Mi inicio en el voyeurismo y gusto por robar lencería pt2
Segunda parte Desde pequeño tuve la oportunidad de espiar a las mujeres de mi familia y al mismo tiempo nació mi gusto por robar su ropa interior..
Al regresar a la casa cada familia fue a sus cuartos, como compartía cuarto con mis padres no pude hacer nada, solo podía recordar que bajo mi colchón estaba esa panti y ese cachetero de encaje, las ganas de volver a sentirlo no me dejaban dormir, eran ya las 12am mis padres dormían profundamente cuando escuché ruidos en el pasillo, me asomé y ví que era mi tía Carolina, la seguí en silencio y ví que se dirigía al patio a prender el boiler de agua, entonces tuve una idea, espiarla mientras se bañaba para poder ver esas enormes tetas, comencé a buscar un lugar donde pudiera espiarla, todos los cuartos tenían su baño propio pero las ventanas de estos daban a la calle o al patio que era el caso del baño de mi tía, cuando identifiqué su ventana puse una silla bajo ella y sin hacer ruido me quedé esperando a escuchar el agua de la regadera, cuando por fin la escuché entrar al baño me subí a la silla y me asome lentamente para no ser descubierto, abrió la llave del agua y comenzó a quitarse la ropa, primero su pants holgado revelando un calzon grande nada sexy, luego se quitó la blusa dejandome por fin ver esas enormes tetas que ocultaba bajo su ropa, unas grandes y hermosas tetas enmarcadas por un brasier negro de copa dura con un pequeño moño al frente, comencé a tocarme por encima del pantalón cuando por fin se lo quitó y pude ver sus tetas al natural, aunque era una mujer robusta esa escena comenzaba a calentarme más y más hasta que la ví entrar a la regadera, cuando cerró la cortina no pude ver más, quería quedarme a verla cuando saliera pero era arriesgado así que con el corazón acelerado volví en silencio a la cama.
Esa noche a penas y podía dormir por la emoción, a la mañana siguiente mientras desayunábamos no dejaba de ver a mi tía Carolina y recordar su cuerpo. Cuando nadie miraba volví a entrar en su cuarto y busque el brasier de encaje con el que me había masturbado y a escondidas me lo lleve a mi cuarto, cuando entre puse seguro y debajo de la cama saque la panti y el cachetero de encaje, volví a quitarme la ropa, tome mi verga y la envolví en el cachetero de encaje mientras pasaba mi verga por el brasier manchándolo de precum a medida que me exitaba más mientras imaginaba como hacer lo mismo pero ahora con mi tía Ana, esto era más difícil ya que la ventana de su cuarto daba a la calle, estuve horas pensando en que hacer para poder verla, pero no tuve éxito, finalmente decidí quedarme también con ese brasier y lo escondí bajo la cama con lo demás, por la tarde toda la familia iría al centro, fingí estar enfermo del estómago para poder quedarme, mis padres no tuvieron problemas y salieron diciéndome que no le abriera a nadie y que regresarían al rededor de las 8 pm. Era mi oportunidad de revisar todos los cuartos en busca de más prendas, primero fui al cuarto de mi tía Carolina, ya sabía dónde guardaba su ropa interior pero no encontré otra prenda que me gustara, sin duda era una mujer aburrida hasta para vestir. El siguiente fue el cuarto de mi tía Ana, volví a revisar su cajón y sacar una a una sus tangas y sostenes, era ropa más provocativa y llamativa, tenía mayor variedad, desde brasieres lisos y cómodos hasta brallette de encaje y conjuntos de panti y brasier, estuve revisando con calma hasta que encontré una panti pequeña de color morado claro con estampado de corazones y el brasier a juego, era más pequeño que el de mi tía Carolina pero igual me encantó, lo guardé en mi pantalón y me puse a acomodar todo como lo había encontrado cuando escuché la puerta de la entrada, me puse muy nervioso y comencé a cerrar todo tan rápido como pude, estaba por salir cuando escuché pasos cerca así que asustado me escondí bajo la cama esperando que no me vieran, entonces entro al cuarto mi tía Ana yo me quedé en silencio esperando que no me viera y ella solo se sentó en la cama mientras se quitaba los zapatos, trate de escuchar pero no había nadie más en la casa, al parecer solo había regresado ella, caminó descalza por la habitación como buscando algo cuando sonó el teléfono en su buró y fue a contestar, no sabía quién era solo escuché a mi tía diciendo «si, no tardaré, solo tomo un baño rápido y te veo en el gym», cuando colgó pude ver sus pies dirigiéndose a la puerta, creí que saldría pero escuché como puso el seguro de la puerta y después se dirigió al baño, yo estaba asustado pero a la vez la idea de poder verla ahora a ella me estaba exitando demaciado, cuando entró al baño me arrastre sin hacer ruido por el suelo y asome mi cabeza, fue cuando la ví de frente a un espejo grande, antes de ver más me aseguré de no reflejarme yo en el espejo lo cual por suerte no fue así, por la altura de este y las cosas que había en el suelo, mientras me quedara quieto no sabría que yo estaba ahí.
Mi tía comenzó a quitarse la ropa, primero la blusa y después su pantalón quedándose solo en ropa interior, era una panti blanca y un brasier azul pequeño de varilla, mi verga nuevamente se puso dura en mi pantalón pero no quería arriesgarme a tócarme y hacer ruido así que me limité a observarla, se quedó un momento frente al espejo admirando su cuerpo y después comenzó a desnudarse, se agachó para quitarse la panti lo cual me dejó ver su increíble trasero que en esa posición parecía aún más grande, y al observar por el espejo pude por fin ver su vagina, estaba completamente depilada, después se quitó el brasier y así frente al espejo comenzó a acariciar sus pechos levantandolos un poco con sus manos y dejándolos caer mientras sonreía, entonces abrió la llave del agua y cuando estubo caliente entró cerrando la cortina, mi verga palpitaba en mi pantalón, quería masturbarme ahí mismo pero sabía que era arriesgado así que quise regresar a mi lugar bajo la cama, cuando ví la panti recién usada de mi tía en el suelo frente al espejo un deseo incontrolable se apoderó de mi, entré lentamente al baño aún arrastrandomé en el suelo mientras estaba pendiente del sonido de la regadera esperando que no me escuchara, cuando estuve cerca estiré mi mano y tome esa panti, aún estaba tibia del calor de mi tía así que decidí olerla, era algo totalmente diferente al olor de la panti de mi prima, era un olor embriagante y junto a mi exitacion por el momento hacían que mi verga estubiera más dura al punto que creí que me correría sin tocarme solo por la exitacion del momento, quería seguir ahí pero sabía que mi tía no tardaría así que deje la panti y volví a esconderme bajo la cama, unos minutos después la escuché salir del baño y recoger su ropa, cuando estaba en la habitación, por el lugar donde estaba solo podía ver sus pies, la ví acercarse al armario y comenzar a tomar ropa, no pude ver qué ropa eligió, solo pude ver qué se ponía unos leguins y sus tenis, cuando estubo lista la escuché quitar el seguro de la puerta y salir a la sala, me quedé en silencio hasta que escuche la puerta de la entrada cerrarse y pude salir de mi escondite, mi corazón latía muy rápido y casi corriendo regresé a mi cuarto por si mi tía regresaba, pasaron los minutos pero no escuché nada así que salí y fui a la sala, cuando ví que estaba solo me senté en el sofá y mientras me tranquilizaba recordé la panti y brasier que aún guardaba en mi pantalón, rápidamente la saqué y comencé a recordar a mi tía Ana, estaba tan exitado que me quité la ropa ahí mismo y extendiendo la panti y el brasier en la mesa comencé a masturbarme.
Estaba muy exitado pero no quería simplemente correrme cuando tuve una idea, me volví a vestir y lleve la ropa interior a mi cuarto, tome una de las almohadas y comencé a ponerle la ropa interior como si fuera una muñeca o un maniquí, para que no perdiera la forma coloque unos calcetines a manera de pechos y recordando a mi tía Ana comencé a tocarla imaginando que era ella, entonces recordé que tenía también el brasier de mi tía Carolina y la otra panti de encaje de la tía Ana y decidí hacer lo mismo, tome otra almohada y comencé a vestirla Con esa lencería pero al ser ese brasier más grande decidí ir a la cocina y traer dos toronjas para usarlas como pechos, ajuste el brasier para que quedara lo más apretado posible y ahora sí estaba listo. Eran apenas las 6 pm, tenía al menos una hora más para divertirme y tener tiempo de dejar todo en su lugar, puse seguro a la puerta y me quité toda la ropa, mi verga estaba dura y brillante de precum, estaba muy sensible y sabía que no aguantaría mucho, comencé a masturbarme mientras tocaba mis dos muñecas improvisadas, la del brasier negro y cachetero rojo era mi tía Carolina y la del conjunto blanco con corazones era mi tía Ana, sentía la suavidad de esa tela y el encaje mientras recordaba los cuerpos de mis tías imaginando que estaban ahí conmigo. Subí a la cama, puse a «Carolina» abajo de mi con sus enormes tetas a la altura de mi verga para comenzar a hacerme una rusa sintiendo el encaje en mi verga a medida que me movía adelante y atrás, después tome a «Ana» y la acomode en la cabecera de la cama simulando que estaba sentada, estaba a la altura perfecta para simular que sus pechos estaban en mi cara y me acercaba a acariciarlos en cada movimiento que hacía al masturbarme hasta que no pude aguantar más y hundiendo mi cara en el brasier de «Ana» comencé a correrme sobre los pechos de «Carolina», fue algo increíble, estaba cansado pero satisfecho, me acosté en la cama boca arriba, jadeando mientras acariciaba los pechos de las dos «muñecas».
Cuando recuperé el aliento me puse a acomodar todo, guarde la ropa interior bajo mi cama menos el brasier negro que se había manchado con mi semen y junto con la funda de la almohada comencé a lavarlos para que nadie sospechara, mientras se secaban me aseguré de regresar todo a su lugar. Para cuándo mis padres regresaron yo ya estaba tranquilo sentado en la sala mirando televisión, mientras bajo mi cama estaban mis tesoros escondidos.
Pronto publicaré la tercera parte.
Si alguien quiere contactarme pueden hacerlo en este correo [email protected]
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