Memorias
Recapitulación de lo que hoy me excita.
Cuero. Cuero y metal. Cuero, metal y cadenas. Dildos. Meados. Sudor. Sudor y meados. Sudor mezclado con meados y olor a perfume. Perfume masculino. Olor de hombre. Un espejo. El reflejo en él. Un Macho. Un macho viril. Excitación. Pensamientos. Pensamientos sucios. Mente perturbada. Alterada. Erección. Erecciones alrededor. Penes creciendo. Desenfreno, seducción, caricias. Porno. Una pantalla. Dos. Cuatro. Alrededor. Nalgas. Nalgas duras. Olor. Olor a macho. Sensación. Debilidad. Placer. Una mano. Culo. Culo peludo. Culo peludo tocado por una mano. Catándolo. Saboréandolo. Mano en el culo. Piel con piel. Reacción inmediata. Placentera. Prendiendo. Iniciando. Continuando. Mirada perdida. Rodeada de largas y perfectas pestañas. Barba de tres días raspando el interior del bicep que chupa y lame absorbiendo el olor que de su axila emana.
Mano entrando y saliendo del culo. Deslizándose. Lento, profundo. Hasta el fondo. Más. Más allá. Brindando placer. Dándole placer a ese culo que me eriza por completo. Por dentro, la sensación del roce del brazo con las paredes anales. Despertando el placer interior. Exacerbándolo. Antebrazo totalmente lubricado. Pezones duros, erectos, enormes. Arnés de cuero. Marcando la espalda, exaltando pectorales. Cadena en el cuello, adornando el pecho. Medias al muslo. Bandas de cuero apretando el espacio entre hombros y bíceps. Un suspensorio. Enmarcando la redondés de las nalgas. Ofreciéndolas. Resorte grueso. Envolviendo en la parte delantera algo pesado, grueso. Ceñido a las palpitaciones de lo que guarda dentro. Estirándolo. Sosteniendo la gravedad de su peso. Mojándose paulatinamente con la humedad de su viscoso contenido. Botas negras. De cuero. De hombre de trabajo. Rudo. Culo abrazando la mano. El puño. El antebrazo. Permitiendo ir más adentro. Más. Hasta el codo. Éxtasis. Nirvana. Meados saliendo. Escurriendo. Mojando el suspensorio. Permitiendo humedecer todo lo que a su paso se encuentra. Grandes y musculosos muslos brillando por la caliente humedad que brota de su dueño, clara señal del placer ya incontenible, cuya nariz inhala una cantidad fuerte de cocaína. Que abre la capacidad anal de recibir aún más placer. Whiskey que recorre la totalidad de la espalda. Que termina mojando completamente el brazo que recibe, aumentando su lubricación. Absorbiendo cada gota que le es entregada a través de ese brazo, capaz de realizar una penetración grande, ancha, dura, profunda. Salvaje. Espalda arqueada. Sacando más el culo. Sintiendo como las ligas que sostienen las medias se ciñen más al cuerpo. Ligas que nacen del encaje alrededor de la cintura. La cadena que une lo que presionan los pezones se balancea al compás del movimiento provocado por las altas frecuencias de excitación que no permiten que el cuerpo se mantenga quieto. Las secuencias pornográficas que se reproducen alrededor comienzan sólo a ser un cuadro que enmarcan la escena completa. En el centro dos pantallas. En una el video que él grabó por primera vez conmigo. Cuando me enseñó a besar. Cuando a través de su boca me transmitió el deseo de conocer todo lo que rondaba su mente. Cuando me transmitió con el roce de su lengua el enervante placer sexual que quería desencadenar desde mi niñez hasta hoy que sigo conservando como el mayor de los tesoros descubiertos.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!