Mi inicio en el voyeurismo y gusto por robar lencería pt1
Desde pequeño tuve la oportunidad de espiar a las mujeres de mi familia y al mismo tiempo nació mi gusto por robar su ropa interior..
Esto comenzó a la edad de 12 años, mi primer experiencia de este tipo no fue planeada, fue en vacaciones, junto a mis padres viajábamos a la ciudad de Monterrey a pasar unos días en casa de unos familiares, durante el viaje en carretera nos desviamos del camino principal para visitar a unos tíos, estuvimos ahí por un par de horas antes de continuar nuestro camino, ya que mi prima Camila estaba aún en clases ese tiempo me pareció eterno, cuando nos estábamos despidiendo llegó mi prima aún con su uniforme escolar y nos pidió esperar un momento mientras se cambiaba para venir a despedirse, después de un momento mi tío me pidió ir a buscarla pues se hacía tarde, cuando entré a la casa fui a su cuarto, la puerta estaba entre abierta, quise abrirla de golpe para asustarla así que me acerque sin hacer ruido pero cuando estaba por abrir pude ver su espejo al fondo y en el pude ver el reflejo de mi prima mientras de espaldas dejaba caer su falda al suelo y se quitaba la blusa del uniforme para quedar solo en ropa interior, no lo podía creer, era la primera vez que veía a una mujer en ropa interior y mi corazón se empezó a acelerar, ella buscaba en su closet que ponerse, mientras yo desde la puerta podía ver su cuerpo adolescente cubierto por una pequeña panti rosa y un top de color blanco, en el fondo quería que se volteara para poder verla de frente pero sabía que si lo hacía se daría cuenta que la espiaba así que me quedé ahí sin hacer ruido hasta que eligió un pequeño shorts azul y una sudadera a juego que arrojó a la cama, cuando comenzó a caminar por su cuarto decidí irme para que no me encontrara, entre al baño corriendo y puse seguro a la puerta, mi corazón latía muy fuerte y yo me sentía exitado por lo vivido, noté que tenía una erección así que decidí bajar mi pantalón y boxer para masturbarme recordando lo que acababa de vivir, me senté en la taza del baño y comencé a masturbarme cuando ví el cesto de ropa, me acerque nervioso y después de buscar un poco encontré una panti de mi prima, era de color blanco con detallitos en el borde y un pequeño moño al frente, estaba fascinado con mi descubrimiento cuando escuché la voz de mi tío buscándome, solo alcance a decir «ya salgo, estoy en el baño», rápidamente deje la demás ropa en el cesto y acomode mi verga en el pantalón para tratar de disimular mi erección, con cuidado doble la panti de mi prima y la guardé en mi pantalón para salir de ahí, mis padres ya estaban en el carro, mi prima y tíos ya estaban afuera y solo me esperaban a mi, comencé a despedirme de ellos y cuando abrace a mi prima recordé lo que había visto y su panti en mi pantalón, nervioso subí al carro, pero parece que nadie notó nada, seguimos nuestro camino a Monterrey mientras yo nervioso tocaba aquel tesoro en mi pantalón.
Cuando estábamos por llegar nos detuvimos en un oxxo, mientras mis padres compraban algo de comer yo corrí al baño, me encerré en uno de los cubículos y saque la panti de mi prima, nuevamente llegó esa emoción y adrenalina y mi verga comenzó a crecer en mi pantalón así que decidí masturbarme para tratar de relajarme, mientras me masturbaba con una mano con la otra sentía la tela de la panti, era tan suave así que decidí masturbarme con ella, la envolví al rededor de mi verga y comencé a mover mi mano lentamente recordando a mi prima a quien había visto en ropa interior apenas unas horas antes. Pero sabía que no tenía tiempo, así que decidí regresar antes de que me buscaran, quería volver a guardar la panti en la bolsa de mi pantalón pero me encantaba el roce de aquella tela tan suave así que la deje al rededor de mi verga y acomode todo en mi boxer de modo que se disimulara al caminar, cuando lo logré me lavé las manos y regrese al carro donde ya me esperaban mis padres para continuar el camino.
Cuando llegamos a casa de mi abuela materna (lugar donde nos quedaríamos) bajamos las maletas y después de saludar les dije a mis padres que estaba cansado e iría a dormir al cuarto, cuando entré puse seguro a la puerta y rápidamente me quité el pantalón, baje el boxer y mi verga envuelta en la panti comenzó a pararse y palpitar más y más a medida que mi exitacion aumentaba, decidí quitarme toda la ropa y acostarme en la cama, volví a tomar la panti y comencé a olerla mientras me masturbaba, el olor de mi prima ahora combinado con el de mi verga era embriagante así que comencé a masturbarme más y más rápido, volví a envolver mi verga con la panti para sentir esa suavidad hasta que sentí que me correría, quería quitarla para que no se manchara pero mi exitacion pudo más y terminé corriéndome dentro de la panti, no se cuanto semen expulsé, solo sabía que estaba satisfecho. Cuando recuperé el aliento ví la panti con mi semen, me volví a vestir y la lleve al baño para enjuagarla en el lavamanos, pensaba lavarla y una ves seca esconderla para poder repetirlo. Obviamente no podía dejarla por ahí colgada a secarse así que fui a buscar un secador de pelo en los demás cuartos para acelerar el proceso. En esta casa aparte de mi abuela vivían dos de mis tías con sus parejas e hijos (me concentraré solo en las mujeres de la familia ya que fueron ellas las que propiciaron este fetiche) Mi tía Carolina de 38 años una mujer robusta pero aún así tenía buen cuerpo siendo sus pechos lo que más resaltaba aunque nunca le gustó mostrar su cuerpo y siempre usaba ropa que la cubría por completo. Mi otra tía era Ana de 35 años, ella siempre fue deportista y amante de ir al gym por lo que tenía un cuerpo increíble y siempre usaba prendas ajustadas que lo hacían resaltar, mi tía Ana tenía una hija se llamaba Laura de 17 años, ella seguía a su madre al gym por lo que tambien tenía lindo cuerpo aunque ella siempre usaba vestidos y faldas.
Ya que todos estaban el la sala y creían que yo estaba dormido arriba no tuve problemas para entrar a los cuartos a buscar el secador que necesitaba, el primer lugar que revisé fue el cuarto de mi tía Ana, al entrar me dirigí al baño y mientras buscaba en los cajones recordé lo que pasó en la mañana en casa de mi prima y rápidamente me puse a buscar el cesto de ropa en el baño, cuando lo encontré me decepcioné un poco al ver que estaba vacío así que preferí salir por si alguien subía, cuando estaba por salir ví su closet y pensé que si no encontraba en el cesto podía encontrar algo en sus cajones, comencé a revisar en silencio hasta que encontré el cajón de ropa interior, mi corazón se aceleró y mi verga se puso dura de inmediato al ver toda aquella lencería, algunos eran sencillos como el de mi prima solo con un pequeño listón al frente pero en la parte de atrás pude ver una mayor variedad de tangas de varios colores, estaba exitado y nervioso mientras revolvía aquel cajón examinando cada prenda hasta que encontré un cachetero parecía un boxer pero más pequeño y completamente de encaje, al tocarlo trate de imaginar cómo se sentiría en mi verga, con algo de miedo por ser descubierto lo tomé y escondí en mi pantalón, trate de dejar todo como estaba y salí de la habitación en silencio, regresé a mi cuarto y volví a poner seguro a la puerta mientras sacaba mi nueva adquisición, era una sensación totalmente diferente, quería hacer lo mismo que con el pequeño panti de mi prima pero justo en ese momento mi mamá llamó a la puerta para que bajar a comer, nervioso le dije que si y comencé a buscar un escondite para mi tesoro, decidí ponerlas bajo el colchón. Baje al comedor y mientras platicábamos comencé disimuladamente a ver las grandes tetas de mi tía Carolina imaginando la ropa que ella usaría, pensaba usaría ropa igual de aburrida que ella pero aún así debía ser grande para sostener sus tetas, cuando terminamos de comer volví a mi cuarto pero recordando a mi tía Carolina decidí ir a su cuarto a ver por mi mismo su ropa interior, entre y de inmediato me puse a buscar en sus cajones hasta encontrar lo que buscaba, como supuse, sus pantis eran normales, pero, al buscar más encontré su cajón de brasieres y como lo esperaba eran enormes, tome uno y lo extendí en la cama para observarlo mejor, era de copa dura adornado con encaje, al sentirlo en mis manos mi verga nuevamente comenzó a ponerse dura así que quise arriesgarme un poco más, coloqué el brasier extendido al borde de la cama, saque mi verga ya dura y comencé a pasarla por todo el brasier sintiendo el encaje y poniéndola en medio a manera de simular una rusa, esto comenzó a exitarme a tal grado que solo con el rose mi verga comenzó a expulsar precum el cual se quedaba en el encaje del brasier, estaba demasiado exitado con aquella sensación y pensando en las enormes tetas de mi tía que estuve a punto de correrme, antes de que eso pasara me detuve, si lo manchaba podrían descubrirme así que lo deje en su lugar solo con los restos de precum y acomodando mi ropa salí de ahí. Quería terminar lo que empecé con el cachetero de mi tía Ana pero antes de entrar al cuarto mi mamá me llamó para salir a pasear, quería negarme pero pensé que podían sospechar así que fui con ellos y regresamos hasta la noche.
Pronto publicaré la segunda parte
Si alguien quiere contactarme pueden hacerlo en este correo [email protected]
Me recuerda cuando comenzé a colecciónar la ropa interior de mis hermanas y de mi madre
Yo siempre use las lencerias de mi hermana