Lujuria Materna 2
Deje de dar nalgadas en su culo para acariciarlo, abriéndolo y viendo su ano. La lujuria se adueñó de mí, la incliné sobre el sillón y empecé a lamerlo, lo lamía y separaba sus nalgas con mis manos, ella gemía y al cabo de algunos minutos me empezó a suplicar que la penetrase.
Fui creciendo casi tratando de ignorar el deseo primitivo que tenía a veces por mi madre, solía evitar pensar en mi madre directamente en un ámbito sexual, y la pocas veces que lo hacía, solía pensar que la deseaba porque era mujer, y no porque era mi mama, pensaba que mi deseo por ella era pequeño o talvez el mismo que podrías tener por cualquier otra mujer. Era finales de enero, tenía 18 años, unas cuantas semanas después de mi cumpleaños.
En el colegio tuve un conflicto con mi profesor de física, me metí en un problema que escalo rápidamente y antes del medio día me entere de que me suspendieron temporalmente del colegio, fue por 3 o 4 días. Yo no era un estudiante destacado, pero tampoco era un mal estudiante, sin embargo mi antagonismo con aquel profesor ya tenía su recorrido, de cualquier forma ni yo ni mis compañeros esperaban que yo tuviese una suspensión temporal, solía ser algo para estudiantes problemáticos y muy irresponsables, generalmente bullies. Pero yo sabía que la sorpresa no iba a ser solo para mí, mi mama seguro que me iba a dar un castigo muy duro, y no estaba muy seguro de como llegar a casa antes del medio día y explicarle a mi mama que me habían suspendido del colegio, sabía que mi mama iba a enterarse tarde o temprano, lo cual calmo mis ganas de mentir o idear algún engaño para evitar cualquier castigo.
Era muy extraño llegar a esas horas a mi casa, me encontraba muy nervioso y quería evitar encontrarme con mi madre. Entre por la puerta de la cocina esperando que mi madre no esté en casa, avance hasta el pasillo y escuche unos ruidos en la sala, era evidente que alguien estaba ahí, seguramente mi madre, resignado a mi destino empecé a caminar hacia la sala, había un sonido constante que era un tanto extraño, y la resignación rápidamente se convirtió en confusión y curiosidad, logre asomar mi cabeza para ver que sucedía, cuando logre verla recostada sobre su lado derecho en un sillón dándome la espalda. Su mitad inferior estaba desnuda, sus pies, sus tobillos, sus muslos, sus inmensas nalgas. Era una sola pieza unificada de erotismo cortada e incompleta por el inicio de su blusa, aquella blusa color rojo oscuro que ocultaba la continua desnudez de su espalda. Tenía un frasco de lubricante y un dildo enfrente de sus piernas sobre el sillón y su mano izquierda estaba acariciando su ano
–ahh …Ayyy
Sus gemidos susurrados eran lo único que acompañaba esta fantasía. El silencio… el silencio y luego sus gemidos… El bien y lo prohibido… el vacío y luego su lujuria. Movía lentamente dos de sus dedos sobre su hoyo mientras seguía emitiendo pequeños gemidos
-ah… ahhhh…ahh
Me quede en shock mientras mi pene cobraba vida. Lentamente asimilaba lo que estaba viendo, dudando un poco de si era realidad o no. Nunca imagine ver a mi madre acariciando su ano, la posición que tenía. La forma en la que exponía lujuriosamente su culo y los gemidos casi silenciosos que salían de su boca
-ayy… sí…ahhhh
Perdí la cabeza y empecé a masturbarme aun con mi mochila pesada en mi espalda. Lentamente su dedo del medio amenazaba con entrar en su ano, empezó con su dedo medio y luego el anular, ya tenía ambos dedos entrando y saliendo de su culo En un ataque de culpa, nervios y lujuria me di cuenta de que estaba demasiado expuesto en mi masturbación, me había acercado peligrosamente y podía ser descubierto masturbándome, trate torpemente de dar unos cuantos pasos atrás chocando con una puerta y ocasionando un ruido. Mi razón tomó control y corrí sobre mis pasos saliendo por la misma puerta que entre.
Aun nervioso y confundido, fuera de mi casa y luego de haberme alejado un par de cuadras, logre pensar en lo que acababa de ocurrir. Después de haber caminado por alrededor de 30 min, decidí volver a casa todavía con confusión en mi mente, realmente no tenía a donde ir. Al entrar trate de ser un tanto ruidoso, esperando que eso me devuelva a la realidad. Mi madre no tardó en aparecer frente a mí, con un poco de confusión y enojo en su rostro.
-porque no estas en el colegio?
Esa pregunta me había devuelto la única realidad que necesitaba, la madre tradicional que siempre he tenido. Recuerdo haberme sorprendido por el contraste, y esa naturalidad con la que ella regresó al papel de madre, desapareciendo cualquier rastro de lujuria, tan solo en al ver su ropa, ya no se encontraba absolutamente nada de desnudez y erotismo.
-Tuve un problema en mis clases de física… me expulsaron temporalmente.
Mi madre empezó a regañarme, enfurecida, logro elaborar un discurso moral, que me resulto bastante familiar. Hace mucho tiempo que mi madre no me regañaba de esa manera, pues desde que entre en el colegio me convertí en una persona muy reservada y no solía formar parte de ningún problema. Después de un largo rato me llevo a su cuarto y me pego con una tabla de madera con la que solía pegarme cuando era más pequeño. Enojada y sin decir ni una sola palabra salió de casa, dejándome con las nalgas rojas y con un par de lágrimas en el rostro.
El día paso lentamente y mi madre regreso por la noche, note cierta distancia y su lenguaje era frío. Sabía que había cometido algo muy malo y de cierta forma me resignaba al castigo. No podía olvidar todo aquel día y todavía trataba de asimilar no únicamente el haber sido suspendido del colegio y mi castigo, sino también el haber visto a mi mama masturbándose. Al día siguiente toda la mañana fue un poco extraña en el trato que tenía con mi madre aunque decidí ignorarlo. Por la tarde recuerdo estar en mi cuarto escuchando música cuando mi madre entro y empezó a hablar conmigo
-A veces olvido que ya tienes 18 años… lo he estado pensando un poco y talvez he sido muy dura contigo
-No te preocupes ma, no creo que lo hayas sido, de cierta forma si merezco ser corregido…
-desde que tu padre murió siempre ha sido muy difícil criarte, talvez no te he dado una muy buena vida entre tantos castigos. La discusión se mantuvo durante un rato, y podía notar arrepentimiento y una gran tristeza en su cara y cuerpo. La conversación no nos llevó a ningún lado y ella salió otra vez de la casa.
Por la noche aproveché la ausencia de mi madre para ver una película en la sala, la noche fue larga viendo un par de películas preocupado por que mi madre no llegara, cada vez era más tarde y al llamar a su celular no contestaba, decidí dormir en la sala Aproximadamente a la 1 o 2 de la mañana entre sueños escucho la puerta abrirse y a mi madre balbuceando, me acerco a la puerta y la encuentro tabaleándose, se encontraba borracha y con su maquillaje un poco desarreglado aunque su aspecto no era el de una persona borracha su voz la delataba, fue de las pocas veces que la vi borracha y me cuesta recordar con claridad, sin embargo, recuerdo que llevaba una falda y que sus medias estaban ligeramente rotas, en sus muslos había pequeños agujeros que parecían querer romperse aun más, trataban de contener con dificultad la carne que los hacía estirar. Mi madre me vio y empezó a pedirme perdón con pequeñas lágrimas en sus ojos, la lleve a la sala para que se recueste y se tranquilice un poco.
Hijo perdóname, no te di la vida que merecías – salió de su boca con dificultad mientras me acariciaba y trataba de abrazarme acercando sus pechos a los míos.
-he sido una mala muy mala persona, lo único que siempre he querido es que seas una buena persona.
🔥🔥🔥
Muy buen relato, excelente, excitante y muy morboso.
Muy bien redactado y estructurado.
Esperando la posible continuación del mismo.
Saludos