Mari con su jefe part 3

Después de que su jefa se valla a su pueblo con sus hija Mari se queda con su jefe para tenerlo para ella.
David cargándome entre sus brazos fuertes subimos al cuarto, por esa escalera fría de metal que hacía un espiral, me sentía una mujer recién casada subiendo en los brazos de su hombre ahora esposo en su luna de miel.

En el fondo agradecía a la patrona Eva ahora mi socia por el bonito gesto de prestarme el cuarto de arriba de ciber ya que ahí su esposo podría hacer lo que quiera conmigo.

En el cuarto David acariciaba mis piernas y mi culo besándome solo el cuello por la diferencia de estatura, yo con mi 1.80 más los tacones llegando a los 1.90 y David solo midiendo 1.65 pero eso no era impedimento para que sus labios bajarán a mis axilas para besarlas y lamerlas con una pasion que me volvían loca, para mí era algo raro pero a la vez excitante, así que poco a poco me fui dirigiendo a la ventana para abrirla con la esperanza de que algún afortunado nos viera comiéndonos a besos.

Me separé un poco de David para ir hacia la puerta a encender la luz pero en su rostro se pudo notar un poco la preocupación por qué alguien nos viera por qué aunque estábamos en un segundo piso, alguien nos podría ver desde la calle, pero esa preocupación se perdió cuando de un solo tirón me quite la el top y la falda para quedar en lencería, se acercó a mi metiendo su cara en mis pechos y sus manos se fueron directas a mis caderas para amasar mis nalgas.

-te gustan?- le dije con una voz sexy- tocando su cabello como si fuera un niño

*Me encantan**

Solo le dio tiempo de decir por qué estaba demasiado ocupado comiendo mi cuerpo entero.

Para ese momento ya estaba loco por querer estar dentro de mi, pero yo aún quería sentirme deseada así que lo empuje sobre la cama y me fui directo al baño caminando entrelazando mi piernas de manera sexy, quitándome los tacones en el camino y abriendo la llave en baño sin puerta que estaba en cuarto que mi socia me había prestado al voltear ya se estaba preparando quitándose la ropa y mi cuerpo moviéndose de manera automática haciendo un baile en la ducha, con el agua callendo entre mis curvas y mis nalgas mojando toda mi lencería. Yo tocaba con mis manos desde mis pies, subiendo por mis piernas y terminando en mis pechos.

Algo no pudo en David y al terminar de quitarse la ropa se abalanzó sobre mi como si fuera un león sobre su presa, no importando lo frágil e indefensa que estaba en el momento pero a quien engañamos los dos queríamos que pasará.

David arrancaba pieza por pieza mi lencería como un niño cuando abre un regalo en navidad, yo era su regalo que tanto había esperado, así que ahora era mi turno, me arrodille ante mi ahora marido prestado jejeje y tome su verga desde el tronco y me la introduje en mi boca hasta adentro, era grande como de 17 centímetros y muy gruesa, como para volver loca a cualquier mujer, la primera arcada vino cuando David me tomo de mi pelo y empujó mi cabeza hasta el tronco de su verga, pero no dije nada, los dos sabíamos que lo gozamos, me detuve cuando David tiro su carga en mi garganta, era la primera mamada que hacía, a un hombre y la primera que se corrian mi garganta, David como todo un caballero cerro la llave de la ducha y me ayudó a levantarme y con una toalla empezó a secar mi cuerpo al mismo tiempo que lo besaba de arriba hacia abajo.

Con la señora Eva en su pueblo por el fin de semana yo tendría David para mí sola pero no le daría mi virginidad así como así, esa la tenía especialmente para alguien muy especial, así que nos fuimos a dormir a la cama individual completamente desnudos, a la mañana siguiente desperté a David con un beso y se vistió para bajar rápido y ir hacia su casa a cambiarse y regresar a abrir su local mientras yo me dirigía a la ducha muy contenta pues David era solo mio…