Los pies de mi hijo en el campo

Después de un dura jornada en el campo, follar a mi pequeño y sus pies es mi único deseo.
Eran las 4:00am cuando desperté como cualquier otro día, la vida en el campo lo requiere así. Tengo una familia muy feliz, una esposa y dos pequeños niños, Maxi de 16 años, y Eidan de 6 años. En cuanto a mi, Soy Antonio, tengo casi 40 años, soy blanco y de estatura promeadio y he vivido del campo toda mi vida.

Mi esposa comienza a hacer el desayuno mientras yo preparo todo para mí día, ordeñar vacas y preparar a los animales. De forma inesperada suena el teléfono, es mi suegra quien vive en la ciudad, al parecer tenía problemas de salud y requería la ayuda de mi esposa en el menor tiempo posible, preocupada comienza a hacer las maletas, mi hijo mayor Maxi la acompaña.

Luego de las indicaciones, ellos parten rápidamente en el camión, mi pequeño hijo Eidan baja hasta donde eme encontraba yo despidiendo a su madre, con la pijama aún puesta, de una tela delicada que hace que mis más profundos pensamientos salgan a la luz.

Yo fetichista de pies y he amado a los niños desde que tengo memoria, pero siempre he sabido esconder esa parte de mi para acoplarme. Y es que, hacer cosquillas a los pies de tus pequeños y bañarte junto a ellos son cosas que un padre normal haría, pero jamás tuve la determinación para ir más allá, no les podría hacer daño.

Le doy el desayuno al pequeño, le digo que se bañe y vista, puesto que hoy me acompañará a trabajar en el campo, rápidamente lo hace y vamos directo a nuestro caballo.

Mi hijo Eidan acaba de cumplir 6 años, tiene la piel blanca y el cabello un poco largo. Como todos a esa edad, la curiosidad es su mayor fuerte.

Montamos el caballo y pongo a mi hijo delante de mi, noto como su suave y redondo culito queda envolviendo mi bulto y como sus pequeñas manos se sostienen de las mías para no caerse. Eidan usa unos pequeños shorts y una camiseta azul, sus hermosos pies están puestos sobre unas alpargatas al igual que yo.

El caballo comienza a trotar, y en cada paso, el culo de mi bebé saltaba sobre mi verga, que se comenzaba a poner dura por el movimiento. Llegamos al lugar de ordenamiento de vacas, bajo a mi hijo cargado y le doy un beso en su mejilla, él ama que su papi lo acaricie y consienta tratándolo como el príncipe que es.

Vacas ordeñadas, cerditos alimentados, todo la mañana transcurre de la mejor manera. Estoy sentado en el pasto con Eidan, observando su pequeño cuerpo, y sus manitas que no dejaban de tocar su pene. «Papi tengo que hacer pipi», sin más que decir saca su pequeño pene erecto, aún con el prepucio pegado de su glande y comienza a orinar a mi lado, en ese momento mi pene comienza a endurecerse, el bebé me mira a los ojos y sonríe, termina de hacer pipi y me muestra como hay una pequeña suciedad sobre su pequeño miembro, la cual quito con mis dedos y le hace cosquillas a mi hijo.

Eidan: Jaja papi me haces cosquillas en mi pipí.

Asustado y nervioso me encontraba por la dulzura de sus palabras, decido acercarme y darle un beso al pene de mi hijo, «súbete el pantalón y vamos a casa».

Eran las 15:00 cuando llegamos de nuevo a casa, el silencio era absoluto. Yo estaba confundido por la forma en como había tocado a Eidan, fue algo que hice sin pensar, la culpa me invadía.

Eidan: Papi ayudame a quitar mis alpargatas, quiero ir a bañarme.

Pongo a mi hijo en el sillón y me arrodillo para quitar sus zapatos, comienzo lentamente a desatar el cordón de su tobillo, y mi corazón comienza a latir fuerte cuando tengo sus piecitos descalzos y cansados frente a mi. Un par de pies infantiles y blancos, con los deditos rosas, habían estado todo el día trabajando, el olor dulce de su sudor impregnaba mi nariz, la esencia de mi hijo Eidan salía de esos piecitos cansados.

Comencé a masajearlos con mucho cuidado mientras Eidan poco a poco se quedaba dormido en el sillón. Reaccione de pronto, «Que estoy haciendo! El es mi hijo, tengo que cuidarlo» me dije a mi mismo mientras iba al baño  a lavarme la cara para despertar de ese sueño. Me mire al espejo y en mis ojos se veían mis verdaderas intenciones.

Lleve a Eidan cargado a su habitación mientras dormía, pasaron algunas horas mientras tomaba una decisión. «Solo jugaré un poco con sus pies», me decía a mi mismo mientras mi verga se comenzaba a despertar.

En el cielo se veía un atardecer y mis lujuria invadía la sala de estar. Cuando no aguanté más, subí a la habitación de Eidan, quien aún dormía plácidamente después de su aventura en el campo.

Como si fueran magnéticos empiezo a oler los pies de mi hermoso niño, su dulzura inocencia se mezclaba con el olor entre los deditos de sus pies, yo aspiraba de esa esencia infantil, la combinación perfecta entre el sudor y olor a patitas que emanaban levemente, prendían en mi los pensamientos más salvajes.

Saco mi verga ya erecta, unos 18cm, que ya sacaba precum de solo oler los pies de mi bebé. Comienzo a masturbarme mientras la suavidad de sus plantas rosadas tocan mis labios, lamo, chupo y beso cada uno de los dedos de Eidan.

Eidan: Que estás haciendo papi? Me haces cosquillitas en mis pies.

Antonio: Si amor? Te gusta que papi te bese tus piecitos?

Eidan: Sii papi

Antonio: Bueno te haré más cosquillas entonces.

Me desnudo completamente frente a mi hijo, quien pone una cara de confusión y lentamente comienzo a desvestirlo de igual forma.

Me subo a la cama y lo pongo a el acostado boca arriba, mi verga completamente erecta comienza a ser masturbada con los pies de mi bebé. Con mi glande trato de hacer más cosquillas a sus piecitos, Eidan solo ríe mientras me hago un footjob.

Los tiernos pies de mi bebé suben y bajan mi pene  una y otra vez, sus pequeños deditos se mueven y se aprietan de más cosquillas que genera el momento. Esos pequeñas patitas están húmedas de tanto ser lamidas por mi, su propio padre.

El movimiento rítmico de la paja que mi hijo me hacía con sus pies termina por hacerme eyacular en grandes cantidades sobre las plantas de Eidan.

Eidan: Te hiciste pipi en mis piecitos?

Antonio: No amor jaja es la leche de papi. Amo tanto tus pies que el pipí de papi se puso feliz y cuando se pone feliz saca leche. La quieres probar mi vida ?

Con mi dedo retiro un poco de mi leche en los pies de Eidan y la llevo hasta su boca.

Eidan: jeje sabe dulce papi

Esas palabras despiertan en mi, mi verdadero instinto. De forma un poco agresiva subo mi pene erecto sobre la cara de mi hijo, hago que abra la boca para educar a mi pequeño Eidan en el arte de las mamadas.

Mi glande aún con restos de leche comienza a rozar los pequeños labios de mi hijo, hago una leve presión para que abra su boca , Eidan saca su lengua la cual me da choques electrificantes por todo el cuerpo cuando comienza a tocar mi glande, de forma brusca penetró la boca de mi hijo, quien preocupado trata de sacarla como pudiese.

Saco mi verga húmeda de la boquita de mi niño quien se ve asustado y enojado. Para tranquilizarlo comienzo a acariciar su cabeza y darle besos en su cuello y labios.

Antonio: «Eres el príncipe de papá Eidan»

Bajo hasta el pene de mi hijo, me cabe completamente en mi boca junto sus huevitos, comienzo a lamer y succionar la verguita de mi bebé que se comienza a poner dura en mi boca, Eidan se ve relajado y concentrado en lo que su papi le hace sentir.

La pequeña verga erecta de mi hijo saca una gotitas de orina que se combinan con mi saliva mientras consigo el placer de mi pequeño, el aprieta sus pies y los pone en mis hombros, mientras mi cabeza sigue enfocada en darle a mi príncipe su primer sexo oral.

Eidan suspira y tiene una respiración agitada, alzó sus piernas con una mano, y dejó a la vista el apretado y virgen ano de mi bebé,  el color rosado y un pequeño lunar que tiene al lado de la entrada hacen de mi un ser desenfrenado.

Bajo mi lengua hasta la entrada del recto de Eidan y comienzo a chuparlo tratando de dilatarlo en el proceso, mi lengua trata de entrar pero está muy cerrado para eso. Con mi propia saliva de lubricante meto un dedo dentro, Eidan se asusta por la sensación e intento calmarlo.

Mi dedo se hace paso en el recto de mi bebé, se siente apretado y húmedo, puedo sentir su pequeña próstata palpitando. Lo dilato a la fuerza con otros dedos, rápidamente el culito rosado comienza a tornarse rojo por el movimiento de mis dedos saliendo y entrando.

Eidan: papi me duele mucho sacalos de ahí siento que voy a hacer del 2.

Mi mente está nublada del placer , sujeto sus pies con una sola mano, y con la otra comienzo a guiar mi pene hasta la entrada del ano de mi hijo, pongo saliva y comienza a deslizar mi verga, siento como el ano se comienza a abrir, eidan comienza a llorar por el dolor de su culito siendo penetrado por 18cm de su padre.

De un azote meto toda mi verga dentro, el culo de Eidan se moldea completamente a la forma de mi pene y comienzo a moverme dentro de el.

Mientras los penetró pongo los pies de mi hijo en mi boca, chupo cada uno de sus dedos mientras me abro paso dentro de su recto. Empiezo a embestir a mi bebé que ahora llora silenciosamente , mis huevos chocan contra la entrada de su culo mientras sus piecitos siguen en mi cara.

No pasó mucho tiempo cuando un chorro de semen inunda las entrañas de Eidan, que sale lentamente por su culo cuando sacó mi verga de él.

Abrazo fuertemente a mi hijo, y mirándolo a los ojos le agradezco,  el se pone muy feliz de estar junto a mi, vamos a bañarnos juntos y luego pasamos el resto de noche abrazados viendo caricaturas.

Sus pequeños pies se reposan sobre mis piernas, y nos quedamos dormidos.

Muchas Gracias a todos los que leyeron, acepto todo tipo de comentarios, espero que lo disfruten. Haré muchas más historias en relación a pies y niños.

Kdsfeet