Memorias incestuosas
Fetiche de cabellera larga.
Hace un tiempo comenzaron a venir muchas memorias a mi mente (verídico).
Cuando tenía aproximadamente unos 5 años mi hermana, mayor por 15 meses estaba aprendiendo a leer y entre las revistas que le pedía prestadas a mis papás escondía revistas que contaban narraciones eróticas. No habían imágenes porno; solamente eran poses sugestivas y el resto lo hacían las narraciones. Ella me explicó que en una de las narraciones la mujer se encontró un tigre y el tigre se convirtió en hombre y ellos hicieron el amor. Ella ya sabía más de la vida que yo, obviamente.
Un año después quizá como ya conté en otra narración aquí en esta página, ella me hizo que le tocara su vagina pero yo no sabía cuál era el motivo. ella tendría 8 años quizá. Ya quisiera yo que ahora me dijera que la tocara. O mejor aún, ya quisiera encontrarme una niña de 8 que me dijera que la tocara 😛 😛❤️.
Nunca pasó de eso pero creo que ella despertó mi apetito sexual pues siempre he sido un calenturiento de primera. Durante los tiempos de secundaria me pidió que nos subiéramos a unos juegos mecánicos y fue raro para mi mente de adolescente calenturiento. Era un juego mecánico en un feria de pueblo y la manera en que se subían los pasajeros era de dos en dos uno detrás del otro. Ella me mandó a sentarme detrás de ella y se me comenzó a parar la verga. Ni tiempo tuve de tener miedo a las alturas por la adrenalina que estaba sintiendo de tener a mi hermana adolescente sentada con su espalda recargada contra mi pecho y su culo entre mis piernas abiertas y rozando mi verga palpitante. Eso me hizo producir más lubricante que mirar una película porno.
Y el haber olido su perfume 273 Beverly Hills de Fred Hayman tan cerca de mí con su largo cabello lacio y oscuro no me ayudó a verla menos como mujer en vez de verla como mi hermana. Al bajar no podía ni caminar bien porque mi verga estaba incómoda en mi pantalón de mezclilla. Poco a poco se me fue bajando pero mi corazón palpitaba a mil por hora y yo me preguntaba por qué me había sentido así siendo mi hermana. Yo solamente caminé detrás de ella y pude apreciar su cabello hermoso sobre su espalda y noté su cintura y sus caderas anchas. Aunque no tenía nalgas grandes su cintura hacía que pareciera que tenía un cuerpazo. Sobra decir que me hice una paja esa noche para vaciar toda mi leche y dejar de sentir dolor en las bolas.
Años después cuando nos volvimos a reunir después de un periodo de tres años de separación, ella ya tenía unos 22 años y ya habíamos terminado la prepa pero por falta de dinero no pude seguir en la universidad; tuve que buscar un trabajo.
En una ocasión, cuando yo había regresado de trabajar, llegué a la casa tarde y encontré la casa a oscuras y pensé que no había nadie. Prendí la luz de la cocina y después de haber hecho suficiente ruido en la cocina para servirme jugo pasé a la sala que estaba conectada y miré a mi hermana acostada y dormida en el sofá con unas bermudas o shorts o pantalones cortos (como sea que ustedes le llamen). Era una prenda holgada y se le recorría hacia abajo dejando un poco al descubierto su entrepierna. No me lo podía creer. Mi espíritu pajero salió a relucir y se me puso durísima la verga.
Rápido me fui a la cocina pensando que podría despertar mientras yo le estaba viendo la entrepierna. Me hice tonto en la cocina y bebi más jugo para evitar aquella imagen que no salía de mi cabeza.
Decidí regresar a la sala para ver si podía ver más. Quise comprobar que estaba dormida y le toqué el hombro, incluso la sacudí un poco. Al percatarme que no se despertaba decidí mover su bermuda para poder ver mejor su entrepierna y allí estaba yo, mirando la entrepierna sin ropa interior que ella me había hecho que manoseara cuando yo apenas estaba en el preescolar y ella en primaria. Tuve suficiente adrenalina y me retiré después de verle la panocha por unos momentos pero no más de la cuenta para esperar a que despertara y me hiciera una escena dramática. Esperé un rato en la cocina y me puse a pensar en lo arriesgado de mis acciones. Después de unos momentos apareció mi hermana en la cocina con una cara de sueño exagerada y le pregunte que si no me había escuchado cuando llegué. Me dijo que para nada. Eso significaba que me salí con la mía al verle su panocha medio expuesta. Eso me sirvió para una paja monumental en el baño 15 minutos después 😛
Hace muchos años dejé de verla por situaciones de la vida. Creo que me habría gustado coger con ella. Sus piernas eran torneadas fuertes de color amarillento claro al igual que el resto de su piel. Tenía piel suave. Pero esa característica del pelo lacio y largo me vuelve loco hasta la fecha. La psicología habla del edipo y no sin razón. Aparte de mi hermana, me enteré que mi madre tuvo una cabellera larga cuando yo era bebé. Quizá ellas dos sean las culpables de mi fetiche con las cabelleras largas.
He llegado a pensar que el incesto es parte de la naturaleza del ser humano y nada jamás lo podrá cambiar.
——————————————————————————-
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!