Mamá se divierte con su bebé

No esta mi marido y yo necesito saciar esta calentura.
Ser mamá era una de las cosas más lindas y agotadoras que me había pasado desde hace 4 años. Amaba a mi hijo más que a nadie y por suerte vivimos en un hogar lleno de amor y paz, en el cual él se está criando. Su papá, Gastón, también opina lo mismo. Desde que nos pusimos de novios sabíamos que queríamos ser padres, así que cuando Lolo llego a nuestra vida fue una alegría inmensa.

Los tres vivimos en un departamento grande y cómodo en el barrio de Caballito. Gastón es programador y trabaja para una empresa Uruguaya, por lo que muchas veces Lolo y yo nos quedamos semanas enteras solos. Yo soy maestra jardinera pero desde que quedé embarazada, Gastón no quiso que trabajara más, por lo que solo me ocupo de la casa y de mi hijo.

Hoy era una de esas semanas donde estábamos solos. Hace seis días que no lo veíamos a Gastón. Nos hacíamos videollamadas o yo hablaba con él durante el día por WhatsApp pero no era lo mismo, lo extrañábamos mucho. Lolo todas las noches lloriqueaba por su papá y esos eran los momentos en los que yo tenía que llamarlo por videollamada para que hablara con su hijo.

Y yo también lo extrañaba durante las noches, pero por otro motivo.

El sexo con él siempre fue fogoso. Tenemos mucha piel, pasión y somos muy morbosos. Su pija fue lo que hizo que me enamorara de él. Es grande y me complace de la mejor manera. Desde el primer día que nos conocimos no podíamos dejar de cogernos como animales. Lo hemos hecho en todos los lugares y hemos cumplido muchas fantasías de parte de los dos. Hemos hecho tríos, cuartetos, orgias, etc. Él me ha entregado a sus amigos como yo eh dejado que se coja a amigas mías. Muchas veces, cuando se va por sus viajes de trabajo sé que esta cogiéndose a otra, y lo sé porque a veces me llama mientras lo hace o me manda fotos o videos de cómo se las garcha.

Son esos momentos que aprovecho para encerrarme en el baño y meterme los dedos de manera furiosa en la concha. Me pone muy caliente saber las cosas que hace y que las comparta conmigo. Yo no lo hago porque en este lugar nos conocen todos y nuestra familia también vive en el barrio; y es por eso que más lo extraño. O que extraño el sexo con él. Porque tener un amante fuera de casa no es una opción.

Solo de pensar en todas las morbosidades que hemos hecho, siento como se humedece mi tanguita. Agarro mi celular y entro a la galería de ocultos para ver las ultimas cosas que me mandó mi marido. Mi hijo esta dormido junto a mí. Lo deje durmiendo en el sillón solo con el pañal puesto porque hace mucho calor en las habitaciones. Es pleno verano en Argentina así que no baja de los treinta y seis grados. Es un infierno.

Yo solo tengo puesto un topcito rosa y una tanga negra. El aire esta prendido pero es como si no lo estuviera.

Doy un trago a la botella de agua mientras miro a mi niño al lado mío. Duerme como un ángel. Es hermoso, se parece mucho a su padre. Tiene el pelo lacio largo castaño, ojitos verdes y esta quemadito por el sol. Estos días estuvo yendo a la pileta de la casa de la mamá de Gastón.

Duerme con sus piernas abiertas y uno de sus brazos sobre la cabeza mientras que el otro descansa sobre su panza. Para tener tres años es muy alto ya que su papá lo es.

Yo por el contrario soy morochita de ojos oscuros. Tengo rulos teñidos de negro que por el calor están en un rodete sobre mi cabeza. Mi cuerpo no está mal, no soy muy alta pero tengo caderas y piernas anchas al igual que mi cola y gracias al embarazo las tetas me crecieron lo suficiente como para ser llamativas. Gastón se volvió loco con ellas durante el embarazo. Cada vez que cogíamos me las chuponeaba todas y se tragaba la leche que me salía. Solo de acordarme se me ponen los pezones duro así que paso una mano por ellos.

Sigo viendo las fotos y videos que tengo en la galería de oculto. Le bajo el volumen a los videos para que mi bebé no se despierte.

Uno de los videos es de mi marido chupándole la concha a una mina. No se ve quien es pero seguro es alguna pendeja que él se levanto en alguna fiesta del laburo. Tiene una conchita chiquita y depilada y él se la come con una ganas que me pone loca. Me hace acordar a como me la come a mí. Me la deja toda babosa y chorreando. Dios mío que ganas.

Salgo de la aplicación de fotos y entro a WhatsApp. Me sacó una foto así como estoy, abierta de piernas mostrando de cerca mi conchita mojada cubierta por la tanga y se la envío a mi marido.

Yo: Te extraño.

Ni siquiera pasa 1 minuto que me contesta.

Gastón: uh amor, yo te extraño más. Ahora estoy en una reunión pero me paraste toda la pija, gorda. Que ganas de cogerte toda.

Yo: Sii, no sabes las ganas que tengo de tu pija. Volvé pronto.

Gastón: En unos días estoy ahí amor. ¿Cómo está el gordito?

Le saco una foto a mi hijo dormidito a mi lado y se la envió a su padre.

Gastón: Que hermoso es. Dale un beso de mi parte. Los amo, te hablo después.

Yo: Te amamos.

Hago lo que dice mi marido y le doy muchos besitos a mi bebé de su parte. Me recuesto con delicadeza sobre su cuerpecito, él se remueve un poco así que me detengo para ver si se despierta pero no, sigue durmiendo. Yo sigo dándole besos ya acariciando su cara y pelo. Es tan suave, tan tierno. Tan hermoso.

Una de sus piernas se mueve para acomodarse y justo queda cerca de mi entrepierna. Me detengo de tocarlo y la miro. Me acomodo para no estar tan encima de él pero eso hace que su pierna se apoye más y ahora choca contra mi concha por completo.

Me detengo porque siento un latigazo de placer al sentir como me roza. Mi hijo respira profundo, está muy dormido. Suspiro, ¿qué carajos estoy pensando? ¿qué me pasa?

Tengo la concha echa un fuego por los pensamientos de antes y los videos, por lo que no es ninguna sorpresa que me sienta tan excitada ante el mínimo roce, pero ¿con la pierna de mi pequeño de tres años? Eso es enfermo.

Sin embargo, no hago nada para detenerlo. En vez de alejarme, me acerco más. Me apoyo más en él. Hago que su pierna roce por completo mi concha mojada y empiezo un vaivén lento donde estoy rozándome con él.

-Uh mi amor. -se siente increíble. Me estoy masturbando con la pierna de mi hijo de tres años. Eso me pone más loca aun.

Agarro el top que tengo puesto y me lo saco, dejando mis tetas gordas al aire. Me acaricio mientras sigo masturbándome sobre mi hijo. Tengo los pezones durísimos y tiro de ellos haciéndome doler. Miro hacia abajo, mi hijo sigue profundamente dormido y eso me excita más. Su cuerpo desnudito me incita a hacer más cosas y no me detengo. Ya estoy acá, estoy haciendo lo más enfermo que podría hacer una madre y eso me calienta más.

Lo toco. Empiezo a recorrer su cuerpo con mis labios, de vez en cuando paso mi lengua también saboreando su sabor inocente. Paso mis labios por su cara, cuello, pecho y bajo a su panza. El hermoso olor a bebé limpio que tiene me embriaga. Cuando llego a la tira del pañal me detengo. Sacárselo es pasarme ya dos pueblos. Es demasiado. Si alguien se entera de esto puedo estar en problemas… pero eso no me detiene. Es mi hijo y puedo hacer lo que quiera.

Y si su padre estuviera acá, seguro que también pensaría lo mismo.

Le saco el pañal y lo hago lentamente para no despertarlo. Esta seco y limpio porque antes de ponerlo a dormir la siesta lo bañé.
Su penecito es pequeño. Nada comparado a su padre obviamente por su edad, pero estoy segura que cuando sea grande no tendrá nada que envidiarle. Una ola de calor me recorre todo el cuerpo al verlo. Se me hace agua la boca y la concha.

-Que hermoso que sos mi amor. Mira lo que es esa pija, te la voy a chupar toda. -ni lo pienso, lo hago.

Me agacho con cuidado para estar a la altura de su pequeña pija. La huelo, inhalo profundo, me la paso por toda la cara y los labios. Dios, que hermoso. Me la meto en la boca y empiezo a chuparlo delicadamente. No doy más de calentura. Me entra toda en la boca y la llevo hasta la garganta. Me imagino que es la pija de mi marido que me ahoga toda. Y técnicamente es una parte de él y eso me excita más. La pija del hijo y del padre en mi boca, soy la puta de los dos.

Mi hijo ni se inmuta y yo sigo disfrutando de su pija. Para mi sorpresa se pone durita y eso me hace sonreír. De tal palo tal astilla como el padre.

La chupo con más ganas. Se la dejo toda babosa, me pierdo en el placer del momento. Sin despegar mi boca de esa pija deliciosa me saco la tanguita que esta echa un desastre como yo. Mientras sigo chupando me meto tres dedos en la concha, la tengo muy lubricada y abierta. Necesito una pija dentro mío, me estoy volviendo loca.

-¿Y se me meto esta pija en la concha? ¿Eh hijo? ¿Me vas a coger todita? ¿Me garchas mi amor? Que rico se debe sentir esta pija hermosa en mi conchita. Ahora tuya mi amor, te vas a coger a tu mami. Tan chiquito y ya probando una concha de verdad. Me vas acabar en la conchita como hace tu papi, mi amor.

Con todo el cuidado del mundo, me pongo de cuclillas sobre su cuerpecito. Ya no me importa si se despierta, pero es mejor que no lo haga.

Su pija sigue durita y sé que no me va a dar el placer que necesito porque es muy chiquita pero solo con pensar en la pija de mi bebé de tres años dentro mío hace que me chorree toda.

-A ver como entra esa rica pija dentro de mami… uff mi amor que ricooo. -sentir ese pedacito de carne entrando dentro de mi concha toda abierta me pone loca. Me froto el clítoris con fuerza mientras comienzo a moverme sobre él. Ya no mido mi fuerza y se nota porque mi hijo abre sus ojos y me mira confundido.

– ¿Mami?

-Hola mi amor, que lindo que te despiertes y veas lo que estamos haciendo. Mira mi vida, mira cómo te estas cogiendo a mami. Le estas llenando toda la conchita.

Él no entiende nada pero se queda ahí acostado, mirándome. No intenta moverse ni irse y eso hace que me mueva con más fuerza sobre él. Las tetas me rebotan y él las mira hipnotizado.

– ¿Te gustan las tetas de mami, amor? Mira, de acá comiste vos y de acá saliste mi gordo. De la concha que te estas cogiendo. Uff mi amor que rico como me coges.

-Mami leche

-Si mi amor. Toda la lechita me vas a dejar adentro, bien adentro. Mira cómo te salto en la pija bebé, mira.

No pienso en lo que estoy haciendo cuando agarro mi celular y empiezo a grabar. Grabo como le cabalgo la pija a mi hijo de tan solo 3 años, como su pija entra y sale de mi concha, la diferencia de tamaño entre su cuerpo y el mío, como me rebotan las tetas las cuales me escupo y acaricio, grabo el pequeño cuerpo de mi bebé, grabo su carita confundida pero que de vez en cuando cierra sus ojitos y pone mueca de placer porque su mami está montándole toda la pija, grabo los sonidos pequeños que hace y como yo grito como loca, grabo como agarro una de sus manos y la coloco en mi clítoris manejándola yo para que me acaricie, y grabo todo el abuso que estoy cometiendo con el ser al que le di la vida.

-Ya que vos no estas amor, mira quien me da pija. No sabes lo que me coge esta pija hermosa. Me llena toda la conchita y me moja toda. Ahora me va a dejar toda la lechita adentro como hace su papi. Uff, si el papi no está para atenderme lo hace el hijo ¿no?

Y así se lo mando a mi marido sin pensar en las consecuencias que puede llegar a traerme eso. Solo pienso en como estoy acabado a chorros sobre la pija de un niño de tres años al que amo más que a mi vida. Su carita se cierra cuando los chorros de mi orgasmo caen sobre ella y todo su cuerpo. Nos empapo a los dos y grito con fuerza por el placer indescriptible que estoy sintiendo.

Cuando estoy bajando de la nube de placer, mi celular suena con un nuevo mensaje.

Gastón: HIJA DE PUTA, ¿QUE MIERDA HACÉS?

¿parte 2?