Mi hija me cagó en la boca
Mi hija adolescente de 14 años, me obligó a tragarme un maravilloso y tierno zorullo de sus entrañas….
Mabel, mi hija, me pilló infraganti con una cagada de las suyas en mis manos.
La olía y restregaba mi lengua por toda la superficie de aquella masa pastosa de color oscura.
La cagó el día anterior y la conservé en un pote de cristal, esperando ser relamida con ansia por la boca de su padre.
– Qué asco joder! – mi hija de 14 años puso el grito en el cielo.
Se fue avergonzada de lo que había visto. Por la noche no hablamos. Nos fuimos a dormir sin dirigirnos la palabra.
A la tarde siguiente me eché una siesta. Cuando me desperté en el sofá, me encontré atado con las manos a la espalda. Me había puesto unas gotas para dormir en el café. La muy zorra de mi hija me había liado las muñecas y los tobillos, inmovilizándome. Me tenía desnudo completamente…
Intenté despejarme, pero me encontré con el hermoso culazo de mi hija. Se quitó la tanga sin decir palabra y aproximó la raja de su culo a mi boca. Se tiró dos buenos peos!
-Ouuff!!…por dios Mabel…
-Estos no se comen papa?…prueba a ver cochino!!
Abrió su pompis de nuevo y dejó caer un churretón de caguetilla encima de mis labios. Yo los apreté evitando no tragarme su pestilente mierda…
– Pero…qué haces joder??- le dije descompuesto.
– Es un castigo…puto cerdo!
En verdad, deseaba que mi hija me inundara la cara con su putrefacta y olorosa caca. Que me cagara la boca y me castigara!
Que me insultase como un puto por lo asqueroso que era con ella.
– Ahora verás!..- me dijo
Se montó en mi boca con todo el culo en pompa. Sus hermosas caderas de niña adolescente se abrieron como una rosa y restregó su tremendo canalote por toda mi cara. Sus nalgas blancas como la leche empezaron a hacer un movimiento obsceno de adelante hacia atrás, poniéndome perdido de caca. Su culote no paraba de menearse, hasta que chilló como una fiera enjaulada. Había vaciado el jugo de su coño en mi rostro.
Pegó unas convulsiones que la hicieron gritar como una perrita. De repente, mi pollaza estaba siendo engullida por su boca.
La soltó, para decirme…
-Me voy meter la mejor cagada de mi vida!…y toda esa pasta bien deliciosa va a ser para tí papi….
Mi hija empezó a apretar!. Su ojete…se hundió y al momento se expandió hacia fuera. Aquel tunel estaba preparando la salida de un maravilloso truñote adolescente que estaba a punto de llegar. Ya estaba a las puertas del delicioso agujero de su culo. Aquel oscurito y redondete mierdón…iba asomando lentamente por entre los pliegues de su ojetote.
Puaf!!..joder Papa! que buena cagada te voy a meter!
No sé que me pasó, pero recibí aquel mojón como un pastel de chocolate!.
No razonaba, mi boca estaba abierta esperando aquel truño que cayese lentamente sobre mi garganta. Ya estaba ahí!. Se aproximaba sin que pudiera hacer nada. Conforme aquel trozo inmenso de caca rozaba mis labios, sentí nauseas, pero al mirar el coño depilado de mi nena como chorreaba…me dieron ganas de merendar aquel pastelote que asomaba lentamente por su ano.
El agujero del culo de mi hija estaba totalmente dilatado y oía sus gemidos ahogados apretando para que el zorullo saliese de su recto de una sola pieza.
Aquel cacón era oloroso, caliente y tierno…
El truño se deslizó entre mis dientes, sintiendo un humeante calor que me embriagó como un perro en celo. Recorrió mi paladar hasta topar con mi campanilla. Mi respiración se aceleraba y evitaba oler el pestazo que venía directo a mi nariz, pero era imposible no aspirar ese aroma de zorullo…
Me descompuse de la sensación de comer los desechos de mi hija.
Ver sus cachas abiertas a cuatro patas entregándome todo ese manjar desde sus entrañas, me hacía estar en el paraíso.
Mi boca contuvo aquel pedazo de mierdota espesa recién elaborada, evitando que se deshiciera. Mi hija se despegó de ese pestilente mojón marrón y soltó un excitante…
– Ouff!!…menudo mojón más calentito te he soltado!
La cachonda de mi nena, acababa de cagar en la boca de su padre!. Un mierdón tremendamente compacto, enorme e hirviendo había sido depositado en mi boca.
Ella me miró y me preguntó extrañada si no tenía hambre.
– Uff!…aungf!..- no podía hablar
– Vamos papi! haz un esfuerzo, MASTICA!. No querías la mierda de tu hija…so guarro??.
No Manches ……. 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉
Jajjajaj….sólo apto para no escrupulosos 😉
Gracias por tu coment simpático 🙂
Espero que le hayas tronado las nalgas
Excelente cuento. Muy caliente. A mi me encanta que las mujeres me caguen y me meen. Es un fetiche que tengo desde hace unos años. Verdaderamente una encanto verlas cagar y mear. No puedo resistirme a la tentación de pedírselo a cualquier mujer que esté conmigo, aunque no todas acceden a tal pedido. Siempre ha tenido más aceptación la lluvia dorada que la lluvia marrón. Pero bueno, varias me han cagado y meado. Son geniales. cuando lo hacen.