Manoseando y probando el culo de mi propia tía
Una fiesta con excesos y la situacion correcta me ponen en bandeja de plata algo que no me esperaba, el culo de mi tía Marta.
Cuando era niño, tuve la oportunidad por mera casualidad de encontrar una pantaleta sucia de mi tía Marta, era la mayor de 4 hermanas (incluida mi madre) entré al baño, olvidó llevarse la ropa que se quitó para meterse a bañar, instintivamente tome la pantaleta y me la lleve a la nariz, desde ahí se me hizo vicio y es mi más grande fetiche, aún recuerdo el olor a pucha madura de esa prenda, inigualable, desde entonces mi tía se había vuelto una obsesión y estaba decidido a verla desnuda, tenía en ese entonces 11 años, no fue nada fácil ni rápido, de hecho por cosas del destino logré espiar antes a la mamá de en ese entonces mi mejor amigo (historia que ya conté en otro relato) además mi tía era muy cuidadosa, al bañarse siempre cerraba muy bien puertas y ventanas, corría cortinas y de hecho ella se cambiaba en el baño, sólo salía con la toalla al pelo, incluso me costaba un poco conseguir su ropa interior para olerla, un día tuvo que salir de emergencia, se bañó, votó su ropa en su recamara y salió casi corriendo, fue mi oportunidad y por primera vez tuve contacto directo con una tanga, tenía yo 14 años (llevaba 3 años oliendo y jalándomela con su ropa interior cada que podía pero jamás había encontrado una tanga) de su pantalón saque una prenda roja, de encaje, no era hilo ni mucho menos era solo una tanga tradicional, me la lleve a mi cuarto y la olí y lami hasta que me cansé, me saque tanta leche ese día que de milagro no me deshidraté jeje.
Después de ese acto estaba más decidido que nunca, la vería desnuda, era algo difícil de hacer, antes no existían cámaras pequeñas ni la facilidad de hoy en día para adquirirlas, además de que era cuidadosa, ella vivía ahí en nuestra casa sola ya que estaba pasando por un divorcio, sus hijas y ex vivían en la casa de éste último, ella era una mujer de estatura algo baja, apenas 1.50, no tenía mucho pecho, no era plana pero tampoco tenía grandes senos, de rostro redondo, ojos cafés, piel apiñonada, se teñía de rubia, bastante normal, pero lo que la hacia destacar era un culo y piernas de infarto, no eran torneadas ni musculosas, eran unas piernas gorditas y un culo gordo también, era su mejor atributo algo que comparten todas las mujeres de mi familia, poco pecho pero un culo fenomenal.
Un día mi madre, mi hermana pequeña (tenia en ese entonces 1 año) mi abuela y mi tía Laura, la más joven de las hermanas, decidieron ir a visitar a mi otra tía, Carmen, la tercer hija (en orden eran mi tía Marta, luego seguía Lucía, que era mi madre, Carmen, quien se había ido a vivir cerca de Acapulco y Laura, la más joven y soltera, de la que tengo historias también ya que es bastante caliente) se irían desde un jueves y no regresarían hasta el lunes, yo iba a ir, pero detesto el calor de la playa además de que quería quedarme a darme gusto hurgando la ropa de mi tía Laura, de mi madre y de mi mayor fantasía, mi tía Marta cuando se fuera a trabajar, ya había evaluado mis materias de la escuela y no debía nada, solo iba por mero trámite, pero inventé que aún tenía exámenes para que me dejaran quedarme y accedieron, mi tía sabía que supuestamente iría a la escuela, pero no se daría cuenta ya que ella se iba a trabajar mas temprano de lo que yo me iba a la escuela y regresaba después de que según yo llegaba, estaría libre en la casa por las mañanas con todo a mi disposición, estaban cerca las vacaciones navideñas, el jueves pasó normal salió a trabajar y en cuanto escuché que cerro la puerta de la calle y dio unos taconazos alejándose fui disparado hacia su recamara, me puse a buscar su ropa sucia sin demasiada suerte, las veces que llegue a oler sus pantaletas era porque las dejaba a mano en algún descuido, al igual que la tanga, así que resignado fui a los cajones y empecé a abrirlos hasta que vualá, encontré el de las bragas, una linda colección, tenia desde los clásicos calzones, hasta cacheteros, bragas de encaje y algunas tangas, estaba a full, me masturbe ahí mismo, deje todo como estaba, abrí el closet y encontré por fin una bolsa con la ropa sucia, un tesoro, prendas manchadas, brasieres, el paraíso para un joven fetichista y extremadamente lujurioso como lo era yo, me di gusto hasta que me canse y me retiré, pero aún tenía impregnada la idea de verla desnuda.
Así estuvimos dos días, casi no nos veíamos, hasta que llegó el sábado, un amigo me había invitado a una fiesta y le avise a ella que me quedaría allá, pero al final me dio flojera y decidí quedarme, sólo que olvide avisarle, ella se fue a trabajar muy arreglada, ya que sería la fiesta navideña en su oficina, paso el día, me pasé la mañana y parte de la tarde hurgando la ropa interior de mi madre, era más atrevida y su olor más fuerte, me lleve unas prendas a mi recamara para estar más agusto, se me fue el tiempo y se hizo de noche, de pronto escuché un auto que se paró en la entrada, muy mal estacionado, se bajaron dos personas, me acerque a la ventana y era mi tía, con un sujeto, completamente ebrios, una total irresponsabilidad pensé, además me molestaba el hecho de que como asumía que no estaba había intentado putear en la casa, pensé en reclamarle pero decidí dejarla, quizá por fin podría espiarla, entraron e intentaron subir la escalera, apenas pudieron, se escucho un golpe, salí y mi tía estaba tirada casi inconsciente a medio pasillo, el sujeto, un tipo no muy alto, con la corbata floja intentaba levantarla, balbuceaba cosas que no entendía, mientras metía su mano bajo su falda, me enojé muchísimo de ver un desconocido en mi casa entrando como si fuera el dueño, así que tome un bate que tenía en mi cuarto y me acerqué él, el sujeto mi vio y se asustó, intento correr y se cayó, intento levantarse pero de la borrachera no pudo, lo agarre de la camisa y lo arrastré hasta abajo, al ver que era inofensivo ahí lo dejé, no se podía mover se quedó dormido boca abajo, subí y mi tía intentaba ponerse de pie, la levanté, creí que sabía que era yo, hasta que me dijo balbuceando «llevame a mi cuarto beto», así que caí en cuenta que pensaba que era el otro tipo, una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo desde la cabeza hasta mis pies por lo que mi mente maliciosa estaba tramando, le seguí la corriente y le lleve a su recamara, dentro prendí la luz de su lampara de buró nada más, ella se tiro boca abajo y se quedo dormida, estaba a mi disposición.
Por un momento lo pensé, pero mi lujuria pudo más, era una oportunidad de oro que jamás se repetiría, así boca abajo le levanté la falda, quedé congelado, estaba temblando, por fin en vivo y en directo tenia frente a mi ese tremendo culo, gordo, enfundado en un cachetero negro de encaje que sus nalgas intentaban devorar por completo, tenia un poco de celulitis, apenas perceptible, estaba a full, sin darme cuenta tenia una erección brutal, sentía que me iba a explotar e inconscientemente le di una tremenda nalgada que resonó en toda la casa, mi mano se quedo dibujada en una de sus nalgas, ella solo soltó un quejido, apenas se movió, tome su cachetero y temblando, super nervioso comencé a bajarlo, no podía ni tragar saliva, lo dejé a la altura de su rodillas, tenia ese culo dueño de mis fantasías frente a mi totalmente desnudo, lo estuve manoseando, se movía como gelatina, hasta que respire profundo y con una mano en cada nalga lo abrí, ella se movió, me puse nervioso pero solo soltó una risita y balbuceo algo que no entendí, de pronto empezó a roncar, más tranquilo volví a abrirlo, jamás olvidaré esa sensación, tenía una panochota, a pesar de ser de piel algo clara tenia la pucha algo oscura, el ano era muy pequeñito, ese si se veía rosado, todo muy bien depilado, comencé a relamerme los bigotes, jamás había estado tan excitado, sentía mi corazón latir con mucha fuerza, con mis manos abriendo su culo acerqué mi cara y comencé a olerlo, era delicioso, el mismo olor de sus pantaletas pero directo de la fuente, mucho más fuerte y mucho más fresco, no resistí mas y le pasé la lengua, desde la raja hasta el ano y de regreso, me di gusto chupando, ella en ratos despertaba, hacia ruidos, se movía un poco pero estaba completamente perdida, soltaba risitas de repente, yo era un animal, estaba completamente inconsciente ya, de tener como objetivo verla desnuda ahora estaba chupándole hasta el alma, metía mi cara entre sus nalgotas y las soltaba para que me aprisionaran, así estuve hasta que me levante y en un acto inconsciente me saque la verga, estaba completamente erecta, me acerqué, coloque la cabeza en su entrada y comencé a frotar, solo tenía intenciones de frotarla pero algo me poseyó y comencé a empujar, comenzó a entrar con mucha facilidad y ya no pude detenerme, apretaba pero no oponía resistencia, se sentía resbalosa y caliente a la vez estuve bombeándola, ella solo daba pequeños gemiditos y se movía muy poco para intentar acomodarse, la tenía de espaldas, saqué mi pende aún bañado en sus jugos tibios y lo coloque en el ano, empujé, pero a diferencia de la pucha aquí no entró, se fue por otro lado, no me rendí, lo volví a colocar y con mi mano lo agarre para que no se fuera por otro lado empujé con más fuerza, se resistía ese pequeño y rosa fundillo no cedía, hasta que por fin poco a poco mi cabeza comenzó a abrirse paso, entró y se deslizo con mucha resistencia hasta dentro, ella emitía pequeños pujidos pero no daba signos de resistencia ni molestia, sentía el calor y el palpitar de su culo, duré unos segundos dentro, sin bombear y sentí las contracciones de mi culo, sabía que me iba a venir e hice una tontería que en ese momento no medité, saque mi verga de su culo, la metí de nuevo en su panocha y me vacié ahí por completo, cabe mencionar que ella era una mujer madura, pero aún fértil, no tenía ni idea de lo que pudo haber ocasionado aquello, saque mi pene me tire en el suelo, respirando fuertísimo, en ese momento me atacaron los nervios de pronto, subí bien a mi tía a su cama, le quite los zapatos y la falda, la dejé con la ropa interior a la altura de las rodillas, deje su puerta abierta y salí a mi recamara, estaba meditando lo que había pasado, mi más grande anhelo era verla desnuda y ahora estaba ahí, a unos metros con la matriz repleta de mi leche, me volví a calentar y me vi tentado a regresar, afortunadamente me controlé y terminé por masturbarme, fue ahí donde perdí toda moral y respeto por mi familia, deje de ver a mis tías y primas como familia y empecé a verlas como hembras, me quedé dormido, al poco rato escuché ruidos, me asomé con cuidado y salí al pasillo, la puerta de la recamara de mi tía estaba abierta pero ella no estaba ahí, el ruido venía de abajo, eran ya como las 5 de la mañana, intentaba mover al sujeto con el que había llegado, estaban a media escalera, deduje que el sujeto había intentado subir cuando yo estaba en medio de la acción, pero había fracasado, ella obviamente no lo sabía, quizá pensó que al intentar abajar se había quedado ahí, sin éxito ella iba de regreso, corrí de puntitas a mi cuarto y cerré despacio dejando una pequeña apertura para ver, ella pasó, se había quitado la falda y se había subido la ropa interior, iba sin blusa, se metió a su cuarto, yo aproveché y bajé, estuve un rato ahí hasta las 6:30 aproximadamente, tomé mis llaves y salí de la casa, fui a dar una vuelta, compre el desayuno y regresé a mi casa ya sin ocultarme, me llevé una mochila para que fuera creíble, entré haciendo mucho ruido al patio, de ahí a la sala estuve ahí haciendo ruido cuando de pronto vi a mi tía Marta bajar la escalera, en bata y aún muy mareada al parecer, se detenía del barandal y me saludó voltee a ver al sujeto y seguía tirado roncando, «Tu visita se quedó a medio camino, al parecer ya no alcanzó a salir» le dije en tono serio, ella evidentemente muy apenada y trabándose me dijo que habían tomado mucho y que lo había dejado dormir en la sala, para que no pusiera en riesgo a nadie manejando así, hice cara de incrédulo, ella estaba muy roja, era obvio que pensaba que todo lo de la noche había sido con el sujeto, «si se iba a quedar en el sofá que hace a media escalera?» pregunté buscando hacerla sentir más culpable y dejándole en claro que no me creía nada, para que ella tratara de borrar toda evidencia «seguramente buscaba el baño y se quedó ahí tirado» me contestó, seguramente le dije, y es muy curioso que si no llegó al baño no se orinará, seguía acosando con mis preguntas, «está bien, veo que se le saca provecho a la casa cuando no hay nadie» ella se sonrojó aún más, «Es solo un favor que le hice, pero no vayas a decir nada, podrían pensar mal y eso no me gustaría» si claro, un favor…
Fui a la cocina y le dije sin voltear «despiértalo y que ya se vaya, a menos que quieras hacerle también el favor de curarse la cruda aquí» entre a la cocina y ahí me quede un buen rato desayunando y pensando, me había hecho el indignado cuando era yo quien había aprovechado la situación, ella estaba allá con su vulva llena de mi néctar y yo para desviar cualquier sospecha me hacia el enojado, después de un rato salí y ya no estaba ni el ni ella, escuche ruido arriba y al subir escuché que se estaba bañando, toqué la puerta y me respondió, le dije que me iba a dormir, que había sido una fiesta algo intensa y estaba desvelado a lo que me respondió que ella igual dormiría, se sentía con resaca, cansada y todo le daba vueltas aún, sabía lo que había pasado sólo que no sabía con quien, por eso aún con sus malestares se metió a bañarse para borrar cualquier evidencia, quizá para revisar si no traía algún chupetón o algo que pudiera delatar lo que pasó, por la tarde ya estaba más recuperada, intento explicar de nuevo que no había pasado nada, le dije que lo dejara así, no necesitaba explicaciones, evidentemente estaba preocupada de que dijera algo, era más amable conmigo de lo normal, jamás le dije que no diría nada y eso supongo le preocupaba, el domingo fue mas de dormir y recuperar fuerzas y el lunes el resto de la familia llegó por la tarde, por un momento pensé en chantajearla, pero era algo a lo que no me atreví así que lo deje pasar… cabe mencionar que era virgen, así que se puede decir que oficialmente ya no lo era después de eso, fue la única vez, posteriormente y años después pude sentir también el interior del conejito de mi tía Laura, sólo que en una situación muy distinta y más placentera, pero es una historia que les contaré después, espero les haya gustado, si quieren que escriba más de mis vivencias dejen comentarios, un saludo y gracias por leerme.
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