Mi gusto por la lencería
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Adriann27MX.
Bueno hoy les quiero platicar que además del gusto por el incesto, tengo otro fetiche muy común el cual creo la gran mayoría de los hombres tiene pues se trata mas que nada del fetiche por la lencería sexy (tangas, pantis, brasiers, etc.
), este increíble gusto comenzó desde que era un joven puberto como a los 13 o 14 años aproximadamente la verdad es que no recuerdo bien.
Todo comenzó en casa; desde esa edad yo ya andaba con las hormonas al 100 y me gustaba mirar las revistas que mi papa guardaba en un cajón en donde aparecían mujeres semi-desnudas con lencería muy sexy, tal vez es por eso que me encanta ver a las mujeres en lencería, de hecho yo encuentro más atractivo y sexy a una mujer en lencería que desnuda.
No sé, ese es mi gusto.
Un dia estando solo en casa entre al baño como si nada para hacer mis necesidades , pero antes de entrar me acordé de las revistas que mi papa guardaba y fui rápidamente a tomar una y verla mientras terminaba, abrí la revista y miraba atentamente cada página y prestaba total atención a los hermosos colores de la lencería que esas mujeres usaban sobre sus cuerpos con enormes senos y grandes traseros, mi excitación aumentaba pero me apresure a terminar mis necesidades para poder ir a mi habitación y disfrutar con calma de ver la revista.
Después de esa experiencia fue que comenzó la atracción por la lencería, al principio solo era ver fotos, revistas, algunos videos no pornográficos etc, pero nunca jamás había tocado una prenda físicamente, hasta que un dia me metí al baño para darme una ducha y al quitarme la ropa mi playera cayó fuera del cesto a lo cual recogí para colocarla correctamente pero al dejar la prenda me percate que dentro de las ropas sucias sobre salía una tira roja que llamó mi atención, lentamente la tome y la fui sacando poco a poco hasta tenerla completamente fuera.
Pude ver que era una hermosa tanga roja con la parte de enfrente de encaje, era una tanga muy pequeña que a mi parecer solo cubría parte de la vagina.
Con miedo la sostenía entre las manos mientras la analizaba poco a poco, yo sabía que era de mi madre lo cual me generaba mucho morbo y excitación, la extendí, la frote sobre mi rostro hasta que sin querer la frote cerca de mi nariz justamente cuando respiraba y sentí un olor muy fuerte pero que no me disgusto, más al contrario volví a repetir pero esta vez respire con todas mis fuerzas justamente en el área de la vagina en donde se encontraba una mancha húmeda que ahora comprendo eran los jugos de mi madre, seguí oliendo la tanga por varios minutos mientras mi pene se erectaba como un tronco, después de olfatear la tanga como un perro, se me ocurrió lamerla; así que busque la parte triangular de la tanga donde estaba húmeda y procedí a darle una lamida.
Apenas se sentía un sabor amargo, fuerte y un poco salado, ese sabor me fascino tanto que sin darme cuenta ya estaba chupando la tanga tratando de extraer todo el sabor posible, mientras hacia eso me daba tremenda paja y así continúe hasta terminar en un orgasmo increíble, todo mi semen cayó sobre el piso, después de eso me invadió un poco la culpa ya que sabía estaba mal pero mi excitación era más grande así que trate de no pensar en eso.
Una vez descubierto el tesoro que las prendas usadas eran, mi gusto aumento más y me gustaba no solo olerlas si no que también empecé a buscarlas en otras partes aun así no estuviesen usadas me gustaba coleccionarlas, el lugar donde vivía estaba rodeado por casas donde las mujeres acostumbraban a colgar sus prendas sobre cuerdas al sol para secarlas, recuerdo que a veces esperaba que mis vecinas sacaran a colgar sus tangas y elegía la más sexy y llamativa de todas para agregarla a mi colección, la cual una vez había conseguido me dirigía al baño, cerraba con seguro y me disponía a frotarla sobre mi cara, sentir su suavidad, olerla aunque estuvieran limpias mientras me pajeaba como loco, una vez terminado la doblaba lo mas pequeña posible y la guardaba en una pequeña caja de madera que había encontrado en casa.
Poco a poco mi colección iba aumentando en numero, tenía tangas y pantis de todos tipos y colores, formas, materiales incluso tengo en mi poder una tanga que mas bien no se como llamarle era solo un par de hilos que imagino se metían dentro de la vagina, esa tanga me volvió loco cuando la vi y más porque se la robe a una señora como de 40 años muy hermosa de enromes senos y trasero, solo de imaginarla con esa tanga se me pone el miembro muy duro.
Cada vez que tenía la oportunidad de poder robar una tanga lo hacía y la guardaba poniéndoles un sticker con la fecha cuando la conseguí y una breve descripción de la dueña, esto continuo así por varios años, cuando pasaba tiempo sin poder conseguir una, simplemente abría mi baúl y me ponía a ver mi colección de tangas y recordar cómo había obtenido cada una de ellas.
Hasta que un día llego la hora de conseguir trabajo yo había estudiado hotelería-turismo de manera que tenía que laborar en algún lugar de ese ramo, mi primera opción fue en un pequeño hotel cerca de casa, en el cual me aceptaron como recepcionista por las tardes, me fui adaptando poco a poco, las habitaciones eran muy cómodas y pequeñas como para pasar un par de días y no más, este hotel era visitado por parejas jóvenes que iban de paso o para aquellos que solo buscaban divertirse.
Todos los días entraba y salía gente como en cualquier hotel, pero un dia llego una chica muy especial al recibirla en la recepción se porto muy amable, la chica era hermosa una sonrisa bella y ojos hermosos, me figuraba a una mujer latina por su acento en inglés, llenamos los papeles y sin más la acompañe a su hab, la cual estaba cerca de la recepción, ella usaba un vestido semitransparente y se le podía ver claramente que tenía una tanga, no podía desviar la mirada de su trasero mientras revisaba la habitación, le explique todo lo necesario, y Sali para regresar a mi puesto.
Esa hermosa mujer me dejo inquieto tenía que pajearme o hacer algo para bajarme las ganas y la erección que me había causado, me quede pensando por varios minutos en que hacer para calmar las ansias, miraba para todas partes sin saber que hacer hasta que me percate de un cajón que había cerca de una bodega donde guardaban cosas de limpieza para las habitaciones, esa caja que había visto llamo mi atención ya que decía “llaves”, sin pensarlo la tome y la abrí y oh sorpresa todas las copias de las llaves de cada hab.
estaban ahí, rápidamente busque la llave donde esa hermosa mujer estaba y la guarde
Espere con ansias para ver si ella saldría o algo, pasaron 2 horas aproximadamente hasta que escuche por el pasillo el andar de unos zapatos, y el mirara hacia atrás ahí estaba ella con un hermoso vestido negro y bien maquillada me saludo y tomo un taxy quien sabe a donde, actue rápidamente ya que sabia que no contaba con mucho tiempo, coloque un letrero que regresaba en 5 minutos en el escritorio de la recepción, tome la copia de la llave de su cuarto y fui rápidamente a ver que encontraba.
Tenia demasiado miedo ya que era la primera vez que hacia algo asi, abri la puerta y un rechinido muy fuerte se escucho que me puso mas nervioso aun, entre y cerre la puerta, encendí la luz de mi celular y me puse a revisar; el cuarto estaba todo tirado señales de que apenas había desempacado, en la esquina había una maleta grande la cual revise primero, cuidadosamente fui tomando prenda por prenda pero solo encontraba blusas, pantalones, maquillaje pero no encontraba lo que quería, deje esa maleta y a un lado de la cama encontré otra una pequeña maleta la cual al abrir encontré un tesoro para mi!.
Estaba llena completamente de tangas, brasiers, pantis, ligueros de todos tipos formas y colores.
No podía crees lo que había encontrado quería llevarme todo pero sabia que seria muy obvio asi que las saque todas y elegi la que mas me gusto: una tanga negra de encaje con listones y moños negros, era preciosa! Mientras revisaba mi corazón se aceleraba mas y tenia miedo a que me descubrieran, asi que la tome y antes de irme revise el baño para ver si encontraba algo de casualidad y vaya que si lo encontré era nada más ni nada menos que la tanga que aquella mujer hermosa tenia puesto cuando llego.
Rápidamente la tome y la olfatee como un perro desenfrenado, su olor era exquisito la frote sobre mi rostro, la lamí, la chupe hice de todo con esa tanga, aun con el corazón al 100 Salí corriendo del cuarto cerré con seguro y trate de dejar todo como estaba antes, mi excitación no cesaba, tuve que ir al baño y descargar todo el semen acumulado culminando en un orgasmo bestial.
Después de haber calmado las ansias aun me sentía nervioso porque pensé que la chica podría darse cuenta de que le hacía falta una tanga, el resto de mi turno estaba muy nervioso.
Por suerte la chica ya no regreso mientras estaba ahí, al día siguiente fui a trabajar de manera normal ya mas relajado y al parecer la chica estaba como si nada, solo le quedaba un día mas en el hotel, así que me centré en que nadie se enterara de nada.
Al ver que tenia una fuente ilimitada de donde conseguir prendas cada vez que gente nueva llegaba elegía a las mujeres más hermosas y esperaba el momento en que salieran para ir y tomar sus prendas, siempre me contuve y me llevaba solo una, para no levantar sospechas, a veces me llevaba sorpresas, y me encontraba con juguetes sexuales, disfraces etc, pero a mi lo que me importaba eran las pantys o tangas, por suerte nunca fui descubierto, yo se que muchos de ustedes dirán que soy un enfermo pero para mi es un fetiche que me gusta, disfruto del morbo y la excitación que esto me produce, ya han pasado varios años y no he conseguido mas prendas, sigo trabajando como recepcionista y siempre ha existido la posibilidad de obtener mas, pero no se, siento que ya no es lo mismo, espero que a ustedes lectores les haya gustado o al menos entretenido mi relato si alguno de ustedes ha pasado por lo mismo o tiene gustos similares no dude en contactarme, podemos conversar e intercambiar experiencias
Les mando un saludo enorme desde Playa Del Carmen, México
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