Mamando en la calle
Mi reencuentro con una persona muy especial que terminó con una mamada en público..
Me encontraba en casa, terminando mi jornada laboral alrededor de las 18:30, quería comer algo rápido, me acerqué a mi nevera, pero no me quedaba nada para comer rápido, entonces decidí ir de compras al supermercado, era un día con algo de calor así que yo estaba con un vestido rojo delgado, algo largo que me llegaba hasta las piernas, la particularidad del vestido era que su cremallera estaba por detrás, pero llegaba hasta mi culo, tome mi cartera con mi dinero para poder pagar y me dispuse a salir, como siempre, el no llevar sujetador me permitía exhibir mis pechos mucho mejor, el vestido era bastante más escotado que una camiseta así que se podían ver mucho mejor mis tetitas, como hacía calor decidí llevar una tangita puesta, porque el sudor me dejaba el culo muy húmedo y por último como accesorio mi plug con joya bien metido en mi hoyito, me estaba acercando al supermercado, la vez anterior me olvide mencionar que el supermercado se encontraba en una especie de boulevard conformado por otros negocios comerciales, salones de bellezas, tiendas de mascotas, cosas de ese estilo, el lugar contaba con estacionamiento incluso, les cuento ese detalle, puesto que cuando estaba llegando al boulevard, vi a un señor sentado fumando que estaba de espalda a la calle, mirando al estacionamiento, me llamo la atención porque me pareció conocido, lo mire fijamente mientras avanzaba, de pronto como si lo hubiera llamado con la mirada, el señor se giró y no era otro que don Genaro, la primera persona que me había tocado el culo en público y que me había dado el valor para llevar mi exhibicionismo a otro nivel, el cuándo me vio se puso de pie de inmediato, note rápidamente que no llevaba el bastón de la última vez, yo le hice señas de saludo y me acerque a él, cuando ya estaba con él le dije.
-«¿Don Genaro es usted? ¿se ve muy cambiado cómo está?».
Él me miró sonriéndome y me contestó.
-«Soy yo señorita, estoy bien gracias, usted se ve muy hermosa como siempre».
Yo me reí ligeramente y le dije.
-«Usted siempre halagándome don Genaro, nunca deja de ser un caballero, dígame y su bastón?».
Él se acercó un poco a mí, me tomó la mano, yo me senté a su lado, se me acercó para decirme.
-«Le tengo que agradecer, señorita, porque después de conocerla al tiempo me recuperé bastante de mi espalda, ahora ya puedo volver a caminar sin el bastón».
Eso me alegró mucho la verdad, le sonreí y le pregunté.
-«Pero qué tengo que ver yo con su recuperación don Genaro, si solo hablamos en el supermercado».
Él me contestó.
-«Gracias a usted me levantaba tan feliz, señorita, sentía que tenía más ganas de vivir, entonces me cuidé más e hice los ejercicios que me dieron los doctores con muchas más ganas».
Yo me reí un poco y le dije.
«Ay don Genaro, me parece que usted me está dando mucho crédito».
Le pregunté qué otras cosas había hecho en el tiempo que no nos habíamos visto, él me contestó que principalmente volver a dar algunos paseos, trabajar en su casa, y lo que me dijo al final fue lo que más me gustó.
-«Lo que más he hecho era venir aquí, esperando encontrarla de nuevo».
Yo lo miré sorprendida y le dije.
-«¿A mi don Genaro, pero por qué?».
Entonces él me soltó las manos, pasó su mano izquierda por atrás de mí, puso su mano sobre mi culo y comenzó a sobármelo suavemente mientras me dice.
-«Para ayudarla nuevamente, señorita».
Yo solo de mala, decidí jugarle una broma, le fruncí el ceño muchísimo, tomé la mano que tenía en mi culo, la volví a poner por adelante, lo miré enojada y le dije.
-«Don Genaro, me alegra que usted esté mejor, yo lo aprecio, pero me parece que usted está malinterpretando las cosas, le pido por favor que me respete».
Él se quería morir realmente, vi cómo su expresión pasó a nerviosismo y arrepentimiento, me miro apenado y me dijo.
-«Señorita discúlpeme de verdad, creo que me excedí, usted es una joven muy bella y si creo que malinterprete todo, le pido mil disculpas».
Yo lo miré aún enojada, entonces le dije.
-«Me parece bien que usted se disculpe, porque me ofendió muchísimo que usted me toque de mala forma, parece que se olvidó cómo tratar a esta dama joven, la cual usted alaga tanto».
Entonces, en un movimiento disimulado, levanté mi culo un poco, para subirme el vestido por atrás, entonces volví a sentarme, pero ahora tocando el asiento con mi culo directamente, le tomé su mano y le dije.
-«Parece que usted se olvidó, que a esta señorita, le gusta que la toquen de esta forma».
Metí su mano por debajo de mi vestido y la pasé por debajo de mi tanga, levanté un poco el culo arqueando la espalda, dejé su mano agarrándome la nalga derecha y le dije.
-«Directamente sobre la piel, por debajo de la ropa».
Entonces le sonreí y me reí un poco pícaramente, don Genaro volvió en sí y me dijo.
-«Señorita, usted siempre me juega bromas, ya me había asustado muchísimo».
Conversamos un poco más, don Genaro no sacaba su mano de mi culo, estaba fascinado con él, yo sentía muy rico sus movimientos por mis nalguitas, entonces lo invite a venir conmigo al supermercado para que me pudiera «ayudar» con mis compras, el como si fuera un niño se puso de pie de inmediato, caminamos por el boulevard, antes de entrar le pedí a Don Genaro que sacara su mano de mi culo para que no nos vieran y nos corrieran por indecencia, él me dio un último apretón antes de entrar y saco su mano, yo me puse a su lado y me apoye en su brazo, entonces al entrar vi como el supermercado estaba repleto, las cajas con grandes filas, mire arriba y vi un cartel indicando era un día especial de rebajas, suspire decepcionada, con tanta gente apenas podíamos caminar juntos, entonces sentí como don Genaro me dio unas palmaditas en mi mano, y me dijo.
-«No se entristezca señorita, siempre hay diferentes momentos y formas para jugar».
Entonces me dejo pasar adelante de él y me dio unas palmaditas muy discretas en el culo, yo lo entendí en ese momento, aunque no pudiéramos jugar por haber tanta gente, si podíamos hacer otras cosas, entonces yo empecé a caminar moviéndole el culo a don Genaro, como debíamos movernos lentamente, yo podía mover exageradamente mi culo para él, mientras buscaba las cosas ocasionalmente yo me detenía para que don Genaro me tocara el culo, me ponía detrás de otras personas pegada a las máquinas o estanterías y él rápidamente ponía su mano en mi culo, yo le movía las piernas para que mis nalgitas bailaran para él, no podíamos hacer mucho más así que luego de tomar las cosas simplemente pague para irnos de ahí, yo aún seguía frustrada quería jugar más con Don Genaro así que cuando estábamos fuera le dijo.
-«Don Genaro, usted me acompañaría a una cosa más».
Él me dijo que por supuesto, entonces me volví a tomar de su brazo y lo lleve a una parte más tranquila, subimos por unas pequeñas escaleras, el boulevard tiene una pequeña sección con segundo piso, pero actualmente solo existe un salón de belleza en el segundo piso, por lo que poca gente usaba las escaleras, además, estaban hechas de tal forma que la parte de en medio del trayecto estaba tapado con un enorme pilar, luego había otras escaleras para terminar de subir, entonces lo lleve justo detrás de ese pilar, lo ayude a subir las escaleras, llegamos al espacio intermedio detrás del pilar entonces le dije.
-«Don Genaro, usted fue muy lindo conmigo y trato de subirme el ánimo dentro del supermercado, así que le tengo un regalito».
Me di la vuelta, le pedí que me bajara la cremallera del vestido, él me la bajó hasta la cintura, entonces me di la vuelta para mirarlo de frente, me tome los tirantes del vestido y me los baje lentamente, baje mi vestido hasta mi vientre, dejándole mis tetas al aire me apoye contra el muro del pilar le extendí mis brazos para abrazarlo, él se acercó a mí y puso su cabeza entre mis tetas, yo le abracé la cabeza por atrás, Don Genaro empezó a sobarme las tetas con sus manos, a besármelas lentamente, yo cerré los ojos y lo dejé deleitarse con mis tetitas, él me ponía las manos por la espalda, pasándome lentamente, era tan erótico el momento, me estaba sintiendo muy mojada, don Genaro bajo más mi vestido dejándome solo con mi tangita, él volvió a subir sus manos y como mi vestido estaba bajo mi culo se fue directo al suelo sobre mis pies, estaba casi desnuda en su totalidad, en el boulevard siendo manoseada por don Genaro el peligro del momento, la posibilidad de que nos vieran, me tenían muy caliente, abrace a don Genaro, puse mi mano en su entrepierna y comencé a sobarle el bulto lentamente, él me besaba completa, tomo mis caderas y me giro lentamente, empezó a sobar mi culo con fuerza, besaba mi espalda, yo me estremecía con cada contacto suyo, de pronto escuchamos voces viniendo del segundo piso, yo me agaché rápido, chocando con la entrepierna de don Genaro de manera inesperada, me subí el vestido rápido, me subí los tirantes y me puse de frente a las personas que venían, nos miraron y nosotros bajamos la mirada, luego me fui dando vuelta lentamente mientras las personas pasaban para que no vieran mi cremallera abajo, cuando ya pasaron las personas, respire profundo, mire a don Genaro y le dije.
-«Estuvo cerca de nuevo don Genaro, casi nos vuelven a encontrar».
Él me sonrió y me dijo.
-«Con usted señorita, mi viejo corazón se acelera mucho, me da unas grandes experiencias, sin duda es una medicina muy especial para mí».
En un movimiento rápido, don Genaro se acercó a mí de nuevo, empezó a manosearme las tetas y a tirar mi vestido hacia abajo, en pocos segundos me tenía de nuevo solo en tanga, yo correspondí sus caricias colocando nuevamente mi mano derecha en su bulto que ya estaba muy duro, pase mi mano por encima de su pantalón y la introduje lentamente para tocar su pene directamente, don Genaro noto mi intento y sin dejar de acariciarme y besarme con su mano izquierda desabrocho su cinturón y el botón de su pantalón, tomo su pantalón y lo dejo caer al suelo con su ropa interior y todo, era evidente que él también estaba muy caliente conmigo y con la situación, yo tome su miembro con mi mano y sentí que estaba muy duro y caliente, no era especialmente grande la verdad, al menos de lo que pude sentir porque con tonta ímpetu de don Genaro no podía verlo, así que solo me limite a tomarlo y masturbarlo lentamente, estábamos prácticamente teniendo sexo en público, yo no podía aguantarme así que subí mis manos hasta los hombros de don Genaro, lo empuje un poco hacia atrás me deslice por el pilar hasta llegar al suelo mire a don Genaro y le hice la seña de silencio absoluto, entonces agarre su pene y comencé a mamárselo ahí mismo, él se quejó un poco, yo estaba como poseída por la calentura y el comenzar a chupárselo solo aumento mi excitación mi conchita chorreaba mucho líquido, don Genaro me puso las manos en la cabeza y me acariciaba muy tiernamente, estuve alrededor de un minuto mamándosela con pasión y sin detenerme, sin embargo, nuestro pequeño encuentro llego solo hasta ese momento porque escuchamos que venía gente, yo me asuste y rápidamente me volví a poner de pie, en el movimiento tome el pantalón de don Genaro y se lo subí hasta la cintura, yo volví a bajar y tome mi vestido para acomodarme de nuevo.
Yo le pedí subirme la cremallera de nuevo, él la tomó y comenzó a subirla lentamente, yo me acomodé bien el vestido, disimulamos mientras las personas pasaron por al lado nuestro, cuando de pronto sentí las manos de don Genaro de nuevo sobre mí, él subió sus manos por mis muslos, pasándolas por debajo de mi vestido, me lo subió de nuevo dejando mi culito al aire solo con mi tangita, yo me apoye en el pilar con mis manos, entonces lo mire por sobre mi hombro y le dije.
-«Don Genaro, usted es insaciable al parecer, de nuevo está con sus manos sobre mí».
Él seguía manoseando mi culo, mientras me decía.
-«La belleza de su cuerpo me hace enloquecer señorita, estoy sintiendo su cuerpo el mayor tiempo posible».
Eso me hizo sonrojarme un poco, don Genaro me halagaba mucho, era muy respetuoso conmigo, pero también me entregaba esa picardía y perversión que me encantaba, no podía describir lo rico que me hacía sentir el que fuera tan caballero, pero a la vez tan animal como para no resistirse de manosearme en plena calle, me di la vuelta para verlo, entonces don Genaro tomo mi mano y me dijo.
-«Señorita, ¿usted permitiría que este viejo la invitara a comer? le prometo que solo será una vez, aunque si no quiere aceptar, también está bien, usted me volvió a regalar la sensación de tocar su hermoso cuerpo, que sin duda me dejara muy alegre otra vez por mucho tiempo».
Don Genaro me tenía cautivada, era muy franco y caballeroso conmigo, yo simplemente no quería fallarle, además que él había sido el que me inicio en dejar qué extraños me toquen, sus manos fueron las primeras en posarse sobre mi cuerpo desnudo y desde entonces me atreví a hacer muchas cosas que me trajeron muchas sensaciones increíbles sin mencionar que le había regalado mi primera mamada en público, así que con eso en mente decidí aceptar su invitación encantada, le respondí.
-«Don Genaro, muchas gracias por su invitación, la acepto encantadísima, pero debo dejar las cosas que compré en mi casa. ¿Le parece si nos juntamos en el parque cerca de la avenida?»
Él me miró con una sonrisa de oreja a oreja y me contestó.
-«Claro señorita, nos vemos ahí en unos minutos entonces».
Yo le sonreí picadamente, le pedí acercarse a mí, entonces le susurré al oído.
-«Aprovecharé de ponerme bella para usted, don Genaro, usted sabe lo que a esta joven bella le gusta y espero que lo pasemos muy bien en la comida».
Él asintió con la cabeza, yo me puse delante de la escalera para bajar, lo miré para atrás y le dije.
-«¿Usted me ayudaría a bajar?»
Le moví el culo de izquierda a derecha, el de inmediato se puso detrás de mí y me puso la mano derecha en el culo, empezamos a bajar lentamente, él pasaba toda su mano rodeando todo mi culo, cuando ya estábamos abajo, yo me gire hacia él, me acerque para darle un besito en la mejilla, entonces él me dijo.
-«Algo para no sentir la espera tan larga señorita».
Paso su mano por detrás de mí y me dio una nalgada con fuerza, la nalgada me hizo moverme completamente, yo solo le sonreí y le guiñé el ojo, le dije.
-«Don Genaro, si quiere recordarme, le dejaré algo mío».
Miré a todos lados, porque ahora sí podía vernos mucha más gente, note que había gente, pero en un movimiento rápido levanté mi vestido discretamente, dejando mi culo pegado a un pilar más pequeño del estacionamiento, tome la mano izquierda de don Genaro y la puse encima de mi culo, le dije.
-«Sáqueme lo que usted quiera, don Genaro como recuerdo».
Él comenzó a mover su mano, yo esperaba que sacase mi tangita, estaba lista para disimular el movimiento de piernas para sacármela, pero sentí como don Genaro metió sus dedos directo en mi hoyito y tomó el tapón de mi culo, comenzó a tirarlo, con fuerza, yo me incline muy disimuladamente y con una mano abrí mis nalgas para que fuera más fácil para el sacarlo, yo cedi un poco y finalmente salió, entonces don Genaro tomo en su puño mi plug y mi tanga, yo note el movimiento de mi tanga y como quería sacarla así que lo ayude discretamente, ya cuando me las saque del todo, le entregue ambas cosas, le dije.
-«Qué inteligente es usted don Genaro, no note que se había dado cuenta de mi accesorio».
Él me contestó.
-«Cuando la puse mirando al pilar note que tenía algo en su culito, así que elegí eso, ¿puedo señorita?».
Yo solo le sonreí y le dije.
-«Claro don Genaro, pero le digo algo, ese es mi accesorio, mi taponcito que va directo en mi culito, así que espero que vuelva a su lugar en nuestra cita, pero si quiere puede quedarse con mi tangita esa es solo para usted».
Él me sonrió y guardo rápidamente las dos cosas en sus bolsillos, yo entonces me fui camino a casa a prepararme para nuestra cita, mientras caminaba a casa, le daba vueltas a lo que había pasado, tenía una cita con don Genaro, después de algunos meses sin haberlo visto, él se veía mejor de salud e incluso mucho más lascivo conmigo, y por supuesto tan caballeroso como siempre, así que pensé en prepararme bien para él, llegue a casa deje mis cosas de la compra guardadas y fui directo a darme una ducha para estar fresca, al salir empecé a buscar el outfit adecuado, el vestido que llevaba había sido útil, pero igual era poco práctico a la hora de permitirle a don Genaro tocarme, pero a la vez si tenía cierto encanto, me costó decidirme, pero al final decidí vestirme con una falda que también tenía una cremallera por atrás, me llegaba a un poco más alto que mis rodillas así que era perfecta y para arriba no quería perder el escotado que me daba el vestido, así que me puse una camiseta con tirantes que era muy escotada, levantaba mis tetas y las dejaba paraditas, decidí no ponerme ropa interior para la cita para facilitar cualquier manoseo inesperado y por último decidí llevar una cartera mediana, la única razón de llevarla fue para tener mis accesorios a mano, decidí llevarlos por si el ambiente se calentaba de más y se presentaba la oportunidad de jugar un poco, ya estaba lista para salir, eran las 8 en punto así que me fui lentamente a encontrarme con don Genaro.
Me dejaste con la verga bien dura y parada, ojalá no tardes en subir la sig parte. Estoy ansioso por leerla
Bueno este relato el morbo que causa que te puedan ver es mucho, espero la continuación… saber que hizo don Genaro porque le inyectaste fuerza y vida, saludos
Muy rico relato,. Y que suerte tiene Don Genaro de andar con semejante bon bon 😍❤️👍. Esperando la siguiente parte con mucha calentura besos en la colita bb 😘