Los secretos de mi hermanita
No cabe duda que el que busca encuentra, mi fetichismo me llevó a descubrir que mi hermanita de 17 años no sólo es sexualmente activa, si no que es toda una putita, descubrí cosas que no me esperaba….
Hola, mi nombre es Rodrigo y a lo largo de mi vida me han pasado todo tipo de cosas, vivo con mi madre, es soltera, fui su único hijo por un tiempo, hasta que a los 13 tuvo una hija, mi media hermana, por la diferencia de edad no éramos demasiado cercanos, siempre la vi como la niña pequeña de la casa, aunque siempre fui un fetichista, desde los 11 años aproximadamente me encantaba olfatear la ropa interior de mi madre, de mis tías y mis primas, me encantaba espiarlas, etc.
Pasó el tiempo, al cumplir 30 años tuve unos problemas con la mujer con la que vivía y decidí regresar a casa de mi madre, llevaba un par de semanas ahí y todo normal, por ese tiempo se terminó también mi contrato en el trabajo así que me iba a quedar desempleado hasta que mi jefe encontrara un lugar para acomodarme de nuevo, no había problema tenia buenos ahorros y al regresar a casa de mi madre me ahorraría la renta, mi hermana estaba ahí, ella era algo llenita, cabello lacio hasta los hombros, ojos oscuros y piel morena, pero hasta ese momento no me había dado cuenta del tremendo culo que se le formó, era bastante grande pero lo llamativo era la forma, perfectamente redondeado, no lo había notado hasta que un día sábado bajo en licra, muy corta, llamó mi atención, pero todo detono cuando se agacho para recoger una cuchara que se le calló, me excito demasiado y mi instinto fetichista revivió, ella no era exhibicioncita ni se vestía de forma provocativa, su ropa era bastante conservadora, esa licra era lo que usaba para dormir, era «bien portada» salía poco y siempre sacaba buenas notas en la escuela, la idea de olfatear sus pantis invadió mi cabeza y la tenia fácil, el lunes iría a clases, mi madre a trabajar y yo tendría toda la mañana y parte de la tarde para deleitarme con las prendas de mi hermanita como con las de mi madre, ahora tenia dos hembras a mi completa disposición, pasó el sábado, domingo y por fin, llegó el lunes, no recuerdo nunca haber esperado tanto un lunes, mi hermana salió, con un pants gris ajustado y una sudadera rosada, mi madre me preguntó que si me quedaría ahí, si no quería que se quedara a acompañarme, de inmediato le dije que no, para despistar le dije que saldría a hacer ejercicio al parque y de ahí a visitar a un amigo, por fin se fue y como una bala corri a la recamara de mi hermana, su toalla estaba húmeda y aún tibia en el piso, la deje de lado y fui al cesto de ropa sucia, no había mucha pues en casa la ropa se lavaba los viernes cuando ambas llegaban de sus labores, pero me quede tieso, en el cesto había una tanga azul celeste, diminuta, de hilo dental, ni siquiera tenia el triangulo de atrás, era solo el hilo, el triangulo frontal era de tela semitransparente y en el pequeño pedazo de algodón del puente había una gran mancha blanca, era bastante, cubría todo ese pequeño pedazo de tela y parte del hilo que iba hacia el culo, tenía una erección brutal, la lleve a mi nariz y el olor era delicioso, no resistí y me quite la ropa, me tire sobre su cama y me hice tremenda paja mientras olfateaba esa rica prenda, estaba por estallar pero no quería manchar esa prenda, para usarla más tarde de nuevo, así que me corri en su toalla, quería que después de el próximo baño se los embarrara sin darse cuenta, creí que era todo, quizá la unca prenda sexy que tendría ya que la otra que había en el cesto era un boxer femenino, negro, sin ninguna gracia, pero algo me hizo ir a su cajón y abrirlo, quede en shock, las prendas tipo boxer o cacheteros eran la minoría, casi todo eran tangas, diferentes formas, colores, desde las mas normales hasta las mas exóticas, algunas abiertas en la zona de la panocha, estaba ya muy excitado, cuando de pronto vi algo que parecía un broche, creí que era un brasier, lo jale y por dios, era un liguero!! saque el cajón para poder examinarlo bien, saque todas las prendas y debajo hasta atrás del cajón tenía ligueros, un par de baby dolls, que venían a juego con unas tangas que tenia ahí, creía que había llegado muy lejos pero eso apenas comenzaba, sabia que era una putita, pero al sacar otro cajón de plano me fui, tenia aún mas lencería pero lo verdaderamente fuerte es que había condones, un lubricante nuevo y uno casi por terminarse, esperaba encontrar algún dildo, pero de eso si no encontré nada, de pronto vi una bolsa de plástico, la abrí y saque más prendas, un disfraz de enfermera, uno de colegiala y uno de policía, tan pequeños que cabían los 3 sin problemas en la bolsa y a la vez en el cajón, tenía sentimientos encontrados, estaba muy excitado, la cara me ardía y el cerrazón me latia fuerte, estaba temblando, devolví todo a su lugar como estaba, me vestí y decidí mejor darme un baño y terminar de relajarme con las prendas de mi madre, sabia que mi madre usaba ropa interior atrevida, lo descubrí muy joven, pero a comparación de la de mi hermana era casi de monja, estaba por salir, sabia que esa ropa, esos condones y el lubricante no estaban de adorno, al no tener ningún juguete era obvio que a mi hermanita le encantaba cojer, iba de salida cuando de reojo vi su laptop en su escritorio y la curiosidad me mataba, la abri y la encendí, tenía contraseña, pero pude pasarla, al estar urgando entre sus archivos me lleve una sorpresa aún mayor, mi hermanita era igual de caliente que yo o quizá más, lo que vi me dejo mudo… continuará en parte 2…
Interesante
buen relato espero con ansias la parte ll
Wooowwww! qué excitante!