Mi Hermano el Macho Follador P4
Logan explota al máximo el sexo oral y desarrolla nuevos gustos y placeres en compañía de Milo, su hermano..
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Ahora disfruta 🙂
P4
Los Placeres de Logan
Lo prohibido definitivamente despertaba pasiones.
La relación entre Logan y Milo había evolucionado en un terreno tan íntimo como complicado. Ante los demás, su vínculo era el de siempre. Logan seguía siendo el hermano mayor protector, el chico admirado por todos, mientras Milo era el fiel compañero que siempre estaba a su lado. Sus padres y amigos nunca sospechaban nada, porque ante sus ojos, nada parecía fuera de lo común.
Sin embargo, cuando se encontraban solos las cosas cambiaban a su verdadero estado, pues iniciaban extensas sesiones de adoración al cuerpo varonil y musculoso de Logan.
Todo inició tres días después del cumpleaños del hermano mayor, ambos hasta entonces habían cortado comunicación entre ellos, pues en un inicio, fue algo difícil de manejar, hasta esa noche, cuando Logan llamó a la puerta de Milo, quien con asombro, presenció al macho alfa que tenía en frente de él, completamente desnudo, agitado por la excitación y sudoroso, con sus slips en las manos y con su duro pene chorreando gruesos hilos de presemen.
Milo sujetó una de las fuertes manos de Logan y jaló de ella para hacerlo pasar. Fue aquel semental seductor quien tomó la mano contraria con delicadeza y la llevó a sus labios para darle un cálido beso y luego guiarla con desesperación hacia su pollón erecto, obligando al pequeño a masturbarlo con movimientos frenéticos, lo hacía sin ninguna consideración o vergüenza, agitaba la mano de Milo tan rápido, incluso le escupió la palma un par de veces para lubricar y repetir la acción con la misma intensidad, con el único objetivo de darse placer.
Logan cerró los ojos y soltó un suspiro. Claro que en ese húmedo momento tuvieron una breve conversación sobre lo que ambos sentían y querían del otro, su necesidad de satisfacer sus instintos salvajes los llevó a confesar un poco sobre sus deseos prohibidos y fantasías. Milo nunca dejó de masturbar a su hermano mientras le revelaba que se sentía atraído a su cuerpo y masculinidad, admiraba todo de él y le rogaba que sea su macho. Logan por su parte aceptó que le gustaba la forma en la que lo complacía, cada acto de sumisión y cada halago a su superioridad le hacía sentir extrañamente excitado.
Ya demasiado caliente, Milo no soporto más sus impulsos y se puso de rodillas ante Logan, intentó rodear el mojado vergón con sus dedos y se metió el gordo glande dentro de sus labios, succionando con pasión, metiéndolo y sacándolo, pasando el duro falo por todo el interior de su húmeda cavidad, mamando con el mismo afán de un ternero hambriento, degustando nuevamente la testosterona líquida de su hermano, sellando el pacto que los llevaría a experimentar su sexualidad.
—¡Mierda! ¡Esto es delicioso, Milo!…¡Uuff! ¡Esa boquita me vuelve loco! ¡Me vas ha hacer adicto al sexo oral!…¡Chupa así!, ¡toda!, ¡todaaa!…¡aaahh!—La voz de Logan tembló ligeramente por el placer, dándole suaves bofetadas a su hermano menor mientras le veía tragarse su pene.
Esa noche no tuvo fin, el sexo oral se convertía en un vicio peligroso, Logan no dejó de follarse la boca de su hermano menor hasta el amanecer. La uso como un consolador cuanto quiso, probando distintas formas y posiciones, en cada rincón de la habitación, no se detuvieron ni para ir al baño, puesto que Logan se llevó a su hermano para que le sujetara la polla y le lamiera los huevos mientras largaba potentes chorros de orina, sin importarle realmente que el líquido hirviente salpicara en la piel de su hermano menor y allí, terminando de mear y chorreando las últimas gotas de su uretra, tomó el rostro hipnotizado de Milo y le metió su pene en la boca, está vez usándolo como un mingitorio, le largó un chorro más de orina y comenzó a follárselo nuevamente. Golpeó con su glande la úvula de Milo como si fuera un saco de boxeo y le jodió la garganta haciendo que el pequeño tuviera muchas arcadas, largando grandes cantidades de babas que hasta le salían por las narices, varías fueron las veces que el menor golpeó las piernas de su macho clamando por oxígeno. No fue hasta que el reloj marcó las cinco y media de la mañana, que Logan al fin se dio por bien servido y satisfecho, acostado boca arriba en la cama y aprisionando el cráneo de Milo con sus muslos de piedra, el hermano mayor llegó al clímax por sexta vez en la boca de su hermanito que ya tenía el rostro desencajado y la mandíbula adolorida. Logan disfrutó tanto su orgasmo que, enloqueciendo, sujeto de los cabellos a Milo y aceleró la felación a su gusto hasta que el abundante semen dejara de salir de su rojizo e hinchado pene, y corriera a cántaros por la pelvis, por los huevos ensalivados y por toda la garganta de Milo.
El pequeño se encontraba realmente agotado, pero demasiado feliz, sentía que después de esa noche intensa de sexo oral, podía graduarse como un verdadero chupa pingas, orgulloso de haberle hecho incontables gargantas profundas a su hermano mayor, de haberlo saciado y complacido, maravillado de tener a Logan nuevamente desnudo, tan varonil, hermoso y muy excitado frente a él. Le limpio con la lengua sus volubles genitales, jugando un rato más con los huevotes, haciendo sus últimos esfuerzos por tragarse toda la leche y al terminar contempló con una sonrisa de bobo total a Logan, mirando con admiración lo macho que era.
Se limpiaron un poco más y al estar listos dejaron la cama de Milo hecha un desastre.
—Vamos a dormir, bebe—le dijo Logan poniéndose de pie y cargando a Milo en sus brazotes, se lo llevó afuera de la habitación, por el pasillo, sin temerle a su desnudez, llegó a su habitación y allí, recostó suavemente al pequeño, lo arrulló en las sábanas limpias y luego se acostó él a su lado, lo abrazó y le dio un beso en la frente. —No sabes cuánto te quiero, hermanito—
Milo sintió derretirse de amor por las palabras de Logan y respondió a su afecto. Se acurrucó en los duros pectorales y se quedó allí sintiendo su calor, escuchando el latido de su corazón y los ronquidos masculinos hasta que ambos sucumbieron al sueño y el cansancio.
Desde entonces, los límites entre ellos se desdibujaban en placer y lujuria. Lo que había iniciado en la intimidad de un cuarto de habitación, ahora continuaba, extendiéndose a otros lugares, en otros momentos, lejos del confort y secreto que les brindan las sombras de la noche.
Aunque las sesiones de sexo oral solo eran posibles cuando todos dormían, Logan empezó a descontrolarse, todo el tiempo estaba caliente, su polla dura, su necesidad de desfogar era increíble, se sentía como una máquina productora de semen, todo el día largando precum. Había dejado de usar ropa interior en casa, unos shorts deportivos eran suficiente para tentar a Milo, caminaba frente a él sacudiendo su polla, se sentaba en el sofá con la piernas muy abiertas para que se le vieran los gordos huevos asomarse por un lado o la uretra del glande chorreando líquido, se acomodaba y frotaba el paquete evidentemente erecto cuando jugaban con la play, ese pene palpitaba siempre con fuerza, incluso cuando habían terceros cerca. Le dejaba la puerta del baño abierta para que el pequeño le viera mear, y casi siempre, Logan llamaba a su hermano mientras se estaba duchando, solo para que le viera desnudo y le diera una grandiosa mamada.
En los momentos familiares, Logan tenía más cuidado, se sentaba al lado de Milo y frente a ellos sus padres, entonces no tenía remedio, le decía cosas en doble sentido, insinuando lo prohibido, le molestaba constantemente para llamar su atención, lo abrazaba, le consentía. En el almuerzo, el hermano mayor se atrevía a botar los cubiertos del menor al piso para que éste se agachara a recogerlos y entonces, le mostraba sutilmente su pene erecto escapándose de los shorts, o le pisaba las manos con sus pies descalzos.
Así, Logan fue aprovechando otros momentos, obsesionándose con su hermanito menor y la forma en la que se tragaba su enorme pene como todo un campeón, lo quería todo el tiempo de rodillas complaciendo su libido, hasta tenía pensamientos intrusivos donde empezaba a fantasear con follárselo, aunque la idea todavía le resultaba difícil de contemplar, algunas veces durante sus faenas de sexo oral, su mente le hacia imaginar escenarios, lo impulsaba a realizar fantasías.
“…penetrar a Milo, reventarle el ano, préñalo…¡Préñalo!…”—Pensaba el mayor.
Logan intentaba evitar sus instintos de macho semental, pero con el tiempo y las circunstancias, no resistió por mucho la tentación. Con todas las hormonas alborotadas, un día simplemente cedió.
Fue una tarde calurosa en la que se terminaron las limitaciones. Logan, después de su entrenamiento habitual, paso a recoger a Milo de la secundaria, lo llevaba por el mismo camino de siempre, escuchándole hablar de su día y de otras cosas tribales, siguiéndole la charla y haciéndole un par de bromas. Todo era risas y diversión de hermanos, hasta que a Logan se le vinieron nuevamente esos pensamientos perversos referidos a las nalgas de su hermano, las noto en ese momento bamboleándose en unos pantalones clásicos entallados que dejaban ver bien dibujado el contorno voluble de sus glúteos.
Sabía que Milo estaba desarrollándose rápido desde que cumplió 13, además hacía deporte en la escuela, y definitivamente le estaba quedando un cuerpo atlético, sumado a la genética que tenían los hombres de la familia, el adolescente se hacía cada vez más un hombrecito de piernas gruesas y trasero grande.
Ambos caminaban por el parque de regreso a casa, aunque Logan andaba un poco más lento, pues dejaba que Milo fuera unos pasos más adelante para verle los cachetes, imaginando cómo debía ser su diminuto ano. Y cuando ya estuvo lo suficientemente tentado, verificó que nadie estuviera cerca para verlo darle un palmazo en el rabo al más pequeño. Su fuerte y callosa mano hizo que los meloncitos de Milo saltaran y vibraran como gelatina, a Logan se le puso dura con el tacto y más cuando presenció el espectáculo. El menor volvió a verle con una sonrisa divertida, pensando que su hermano solo le estaba molestando, pero cuando vio el penesote parado bajo los shorts de fútbol, comprendió que Logan no estaba jugando y por su respiración agitada, descifró qué estaba severamente excitado.
Entonces llegaron a casa más pronto que rápido, y ni bien cruzaron el umbral, Milo le bajó el elástico del short a Logan hasta los gordos testículos liberando así el suculento pollón erecto.
—¿Qué pasó, Logan?—le preguntó empezando a masturbarlo. —Tienes el pene más duro y grande que nunca, ¡Te estás confiando mucho para traerlo así en la calle!
—¡Estoy enloqueciendo, lo sé! ¡Tú me estás haciendo perder la cabeza!
Logan volvió a azotar las nalgas de Milo, pero esta vez se tomó el tiempo para disfrutar del tacto y la suavidad de esa zona tan íntima. Después de unos cortos minutos tocándose en la entrada, Milo le sujetó bien del pene a su hermano mayor y se lo llevó así a su cuarto.
Enseguida, Logan se sacó la camiseta de fútbol. Milo le observaba con mirada ansiosa, deseándolo fervientemente, tanto como el primer día que le vio ese torso descubierto de pectorales enormes y abdominales de infarto, sonrió del gusto y deleite.
— Qué bonito eres cuando sonríes, ¿lo sabías? —le dijo Logan flexionando sus bíceps y exhibiendo su musculatura. Luego se bajó por completo los shorts, se quitó las zapatillas y termino de desvestirse con sus pies, cogió el slip negro que había usado y se lo arrojó a Milo, la tela cayó húmeda sobre su rostro. —. Sé que te gustan, bebe, huélelos, estoy seguro que deben tener algo de leche.
—Uhmmm, ¡Que delicia!, Gracias, Logan, hueles tan bien, ¡eres todo un macho!—
Mientras que Milo tenía la ropa interior de su hermano en toda la cara, respirando de su esencia, Logan lo guió hacia la cama y lo sentó en el centro de ella, se retiró los calcetines sudados y ya desnudo se subió, sus pies hundieron el colchón a los lados del menor, quien al retirar la prenda húmeda de sus ojos quedó hechizado mirando la verga ancha y venosa a menos de cinco centímetros de él.
—¿Te parece si me la chupas un poquito?—
—¡Por supuesto!
El menor extendió su manita derecha y con suaves tirones se la meneó muy despacio, amasando las carnes del gordo pene. Logan soltó un bufido cuando su polla se metió en la boca de Milo, dilatando obscenamente sus mandíbulas. Lo mantuvo un rato sujeto de la cabeza, acariciándole las mejillas, apretándole la nariz para que soltara más babas, escuchando los chasquidos de salivas y carraspeos, sintiendo sus dedos finos tocándole los huevos.
De pronto, le sacó el pene de la boca y tomándole del mentón, le hizo verle directamente a los ojos. — Eres el mejor en esto, quiero que lo sepas. Pero ahora, deseo mucho intentar algo más, necesito que te quites la ropa, ¿Puedes hacer eso para tu Logan?
— Sí, creo que sí—le dijo Milo sonriendo.
—¡Genial!
Logan se puso cómodo en la cama mientras que Milo empezaba a desabrochar su camisa, botón por botón hasta dejar su níveo pecho descubierto. Luego se quitó los pantalones, zapatos y calcetines, pero cuando le tocó sacarse sus boxers, dudo, pues nunca antes había quedado expuesto delante de su hermano, ni de nadie.
Claro, pues el foco del sexo que había experimentado hasta entonces consistía en complacer a Logan, y ninguno de los dos se centro en satisfacer las necesidades de Milo, hasta entonces, el pequeño se atendió a sí mismo después de cada sesión, por que su hermano mayor nunca había explorado profundamente su cuerpo, suponiendo que su masculinidad no le despertaba deseo, Milo acepto ser, literalmente el “consolador” de Logan, hasta ahora, que por primera vez sentía como el mayor contemplaba su figura.
—¿Y bien? ¿Sucede algo, bebe?
—Mmmm, supongo…me da algo de pena, ¿Sabes?
—No debería, somos hermanos y además tu ya me viste todo— Logan soltó una risa amena para disipar las tensiones, cruzó un brazo tras la nuca y se estiró en la cama, su pene seguía tieso y palpitante. — Ni hablar de inseguridades, eso no te lo permitiría porque eres muy lindo y no se me haría justo que pienses cosas tan malas de ti, ¿acaso no te das cuenta de todas las chicas que voltean verte?
—Lo dices por qué tu si eres todo un dios griego que trae a medio mundo a sus pies…
—No, lo digo por qué en serio lo creo y deberías sentirte halagado porque eres el único chico que me parece realmente bonito. ¡Mírame!, me estoy haciendo un poco marica por ti…
Milo se carcajeó divertido. —Eso no es cierto, eres el hombre más varonil que conozco…
Milo le miró un poco más confiado y con un profundo apreció, a pesar de que la lujuria los estaba dominando en estos últimos meses, el cuidado y el amor de hermanos no había cambiado en absoluto. Logan le sonrió y le extendió un brazo para que se acercara, ambos se abrazaron y entre caricias y juegos, retomaron lo que habían iniciado con la misma intensidad.
Milo empezó a masajear los músculos con admiración, tocando los grueso brazos, apretando los firmes hombros, respirando las peludas axilas mientras apretaba los pectorales durísimos, pasando su mano de uno al otro, notando que era una zona erógena de Logan, se dispuso a lamerle tímidamente un pezón. Eso volvió loco al mayor porque empezó a jadear y desesperarse, sintiendo la lengua y los labios, lamiendo y succionando su pectoral mientras una traviesa mano le bombeaba la polla lentamente.
—¡Ummmm, si… chúpame todo, Milo! ¡Vamos!…¡Ohhh! ¡Rayos!…Que sensibles me los estas poniendo, siento muy rico— gimió Logan con sus pezones sobre estimulados y endurecidos, podía ver cómo su hermano se tomaba libertades, mordisqueando sus pezones, chupándoselos como un becerro, besando la amplitud del pecho para comerse el otro botón rosado, y cuando considero oportuno, arrastró la lengua por los abdominales, lamiéndolos uno a uno, agachándose poco a poco hacia la pelvis.
—Espera— le dijo Logan deteniendo a Milo antes de que alcanzara a chuparle la polla. Lo tomó de la cintura y lo acomodo, girando su cuerpo, hizo que el menor quedara frente a su polla y que las voluminosas nalgas reposaran sobre su pecho. Milo le meneaba el culo sin querer a su hermano mientras intentaba acomodarse, brindándole la visión más erótica de su vida.
—¡Ufff, pero que nalgotas! — alabó Logan mordiéndose los labios mientras tomaba el trasero de su hermano con ambas manos y sacudía las blancas mejillas haciendo que se movieran sensualmente. —Soy un imbécil, no sé cómo no pude darme cuenta antes de estas preciosuras. ¡Es que ni las mujeres tienen el culo así…¡Aaahh, Milo, qué rico!, mueve tus nalgas mientras me la chupas, ¡Sí!…¡Así! Muévelas más— Logan le soltó un azote.—…Como si fueras una puta, ¡vamos dale, tú puedes!…¡Uhhmm ¡Sí! ¡sedúceme con tu culote! ¡Uff! ¡Qué buen chico!
Logan le sobaba el culo con las dos manos abiertas, hasta que le bajó los boxers por debajo de las carnosas nalgas y se las separó para descubrir el diminuto y virginal ano rosado de Milo.
—¡Mierda!—Ante la imagen y la maravillosa mamada que le hacían, Logan, sintió de pronto que su orgasmo venía y sería abundante. Intentó separarse de Milo pero este estaba muy bien prendido a su pene, alojándolo casi en su garganta mientras le sobaba los huevos y le meneaba el culo, tal como se lo había ordenado, apretando y aflojando inconscientemente su pequeño orificio.
No hubo más palabras, solo cuantiosos chorros de semen que salían disparados en la boca de Milo, mismo que era asaltado por el grueso vergón impulsado por constantes movimientos pélvicos que le follaban su garganta. Logan imaginaba que su penesote se metía en ese tierno agujero, no había dejado de separar los cachetes y por tanto, mientras le llenaba el estómago de leche a su hermanito, él seguía contemplando el suculento ano que lo había enamorado a primera vista.
—¡Aaaaahh!…uhmmm…¡No puedo creerlo! ¡Me he venido muy rápido!—gimió Logan casi sin aire y con una expresión de letargo.
Milo sacó lentamente el pene sobre-estimulado de su boca, dejándolo rígido, bombeante y lleno de saliva. —Creo que estoy mejorando mi técnica—dijo dándole besitos en el tronco.
Por supuesto que la chupaba de lo más delicioso, de otra forma Logan no se habría enviciado tanto, pero ahora, en ese orgasmo tan repentino y acelerado, influyeron también las nuevas fantasías del mayor y sus deseos prohibidos.
Recuperándose un poco del sosiego del clímax, Logan retomó sus caricias algo torpes sobre los suaves cachetes y luego llevó uno de sus dedos gruesos hacia la pueril entrada, la yema de su dedo índice era suficiente para cubrir el pequeño ano haciendo un contraste de tamaños realmente notable, desvirgarlo sería una tarea casi imposible, pero el pensamiento no lo detuvo, por el contrario, Logan quería grabar en su tacto la sensación de tocar aquella zona tan íntima, de enardecerla con caricias hasta que milo gritara de placer. Fue por ello que se llevó su dedo índice a la boca y lo chupó para luego volver a tocar el rosado huequito, está vez empezó a moverlo en círculos lubricando la zona.
Milo estaba realmente excitado, la sensación que sentía en su culito era algo nuevo y sumamente satisfactorio para él, lo hacía desfallecer, casi derritiéndose de placer, se dejó caer sobre logan, su mejilla izquierda reposo sobre la dureza del pene y sus manos se sostuvieron del abdomen de piedra.
Chillidos, gemidos y jadeos se escuchaban, Milo clamaba el nombre de su hermano, “¡Logan!” decía con una voz aguda, sintiendo espasmos de placer por todo su cuerpo, las piernas le temblaban, su cuerpo se tensaba por instantes, su pene estaba más duro y mojado que nunca, pues jamás imaginó que esto se sintiera así de bien.
—¿Te gusta, bonito?
—S-sí…sí
—Agradece a tu macho entonces
Logan movió su pene casi como si tuviera vida propia, el tronco presionó tres veces la mejilla de Milo, quien no tardó en corresponder de manera torpe, entre beso y beso, lamida y chupón que le daba pollón y los exuberante huevos de su hermano.
Estuvieron un rato más en esa posición, hasta que Logan largó un grueso escupitajo directo al ano de Milo, lo volvió a girar como a un muñeco sobre sí mismo, recostándole sobre su escultural torso, lo abrigo en su calor y le rodeó con sus brazos, acomodando su gigante pene entre las nalgotas del chico, empezó a frotar la mojada entrada, haciendo movimientos de pelvis, simulando una verdadera follada.
—¿Sientes igual de rico, amor?—le preguntó Logan a su hermanito mientras sus manos apretaban los cachetes ya rozados de tanto ser magreados. —Imagina que ya te la estoy metiendo…¡Ufff! imagina como se vería tu ano en mi polla. La violada que te daría con este pene. ¿Lo sientes?
—¡Si, Logan!…¡Sí!…siento…siento tu grande pene, es…tan rico…¡Aaaaay!
Milo llevó su mano hacia atrás y presionó el pene de Logan contra la raja de su culito, la verga se movía entre los cachetes, el glande arrollaba el menudo ano como una aplanadora y luego seguía su camino de largo hasta impactar con la muñeca del menor, quien solo gemía, escuchando las palabras obscenas de Logan y su respiración acelerada.
—Pídeme que te folle, Milo, pídeme que reviente tu ano, ¡pídemelo!…
—¿Mi ano?… ¡Ohhh! ¡Fóllame, fóllame, por favor!—Milo maullaba al borde de su orgasmo, sintiendo la enormidad de su hermano mayor bajo su cuerpo, sus brazos enormes rodeándolo, respirando el olor masculino que emanaba su cuello su pene frotando por primera vez su culito, punteando peligrosamente su ano.
Logan sabía que no podía penetrarlo aún, no sin lastimarlo, y como todo un macho protector, se negaba a causar ese daño a su hermanito. Pero como si fuera un regalo del destino y en compensación a su resistencia, el hermano mayor notó algo que le llevo al paraíso del sexo.
—Ohhh…¡Carajo! ¡Mira eso, amor!—dijo Logan acomodándose rápidamente sobre la cama, al borde de esta solo para lograr el ángulo perfecto frente al espejo de cuerpo completo donde se proyectaban ahora los dos.
El armario de Milo estaba abierto de un solo lado, lo había dejado así por la premura en la mañana y hasta entonces nadie le había prestado atención, solo Logan, quien en calidad de pervertido en ese momento, se le ocurrió la idea más morbosa.
Milo giró su rostro hacia donde Logan prestaba atención y allí, al hallar su reflejo en el espejo, pudo encontrar con sus ojos la mirada de su hermano mayor fija en él.
La imagen era de lo más pornográfica, en la cama, ambos muchachos desnudos y enredados, uno era enorme y masculino, mientras que el otro era pequeño y refinado. Logan yacía recostado boca arriba con su cabeza hundida sobre la almohada, su hermoso rostro era un poema de placer, desde sus cejas pobladas fruncidas, sus ojos llenos de lujuria y sus labios entreabiertos, con esa sombra de barba que definía un mentón fuerte y perfilado. Mientras que Milo, con sus cabellos rizado revueltos, las mismas cejas pobladas, de pestañas largas y labios carnosos contemplaba al mayor y a sí mismo, recostado sobre el musculoso torso sudado, se aferraba a los pectorales con una mano y con la otra, presionaba el pene gordo, grande y reluciente que se deslizaba contra su culo, mojado en fluidos, al mismo tiempo que Logan agitaba sus caderas, los huevotes apenas se movían, descansaban pesado dentro de su carnoso escroto sobre los tensos muslos de Logan, tan gruesos que incluso se dibujaban sus venas. Las nalgas de Milo, redondas, eran amasadas por un par de manos fuertes, y los pies… Milo recordó por que amaba los pies de Logan, tan grandes y anchos, su visión favorita eran las plantas y ahora estaban frente a él.
Pobre hermano menor, no soportó por mucho viendo tan candente escena en el espejo, su hermano mayor era el objeto de toda su lujuria y verlo así, tan atractivo y sexual, lo sacó de órbita, sin mencionar que ahora, por primera vez en meses de juegos, se estaba preocupando por su placer, y vaya que lo estaba consiguiendo, solo un macho podría causar tal efecto de frenesí y obsesión.
Milo llegó al orgasmo silenciosamente, cubierto en su sudor y en el de su macho, cerrando sus ojitos, casi desmayándose sobre Logan, la mano que sujetaba la polla cayó laxa a un costado mientras el cuerpo del pequeño recibía constantes corrientes que le hacía convulsionar, su semen se escurrió como un manantial dentro de sus boxers, empozándose en la tela y mojando el abdomen del contrario.
Logan disfruto del orgasmo de su hermanito con una sonrisa de satisfacción, orgulloso de haberlo dejado en coma por unos instantes, le rodeo con un brazo y con su mano libre le acarició, desde sus lampiños muslos, por sobre sus meloncitos, hasta la tersa espalda, casi como si lo consolara de tan intensa sensación.
—¿Qué fue eso, Logan?—balbuceo Milo, medio dormido, pero ya reaccionando. Su cerebro todavía no asimilaba lo que acababa de pasar.
—Solo un intenso orgasmo, bebe. Nos pasa cuando estamos sobre-estimulados, nada de qué preocuparse.
—Te he ensuciado, perdón—
Era cierto, el semen de Milo corría por el costado del vientre de Logan.
—Tranquilo, solo es leche—
Pasaron unos pocos minutos más en lo que el hermano menor se reponía, y cuando lo hizo se incorporó sobre el mayor y le miró. Logan estaba sonriente y acomodaba uno de sus brazos detrás de su nuca, estirándose e inflando su pecho de aire, él todavía estaba muy excitado, su pene erecto y duro como el acero reposaba sobre la nalga derecha de Milo, dejando un rastro de presemen dibujado por el glande en la piel nívea.
—¿Cómo te sientes?—preguntó Logan pellizcando uno de los pezones de Milo.
—De maravilla, como en las nubes…
—Sabes que yo todavía no he terminado, ¿Verdad?
—Tu dotado pene me lo ha hecho saber más antes—le dijo meneando su colita contra el mástil.
—¿Y qué estás esperando para atender a tu macho?
Milo sonrió y tambaleándose, se puso de pie, le dio una palmadita en la polla a Logan haciendo que palpitara y caminó lentamente por la habitación, arrastrando sus pasos, casi modelando de espaldas para que su hermano apreciara sus glúteos. No era delicado, ni femenino en su andar, solo era él. Llegó al armario frente a ellos y lo abrió de par a par, luego se dirigió a Logan, se puso de rodillas ante él e inclinándose, pasó toda su lengua por la planta del pie derecho. El mayor sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal.
—¿En serio vas a hacer eso?—preguntó Logan empezando a masturbarse con lentitud.
—Y espero complacerlo, majestad—respondió Milo con una chispa bromista y sensual.
Era lo que había estado esperando por años, tan ansioso estaba de hacerlo que no perdió más tiempo, tomó ambos pies en sus manos y empezó a lamerlos con frenesí, acariciándolos con sus dedos, pasando su lengua por las suaves plantas, por los talones, dibujando el contorno, metiéndose los dedos en la boca, besándolos con total entrega y devoción mientras que levantaba su culo y abría sus piernas para que su hermano mayor le viera su ano desde el reflejo.
De más está decir que a Logan le encantó, que amó las nalgas de Milo, se enamoró de su virginal ano y se deleito con la chupada de pies, una sola vez no sería suficiente, pues en su próximos encuentros, surtirá en la carta las nuevas delicias que acababa de probar.
Espero que les haya gustado esta parte. Pueden sugerir algunos fetiches o situaciones morbosas en los comentarios. Si compartimos el gusto y suman al desarrollo de la historia, podría incluirlos en la siguiente parte. Saludos.
Cada vez se pone más intenso y mejor, si quieres fetiches, puedes colocar eructos y escupidas, para escenas morbosas no quedaría mal, que en una situación Logan llegue de entrenar y sus pies apesten y cree una escena de dominación con Milo donde lo hace oler sus pies y lamerlos hasta que lo hace llegar a un orgasmo intenso por el aroma.
Te podría dar mas ideas si gustas.
despues que logre profanar ese culo, debe compartirlo con algun compañero de su equipo, impecable y morboso relato, continua
gran relato con ganas de leer la siguiente parte
Qué relato tan bueno, por favor sigue.