓFILO!
—¡VAMOS A EMBARAZAR AL BEBÉ!
Y Anderson sintió el líquido caliente salir de su verga y desembocar dentro del interior de aquella pequeña criatura.
Blake hizo lo mismo, sintiendo como su verga se corría en la garganta del bebé y el semen bajaba directamente hacía el estómago.
Entonces, cuando ambos recuperaron la cordura, notaron una cosa: Ben se estaba orinando.
El bebé orinaba la cama sobre la cual estaba siendo abusado.
—Mierda, Anderson. —Dijo Blake, mientras tenía la respiración agitada—.Te lo cogiste tan duro que hiciste que se orinara. Nisiquiera yo o Rald habíamos logrado tal hazaña. Vaya que tienes una verga increíble.
—¿Tú crees?
Blake tomó al bebé, el que seguía llorando, y lo puso en posición de perrito.
—Es mi turno.
—Espera, yo aún estoy duro.
—Cógeme mientras yo me cojo a Ben.
Y eso hicieron.
Blake comenzó a penetrar a Ben, y Anderson se puso tras de ellos para penetrar a Blake. Un trío de dos adultos y un bebé.
—Sí, padre… —Empezó a gemir Blake—. Fóllame con esa máquina para hacer bebés. Dame la misma leche que le diste al bebé.
08.
Rald y Bryce seguían duros.
Rald le bajó su pequeño calzón de Superman a Max, dejando ver su pequeña erección infantil.
Max se avergonzó intentó taparla con las dos manos casi de inmediato, pero Rald no le dejó.
Rald, entonces, como esa pequeña salchicha qué comenzó a frotarla. Max se sentía incómodo pero después de unos segundos comenzó a agarrar un poco más de confianza, y dejó que su Superman tuviera la libertad de hacer lo que quisiera.
—No es tan grande como la de ustedes. —Dijo Max.
—No. Pero es por eso que me excita.
Rald comenzó a chupar ese pequeño pene. Y Max comenzó a sentir cosquilleos.
Rald saboreó el sabor inmaduro de esa pequeño pene.
Esta vez no se trataba de abusar sexualmente de su propio hijo, sino de abusar sexualmente del hijo de alguien más. Y eso le excitaba.
Rald comenzó a dejarse llevar, y pronto su boca ya no se encontraba solo en aquel pequeño pene, sino en el pequeño trasero del niño, al cuál había levantado entre sus brazos.
El pequeño Max ya había sucumbido ante la situación, y había dejado que aquel hombre hiciera lo que quisiera con él.
Bryce ya no estaba.
09.
—¿Qué haces aquí? —Preguntó Blake, mientras enbestía al pequeño Ben llorando.
—Fue genial venirme en la cara un niño de 11 años—. Dijo Bryce—. Pero creo que lo mío son los bebés. Apuesto a que Rald no le importará que lo deje solo con Max
—¿Y tú Anderson? Creí que querrías hacerlo con Max, trajiste después de todo.
—Ya tendré oportunidad para divertirme con él en el futuro. —Contestó—. Por ahora Hay que aprovechar que tenemos a un bebé aquí, Quién sabe hasta cuándo volveremos a tener la oportunidad de violarlo. Podrían pasar meses.
Y entonces, Blake retiró al bebé que estaba clavado en su verga, y le dió un cachetada.
—cómo me excita que llore.
Y entonces, comenzaron a turnárselo.
Primero lo violó Bryce. Bryce se sentó sobre la cama y lo tomó como si fuera un muñeco y comenzó a violarlo por el ano. Tardó dos minutos en correrse.
Después le tocó a Anderson, que no volteó de cabeza y comenzó a cogérselo por la boca, mientras lo sujetaba de las piernas. Él tardó minuto y medio en dejar sus espermatozoides dentro de la garganta del niño.
Luego Blake, quién opta por una posición de perrito. Él tardó 3 minutos en llenarlo de leche caliente.
—¡Somos pedófilos!
—¡Viola bebés!
—¡Somos violadores de nenes!
Por último, pusieron al bebé en la cama, y los tres se posicionaron de manera que lo rodearon, y todos se corrieron sobre él.
Las cantidades de semen cayeron sobre el bebé, empapándolo por completo de esperma pedófilo. Lloraba, pataleaba, pero sus miradores no les importa.
Ese bebé estaba completamente cubierto de semen de cuatro adultos, tanto por fuera como por dentro.
Bryce, Blake y Anderson comenzaron a besarse los tres.
Habían tenido la mejor noche de sus vidas.
10.
Rald tomó a Max, y lo puso sobre sus piernas. Extendió sus piernas, pasó su verga a través de ellas, y la cerró.
Era lo más cercano que podía hacer a cogérselo.
Comenzó a mover al niño de arriba hacia adelante, haciendo que sus piernas actuaran como una especie de sustituto de su ano.
—Vamos a hacer esto hasta que me salga más lechita, ¿de acuerdo?
—Sí. —respondió El pequeño niño.
Y Rald aumentó la velocidad.
Cerró los ojos para intentar imaginarse que en realidad se lo estaba cogiendo por el culo, pronto la gente piernas del niño comenzaron a humedecerse debido al pre-semen de Rald, Y eso ayuda bastante.
El pequeño trasero del niño rebota baja sobre la entrepierna y los testículos de su Superman, lo que también va la fantasía.
—Me voy a correr.
Y se corrió.
El gran chorro de semen subió tan alto que empapó la cara del niño.
Y entonces, Max también tuvo su orgasmo.
El primer orgasmo de toda su vida. Un pequeño chorro de semen infantil que salió que a veces su pequeño pene y aterrizó en su abdomen.
Un semen que naturalmente aún no debería salir, y que aún no estaba listo para embarazar a nadie, pero que había salido gracias a la influencia de su Superman.
Rald tomó al niño, y lo besó.
—¿Te gustó?
—Aja.
Tras eso, siguieron besándose, casi como sí Rald estuviera besando una chica o algo así.
Era un beso apasionado. Max comenzó a besar los músculos de Rald, y a pasar su lengua a través de ellos.
Se había enamorado de él. Y Rald ciertamente también se había enamorado de su nuevo «hijo».
11.
Tras aquello, los adultos tuvieron una conversación con Max para decirle que no le dijera nada a sus padres.
Max aceptó, porque quería seguir haciendo estas cosas. Se había enamorado de su nuevo Superman, y también tenía curiosidad por los otros tres adultos.
Mientras ellos hablaban, el pequeño Ben seguía llorando en la cama. Estaba adolorido y se retorcía sobre un charco de semen creado a partir de varios pedófilos.
Como los adultos ya habían cumplido sus necesidades
con él, lo habían olvidado y lo dejaron ahí por varias horas.
No fue hasta que su padre fue a recogerlo para llevarlo a casa. Le dio un pequeño beso en la boca y le dijo.
—Buen niño.
Hey, gran fan de tu serie de relatos, me quito el sombrero y te aplaudo, me la pones dura como roca, tienes un talento para escribir, sigue asi
Me dejó tan mojada esta historia 😻
¿Quien sabe dónde puedo encontrar muchas más de este tipo? 🤔🤤😻
Ufff que bueno ver chicas como tu
Nunca decepcionas, es de los mejores relatos y sagas que tiene la página. En serio es un deleite leerte. Solo que me hubiera encantado más acción detallada de Bryce ya que habría sido su iniciación a este mundo. Pero igual no me quejo estuvo muy delicioso todo. Ya quiero leer tu nuevo relato. Siempre me pajeo imaginando todo. Muy rico.
Sigue la saga porfavor, lo mejor de lo mejor
Delicioso relato uff de los mejores tIgrm vadermark1
Que buen relato amigo te felicito necesito leerte más porfavor sigue escribiendo violaciones pedofilas me masturbé como loco al leerte
Mi vergota peluda y yo disfrutamos.mucho mucho leer tus relatos