Mi primera experiencia fetichista

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ese día, teníamos que hacer deporte y hacia mucho sol, obviamente me encontraba muerta del calor, así que me quite el suéter de la sudadera (o saco como le decimos en Colombia), y como no tenia en donde ponerlo, simplemente me lo amarré a la cintura.

No sé por qué, pero siempre me gusto esa prenda porque su tela era muy suave.

Cuando el profesor de deportes llegó, nos puso a correr, mientras yo llevaba mi adorado suéter o saco amarrado a la cintura. Mientras corría, el se deslizaba suavemente hacia mi cadera, así que lo até fuertemente pero con delicadeza con dos nudos.

Sin embargo, esos nudos, se encontraban muy cerca de mi sexo, y al trotar me alcanzaban a rozar suavemente. Yo me encontraba muy nerviosa, pero a la vez extasiada. Seguimos trotando durante algún tiempo, y al final yo me sentía realmente excitada. Al final de la clase, corrí al baño, y me revisé, y me di cuenta que me encontraba totalmente mojada.

En el baño, empecé a frotar sobre mis panties el nudito sobre mi vagina, pero desafortunadamente el miedo de que me encontraran no me dejó terminar. Así que durante ese día no me quité el saquito de mi cintura, y sutilmente me lo movía para rozarme. Eso me volvía loca. Luego, al llegar a mi casa, empecé a masturbarme con mi suéter, utilizando el nudo y sus suaves y delicadas mangas, hechas en una tela muy parecida al satín.

Me quitaba toda la ropa y simplemente me dejaba mi suéter, y la sensación de mis nalgas blanquitas siendo acariciadas por la tela que cubriera mi cintura me enloquecía. Luego del éxtasis, tome nuevamente el suéter, y su delicioso olor me llevaba nuevamente masturbarme con él.

De ese momento en adelante, en el cole empecé a usar siempre mi suéter en la cintura, no importara el frío que hiciera. Durante toda la mañana me excitaba constantemente y cuando llegaba a casa, explotaba.

En ese momento me di cuenta que el gusto por la ropa fue mucho más allá que el gusto normal de una chica. Si les gusto mi historia les puedo contar unas cuantas más. No sé si habrá alguien más o soy la única chica que le ha ocurrido.