Mi gusto por la ropa interior femenina 1

Hasta que puntos lleve mi gusto por la ropa interior femenina.

Hola a todos, por fin me animé a escribir en esta página, quisiera contarles sobre mi experiencia con la ropa interior femenina. Todo empezó cuando era un niño, desde el principio me llamaba la atención la ropa interior de las niñas, cuando apenas tenía 6 años buscaba toda oportunidad para ver debajo de las faldas de mis compañeras y como eran niñas pequeñas muchas eran descuidadas sobre eso. Aún recuerdo haber visto muchos calzones de todos los colores, rosados, verde, rojo y azul, aunque mis favoritos eran los rosados.

Aunque ahí no acababa, siempre me emocionaba cuando en alguna película o caricatura aparecía una mujer en ropa interior. Me ponía tan caliente que me la jalaba pensando en la escena o en los calzones de mis compañeras. En ese momento no sabía como jalarmela, lo que hacía era poner mi pene duro entre mis piernas y frotarlo por un rato. Se sentía muy rico sobretodo cuando no había nadie en mi casa y podía hacerlo viendo la escena.

Por desgracia, no podía seguir viendo los calzones de mis compañeras de la misma forma conforme pasaron los años, lo que alcanzaba me servían y aun seguía jalandomela con los viejos recuerdos. Incluso cuando empecé a ver porno cuando tenía como 12 años, buscaba videos donde las mujeres aparecían con sus panties, eso me hacía jalarmela al menos tres veces al día, pero lo que más recuerdo usar eran periódicos que tenían a mujeres en lencería. Hasta que en una ocasión se me ocurrió agarrar las panties de mi hermana mayor.

Un día entré a su cuarto y no tuve que buscar mucho para encontrar su ropa interior y fue como un tesoro para mi, ver tantas panties en un solo lugar me emocionó pero también estaba asustado que alguien se acercara así que solo tomé una y me fui a mi cuarto. Con 12 años estaba al máximo de caliente, la panty que agarré era rosada con figuras de lunas y estrellas de muchos colores, me desnudé, me recosté sobre la cama y sostuve la panty frente a mi, la empecé a frotar sobre mi cara y olerla, estaba recién lavada pero el hecho de sentirla y tenerla me dio una erección que me la puso muy dura. Mientras la olía me empecé a frotar mi pene lentamente, sentir ese olor me hacía querer más, incluso llegué a ponermela en la cabeza. Cuando sentí que estaba por terminar enrollé mi pene con la panty y terminé manchandola.

Como me daba miedo regresarla así, decidí conservarla escondida en mi armario. Lo que provocó que durante muchas ocasiones la manchara, siempre que me ponía caliente iba a mi cuarto para desnudarme y jalarmela con la panty enrollada en mi pene. La panty quedó muy manchada de todas las veces que la usé que cuando quería devolverla tuve que ponerla en el cesto de la ropa sucia de mi hermana.

Aunque esto sólo fue el inicio de todo un paso por la ropa interior femenina. Luego llegaron más, pero se los contaré después.