Mi inicio en el voyeurismo y gusto por robar lencería pt3
Tercera parte y final Desde pequeño tuve la oportunidad de espiar a las mujeres de mi familia y al mismo tiempo nació mi gusto por robar su ropa interior..
La noche transcurrió tranquila, esperaba escuchar a mi tía Carolina bañarse para ir a espiarla por la ventana pero no pude, esta vez el cansancio pudo más y me quedé dormido, a la mañana siguiente mis padres dijeron que era nuestro último día, al otro día debíamos regresar temprano, en parte me puse triste pues sabía que no podría volver a espiar a mis tías pero al menos llevaba conmigo su ropa interior de recuerdo, pero, me faltaba algo, poder ver a mi prima o al menos conseguir su ropa interior como recuerdo, esto era más difícil ya que ella casi nunca estaba en la casa y cuando llegaba su cuarto siempre estaba cerrado, por ahora me conformaba mirándola al subir las escaleras imaginando su cuerpo desnudo pero yo quería más.
En nuestro último día fuimos a un parque cercano a hacer un día de campo, a parte de nuestra familia mi prima había invitado a su novio, eran como cualquier pareja jugando y robándoce besos a escondidas pero siempre pendientes de sus padres para evitar problemas y fue en uno de estos momentos cuando los espiaba que escuche a mi prima decirle a su novio «espera un poco más, en la noche te espero en el patio y nos podremos divertir». Su novio solo asintió con la cabeza y acomodo su ropa para disimular su erección, entonces supe lo que harían y me propuse estar ahí para verlo.
El resto del día transcurrió normal, cuando llegamos a casa eran ya las 10pm, el novio de mi prima se despidió de la familia y aparento irse aunque yo sabía que seguramente ya estaba escondido en el patio, los demás se fueron despidiendo para irse a dormir siendo yo el primero para que nadie sospechara, para cuándo mis padres entraron al cuarto yo fingí estar profundamente dormido así que ellos hicieron lo mismo, cuando la casa estaba en silencio salí sin hacer ruido a la sala y me escondí atrás de los sillones, estuve ahí por unos 15 minutos cuando escuché a mi prima bajar las escaleras en silencio y abrir la puerta del patio, pensé que dejaría pasar a su novio pero en lugar de eso ella fue quien salió, me asome con cuidado y la ví dirigirse a la esquina donde había una pequeña banca y no llegaba la luz de la calle, espere un momento y cuando me sentí seguro me decidí a ir en silencio a mirar, al no haber mucha luz tuve que acercarme más para saber que hacían, me acomode tras unas macetas grandes lo más cerca de ellos que pude y al hacerlo pude por fin verlos, mi prima estaba recargada en la pared con los ojos cerrados y los brazos al rededor del cuello de su novio el cual la besaba y abrazaba por la cintura para acercarla más a él mientras ambos comenzaban a gemir en silencio, entonces su novio comenzó a levantar una de las piernas de mi prima acariciándola mientras con su otra mano bajaba su pantalón el cual dejó caer hasta sus tobillos, mi prima bajo una de sus manos, claramente acariciando la verga de su novio, después mi prima metió sus manos bajo su vestido y agachándose un poco comenzó a quitarse su ropa interior, se la mostró a su novio y con una sonrisa la arrojo para comenzar a besarlo, su novio no perdió tiempo y la cargo un poco recargandola en la pared, mi prima lo abrazó por el cuello y puso sus piernas al rededor de su cadera mientras su novio comenzó a penetrarla, podía ver la cara de mi prima apoyada en el hombro de su novio tratando de no gemir mientras subía y bajaba a cada embestida, después cambiaron de posición, mi prima se puso de espaldas, se inclino y apollo sus manos en la pared mientras su novio se ponía tras de ella para penetrarla tan rápido como podía, con aquella escena y al estarlos espiando mi exitacion aumentaba y mi verga era visible en mi pijama el olor a sexo en el ambiente hacían que quisiera masturbarme ahí mismo y estuve a punto de hacerlo cuando ví la luz de la sala y escuché la voz de mi tía Ana preguntar ¿Quien está ahí? Mi prima y su novio se separaron rápidamente y mientras ella acomodaba su vestido él se escondía en las sombras, yo me asusté y estaba a punto de salir de mi escondite cuando ví a mi prima acercarse a la puerta diciendo «soy yo mamá, no podía dormir y vine a relajarme un poco» mi tía sonrió y solo dijo que la había asustado, pensaba que alguien quería entrar en la casa, las dos se rieron y entraron, cuando apagaron la luz pude escuchar al novio de mi prima salir por la parte de atrás y yo me quedé otro rato ahí procesando todo lo que habia pasado, cuando no escuché más movimiento en la casa decidí entrar pero recordé la ropa interior de mi prima así que me puse a buscarla en la obscuridad hasta que por fin la encontré, era una panti pequeña como el cachetero de mi tía pero de tela y color morado, al agarrarlo sentí que estaba húmedo y recordé que se la había quedado cuando su novio la tocaba, eran los fluidos de mi prima, estaba tan exitada que comenzó a mojarse, rápidamente guarde su panti y sin hacer ruido entre a la casa, fui nuevamente a mi cuarto y cuidando que mis padres no se despertarán me encerré en el baño, saque la panti y pude ver todo lo que mi prima la había mojado, su olor era aún mejor que el de mi tía, me baje la pijama con mi verga erecta y brillando de precum, acomode la panti abriera al borde del lavamanos y comencé a rozar la cabeza de mi verga sobre sus fluidos mientras sentia el olor de mi prima hasta que no aguanté más y comencé a correrme en su panti dejando mi semen en sus fluidos, era algo perfecto, aunque no había podido verla desnuda tenía ahora un recuerdo de ella, el mejor recuerdo, lave la panti y cuando estaba seca regrese al cuarto, con cuidado la puse bajo la cama con las otras y me dispuse a dormir.
A la mañana siguiente mis padres me despertaron temprano para desayunar, comí lo más rápido posible diciendo que debía alistar mi maleta, cuando subí fui por última vez al cuarto de mi tía Carolina, había visto en uno de sus cajones una pequeña bolsa negra de tela que se cerraba con un listón, la tomé y regrese a mi cuarto, dentro de la bolsa puse toda la ropa interior: el brasier negro de mi tía Carolina, el cachetero y conjunto de panti y Bra de mi tía Ana, la panti morada de mi prima Laura y la panti blanca de mi prima Camila, escondí todo al fondo de la maleta y fui a dejarla al carro, nos despedimos y con la promesa de volver emprendimos nuestro camino de regreso, en parte estaba triste pero sabía que tenía mis tesoros para disfrutar en casa.
Ese fin de semana fue donde todo este gusto por el voyeurismo comenzó y también este gusto por la lencería femenina, gustos que conservo hasta el día de hoy. Aún disfruto de espiar a las mujeres mientras de cambian ya no solo a las de mi familia si no tambien en tiendas de ropa o mis vecinas y de igual manera el conseguir ropa interior usada o comprarla, pero eso lo contaré en proximos relatos.
Pronto publicaré más vivencias, para que me conozcan a través de mi sexualidad y fetiches.
Si alguien quiere contactarme pueden hacerlo en este correo [email protected]
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