ME DIERON LA VERGA CINCUENTA Y DOS…Y POR EL CULO
¿Se dan cuenta que las cosas cuando van a resultar, resultan sin que uno haga nada para apurarlas? Dicen los mexicas que cuando toca, toca, ni aun que te quites. Y cuando no toca, ni aunque te pongas. Pues eso es lo que me pasó hoy a mediados de abril en un día de otoño caliente. Eso debe ser lo qu.
ME DIERON LA VERGA CINCUENTA Y DOS…Y POR EL CULO.
¿Se dan cuenta que las cosas cuando van a resultar, resultan sin que uno haga nada para apurarlas? Dicen los mexicas que cuando toca, toca, ni aun que te quites. Y cuando no toca, ni aunque te pongas.
Pues eso es lo que me pasó hoy a mediados de abril en un día de otoño caliente. Eso debe ser lo que apuró mi conquista de la última rica verga que, ya pasado e medio centenar, empieza la carrera en los inicios de la sexta década.
Pues esta vez me tocó y me lo pusieron.
La verga cincuenta fue un poco rodeada de dimes y diretes, desencuentros desafortunados y luego el encuentro desafiante y amenizado por la seductora presencia de mi bendito colaless rojo que me acompaña en esta época de calientes culiadas. Dejó de lado al colaless negro de mis inicios, al rosado de mis transformaciones en putita travesti y que me hacía lucir un culete espectacular que les hacía parar la diuca (verga, pichula, pico) para otros hablantes del castizo idioma quijotesco que tan bien manejó nuestro Nóbel recientemente fallecido, me refiero A Mario Vargas Llosa que feneció convertido en un lacayo sirviente del facherío. De viejo borró con el codo lo que escribió en su juventud.
Pues bien, seguiré escribiendo inspirado en el culo que es por donde mejor experimento el deseo, la lujuria y el placer de ser varón culiado como una hembrita caliente.
Vamos a la historia actual.
Pensaba que esta tarde no pasaría nada, así que después de darme algunas arremetidas por juguetes anales, me disponía terminar la historia Cómo me inicié en el sexo anal y lo disfruto, episodio 4, en que cuento quién le quitó el virgo a Lalito y las muchas locuras que hicimos para gozar de ese hoyito rosado y complaciente que se abrí para recibir nuestras vergas y nuestras corridas de pajeros y culiadores incipientes.
Abro una web y me preguntan que estoy haciendo. Contesto lo que todo hacemos cuando no hay acción, o sea, nada.
-¿Y tú estás en el trabajo? Me contesta que no, que anda en el auto. Le digo que si va a venir. Su respuesta afirmativa me hace apresurarme en vestirme e ir hasta la entrada donde debía esperarlo para pasar los molestos controles.
Desde la maña y parte de la tarde había estado discutiendo con mi ex que nunca dice lo que realmente quiere. Cuento corto. Lo estaba despidiendo para que se fuera a Guayaquil a freír monos y reculó y se puso que aquí que allá que yo no lo entendía, pero que recordara los momentos ricos que habíamos pasado. Es de los que creen que las palabras transforman los hechos. Yo soy realista.
Me habla de «hacer el amor» y para él es venir sacar el pico para que se lo mame, cuando se le para, lo mete de una, y una decena de movidas y acaba, recibe un billete azul y se va. A eso llama «hacer el amor». Para mì es culiar y ni siquiera acabé todas las veces que en un par de año me hacía el «amors». Ni siquiera acabé ni una sola vez-
Bueno, Dave, el amigo que quiere fichar con ventaja, tiene evidentemente más ventajas que él . Primero estuvo dispuesto en tres días de conversas en que nos calentamos proponiendo hacernos varias cosas: yo le mamaría la verga y él me lamería el poto.
Yo cumplí, él quedó debiendo. Le pedí que antes de acabar se sacara el condón y me mojara el poto y las nalgas con su leche caliente para que me chorreara por las piernas… y después vendría sexo en la ducha y ahí pensaba que le dejaría culiarme sin condón pero ya descargado y prolijamente enjabonado culo y pico se unieran en una bailecito de Dirty dancing con sucesivas agachadas a mamarle el pene y él a mamarme el culo. Yo revolviéndome como serpiente alrededor de su cuerpo.
Y de verdad me gustó mucho. Altura adecuada, contextura gruesa, peludo y brazos fuertes. Lo hice que me abrazara y me desparramé en su pecho.
Mientras estaba poniéndome el colaless rojo llegó hasta el WC y me dio a mamar su verga bastante gruesa aunque de tamaño normal. Se le puso dura.
Fuimos a poner el condón. Le di otra mamada exquisita y de un sabor muy rico. Limpia y una alfombra de pendejos negros en los que hundí mi nariz mientras mis labios, mi boca y mi lengua le hacían honores a esa verga deliciosa.
Me puse en cuatro y me abrazó mientras me empujó literalmente tu dura verga abriendo mi poto aún dilatado por los juegos previos antes de que llegara Dave.
Me senté en su verga y subía y bajaba en ese balancín de dura carne mientras mi ano se deleitaba cuando los pendejos le havía cosquillas. Sus huevos balanceaban de lado a lado.
No supe cuando acabó, pero fueron varias arremetidas. Cuando desechó el condón, le puse un guante y le pedí penetración.
No sabìa cómo lo resolvería, pero en vez de entrar a fondo, me metía y sacaba la mano de culo todavía en rodaje en el fisting con solo tres experiencias anteriores de solo penetraciòn profunda. Esta vez fue una verdadera culiada y rica por lo demas.
Todavía me arde mientras escribo estas lineas.
Quedamos de repetir la movida cuando se pudiera y con más tiempo a disposición haríamos todo y evaluariamos convertirnos en amigos con ventaja.Y así poder culiar sin forro y dejarme preñado cada q¡vez que culiemos. Otra fascinación ha nacido en mi vida de maraca de closet: el semen saliendo de mi culo y esparciendo su grumosa materia que me causa tanta delicia y morbosa ansiedad y quiero más y más… insaciable.
Todo piola y sin más que goce y eso cada vez que hubiera espacio para culiar..
Soy JuanaLoca y esta vez mi historia actual ocurrida hace pocos instantes.
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