Leroy se folla al doctor (7)
Leroy, un joven negro de 22 años con 21 centímetros de polla, va a donde el doctor a que le pongan una inyección y acaba empotrándolo.
(episodio 7 de la isla de los niños)
TRUCOS PARA SUBIR DE RANGO
Como ya explicamos en el capítulo 1 en la isla de los muchachos los chicos solían ir desnudos o vestir un speedo ajustado que marcaba tanto el parque como su culazo. Era la única prenda universal en toda la isla (salvo otros pantalones ajustados como los de los ciclistas o petos de lucha libre, etc, que los chicos se ponían para practicar un determinado deporte). El clima cálido de la isla, rondando los 21 C, hacía que fuese habitual ir desnudo o con speedo básicamente. Los chicos dejaban su total desnudez de infancia y la cambiaban por un bañador o speedo ajustado de color carne o beige que llevaban hasta un año después cuando recibían su primera dosis de semen (normalmente haciendo una mamada). El siguiente año color del bañador era naranja (9), y el siguiente amarillo cuando probaban un dildo (10), obteniendo el speedo blanco (11) cuando se cascaban su primera paja. Blanco significaba ‘madurez sexual’.
A partir de aquí, a medida que ganasen experiencia sexual el speedo pasaba a ser de color verde (nivel 12), violeta (13), marrón (14), rojo (cuando tenían su primera reacción sexual -con alguien de su edad y raza-), azul claro (16) –sexo con un pene de tamaño mayor, ejemplo negro-, azul oscuro (árabe) y speedo negro (el mayor nivel, que indicaba que habías recibido penes de gran tamaño incluso habías sido follado por animales, por lo que tus reservas de semen eran superiores a cualquier otro chico de inferior nivel o rango, por lo que podías follarte a mucha más gente sin necesidad de ser follado, rompiendo la regla 5:1).
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Normalmente el color del speedo, que indicaba un rango, categoría o nivel, y te abría puertas a instalaciones del complejo (y a nuevas prácticas sexuales), se ganaba por edad, pero también cuando superabas diferentes pruebas. Había edades de transición, y colores. Mientras los primeros colores y primeras edades no había relaciones sexuales, el speedo blanco ya te daba los primeros derechos y podías experimentar tus primeras relaciones teniendo sexo con chicos de más o menos tu edad. El bañador rojo indicaba que habías tenido relaciones sexuales completas, y los azules claro y oscuro indicaban ya niveles superiores (que habías follado con negros, etc.)
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Había chicos que esperaban tranquilamente a ir ascendiendo de nivel y otros que querían avanzar más rápidamente. Para avanzar más rápidamente había una serie de atajos, que suponían someterte a pruebas (como un exámen) que te hacían pasar de nivel. Los chicos eran conscientes de ello y sabían que estos atajos se llamaban ‘level up’, y se practicaban en el centro médico, donde había unas puertas que daban a unos despachos médicos especiales. Mathew era uno de ellos.
Mathew era un joven muchacho con ansias de progresar, acababa de recibir su speedo beige y quería pasar ya al naranja. Para ello se fue a la consulta del doctor (en realidad no era un médico, era otro experto al que se le conocía como ‘El Programador’). Entró en una sala de espera y cuando el doctor John, un jovencito de 19 años con una sexy barbita, acabó con el paciente anterior –cada paciente entraba por una puerta y salía por otra diferente para evitar cruzarse y preservar el anonimato–, abrió la puerta a Mathew, que estaba solo en la sala de espera. John era un Programador de nivel I, pero los había de nivel II, nivel III, nivel 4, nivel 5 y nivel 6 –el máximo y al cual casi nadie se arriesgaba).
De cada nivel se encargaban unos Programadores, y a cada nivel podían acceder sólo un rango de muchachos (no se podían saltar niveles: había que pasarlos todos uno a uno, y esto quedaba reflejado en cada historial de paciente.)
–Desvistete y échate sobre esa camilla –indicó John a Mathew.
Mathew se acostó boca abajo y el doctor John se lubricó un dedo, se lo metió a Mathew en el culo restregándole el gel para dilatarle todo el ano –recordemos el efecto relajante/ sedante del gel que a la vez hipersensibilizaba el interior del ano haciendo que un muchacho pudiese sentir las venas de un pene que se insertase en su ano–.
John dejó que hiciese efecto el gel y a continuación cogió una jeringuilla sin aguja, como las de jarabe, y la rellenó de 10 c.c. de un líquido espeso y blanco, como el semen. A continuación metió toda la jeringuilla, de un centímetro de diámetro y 9 centímetros de largo, en el ano de Mathew que le pilló por sorpresa esa invasión anal. Pero John, sin contemplaciones y sin explicaciones, de forma mecánica y profesional, siguió la operación y una vez hubo insertado hasta el fondo la jeringa, apretó el émbolo y descargó los 10 c.c. de fluidos dentro del ano de Mathew, que experimentó una pequeña erección.
John dejó dos minutos para que el intestino de Mathew absorviese el líquido que le acababa de inyectar. Miró un cronómetro y de que pasó el tiempo le dio una cachetada en el culo a Mathew y le dijo: ‘ya eres bañador naranja’. Y sin más se abrió una puerta delante de Mathew que ya se había vestido con su nuevo bañador, y salió por la puerta, que se cerró, como una compuerta, de arriba a abajo, a sus espaldas. John gritó: ‘siguienteeeee’.
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Al igual que había un código de bañadores que indicaban un nivel o grado de cada muchacho habiendo superado unas pruebas de madurez sexual, había una serie de atajos en las cabinas ‘level up 0’ (9 centímetros de largo, 1 cm de ancho, 50 c.c., ascenso a bañador naranja) ‘level up 1’, ‘level up 2’, ‘level up 3’ ‘4’ y ‘level 5’ (para ascender de nivel más rápido).
En el level up 1 estaba John.
Había, en el centro médico muchos Programadores –cada uno con su despacho–. Con el level up 0 podías ascender de bañador beige a naranja, y en el level up 1 de naranja a blanco. Los más novatos de bañador naranja podían ascender un año a bañador blanco (cada bañador daba una serie de privilegios y accesos a determinados niveles y áreas especiales de ‘el complejo’) recibiendo en su ano una jeringuilla medidora de líquidos cargada de semen que se inyectaba en lo más profundo de su ano. Las jeringuillas que se insertaban enteras dentro del ano del paciente en el level up 1 eran de 1 centímetro y medio de diámetro y de 11 de largo, y se les inyectaba 50 c.c. de fluido (como veis estas eran para ‘novatos’). Sin embargo en el level 2 las jeringuillas medían ya dos centímetros de ancho y tenían 13 centímetros de largo, e inyectaban 100 c.c. de fluidos. Estas daban acceso a un bañador rojo. Las de nivel 3 tenían ya 2 centímetros y medio de diámetro y 15 de largo, e inyectaban 150 c.c. de fluido, y daban al muchacho el bañador azúl oscuro. Estas ya se ponían de otra manera. El muchacho, de pie, quedaba inclinado 90 grados apoyando su cabeza en la camilla y dejando expuesto el culo al doctor.
Mientras que chicos como Mathew podían ascender dos niveles seguidos, el nivel 4 era ya muy superior y sólo podían acceder a ellas los de bañador rojo y superiores, y daban el salto al bañador negro. Para recibir esta inyección los muchachos se tenían que tumbar boca arriba en la camilla. Timothy era el joven que la iba a probar este atajo de ascenso. Ya había superado las pruebas anteriores. Tenía bañador rojo, y ansias de progresar y ascender de nivel. Ya había probado el level up 2 y el level up 3, y ahora quería llegar al level up 4. (Cada nivel llevaba un año o más ser pasado, pero con estos truquillos se podía avanzar mucho más rápido (a costa de pagar un precio, claro).)
Timothy tenía un cuerpo esbelto, larguirucho, fibrado. Se le marcaban un poco los abdominales. Tenía un buen pene, muy poblado de pelo negro rizo, espeso, ensortijado, que hacían parecer a su largo pene de un par o tres menos centímetros (por eso algunos chavales, para que se les viese su pene más largo, se afeitaban el vello púbico).
Decidió ganar dos años y evitar el año de espera del bañador rojo al azul claro, y el otro año del azul claro al azul oscuro, y el año del paso del azul oscuro al negro.
El doctor sentó a Timothy en la camilla, y le echó hacia atrás. Una vez tumbado el doctor procedió a amarrar el cuerpo de Timothy a la camilla a través de dos cinchas como cinturones de cuero, una a la altura del ombligo y otra a la altura del pecho. Esto puso un poco nervioso al joven muchacho, que le pilló muy sorprendido porque no había visto nada de eso para subir al nivel 3. El doctor lo vio y le dijo, para calmarle los nervios con el dedo en la boca como pidiendo silencio ‘relaxxxxx’…
Timothy no se había tranquilizado del todo, tenía ya el pecho firmemente sujeto a la camilla debajo de los brazos y a la altura del ombligo, cuando, junto a la camilla, el doctor alzó dos estribos, con un ruido metálico como goznes oxidados, donde ató los pies del muchacho y los llevó hacia atrás, dejando el ano de Timothy totalmente expuesto. Timothy se intranquilizó mucho más e intentó liberarse y levantarse de la camilla para huir de aquella estancia, pero las dos cinchas no le dejaban mover ni un centímetro. Sólo podía levantar su cabeza para vez qué estaba pasando delante de él.
’Schisssss tranquilo… Relájate… espetó el doctor.
La verdad es que Timothy estaba muy muy nervioso. Y no era para menos. No sabía (nadie sabía) lo que le esperaba en cada nivel, porque cada prueba era distinta y secreta.
El doctor se puso de espaldas a Timothy y cargó una jeringuilla. Esto lo intuyó Tim, que levantó la cabeza y pudo observar cómo el doctor cogía algo de una mesa y cargaba la jeringuilla. Cuando el doctor se dio la vuelta y la vio Tim se aterró. Esta era como un pene de larga. Bueno, había penes de 13 centímetros, de 14, de 15, de 16… pero esta jeringa tenía 18 centímetros de larga y 3 centímetros de grosor, y todo eso hasta el fondo se iba a insertar dentro del ano del joven muchacho que se asustó e intentó escapar de nuevo cuando vio girar al doctor con esa súper jeringa frente a él.
’Sscchisssssss, tranquilo’
El doctor lubricó bien el ano de Timothy e hizo círculos con el gel teniéndole dos dedos para dilatarle.
‘Quien algo quiere, algo le cuesta’ pensó Tim. (E iba a ganar dos años en aquella maniobra que sólo le llevaría unos momentos)
El doctor clavó la punta de la jeringuilla en el ano del chaval quien hizo una mueca de dolor al notar que aquello gordo, aquel ancho, había rebasado su esfínter.
El doctor dejó allí la jeringuilla de plástico midelíquidos, y la untó de gel lubricante para que fuese más fácil insertarla en el ano de Tim. Y aprovechando que estaba lubricada se la empezó a insertar como si la misma fuese un gran pene taladrando sus nalgas. 5 centímetros… 8 centímetros… 9… 10… 11… 12… 13… Tim había superado la de 13 bien… La de 15 ya le hizo mucho mucho daño y creyó que no podía entrar nada más largo en su ano. Esta, no sólo era 3 centímetros más larga sino que era medio centímetro más gruesa (y se notaba bastante).
Tim sudaba… 16…. 17…. Y 18… Plof…La jeringa le había penetrado totalmente y medio roto. Tim sudaba. Desnudo completamente, y atado, se sentía vulnerable frente al bateado doctor que le había metido en su ano todo aquello, pero lo peor no había pasado. El doctor presionó el émbolo y poco a poco empezó a verter en lo más profundo de los intestinos de Tim los 200 centímetros cúbicos de semen… lo cual llevó su tiempo…
Tim se sentía lleno, como inflado. El doctor, una vez hubo vaciado la enorme jeringuilla dentro del ano de Tim se la sacó rápidamente y selló el ano del muchacho con un but plug en forma de tail de perrito, de 5 centímetros de gordo, 8 centímetros de largo, que se estrechaba hasta un centímetro de ancho quedando incrustado dentro del ano del muchacho sin moverse.
–«Bien, Tim, tu cuerpo tiene que absorber todos estos fluidos y has de aguantar con el tail puesto un rato o no habrás conseguido pasar de nivel si lo pierdes.
Zipppp. (La compuerta de salida se abrió y el doctor gritó ‘siguienteeeee’). Tim se encaminó a la salida, con su tail puesto. La puerta se cerró tras él…
Habían pasado dos minutos y las tripas de Tim hacían gorgoritos y le empezaron a doler fuertemente, por lo que Tim buscó un baño.
No pudo aguantar más, era como si tuviese diarrea… se quitó el tail rápido y sobre la taza del wáter vació el contenido de esperma que le acababan de inyectar (con otros fluidos y drogas que ya habían sido absorbidos por su cuerpo). Parecía leche con chocolate. Salpicó toda la taza. Sus tripas aún le dolían… No había podido superar la prueba… Tendría que repetirla nuevamente… o esperar los tres años para subir poco a poco de nivel.
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El level up 5 (del que no hemos hablado), te daba acceso a dador de nivel 1 / bañador turquesa.
Todos los muchachos de la isla, a medida que subían de edad o ascendían de nivel con nuevas prácticas sexuales, recibían un bañador de diferente color que marcaba sus grados: el primero era el beige (cuando dejaban de ser virgenes analmente, normalmente con un dildo de tan sólo 9 centímetros), un año después el naranja, un año después el amarillo, el blanco lo recibían cuando descargaban semen por primera vez (recordemos que todos empezaban mamando o siendo follados y que tardaban tiempo en poder follar), verde, violeta, marrón, rojo, azul claro, azul oscuro y negro… Pero había bañadores especiales que indicaban que los muchachos habían superado diferentes pruebas sexuales.
A parte de los bañadores de los colores habituales había tres colores especiales. Cuando un muchacho era follado por un negro, si lo hacía siendo él muy joven y precoz, recibía un bañador rosa (que indicaba que ya era capaz de recibir penes de gran tamaño). Cuando el chico era follado a la vez por tres personas (gang bang) recibía un bañador azul fosforito. Cuando era follado por dos penes a la vez recibía uno verde fosfórito, y cuando tenía sexo con un animal de tamaño mediano obtenía el verde turquesa.
Los de mayor nivel (color plata) eran cuando alguien era follado por un animal grande o salvaje, y el máximo nivel (color oro –que no se lo había visto a nadie–) era cuando alguien era follado por un robot.
El máximo nivel al que se podía saltar con los ‘level up’ era el 5 y obtenías con él el bañador turquesa. (¡¡Y lo conseguías sin tener sexo con ningún animal!!) Muy poca gente accedía a este nivel. De hecho como habéis visto con Tim, el nivel 4 era muy difícil de pasar.
Para superar el nivel 5 te tenían que inyectar 250 c.c. de un fluido blanco lechoso en el interior de tu ano con una jeringuilla de 4 centímetros de grosor y 22 centímetros de largo. Para ello la postura que debías adoptar era de rodillas encima de la camilla, cabeza abajo, juntando la cabeza con las rodillas y poniendo el culo en pompa. Muy pocos o casi nadie eran los que superaban esta prueba, pero Leroy lo quiso intentar. Leroy era un chico alto, de 22 años, negro de piel y pelo ensortijado, cuerpo de atleta, fibrado, y polla super larga –como corresponde a alguien de su raza–. Su pene era más o menos del mismo tamaño que la jeringuilla… bueno 21 centímetros de largo… (aunque los había de 25 centímetros y 5 de grosor, pero normalmente los metían en chicos incautos o muy dados de sí y no los solían probar entre ellos.) De hecho Leroy era del clan de los dadores y no solía recibir cosas en su ano, sino empotrar a pobres blancos con el ano muy dilatado y dado de sí, que ya habían probado a ser follados por bestias salvajes.
Leroy iba dispuesto a subir a este nivel para follarse a todo el que pudiera. Pero en esta sociedad para follar primero había que ser follado y superar una prueba… y esta prueba, para él, estaba a punto de comenzar.
Sabía que se tenía que dejar hacer… Y se imaginaba lo que le esperaba. Así que con paciencia y resignación, se subió a la camilla de rodillas. Bajó su cabeza hacia adelante levantando el culo, dando completo acceso a él al doctor que no lo ató ni nada: o se dejaba hacer relajado o no había nada que superar. Leroy aguantó como un campeón los 22 centímetros de jeringa de líquidos, cargada de cuarto de litro de fluidos que se iban a insertar en lo profundo de su ano. El grosor de la jeringa era tal que cuando accedió a su ano le erectó poniéndole a cien. Y cuando la jeringa llegó a los 22 centímetros Leroy se corrió sobre la camilla (semen que el doctor cargó en otra jeringuilla de líquidos sin aguja y que dejó en la mesa metálica de al lado). Fue cuando el doctor empezó a inyectar los fluidos en el ano de Leroy el momento más complicado… era gran cantidad… El pene de Leroy no se desempalmaba. Es más, volvió a manar precum.
En unos instantes que se hicieron eternos todo el contenido de la jeringa estaba dentro del ano de Leroy… que sin sacarse la jeringa de su ano saltó de la camilla, pillando al doctor por sorpresa. Cogió con su robusto cuerpo al doctor, le arrancó los pantalones hacia abajo, inmovilizándole al dejárselos en los tobillos, y le empotró contra la pared, y con la jeringa aún en el culo, se lo folló contra la pared corriéndose dentro del doctor que se quedó paralizado.
Leroy se puso en cuclillas y apretó el émbolo de la jeringa mide líquidos, autoinyectándose todo su contenido en su culo. Luego se sacó la jeringa del culo y salió del cubículo dejando allí al doctor, exhausto.
Había superado con creces la prueba.
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