Mi nene, mi verdadero amor
Siempre he querido a mi hijo más que a nadie, y en este relato hablo de cómo me ha ayudado en mis momentos más calientes. Es un chico que nunca se queja, y siempre querrá a su papá como su novio.
Hola, me llamo Ramón; y mi hijo, la personita más importante del mundo para mí, es Dieguito.
Yo cumplí los 28 hace poco, tengo un cuerpo normalillo y hago ejercicio regularmente, pero no creo ser nada especial. Lo que sí es especial es mi bebín: Dieguito acaba de cumplir los 3 en septiembre y me acaba de sacar la leche por primera vez, todo por su cuenta.
Vamos a remontarnos un poco atrás… yo tuve a mi hijo cuando estaba en un matrimonio destinado a fallar. Quizás por mi atracción a los peques, quizás porque mi ex-mujer era una bruja. Pero al fin y al cabo, tuve que divorciarme de ella: le dije que estaba viendo a otra mujer cuando me preguntó que por qué ya no la encontraba sexy tras haber parido a mi precioso hijo. La realidad era que todas mis pajas las terminaba en el cuerpito de mi bebé, y poca energía tenía ya para follarme a una mujer adulta.
Desde que nació, Dieguito fue un guarro. Obviamente, yo estaba preparado como papá para cuidarlo, cambiarlo, darle de comer, de todo. Pero a Dieguito le gustaba muchísimo cuando yo lo cambiaba, en concreto. Cada vez que subía arriba sus piernitas para lavarle el anito, me miraba como con deseo. De vez en cuando, cuando lo estaba cambiando, se hacía pis mirándome y riéndose. Más de una vez, desnudito y sin taparse para nada, se tocaba el pequeñito pene de bebé que tenía mientras que me rozaba el bulto con sus pies. Entre todas estas cosas, era bastante difícil centrarme en cambiarle de pañal cuando me ponía el rabo durísimo y babeando presemen.
Para aclarar, aunque yo diga que soy poca cosa, mi polla es bastante grande. Quizás es de unos 18cm, con un buen prepucio, y soy bastante peludo.
Tras parir a mi hijo, mi ex-mujer empezó a distanciarse de mí tambien. Buscó trabajo, y dijo que como era yo quien quería tener un hijo, ahora me tocaba a mí cuidarlo. Obvio que esto no me supuso ningún problema, y ella no sabía las intenciones que tenía con ese bebé:
Un día normal y corriente en el que mamá iba al trabajo era así: yo me despertaba temprano, con una erección enorme. Al despertar, sabía que mi bebé (que dormía en la misma habitación, en su cuna) iba a necesitar su leche cuando despertara, así que me ponía a trabajar duro y masturbarme fuertemente para echar la leche de su papá en el biberón del bebé. Cuando me masturbo así, suelo hacer bastante ruído, así que normalmente despertaba a mi hijo en el proceso. Mi hijo a veces me miraba masturbarme sonriendo, a veces llorando ya que lo había despertado bruscamente con mis gruñidos de papá, pero igualmente yo dejaba que me mirara masturbándome porque así sabía mi Dieguito que le iba a hacer su lechita. Una vez que terminaba de pajearme pensando en cómo mi bebé me la iba a mamar, le daba el biberón a mi niño completamente desnudo (me siento más cómodo andando sin ropa igualmente, pero me gusta tambien la idea de que mi hijo no le tenga miedo al desnudo masculino y que se sienta orgulloso de sus partes más privadas, como su papá).
A mi bebé le encantaba tragarse su lechita mezclada con la de su papá. Cada mañana era algo que me encantaba compartir a mí también con mi bebé. Cosa que es natural, a todos los padres nos encanta compartir esos momentos especiales con nuestros hijos. Pero más especial es mi bebé.
Tras tomarse su lechita, yo dedicaba el día a ver porno en la tele. La verdad, es que me encanta el porno gay raro, y una vez que mi ex no estaba en casa, no me sentía cómodo sin porno gay en la tele. Sabiendo que mi hijo me rozaba con sus pies y sus manitas toda mi polla de hombre, yo sabía también que mi hijo iba a ser puto. Especialmente porque me encanta jugar con mi hijo.
De vez en cuando, ver tanto porno en la tele hacía que me sintiera un poco demasiado cachondo, la verdad, eso lo tengo que admitir. Todos sabemos esos momentos donde hemos estado mirando muchísimo porno diferente y nos va lo más raro, lo más asqueroso y horrible, a veces. En este caso, me encantaba ver vídeos de hombres con pañales, igual que los de mi bebecito. Eran tan bonitos esos vídeos. A veces se meaban y cagaban encima, me encantaba. Un vídeo en particular me dio una idea preciosa para hacer con mi Dieguito.
En este vídeo que me volvía loco, un señor mayor sostenía abierto el pañal de un chico más jóven, de unos 18 años. Eso me ponía a mil, pero lo que más me gustó fue pensar que yo tenía algo incluso más verdadero. Mi bebé se acababa de mear encima, por la humedad que detecté, pero entre lo cachondo que estaba y ese vídeo de la tele, decidí no cambiarlo esta vez. En su lugar, decidí mearle dentro del pañal, igual que esos actores porno. Mi hijo no lo entendería, pero ese día le meé dentro y mezclé mi meada con la suya.
Ver cómo mi pis entraba en su pañal y lo llenaba incluso más hizo que mi polla engordara un montón. En un par de segundos, mi pene estaba a mil, y mi bebé lo estaba mirando curiosísimo. Con esa erección enorme que tenía, no pude hacer otra cosa que enseñarle la erección de papá. Primero le acerqué mi pene adulto a su carita enana, mi erección quizás era más grande que su cabeza entera. Le toqué con mi babosa erección en sus mejillas, dejándolas babosillas también, cosa que me puso incluso más duro. Mi niño, tan precioso, solo me miraba sonriendo. Parecía encantarle las babas de la polla de su papá, y los meados dentro de su pañal: parecía que se lo estaba pasando genial.
Ya intuía que mi niño era putito, pero ese día lo puse a prueba. Mi erección babosa se plantó en la boca abierta de mi bebé de un par de meses. Aunque lloró un poco (nadie es perfecto), en nada de tiempo le metí el semen de su padre en su boquita. Literalmente, fue un par de segundos porque mi hijo me estaba poniendo súper cachondo. Esa fue la primera de muchísimas veces que mi bebé se tragó mi semen directamente, sin beberlo de la botella como estaba acostumbrado antes.
Hoy en día, mi nene está más que acostumbrado a tragarse mi lefa y a tener mi polla en su culito. Como regalo de cumpleaños para sus 3 añitos, lo puse un poco a prueba. Hasta ahora, cada vez que me he masturbado, ha sido con mi hijito, pero nunca me había hecho correrme desde principio a fin.
Como es un hombrecito de 3 años y va a empezar a ir a la escuela, yo creo que era necesario que sepa cómo masturbar y hacer que un hombre se corra, que tenga una buena experiencia. Así que le dije a mi Dieguito: hoy vamos a hacerte un buen hombrecito.
Tras desayunar, y obviamente desnudos (como andamos por casa normalmente), me senté en el sofá con mi semi erección fuera. Llamé a Dieguito, que estaba jugando con sus juguetes (tiene dildos pequeños, bolas chinas y tal, adecuado para su edad y tamaño de su anito), y le dije: venga, ahora me vas a sacar la lechecita tú.
Mi hijo acudió rápidamente y con muchas ganas. Él seguía llevando sus pañales, no me gusta la idea de que desaproveche meados ni mierda, así que no le he enseñado a usar el baño. Mi hijito se acurrucó en mi entrepierna y empezó a jugar con mi pene, que creció inmediatamente. Tras este par de años, no me corro tan fácilmente como aquella primera vez cuando juego con mi hijo, me gusta que dure y no me preocupa que me pille nadie ya que vivimos solos él y yo, de modo que yo sabía que iba a ser un poco difícil que mi hijo me sacara la leche.
Para mi sorpresa, mi Dieguito me conocía mejor de lo que me pensaba. Cuando vio que mi pene estaba duro a más no poder, empezó a restregar su pañal lleno en mi erección. Buah! Es que no me lo imaginaba, mi nene conoce bien los vídeos porno que pongo en la tele. Los había estudiado bien, así que incluso con 3 años supo que me iba a poner a mil si se quitaba su pañalcito encima de mí, lleno con su mierda y meados.
Mi hijo utilizó su pañal usado y sucio para hacerme una paja con mamada! No daba crédito, mi hijo era completamente natural en el terreno de las mamadas, y no solo eso, mamadas con mierda. El olor de la caca y pis de mi hijo llenó la habitación, y me intoxicó, haciendo que mi pene echara muchísimo líquido preseminal. La carita de mi hijo se iluminaba mientras que mis ojos se ponían en blanco, mi hijito me tenía a mí y a la erección de su papá a su merced.
Acto seguido, mi hijo se levanto encima de mí y empezó a rozar mi polla llena de su mierda con su ojete. El ojete de mi hijo no lo solía tocar yo nunca, aunque de vez en cuando sí lo rozaba y me corría ahí, pero nunca dentro por si acaso algún pediatra veía algo raro. Pero por su cumple no me podía negar hoy, mi hijo estaba hambriento por el pene de su papá: y cuando mi hijo necesita algo yo se lo tenía que dar.
La carita de mi hijo me decía «métemela, papá» y así tuve que hacer. Con la mierda en mi polla y la mierda dentro de mi hijo, en realidad fue fácil metérsela hasta la mitad, aunque mi bebé solo tuviera 3 años recién cumplidos. Pero aquí yo estaba dándole su regalito de cumpleaños: la primera corrida dentro de su anito: ver lo cachondísimo que estaba mi niño con su penecito diminuto arribita hizo que empujara mi pene dentro del ano lleno de mierda de mi hijo: tras un par de veces, con mi sudor, meados de mi nene y su mierda, por fin me corrí dentro de mi bebé!
Así que así estamos: mi hijo me acaba de sacar la leche por primera vez con su ano lleno de mierda, y no puedo estar más orgulloso. En un ratito nos iremos a la ducha/bañera para limpiarnos y nos iremos al pueblo para comprarle un heladito, que se lo merece. Es la putita más bonita del barrio, eso segurísimo.
Presta a tu nene quiero probar 🔥🍀
pon segunda parte y tercera yo quiero una familia asi
Asco
Ufff eso es disfrutar y aprovechar
Perfecto