Mi esposa dulce, coqueta e inocente (La boda y la luna de miel que yo no me esperaba)
La boda y una luna de miel que yo no me lo esperaba, cosas que pueden suceder como me sucedió a mi….
Descripcion rápida:
Me llamo Alfonso, mido 1.84 de contextura gruesa con algo pasado de peso aunque siempre he sido de contextura gruesa, de tes blanco rubio y ojos marrones, actualmente tengo 38 años…
Mi esposa se llama Amira y tiene 36 años actualmente, mide 1.62, delgada con sus atributos bien buenos, con un culito redondito y unas buenas tetas que no son tan grandes pero resaltan mucho por su estatura, ella es de tes blanca (de padres árabes) y cabello negro y largo, ella es muy blanquita y con sus cola y tetas parece una muñeca de porcelana…
Bueno como lo mencioné en el anterior relato, Samir le comento a mi padre que la boda se iba a realizar dentro de dos semanas, al llegar a nuestra casa había un silencio total, yo no sabía que decirle a mis padres, cuando en un momento mi madre rompió el frío silencio que había en el ambiente:
Mi madre: hijo, estás conciente de todo esto, realmente estoy es lo que quieres…
Mi padre: Alfonso tu crees que todo esto es un juego para ti, esto no he tener una noviecita o de esas muchas aventuras que has tenido, realmente quieres todo esto con esa mujer…
Yo: papá esa mujer se llama Amira…
Hubo otro silencio en la sala, mis padres solo susurraban entre ellos y en eso mi madre se sienta a mi lado y me dice:
Mi madre: hijo, si te quieres casar con esa mujer está bien… Amira se le nota que es una buena persona y de una mujer de hogar, si esto es lo que quieres yo te apoyaré en todo si realmente es lo que quieres…
Yo: gracias mamá, sabes no tengo miedo, solo estoy algo nervioso porque no me imaginé casarme tan rápido…
Mi padre: bueno lo hecho, hecho está… Yo solo pienso que como van a reaccionar esa familia cuando un día le llegue falta o fallar como esposo a esa mujer porque esa familia no es como nosotros estamos acostumbrados…
Yo: lo se papá, pero yo no le tengo miedo a ninguno de ellos…
Mi papá: ok, no se diga más… Voy a llamar a Samir para organizar la boda y hablarle claro que nosotros le vamos a respetar sus costumbres, sus tradiciones y su cultura pero ellos también deberán respetar las nuestras… Mujer deja de llorar que Alfonso no se va a morir sino que se va a casar, llamar a toda la familia y comunicarles que nuestro hijo se va a casar…
Asi pasaron los días, mi papá junto con Samir cuadraron la boda, nuestros amigos de la universidad se quedaron en shock cuando le dijimos la noticia, aunque algunos sabían que entre los dos había una química pero se quedaron sorprendidos por ser tan rápido nuestra boda…
La boda fue algo sencilla pero fue muy buena la fiesta en verdad, lo celebramos en la casa de los padres de Amira, aunque es un poco pequeña la casa para una boda, estábamos cómodos porque solo invitamos a nuestros familiares y amigos más cercanos, mientras en que la familia de Amira abundaba la comida, por mi familia sobraba el aguardiente, había desde whisky, ron, cerveza y un licor artesanal de Venezuela que se llama Cucuy de penca, a pesar que eran dos culturas diferentes la estábamos pasando muy rico en verdad, al llegar la noche nos fuimos a nuestra habitación pero para decirle la verdad no pasó nada ahí, estábamos muy cansados y también teníamos que madrugar para ir hacia el aeropuerto que no quedaba nada cerca de donde vivíamos, ya que la luna de miel nos fuimos para la isla de Margarita conocida mundialmente como La Perla del Caribe…
A llegar al hotel algo cansado todavía pero con mucha ansias de llegar a la habitación, fuimos primero a desayunar en el restaurante del hotel y ahí nos fuimos para la habitación, ya llegando a la habitación jale a mi esposa y empecé a besarla por todo su cuerpo y lentamente le iba quitando la ropa, ella estaba muy nerviosa con la cara rojita como un tomate, yo recorría todo su cuerpo y su ser con besos, caricias y lenguazo, le besaba los pies y con la lengua se la pasaba entre sus dedos, ya al quitarle toda su ropa, la acosté en la cama y le abrí sus piernas, ella se comportaba con una dulzura e inocencia y se tapaba la cara con sus manos, yo veía esa totona (vagina) rasuradita y rosadita, parecía una galleta de vainilla con relleno de fresa y cuando le pase la lengua por toda la ranura de su totona hasta llegar a su clítoris, ella pego un brinco y diciéndome:
Amira: amor, que es lo que estás haciendo..!!?? (con voz temblorosa)…
Yo: shhhh tranquila, cierra los ojos y relajate…
Amira: amor, eso no se hace…
Yo no le dije más nada y empecé a besar y lamer ese manjar de dioses, jugaba con su clítoris y le pasaba mi lengüita apasionadamente, ella empezó a temblar sus piernas y ahí seguía yo devorando ese manjar que cada vez se hacía agüita, en eso levanto la mirada y ella se tapaba la cara con una de las almohadas que había en la cama, yo se la arranque y ella agarro otra y nuevamente se la quite y agarre todas las almohadas, sábanas y cobija y la lance para el piso para que no tuviera con que taparse y así yo verle la cara y cuando la mire, ya ella estaba toda roja, sus ojitos estaban rojitos como si tuviera ganas de llorar y hasta el cuello lo tenía rojo, eso me puso a mil y la agarré le puse una almohada debajo de su cintura y con mis manos le agarré las piernas y se la empujaba hasta su cabeza y así me quedaba más levantada la totona y su culito, empecé a devorar nuevamente ese manjar y empezaba a gemir suavemente y yo ahí jugando con su clítoris hasta que empiezo a lamer su culito, ella empezó a mover pero para soltarse y al mismo tiempo me decía:
Amira: que estás haciendo, por ahí no… Eres un cochino, eso es para hacer otra cosa…
Yo seguía lamiendo ese culito…
Amira: ya pará, no seas tan cochino y asqueroso…
Yo: quédate quieta, que este culito está bien sabroso y delicioso…
Amira: baba (papá en árabe) perdóname… «Susurro en voz bajita»
Yo seguía ahí lamiendo, besando y mordiendo ese culo tan rico, cuando escucho que empieza hablar en árabe, yo no sabía si me insultaba o me maldecia pero seguía ahí sin prestarle mucha importancia, le metía la lengua dentro de su anito y sentía como ella hacía como de apretar su ano, se sentía sabroso y poco a poco ella iba sediendo porque como que se quedaba sin fuerza y respiraba agitada, de pronto le ví esa totona nuevamente y empecé chuparle su clítoris y me quedé pegado como un chivito ahí succionando toda esa delicia cuando empiezo a escuchar su gemidos y al mismo tiempo sus piernas empezaron a temblar…
Amira: Diioooos, que es estoooo… Ah ah ah, mmmm, grrrr… No pare por favor, sigue asiiii… Ahhhh, mmmm que ricooo… (con la voz entre cortada y jaqueando)
Yo levante la mirada y ella estaba con los ojos cerrados y eufórica, empecé a soltar poco a poco sus piernas, ella se acomodo un poco sin cerrar las piernas y me agarró la cabeza con sus manos y me decía:
Amira: sigue así amoooorrr, ay Dios que ricooooo… Ah ah, mmm que delicia, grrr grrr, ay ay ay, no paré…
Yo seguía ahí lamiendo como un loco hambriento pero de placer y de repente ella empezó a moverse sola su cintura y yo solo hice lo que se hace en estás situaciones, puse mi lengua tiesa y dura sin moverla para ningún lado para que ella misma se satisfaciera y como gemía la desgraciada de mi esposa después que me decía que eso no se hacía, jajaja…
Yo me quedé tranquilito un buen rato y empeze a acariciar sus senos suavemente y hasta que a los pezones se los pellizcaba y se retorcía en la cama pegando gritos de placer, hasta que me dijo:
Amira: yaaa Amooorrrr no puedo más, tengo que ir al baño…
Yo: shhh…
Amira: amor ya pará por favor, déjame ir al baño que me voy a orinar en la cama (su voz cada vez perdía aliento)…
Yo: si quieres orinar, lo puedes hacer aquí…
Empece a masajear su clítoris con los dedos de mi mano y cada vez que ella trataba de decir algo aumentaba el ritmo…
Amira: por favor, ya pará… No seas malo conmigo…
Y de repente empieza a temblar y se contenía como para gritar, yo seguía moviendo mis manos con más ahínco porque sabía que iba a tener un orgasmo y de la nada pego un gran grito que yo mismo salte porque no me esperaba un grito así de fuerte y salieron tres tremendos chorros de fluidos continuamente, con la poca fuerza que tenía empezó a decirme…
Amira: viste, hiciste que me orinara en la cama…
Se tapaba la carita con ternura e inocencia como una niña haciendo berrinche…
Yo: tranquila amor no te orinaste, tuviste fue un orgasmo muy fuerte…
Y le enseñe mis dedos con fluidos baboso y pegajoso, ella puso una cara de tierna haciendo mueca como si se tratara de un niña en verdad…
Amira: fuiste muy malo conmigo…
Yo: tranquila amor, que ahora empieza lo bueno…
Me acomode sobre ella con sus piernas abiertas, ella volvió agarrar un poco de aire y se tapo la cara nuevamente, yo estaba mil con mi miembro bien duro y para aclararle de una vez, mi miembro no es gran cosa, me mide como unos 16 centímetros y no lo tengo ni tan grueso ni tan delgado, yo creo que mi mayor cualidad en la cama es que me gusta complacer primero a la mujer, que tenga un orgasmo primero antes de venirme porque sino no estoy haciendo nada… Entonces cuando me propuse de penetrarla, se había olvidado de que mi esposa era virgen y se lo metí de un solo empujón que ella y yo pegamos un grito al mismo tiempo, ella empezó a gritarme que se lo sacará y lo saqué, mi miembro estaba full de sangre, ella se asusto mucho, yo le dije que eso era normal y que ella sabía lo que podía pasar porque era virgen, yo le dije que lo intentamos nuevamente pero está vez iba a ser más suave, así hice, poco a poco fui introduciendo mi miembro hacia ella pero me sentía muy incómodo, como si algo no estaba bien y empezó a arder mi pene, ella se retorcía del dolor y me dijo que no seguiríamos por los momentos, que en la noche podríamos seguir haciéndolo, yo como estaba incómodo y con algo de dolor y ardor, no quise insistir, ella para no dejarme mal me dijo que podría masturbarme como lo hizo en la playa en aquel día, yo me fui a lavarme mi miembro y en eso se intensifica el ardor en mi miembro y al revisarlo note que yo botaba sangre, llame a mi esposa y como pudo se levantó para llegar al baño, le expliqué la situación y tras analizarme me dijo que es mejor acudir a un médico, nos bañamos, nos vestimos y nos fuimos a un consultorio de un médico urólogo en el cual a contarle la situación de lo que me había ocurrido, el no aguantaba la risa, me dijo que me quedara tranquilo, que aunque yo no lo creía son cosas que suelen pasar, me dijo que siempre es recomendable utilizar algún tipo de lubricante para esos tipos de ocasión cuando la mujer es primeriza, el doctor me recetó una crema y medicamentos con un reposo de unos veinte días sin nada de nada, es decir veinte días más sin poder tener relaciones…
Nosotros nos quedamos en el hotel porque me daba pena y vergüenza irnos al día siguiente y contar lo que me había ocurrido…
Esta historia continuará…


(1 votos)
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!