Los pies de la chicha de seguridad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por venerapies.
Un día por diversos motivos los padres de mi novia tuvieron que ir a pasar la noche a la casa de mi cuñada (que tiene unos pies súper rico y me he masturbado miles de veces pensando en ellos, después de que un día logre tocarlos, pero eso es tema para otro relato), creo que tenían que ir de niñeros o algo así y un sabiendo que llegarían temprano a la mañana siguiente aproveche y me quede a dormir en su casa; con tan mala fortuna que esa noche no pudimos tener sexo debido a que fue el primer día del periodo de ella y anqué a mí no me importe y en ocasiones anteriores lo hemos hecho cuando ella tiene su menstruación, incluso he llegada a bajarle de esa manera sin que me moleste, esa noche dijo no sentirse cómoda debido a que sentía que tenía más flujo de lo normar y no quería hacer un desastre ( en fin cosas de mujeres).
MI novia es una flaca, alta, bastante rica, tiene unas tetas espectaculares de esas que parecen normales por encima de la ropa, pero cuando están al aire libre, pareciera que se inflaran o tuvieren el doble del tamaño que uno espera, le falta un poco de nalgas para mi gusto, pero no me quejo, debido a que tiene unas enormes caderas y una cinturita que la hace tener una forma de guitarra que te haría excitar en un momento al verla desnuda ( si te estas preguntando cómo es posible que alguien tenga enormes caderas y un poco de nalgas, tranquilo aun yo me lo pregunto). y lo más importante, tiene unos pies deliciosos, suaves, con la forma perfecta para masturbarte con ellos y sobre todo un olor espectacular, he hecho innumerables actos; mi novia es cómplice con mi fetiche y tenemos una regla y es que ella me debe masturbar con sus pies mínimo una vez por semana, así que no sufro por tener sexo con pies, cuando yo no lo busco, ella solita se ofrece a hacerlo, dice que le encanta ver mi cara y mis ojos cuando me da ese tipo de placer, yo la hago venir con mi boca y ella me ofrece el manjar de su pies… pero eso son relatos para otro día.
Esa noche aunque hubo besos y calentón, le chupe esas tetas y la manosee y yo estaba que lo metía en un ventilador, estábamos bastante cansados y preferimos dormir y la verdad es que no caí en cuenta de bajarme la calentura con sus pies, estaba lloviendo bastante fuerte y preferimos acurrucarnos debajo de las cobijas; a la mañana siguiente aún seguía lloviendo y me tocaba salir a eso de las 7 a.m.
Cuando iba saliendo me sorprendió aun ver la persona encargada de la seguridad de la unidad de ella del turno de la noche; Arboleda: una peli negra, blanca, estatura media y un culo enorme que me trae loco desde hace algún par de meses que entro a trabajar, tiene una cara de actriz porno que dan ganas de colocárselo en la boca y hacer que te la mame hasta que te vengas en todo su rostro, tiene una voz súper sensual y es súper coqueta, lo sé por el par de veces que hemos hablado mientras espero que mi novia baje de su apartamento cuando voy a recogerla, lo único es que debido al uniforme no le he podido ver los pies y eso me trae desesperado, porque soy de los que si los pies de una mujer no son de su agrado, ahí mismo me desencanto, por más buena que este, si los pies no son de mi gusto, no pasara nada.
Me acerque a preguntar como buen samaritano que soy, que pasaba y así poder admirar una vez más ese culo enorme, también estaba pensando que la persona del otro turno no había llegado y cuando me acerco me doy cuenta de que eso es falso, ahí estaban las dos personas y me entero que el transporte de Arboleda esta averiado, además la veo empapada de pies a cabeza y tendrá que irse a pie
.
Ahí y aun lloviendo, ofrezco llevar a Arboleda al paradero de bus más cercano, diciéndole que como iba a caminar bajo la lluvia esas largas cuadras y pensando para mis adentros, que era la oportunidad para coquetear más, para ese momento la calentura acumulada de la noche ya la tenía bien en la cabeza, la guarda dice que le da pena y yo insisto en que no hay problema. Después de un par de minutos de dialogo y aprovechando que el otro guarda tuvo que atender a un inquilino, Arboleda me manda una de sus miradas coquetas y me dice en un tono provocativo que si de pronto, ese favor no estaría bien visto para algunas personas, yo le contesto que no tiene de que preocuparse, para eso mi carro era extremadamente polarizado y nadie nos vería, me sonríe de forma picarona. (En alguna ocasión mi novia y yo lo habíamos hecho justo enfrente de la portería de su casa, sabiendo que nadie nos podía ver por el polarizado, pero eso también es relato para otra ocasión).
Arboleda se despide de su compañero que no queda mirando de forma sospechosa y salimos hacia mi carro. En el camino hacia el carro le digo que por favor lo único, sería que se quitara los zapatos, alegando que era mejor no mojar el carro, Arboleda me mira extrañada y no dice nada, al montarse al carro se quita los zapatos y con tan mala fortuna de que aun tenia medias, como no había pensado en eso. Le pregunto que por donde vive ella y me dice que hacia una ladera, yo con la calentura a mil y sabiendo que es la única oportunidad que tengo, me ofrezco a llevarla, ella solo sigue sonriendo.
En el camino hablamos de cosas varias y yo seguía pensado como hacer para verle los pies, entre esas cosas que hablamos y justo llegando donde ella vive, le pregunte o más bien sugerí que el trabajo de seguridad debe ser bien pago, a lo que respondía, que no tanto, que a duras penas le alcanzaba para llegar a fin de mes; así que ahí fue cuando se me ocurrió una idea maravillosa, sin más y apunto de despedirnos le dije:
Yo: Arboleda te voy a dar 20 mil pesos si te quitas las medias y me dejas ver tus pies.
Ella me miro con cara de bicho raro y me dice que no, que por qué haría eso, yo le insisto y le digo que le pagare 30 mil, a lo que ella vuelve a decir que no, yo noto que se va poniendo lo zapatos para bajarse del carro, a lo que le digo que mi última oferta son 40 mil, saco la plata de la billetera y la muestro, le insinuó que 40 mil pesos por estar descalza no le sobran a nadie, ella se queda pensativa y me pregunta por qué estoy dispuesto a pagar por verle los pies a alguien a lo que yo le respondo que lo haga, que se quita las medias, reciba la plata y que le respondería.
Para ese entonces ya estaba a 10 mil, ella se quita una media, se quita la otra y que sorpresa, son unos pies blancos, de dedos largos hermosos, no son gruesos o flacos, tiene unas uñas cuadradas y largas y con un color natural espectacular, en resumen, son hermosos, mi excitación aumento en mil y me imagine besándolos y acariciándolos, le digo que los suba al asiento para poder verlos mejor, me hace caso mientras coge la plata y yo me quedo hipnotizado por esas maravillas.
Ella nota que estoy embobado con sus pies sin poder quitarle la mirada de encima y me vuelve a preguntar por qué hago eso. La miro y le explico que me atrae mucho, que tiene una cara hermosa y un culo espectacular, mientras le digo esto ella abre los ojos como platos, le digo que me tiene loco y que me he imaginado muchas veces como seria en la cama, a lo que responde con una mirada coqueta y le digo que sin embargo hay un problema y es que soy fetichista de pies y si una mujer por más linda y buena que este tiene los pies fuera de mi gusto, el encanto se pierde, a lo que se queda mirando y me pregunta.
Ella: ¿y qué tal los míos? ¿Te gustaron no?.
La miro un poco sorprendido y ella me devuelve la mirada picarona, le digo que sí, que me encantaron y que no me decepcionaron, que son uno de los pies más hermosos que he visto en mi vida y que podría pasar el resto de mi vida venerándolos.
Le digo que le daré otros 20 mil, si me deja darle un masaje, me mira con cara de complicidad pero me responde que no, que ya está bien, que está cansada por el turno de trasnocho y que quiere ir a dormir a lo que sin pensar subo la oferta a 40 al mismo tiempo que me estiro a cogerle un pie y atraparlo con mi mano, ella me dice que primero la plata, la saco, se la entrego y ella se acomoda hacia mí, estira sus pies y los coloca en mi pierna, yo agarro uno y comienzo a darle un espectacular masaje y me siento en el paraíso apenas toco esos hermosos pies blancos y fríos.
Ella cierra los ojos, se deja caer un poco en el asiento y parece estar disfrutando del masaje, yo estoy extasiado con ese pie, mientras el otro me está esperando, siento como la sangre no se puede acumular más y mi erección es enorme, sin saber porque y sin pensarlo, acerco ese pies a mi cara y a mi boca para sentir el olor, olor mas espectacular, una mezcla ente humedad, talcos y crema humectante, ella abre los ojos, me mira he intenta retirar el pie cuando lo ve en mi cara y siente que lo estoy besando, yo lo garro fuerte y le digo que tranquila que eso es parte del masaje, que cierre los ojos y siga disfrutando, al que parece estar gustándole, me hace caso cierra los ojos y se relaja.
Después de un par de minutos con ese pie, lo dejo caer intencionalmente sobre mi pantalón justo sobre mi erección, mientras agarro el otro y comienzo a masajearlo, a este punto ella ya parece estar gustándole demasiado por lo cual de inmediato llevo el nuevo pie a mi boca y comienzo a besarlo, ella solo suspira bastante profundo.
Abre los ojos y mira su pie en mi bulto, me sonríe y me mira con esos ojos pornográficos, los cierra de nuevo y para mi sorpresa comienza a sobar su pie sobre mi bulto, sobando como intentado masturbarme, ella abra un poco las piernas, baja su mano y comienza a sobar su vagina sobre el pantalón, mientras sigue suspirando, eso sigue así por aproximadamente dos minutos, yo besando y masajeando un pie, el otro haciéndolo en mí y ella acariciándose, yo tengo el pene a explotar y es cuando no aguanto más, levanto los dos pies con una mano, los sostengo sobre mi cara mientras aspiro ese perfecto olor mientras con la otra mano desabotono el jean, bajo el cierre y saco mi pene, agarro los dos pies con ambas manos y los pongo sobre mi pene, siento ese frio en mi pene, siento un escalofrío de placer, siento que estoy en el placer absoluto y emito un gemido, ella solo sigue suspirando con los ojos cerrados y ahora decide introducir su mano en su pantalón, yo comienzo a mastúrbame con sus pies y ella con su mano.
Sigo con el movimiento de arriba hacia abajo, con sus plantas, con sus dedos, con todo el pie, meto mi pene entre sus dedos y ella sigue masturbándose por dentro del pantalón, ella empieza a gemir más duro y a mover su mano aceleradamente, yo hago lo mismo y empiezo sentir como me vengo por montones al igual que ella, siento toda mi leche empieza a bañar esos hermosos pies, el semen cae por todo el empeine, por entre sus dedos, en sus uñas y yo me siento en el paraíso, ella tiene sus caderas elevadas y esta extasiada ha tenido un orgasmo, me mira, mira sus pies bañados en leche y me sonríe mientras yo sigo derramando leche entre su empeine, sus plantas, entre sus dedos, cojo sus dos pies y formo con sus dedos una protección para mi pene, como dos manos y sigo subiendo y bajando mientras el orgasmo pasa.
Los dos nos miramos, ella sonríe, suelto sus pies, ella los recoge mientras saca la mano de su pantalón y coge una media, comienza a limpiar sus pues bañados en mi leche, se coloca las medias, se pone los zapatos, me sonríe, me dice que tiene sueño e ira a descansar, muchas gracias por el aventón, se acerca y me da un beso en la boca, le pido su número telefónico y le digo que quiero que esto se repita, me lo da y me dice que cuando quiera, que yo sé donde trabaja y que tenemos que cuadrar una sección mejor un día que ella descanse, se baja y se va.
En otra ocasión les contare como fue el segundo encuentro en un motel.
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