Los besos especiales de mi tío Eddy
Otra anécdota con mi tío Eddy donde me besa por primera vez y me empieza a preparar para la penetración.
En vista del buen recibimiento de mi primer relato con mi tío Eddy continúo con otra historia que viví con él, gracias a todos por sus lecturas, votos y comentarios, espero que este les guste tanto como el primero. Para recordar un poco la historia anterior de título «los calcetines de mi tío Eddy», les dejo puntos claves. Estas experiencias empezaron a ocurrir en el año 1998, cuando yo tenía 7 años y mi tío Eddy 32.
Al día siguiente de la experiencia anterior, estaba en el colegio esperando encontrarme con mi tío Eddy a la salida. Sin embargo, al salir, me encontré con mi madre en la puerta, lo cual me decepcionó un poco. En ese momento recordé que era mi turno de pasar tiempo con ella durante las próximas dos semanas. Al llegar a casa, me sentía ansioso, distraído y un poco molesto porque había olvidado que no vería a mi tío Eddy hasta dentro de dos largas semanas.
Mis días en el colegio se volvieron aburridos y me distraía más de lo habitual. La psicóloga de del colegio habló conmigo y me hizo algunos juegos en papel para entender mejor lo que estaba sucediendo. Al día siguiente, mi madre recibió una llamada de la psicóloga y decidió llevarme a terapia después del colegio. Me empezó a llevar con un psicólogo llamado Roberto (donde también ocurrieron algunas cosas, pero eso lo contaré en otro relato). A los dos días, Roberto le dijo a mi madre que mi estado emocional se debía al divorcio y que era normal que los niños se sintieran así. Como resultado, mi madre decidió que continuara la terapia durante algunos meses más para ver si mejoraba.
Al día siguiente del diagnostico, una compañera del colegio empezó a hablar de tonterías, mencionando que había visto a sus hermanas mayores jugar a la botella con amigos y besándose. Todos estábamos atentos, riéndonos mientras ella detallaba la historia. En un momento, un niño sugirió jugar a la botella detrás de un salón. Corrimos para unirnos al juego, pero nadie se atrevía a besar a nadie en la boca, por lo que el recreo terminó con la campana sonando. Cuando todos nos íbamos, la niña que había compartido la historia me jaló del brazo y me dio un beso en los labios, lo cual no me gustó. Me fui corriendo al baño para lavarme la boca, sintiéndome enojado y confundido por ese beso. Al salir, mi mamá notó mi enojo, y no tuve más remedio que contarle sobre el incidente. Su reacción fue de sorpresa y risa, asegurándome que era normal y que no debía enojarme. Recuerdo haberle dicho: «Tú no sabes nada porque eres mujer. El doctor Roberto me dijo que esas cosas las hable con mi papá, no contigo». Este comentario la enfadó, y me respondió: «¿Y cuándo quieres hablar con él si nunca está para ti? Siempre te deja aventado con tu tío». Este comentario me hizo sentir triste, y comencé a llorar en silencio mientras me recostaba en la parte trasera del auto. Al llegar a casa, fui directo a mi cuarto a llorar, y mi madre entró unos minutos después, solo me miró y se fue.
Pasaron algunas horas y yo seguía en mi cuarto. Eran alrededor de las 5 de la tarde y tenía hambre, pero no quería ver a mi madre después de cómo me hizo sentir. De repente, escuché que tocaban mi puerta y mi corazón se aceleró al reconocer la voz de mi tío Eddy diciendo: «Danny, ¿puedo pasar?». Corrí hacia la puerta, la abrí y lo abracé de inmediato. Empecé a llorar mientras estábamos abrazados, y él simplemente me sostuvo fuerte. Entró a mi cuarto y nos sentamos en mi cama. Mi tío me dijo que mi madre le había llamado preocupada por mí, ya que estaba triste y enojado. Aceptó venir a verme después de sus entrenamientos. Le conté lo que sucedió en el colegio y con mi madre, y él escuchó atentamente. Luego me preguntó: «¿Qué sentiste cuando te besó? ¿Te gustó o no te gustó?». Respondí efusivamente: «¡NO, no me gustó, me sentí incómodo». Al escuchar mi respuesta, dijo en voz alta para que mi madre lo oyera: «Vamos por una pizza y me cuentas más detalles». Al salir del cuarto, le pidió permiso a mi madre para llevarme a comer pizza y traerme antes de las 9 p. m. para no desvelarme y poder ir a la escuela al día siguiente. Mi madre cambió el plan y le propuso que me quedara con él y ella mañana me recogía en el colegio. Él aceptó encantado. Yo corrí a mi cuarto para recoger mi uniforme, mochila y ropa para dormir. Al subir al auto, mi tío sugirió: «Vamos a comer pizza, pero mejor nos vamos a la casa para estar más cómodos, ¿te parece?». Solo asentí con la cabeza y nos dirigimos a su casa.
Una vez en casa, nos sentamos en el sillón y él preguntó, «¿Entonces no te gustó el beso?» Respondí con la cabeza que no. Él se agarró la barbilla y dijo, «Oye Danny, ¿habías besado a alguien más o fue la primera vez que te besaban y besabas?» Rápidamente respondí, «No, nunca lo había hecho.» Él comentó, «Con razón estás enojado. La primera vez que das un beso debe ser especial. No debes besar a cualquier persona. Por ejemplo, a mí me podrías besar porque nos queremos, pero no debes besar a otras personas hasta que tengas 12 años eh». Confundido, le dije, «Pero nunca he visto que dos hombres se den un beso.» Él me interrumpió, «¿Quieres que te dé un beso?» Hipnotizado, respondí rápidamente, «Sí, quiero.» Él tomó mi brazo, diciendo, «Ven, cierra los ojitos y para tus labios como si mandaras un beso.» Seguí sus instrucciones, sintiendo sus manos en mi cara mientras me besaba. Luego, tomó mis manos y las puso en su cara, alejándose un poco. Me dijo, «Cuando nos besemos, acaricia mi cara como yo acaricio la tuya y trata de mover tus labios como yo los estoy moviendo, ¿ok?» Asentí con la cabeza y comenzamos a besarnos. Siguiendo sus indicaciones, el beso se sintió diferente, húmedo y placentero. Sentí cosquillas en mi estómago y en mi pene. Me sentía cómodo y disfrutaba de sentir sus manos en mi cara y su barba al acariciarlo. En un momento, metió su lengua en mi boca, causándome risa. Él dijo, «No te rías, también puedes hacerlo con tu lengua. Vamos a intentarlo.» Dejé que su lengua entrara por completo, experimentando una sensación deliciosa y soltando un gemido involuntario. Al detenernos, preguntó, «¿Te gustó, Danny? Así es como se besa, y estos besos son especiales.» Respondí, «Sí, me gustó, pero ¿por qué son especiales?» Entre risas, explicó, «¿Cómo que por qué? Pues porque te los estoy dando yo, que te quiero mucho, y eso lo hace especial.» Al escuchar eso, me sentí bien y lo abracé. Después llegó la pizza, cenamos y nos preparamos para ir a dormir.
Mientras yo me ponía mi pijama mi tío se estaba duchando, al terminar veo que sale completamente desnudo, se comienza a secar, se acerca a la cama y se acuesta, yo al ver esto le pregunto «tío no vas a dormir con ropa?» y él me contesta «no, hoy quiero dormir así, por qué no te duermes tú igual y te duermes encima de mi pecho?», yo sin dudarlo lo hice y me empecé a quitar la ropa, mientras lo hacía mi tío se paró y sacó de un cajón un par de calcetines tipo sheer y me dijo «Danny, te quiero poner estos calcetines, me dejas?» yo le respondí «sí, vamos a hacer lo del otro día? Nuestras cosas privadas?» él dijo que sí con la cabeza, me acostó y me empezó a poner los calcetines, ya al tenerlos puestos me empezó a besar los pies, se los pasaba por la cara, se los metía a la boca y en general los agarraba muy fuerte, yo empecé a notar que su pene empezaba a ponerse baboso por su lubricante y no tardó mucho en empezarse a masturbar mientras me besaba los pies, la verdad la sensación con este tipo de calcetines era y es muy rica, lo estaba disfrutando mucho que cerré mis ojos, supongo que él lo notó porque me empezó a tocar los pezones y empecé a gemir del placer, siguió haciendo eso unos minutos cuando me dijo «Danny, me dejas darte otro beso especial?» yo le dije que sí, levanté de nuevo los labios pero no me beso, me dijo «no Danny este beso es diferente, es en tu colita, vas a ver que te va a gustar, me dejas? Si sientes feo o no te gusta me dices y lo dejó de hacer ok?», había algo en mí que no se podía negar a todas sus peticiones y enseguida le dije que sí, él me subió un poco las piernas y me empezó a besar el ano, a principió me daban cosquillas, pero se fueron calmando mientras más me besaba y al sentir su lengua empecé a sentir algo muy rico y empecé de nuevo a gemir de placer, él lo notó y siguió con la lengua únicamente afuera, pero llegó un momento en que empezó a meter la punta de la lengua y empecé a gemir más pero le dije «se siente raro tío, ya no lo hagas», él paró un momento se acerco a besarme en la boca y sentí muy mojado su pene, me agarró de la barbilla y me dijo «Danny, te quiero mucho, no haré nada que te lastime, me dejas seguir dándote besos especiales en la colita?», de nuevo le dije que sí y continúo, siguió metiendo la punta y llegó el momento en que ya no era una sensación extraña, ya me gustaba y estaba lleno de placer, mi pene estaba muy duro y gemía mucho, mi tío me decía «te gusta Danny? quieres que siga? Quieres que tu tío siga?», yo le respondí «sí, tío si quiero que sigas», él seguía metiendo su lengua y de un momento a otro sentí que la metió toda y gemí muy fuerte pues fue entre dolor y placer, él al notarlo nada más dijo «ya no aguanto más», puso la punta de su pene en la entrada de mi ano, empujo un poco y sentí la cabecita que quería entrar, gemí de nuevo pero sentí dolor y le dije que parara, él lo hizo y se movió un poco hacía atrás al mismo tiempo que me volvía a chupar los pies y se empezaba a masturbar muy rápido, me miró y me dijo «Danny tú también tócate», yo empecé a tocarme y no paso mucho cuando dejó de chuparme los pies, me quito un calcetín, se lo puso en el pene, me levantó las piernas y puso de nuevo la punta de su pene en la entrada de mi ano, se masturbó unos segundos, soltó un gran gemido y expulsó su semen, sentí el calcetín mojado y entró un poquito la cabecita con el calcetín a mi ano y ahí se quedó hasta que terminó de eyacular. Al terminar de eyacular me puso de nuevo el calcetín con su semen, me besó en los labios me dijo que me quería, nos abrazamos me subió a su peludo pecho y me empezó a acariciar la espalda, ocasionalmente me besaba en los labios y así nos dormimos. Al otro día al despertar ya no tenía puestos los calcetines, me bañe y al salir me dio un gran beso y me dijo «Danny, no olvides que nuestras cosas privadas son sólo tuyas y mías a nadie le puedes contar ok? Y tampoco olvides que te quiero mucho mi sobrinito hermoso», yo le respondí «no, no diré nada y yo también te quiero mucho tío». Nos volvimos a besar y me fue a dejar a la escuela.
Espero les haya gustado, dejen sus comentarios y opiniones, seguiré subiendo más experiencias.
Qué bonita forma de iniciar. Con alguien que te va guiando poco a poco.
Me encantó la historia, muy tierna y hasta romántica, espero más experiencias con el tío Eddy