Mi mamá y un amigo de la secundaria
Mi mamá termino cogiendo con un viejo amigo de la secundaria. .
Era un sábado por la noche y mi mamá saldría al boliche con unas amigas, yo también tenía planeado salir y le avise a mi madre para que llevara una copia de la llave de casa.
Al final no fui, me dio flojera y me quede en casa jugando a la computadora. Me quede bastante tarde y ya me estaba dando sueño, apague la computadora y fui a la cocina para servirme un vaso de coca cola, entonces siento el ruido de una moto enfrente de la casa, al principio no le di mucha importancia hasta que escuche el portón abriendose y me di cuenta que era mi madre, pensaba que una de sus amigas o algun conocio le dio un aventon hasta la casa.
Estaba por abrirle la puerta pero el ruido de la moto no se detenía, continuo hasta meterse dentro y recién apagarse. Esto me pareció muy raro y me quede callado, escondido y mirando hacía la entrada, escuche el ruido de la llave y pronto la puerta se abrió.
«Mmmhhg~~»
Lo primero que escuche fue el ruido de besos, pero no eran besos normales, estos ruidos eran de besos frenéticos y desesperados, cómo si se hubieran estado aguantando las ganas de comerse la boca por un buen rato y de deshaogaban ahora en la privacidad de la casa.
«Mmh…~ Matias…~ nngh~»
Era la voz de mi madre, pero lo que me dejo realmente helado fue el nombre que pronuncio entre gemidos. Ese era el nombre de un ex-compañero de la secundaria, vivía en el barrio pero se había ido al sur para trabajar en el campo, no tenía ni idea de cuando había vuelto y ahora me lo encontraba saboreandose los labios de mi mamá en mi propia casa.
Me quede escondido mientras los ruidos no paraban, al contrario, se hacían mas intensos y la voz de mi madre era cada vez mas audible y menos discreta.
«Vamos a tu pieza»
Fueron las palabras que pronunció Matias, unos segundos después pude escuchar el ruido de los tacones de mi mamá por la casa, yo aun estaba escondido y me asome una vez que pasaron por la cocina; La mano de Matias estaba por debajo del vestido que llevaba mi madre, le estaba manoseando el orto y ella bien que se dejaba mientras caminaban juntos hasta la pieza. Espere unos momentos y luego sali de mi escondite para poder ver mas de cerca, ellos estaban tan comodos que ni cerraron la puerta, estaba semiabierta.
Me asome despacio y pude verlos a ambos, pude verlos de lado mientras se besaban. Mi mamá midiendo 1.60 y teniendo un cuerpo bastante atractivo para su edad, con unas grandes tetas y un gordo culo, anchas caderas y aunque estaba algo pasada de peso no le restaba puntos para nada. Por el otro lado, Matias media 1.75 y su cuerpo estaba algo fornido por el trabajo en el campo, su piel morena y fuertes brazos rodeaban el cuerpo de mi mamá.
Estuvieron un rato tocandose y besandose, Matias tenia ambas manos sobre el culo de mi madre apretandolo y separandolo un poco dejando una que otra nalgada, mi mamá por su parte tenia ambas manos sobre la verga ya dura de Matias, que de donde estaba podía ver que media 18 o 19 centímetros, de un grosor promedio y bien cabezona, con venas que sobresalian por el falo.
Matias llevo a mi mamá hasta la cama y la acosto boca arriba, mi mamá se abrió de piernas y Matias se metio entre ellas comenzando a chuparle la concha. Mi mamá gemia de placer, mas que antes y ahora con mas ganas, mencionaba el nombre de mi amigo mientras se agarraba de las sábanas, clavaba sus uñas y movía ligeramente sus piernas cómo si tuviera espasmos.
«Que rico lo haces…~»
Murmuraba mi mamá mientras disfrutaba de la boca de Matias, el por su parte continuaba chupando y lamiendo. Después de un par de minutos se detuvo, se paso la mano por el rostro, seguramente para limpiar los restos de fluidos que le quedaron en la boca.
Agarro un preservativo y se lo puso, mi mamá respiraba lentamente mientras veía. Sin decir nada Matias se posiciono y lentamente fue metiendo su verga en la concha de mi mamá, se deslizo sin muchos problemas gracias a los juegos previos. Empezo a moverse lento para después subir el ritmo, parecia que no podía aguantarse más así que empezó a golpear con fuerza.
Por la posición en la que yo estaba no podía ver la cara de mi mamá, pero era bastante obvio que lo estaba disfrutando al máximo, bastaba con escuchar sus gemidos de placer y cómo decía cosas sucias al aire, repetia el nombre de Matias una y otra vez.
La cama rechinaba con fuerza, el respaldar golpeando la pared y el ruido de los resortes se combinaban con los dulces sonidos de mi madre. Yo estaba mas duro que nunca, quería ir a mi cuarto a masturbarme pero no podia dejar de mirar.
Después de un rato de cogerse a mi mamá en la posición de Misionero, Matias dejo escapar un fuerte suspiro y se detuvo, su cuerpo se contraria mientras el se quedaba totalmente dentro de mi mamá. Unos segundos después saco su verga la cuál estaba sin el condon, el mismo se había quedado en la concha de mi mamá, pude ver como se asomaba dentre sus labios superiores.
«¿Hace cuanto que no te cogian? Jaja»
Matias se rio y le tomo varias fotos, mi mamá estaba recuperando el aliento y no dijo nada.
«Date la vuelta, quiero cogerte en cuatro cómo la perra que eres»
Mi mamá cómo una buena perrita hizo caso y se dio la vuelta, levanto sus caderas y las dejo a merced de su macho.
(Fin de la parte 1)
(Espero que le haya gustado)
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