Mi hermana y la muñeca
Una breve historia entre verdad y fantasía de lo que me hubiera gustado que pasara..
Hola bueno este es un relato algo imaginativo de lo que me hubiera gustado que pasara, pero que no paso, así como de lo que si paso.
Hace algunos años cuando yo apenas tenia 14 años me había quedado a solas con mi hermana de 10 años, por aquel entonces, como a la fecha era un calenturiento muy fogoso, gustaba de comprar y leer pornografía de todo tipo, pero principalmente aquella incestuosa que podía encontrar en internet. En especial me gustaban aquellas de los Simpsons donde Bart estaba con su madre y con Liza, en fin, ese tipo de cosa me gustaban y siguen gustando, siempre me la han puesto dura.
Pues bien, por aquel entonces mi hermana no estaba tan bien desarrollada, pero era muy bonita por estar werita, con ojos similares a los míos de color miel y piel blanca. Ciertamente no es como que quisiera llevarla a la cama en un primer momento y la verdad no se porque aconteció lo ocurrido aquel día. Recuerdo que estaba muy caliente, me encontraba excitado luego de ver una porno, por lo que deseaba desahogarme, peor como idiotizado solo baje de mi cuarto debo decir que ambos cuartos estaban conectados por una escalera de manera directa, por lo que no había mucha distancia.
Al bajar la vi ahí jugando, naturalmente no lucia nada especial solo estaba ahí, no era mas sexy, ni mas sexual o deseable, no era nada como en las porno, los mangas o en los relatos de esta índole solo era mi hermana nada especial. Sabiendo todo eso solo me bajé el short y le pedí que me tocada el pene, así naturalmente sin mas miramientos. Ella solo me vio y dijo que no, pero yo le insistí que por favor lo tocara, pero se negó, me acerque a ella, por lo que esta se puso de pie, me vio y luego a mi pene, para decirme que no quería tocarlo, «que porque tendría que hacerlo.» Yo le dije que solo como un favor que deseaba saber cómo se sentía ser tocado, pero ella se siguió negado, con el pene afuera estábamos teniendo esta pequeña discusión de hermanos como quienes se pelean por el control remoto.
Con igual naturalidad tome su mano para acercarla a mi miembro, pero ella se resistió, de verdad no quería tocarlo. Le dije que no fuera mala, que solo era que me tocara y que luego mi iría por donde vine, pero ella siguió poniendo fuerza resistiéndose a que llevara su mano a mi pene. Hasta aquí lo que paso de verdad, acto seguido la solté y me fui ha echar una paja, ella no estaba molesta y no fue algo que marcara significativamente nuestra relación. No obstante, lo que me hubiera gustado que pasara era que ella, se dejara y cooperara permitiendo que yo manipulara su mano llevándola a mi pene, el cual al sentir como restregaba su mano flácida sobre mi miembro este se iría poniendo cada vez mas grande y cuando finalmente hubiera estado erecto ella por si sola tímidamente fuera acariciándolo, suave como quien descubre algo nuevo al tacto por primera vez, pero que le es indiferente.
Ahí con su mano aun sujetando la suya, estaría de pie mirando como ella cooperaba sin mucho ánimo, pero con interés viendo como sus dedos recorrían desde la base de mi pene, hasta la punta de este. En eso momentos hubiera estado en shoc solo de saber que estaba sintiendo la suavidad de su piel con una parte tan intima de mi cuerpo, después de un breve rato de eso ella me diría eso es todo y yo siguiendo la parte de mi trato le diría que si la soltaría y ella retiraría su mano. Estando ahí de pie le diría que, si me dejaba masturbarme ahí frente a ella, a lo que ella diría seguramente que hiciera como quisiera, en ese momento me empezaría a masturbar ahí frente a ella quien medio ignorándome y medio atenta seguirá con lo suyo.
Estando tan excitado tomaría a una de sus muñecas que generalmente estaban en una repisa debajo de la escalera, la desvestiría, escupiría saliva en ella y empezaría a frotarla en mi pene, esto era algo que yo solía hacer muy seguido y que nadie en mi casa sabia. Me gustaba llenarlas de semen, solo porque me parecía caliente, así como divertido, seguramente al verme hacer eso y aunque no le gustaban sus muñecas me hubiera dicho que la dejara y yo simplemente hubiera continuado con mi masturbación, sintiendo el plástico liso resbalar por mi silaba sobre mi pene. Ella hubiera insistido en que la dejara, a lo que yo le hubiera dicho que si ella me la chupaba dejaría a la muñeca, a lo que ella se hubiera negado, pero le hubiera dicho que por favor no fuera mal, que me dejara sentir su boca y si hacia eso nunca le volvería a pedir nada, además ella podría pedirme lo que quisiera.
Quizás lo hubiera dudado, pero al final hubiera aceptado un poco de mala gana y ahí sentado en las escaleras sentiría la calidez de su boca, mi pene adolescente hubiera entrado perfectamente y estaría cómodamente siendo chupado o anolado al rededor de su saliva y lengua, en este punto mi miembro me estaría doliendo de la excitación y del deseo de venirme, al reprimirme de ambas sensaciones el dolor seria agobiante, pero al mismo tiempo placentero. Ella jugaría un poco al mete y saca algo torpe, sin motivación solo estaría perezosamente chupandolo como si fuera una paleta, una de carne, así sin objetivo, sin deseo solo lo estaba haciendo. Pero para mi hubiera sido suficiente no me importaba que no fuera como en una porno, porque de una u otra forma mi pene estaba siendo chupado, estar en su boca hubiera sido la gloria. Por mi parte una mano le acariciaría la cabeza como un hermano le acaricia la cabeza a su hermana menor muy tiernamente, incluso si solo hubiera estado haciendo eso me hubiera olvidado de que me la estaba mamando es que de verdad quiero mucho a mi hermana, pero ese no era el caso porque con la otra mano sostenía a la muñeca a la que lamia y chupaba gentilmente. En el trato para mi esto era justo ya no me estaba masturbando con ella solo la estaba lamiendo.
Ella luego de unos minutos de estar con mi pene en la boca, me hubiera dicho que, si eso era todo y para este punto estaba más que dispuesto en venirme, así que le propuse que o me dejaba venirme en su rostro o en la muñeca, la verdad es que para este punto ambas ideas me precian igualmente deliciosas. Seguramente y para este punto un poco cansada me diría que me diera prisa y que terminara donde quisiera, así que pondría a la muñeca junto a su rostro y con mi mano libre terminaría el trabajo previamente iniciado acelerando cada vez y mas el movimiento, hasta que finalmente estallando en un placentero orgasmo cubriría con semen su cara, así como a la muñeca desnuda, de esta forma marcando a las dos con mi esencia. Después de limpiar con mi camisa su rostro le pediría que de favor lamiera el semen de la muñeca y que le pagaría por ello, pero que me diera ese ultimo regalo. Un poco más cooperativa quizás por su excitación o solo por el dinero que iba a recibir lo la lamería, así simplemente quitando los pocos restos de semen que habían caído sobre esta luego sin mas la hubiera colocado de nuevo en el estante así sin vestir la, luego me diría que por todo el mes y sin protestar seria mi turno de lavar los trastes, ademas de eso quería 50 pesos.
Tras eso se iría hacia la cocina y yo hubiera subido a mi cuarto para hacerme otra paja, después de un rato.
Espero que les guste el relato y pues sí, si me animare a subir otros. De aquellas cosas que me hubieran gustado que sucedieran.
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