ME CONVERTI EN PUTITA COMPLACIENTE Y SUMISA
Nunca imaginé que mi afición por la lencería femenina y la naciente adicción a la verga y el sexo anal, me transformarían en hembra ansiosa y sumisa..
La primera vez que cogí con Mike, fue un día de pandemia en que se presentó a hacer la tarea de conectarme a internet y televisión por cable. Ese día andaba especialmente caliente por el aislamiento del encierro y la falta de conexión a internet.
De alguna manera me motivó la facha varonil y el acento extranjero además de sus brazos fuertes y musculosos.
Había sentido el timpbre del citófono que anunciaba la llegada del técnico que venìa a instalar el servicio. No tardó en presentarse en la puerta del departamento. Abrí y lo dejé pasar, no sin antes darle una mirada al paquete que cargaba entre sus piernas. Sacó las herramientas del maletín y me pidió una escalera. Fui hasta la oficina a buscar una miniescalera que había tenido la precaución de adquirir para cualquiere eventualidad doméstica. Se la pasé. Hice un movimiento un poco brusco y se me desprendió la toalla con que me cubría el cuerpo desnudo. Intenté cogerla, pero quedé apuntando el techo con mi trasero. De soslayo me di cuenta del impacto que mis nalgas bien formadas habñian provocado en el asombrado varón.
Supe después que hacìa bastante tiempo que llevaba sin coger. Su mujer había ido a visitar a sus padres al paìs de origen. Hacía casi un me que no tenía otra relación sexual que auto gratificación que le proporcionaba su mano.
Entonces fue que me propuse seducirlo y, con un coquetó movimiento, me envolví en la toalla.
-Disculpa, estaba en la ducha.
-No se preocupe, señor. Estoy acostumbrado a este tipo de incidentes.
-Ah, qué bien, porque puedo acomodarme sin tanto problema. Acto seguido me desprendí de la toalla y quedé desnudo dándole la espalda.
-¿Te gusta lo que ves? Se puede tocar.
-Está muy apetecible. Jejeje. Esto también se puede tocar. (Se abrió la bragueta y salió una verga morena gruesa, aunque no demasiado larga).
Mi impulso fue. tocarla y de paso degustarla con la lengua por el prepucio. Su humedad delataba los jugos preseminales, su sabor salado, me indujo a aprisionarla con ansias dentro de la boca. Con sucesivos movimientos la tragué hasta mi garganta que no quería soltarla. Mike, en tanto aprovechaba de palpar mis nalgas e introducir sus dedos exploradores por la rajita de mi culo sediento de verga.
Apresuradamente le saqué la camisa y él se desprendió de los pantalones. No llevaba ropa interior. El aroma de macho que desprendía me hizo olvidar toda atadura dejando salir las ansias retenidas de deseos homosexuales. Hacía tiempo que había abandonado la heterosexualidad y ya nada me excitaba estar con mujeres. Por el contrario, queria sentirme hembra en los brazos de un macho que me usara con algo de violenta posesión y mucha fuerza.
Fuimos a la ducha y abrimos el grifo jugando con el chorro golpeando mi trasero y sus genitales. Sentía sus manos recorrer mi cuerpo enjabonando mi pecho, mi verga y mi rajita. Su mano se aventuró a abrir mi poto. La excitación favoreció la dilatación, así que no le fue difícil a su puño abrirse camino hasta llegar a la muñeca. estaba al borde del paroxismo.
A duras penas conseguí que reemplazara la mano por su apetecida verga desnuda que fue absorbida rápidamente hasta los huevos por la boca lujuriosa de mi ano. No tardé en sentir los impactos del semen dentro del culo. Después de furibundas arremetidas, lo sacó de golpe que sonó como el descorchar de una botella de champán. Hilos del jugo viril se deslizaron fuera del poto y bajaron por mis piernas…
…
La próxima vez que nos encontramos, fue una tarde que lo esperé trasvestido con lencería roja, sostén, fadita, colaless, medias de encaje y tacones rojos.
Al abrir la puerta, me quedó mirando sorprendido: ¡MMM Juana!
-Sí, Juana, la loca, para ti.
Esa tarde me cogió en todas las posiciones imaginables y me djo el semen en el culo, en mis tetitas, en mi cara y en las nalgas.
Caliente como estaba le pedí: ¡Mike, méteme el chuto y tócame la zorra. Hazme acabar, mijito. Soy tu puta, tu perra, tu Juana, la Loca.
*Dejen sus comentarios para motivar la continuación de mis andanzas de travesti pervertida.
Gracias por publicar mi historia y a quienes la han leído. Me anima a seguir compartiendo mis experiencias en el sexo loco que nos permite vivir plenamente nuestras fantasías y nuestra realidad.