Los pies de mi vecinita
Esta será una historia larga de varias partes en la que contaré mi experiencia con los pies de mi pequeña vecina.
Hola que tal! Buen día tengan todos. Desde hace ya un tiempo quiero publicar esta historia que es 100% verdadera y ocurrió cuando yo tenía 17 años (actualmente tengo 22 y mi vecinita amiga mía tenía 12 (actualmente tiene 17) solo que usaré nombres ficticios por obvias razones, yo seré Raúl y ella Sara.
Empezaré por describirla brevemente a ella, por aquel entonces Sara era una muchachita muy delgada, de piel morenita y de baja estatura, sus piesitos eran delgados y finos con dedos pequeños y sus uñas bien cortadas iban siempre luciendo un color de esmalte, esa niña tenía los pies perfectos! Los pies de una diosa!.
Yo toda la vida he sido un fetichista de pies femeninos, solo que nunca había probado los pies de una mujer y estaba ansioso por cumplir mi fantasía.
Sara era amiga de la familia pero con quien se llevaba mejor era mi hermana menor y siempre venía a mi casa a estar con ella para ver películas, mientras que yo aprovechaba para verle disimuladamente sus hermosos pies, que para mi buena suerte siempre iba en sandalias.
Un día escuché a las dos platicar con mi madre sobre si Sara se podía quedar a dormir en mi casa porque querían ver películas, a lo que mi madre accedio. Ese mismo día más tarde, mi cabeza comenzó a dar vueltas y vueltas al saber que Sara se iba a quedar a dormir en mi casa, pues empecé a pensar que podría ser una oportunidad perfecta para ir mientras duermen y almenos tocarle los pies a Sara.
Al caer la noche y pasar las horas me ponía más y más nervioso, pues me asustaba la idea de que despertara y se asustase metiéndome en problemas, casi me rendía y daba por cancelado el plan, cuando de pronto Sara entró a mi cuarto preguntando si tenía sábanas para taparse, y ahí los vi, ese par de bellos y morenos piesitos descalzos con esmalte verde en sus uñas estarian esta noche en mi casa esperando a ser tocados por mi, fui a darle una sabana pero casi me tropezaba por ir embobado viendo sus pies, le di la sabana y me dijo gracias, entonces se fue y yo me quedé en mi cuarto solo, pensando en como haría para tocarle sus pies sin despertarla.
Se hicieron las 11:00pm y mis padres ya se habían ido a dormir, menos ellas y yo, ellas estaban acostadas en una colchoneta en la sala viendo la televisión, mi cuarto estaba justo al lado de la sala y podía escuchar a la perfección sus voces y el ruido del tv, lo cual era perfecto pues sabía que cuando ya no se escuchara nada significaba que ya estaban dormidas.
Allí estaba yo en mi cuarto, inquieto, nervioso y ansioso a la vez, cuando de pronto escuche claramente que se decían ‘hasta mañana’ apagando el televisor dejando ya un ambiente de completo silencio… Se habían dispuesto a dormir.
Todavía espere una hora mas para estar 100% seguro de que ya estaban dormidas, esta última hora fue eterna y sentía que estuve esperando toda una vida. Mi sufrimiento terminó cuando mire la hora en mi teléfono y confirme que ya había pasado una hora, ahora ya nada hacia falta, estaba todo listo para ir a cumplir mi fantasía.
Me levante de mi cama y me dirigí hacia la puerta para abrirla con suma delicadeza, asome un poco la cabeza para corroborar que estaban dormidas, pero fue en vano pues estaba todo oscuro. Abrí lo suficiente la puerta como para pasar y cuando sali de mi cuarto me agache rápidamente para ir más seguro, ya estaba en la sala y lo único que tenia que hacer era ir hacia donde Sara estaba dormida y así fue, me dirigí gateando lentamente hacia la colchoneta donde estaban y mientras iba acercándome mis ojos se adaptaban a la oscuridad, para cuando llegue a donde dormia ya podía ver un poquito más, aunque lo que vi no me gustó para nada… Sara estaba totalmente envuelta en la sabana que le di, incluido sus pies, pensé ‘maldita sea para que le daba la sabana’.
Sara estaba allí dormida enfrente de mi pero con sus pies tapados, me deprimi demasiado porque pensé que estaba todo perdido y que no iba a poder cumplir mi cometido, estaba a punto de rendirme y regresarme a mi habitación cuando de pronto, volte a ver sus pies tapados y me dije a mi mismo ‘tu puedes hacerlo, solo destapalos con cuidado’ y entonces respire hondo y decidí arriesgarlo todo, ya nada me importaba en ese momento, solo ansiaba tocar y ver de cerca esos pies que me volvían loco… Con mis manos temblorosas tome la parte de la sabana que envolvía sus pies y comencé a retirarla con mucho cuidado, con pequeños tirones fui desenvolviendo poco a poco sus pies, el corazón me latía a mil y sudaba por montones, entonces de tanto tirar y aflojar la sabana me di cuenta que ya estaba muy floja, una sonrisa se dibujo en mi rostro y entonces decidí jalar con un poco de mas fuerza, tire y tire de la sabana hasta que de pronto lo sentí, lo único que hacía falta era hacerla hacia un lado para poder desnudar sus pies.
Tomé el extremo de la sabana y poco a poco la fui moviendo hasta que los vi, sus pies, la razón de este descabellado plan estaba ya allí frente a mi! Deje la sabana a un lado y no lo podía creer, tenía frente a mi los pies desnudos de una niña de 12 años! No había nada ni nadie que me impidiera hacer lo que tanto anhelaba!.
Primero trague saliva, después, estire mi mano un poco y por último con mis dedos pude tocar los dedos de sus pies, en ese momento una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo! Pase de sus dedos hacia su planta… Juro que no podía creer lo que estaba sintiendo, su planta era tan suave y nada áspera! Era como estar tocando seda. Pasaron unos cuantos minutos y yo seguía tocandoselos, aparte de tocarselos quería acariciarselos pero me daba miedo que con tanto estar tocando se despertara, así que decidí darle unos pequeños toques en su hombro para cerciorarme de que estaba dormida, y en efecto, seguía dormida.
Cuando termine de hacer eso, regrese a sus pies y esta vez para ariciarlos. La sensación de estar acariciandolos era tan satisfactoria, no me cansaba de pasar mis manos por los dedos de sus pies una y otra vez. De tanto estar acariciandolos, comencé a sentir algo dentro de mí, una sensación muy placentera, un calor que surgía desde lo más dentro de mi… Estaba comenzando a excitarme.
La excitacion que me estaba causando el momento iba a creciendo más y más, hasta que llegó el punto donde ya no quería seguir acariciandolos con mis manos pues necesitaba algo mas, necesitaba acariciarlos, si, pero esta vez con mi boca. Agarre mucho valor y fui acercando poco a poco mi boca a sus pies y en el instante en que sentí que mis labios hicieron contacto con su planta sentí una segunda corriente eléctrica más potente que me recorría todo rincón de mi cuerpo… Dejándome llevar comencé a besar toda su planta, di tantos besos que es inútil recordar cuantos fueron, bese su empeine, su talón, me asegure de que no faltara nada que besar y por eso fui subiendo mis besos hacia sus dedos. Me sentía en el paraíso, no quería que eso acabase nunca, me encantó besar sus pequeños y delicados dedos, seguía y seguía recorriendo con mis labios cada rincón de sus delgados pies, hasta que me di cuenta que la excitacion que yo creía no podía aumentar más comenzó a crecer más y más… Por puro instinto dirigí una de mis manos hacia mi miembro y empece a sobarlo pero por encima de mi short. Con la calentura creciendo en mi cada vez más, mi mano tocando mi miembro de arriba a abajo y estar besandole sus pies a esa niña, un deseo se apoderó de mi, el deseo de poder chupar esos deditos uno por uno… Yo ya estaba fuera de mi para ese momento, nada me importaba! estaba dispuesto a arriesgar incluso mi vida con tal de poder chuparlos! Pensé ‘¿que más da si se despierta? Puedo inventarle cualquier cosa’ y justo en el momento en el que abrí mi boca para meterme esos ricos deditos dentro, me detuve… Me detuve en seco, el poco sentido común que me quedaba en ese momento me salvo, estuve ahí pensando por unos dos minutos, analizando lo que pudo haber ocurrido si hiciera lo que quería hacer y llegue a la conclusión de que, si me atrevía a chuparle sus deditos no me iba a querer detener allí, después iba a querer chupar sus piesitos enteros y a lamerlos una y otra vez y si se despertaba iba a ser mi fin.
Asi que opte por ser inteligente y decidi dejarlo por el momento, pues si quería que en el futuro sara se vuelva a quedar a dormir en mi casa y pueda repetir esto, no debía meter la pata. Entonces antes de irme, me despedí de ese par de piesitos dándoles un beso a cada uno, me pare y me dirigí a mi habitación para seguir con la diversión allí, pues seguía muy excitando y con una ereccion de los mil demonios, así que me hice tremenda paja pensando en lo que acababa de hacer, imaginando que seguía en la sala gozando y probando los pies de mi vecinita Sara.
Esta historia es muy larga pues no me detuve allí, esto siguió como por unos 4 meses más hasta que al final pasó algo que jamás me esperaba…
Estense atentos a las demás partes!
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