Mi primera vez con un señor cochino.
Me pidió hacer cosas que nunca creí hacerlas (puede ser asqueroso)..
Mi curiosidad con los encuentros comenzó cuando ví un video en youtube sobre experiencias en una aplicación gay (el amarillo jaja). Yo era virgen y la curiosidad de sentir una verga en persona me ganó, por lo que descargué la aplicación. Le conté a un conocido gay mayor que yo, y él me dió los tips de lavado y todo lo necesario. Creé mi perfil pero sin mostrar mi rostro, solamente mi cuerpo. No tengo un cuerpo delgado, pero mis nalgas me defendían jajaj.
Resulta y acontece que, en una mañana, un señor me escribe queriéndome conocer; revisé su perfil y efectivamente era un hombre mayor ya que su cara lo delataba, pero tenía un cuerpo tan marcado, con un volumen tan hermoso como si fuera un dios griego, parecía que le preocupaba bastante su físico. Su cara no era la más agraciada, pero como quería tener la experiencia le acepté su encuentro. Pensé que alguien como yo nunca estaría con un hombre así. Esto fue como a las 10 de la mañana, me dijo que tenía 42 años (yo tenía 17) y me citó para las 8 de la noche en una calle y él me pasaría a recoger en su auto.
Yo comencé a planear como me lavaría mi culo, ya que él era activo. Sin embargo, me escribe que no quería que me lavara ni me bañara todo el día, si quería que cagara antes del encuentro, pero que no me preocupara y que llegara lo «más natural». Obviamente me sentí confundido, ya que debía limpiar mi culo, pero al parecer eso no le importaba.
Llegada la noche, me vestí muy bien y le dije a mis padres que iría a dormir donde un amigo. Llegué a la calle y un auto bastante bonito se puso en frente mío, y era el señor de la aplicación. Bajó los vidrios, preguntó mi nombre y subí al auto.
En el camino, me venía preguntando que sí era mi primera vez, que si tenía alguna petición o fantasía que cumplir, y yo como no sabía nada y que efectivamente estaba arriesgando mi vida con un señor mayor que yo, solo le dije «quiero experimentar, estoy a su disposición». En el camino, el señor venía manejando con una mano, pero con el otro iba acariciando mi pierna, yo iba bastante nervioso, pero ví que su bulto iba cada vez haciendose más grande, por lo que puse mi mano y comenzaba a acariciarselo.
Llegamos a un motel, él pagó desde la ventana del auto y llegamos a un cuarto. Como las habitaciones tenían un garage al lado, entramos en el auto y bajó el portón rapidamente. Nadie nos vió al bajarnos. Mi corazón comenzaba a latir muy rápido cuando me acercaba a la habitación, el señor puso su brazo alrededor mío. Entramos y cerró la puerta con llave.
Yo estaba tan nervioso que tenía ganas de salir corriendo de ahí, pero el señor me abrazo y comenzó a oler mi cuello. «Que rico hueles, me hiciste caso en venir natural» decía mientras me olía. Al sentir su pecho duro sobre mí y sus brazos bastante carnosos comenzé a sentir que mi pene iba poniendose duro. Acercé mi nariz a sus hombros pero él olía bastante a perfume combinado con su sudor, pensé que iba a ser peor, pero pude acostumbrarme.
Pensé que iba a desnudarse, pero en cambio, comenzó a quitarme mi camisa mientras me lamía el cuello. Aunque me daba cosquillas, era algo que me prendía. Agarró mis pechos y comenzó a apretarlos. Se acercó a mi oído y me dijo «quiero que te sientes en mi cara». Se apartó de mí y se acostó en la cama como si fuera una estrella. Yo no supe como reaccionar, él ya estaba acostado esperando, por lo que bajé mis pantalones y mi boxer quedando completamente desnudo. El señor bajó el cierre de su pantalón y sacó su pene; era un pedazo de carne bastante venoso, la parte de abajo era más grueso que la cabeza, pero era muy grande a mi parecer; comenzó a masturbarse viendo al techo. «Qué esperas?» Dijo impaciente.
Desnudo, me subí a la cama. Me acerqué parado lentamente a su cara, desde arriba podía ver como lamía sus labios desesperado por lamer mi ano, lentamente comencé a agacharme intentado atinar poner mi culo sobre su nariz y boca. Me inqué y dejé caer mis nalgas sobre su cara. Ví como empezó a masturbarse más rapido mientras sentía su respiración en mi ano. Su lengua comenzó a hacer su trabajo intentando entrar en mi hoyo. Fue algo bastante delicioso. Sus manos comenzaban a masajear mis nalgas mientras mi ano estaba sobre su boca. Yo solo levantaba mi cara hacia el techo de placer mientras agarraba su cabello, comenzé a cabalgar como si su lengua estuviera penetrandome. «Uy sigue asi, hueles tan rico, apuesto que sudaste mucho ahora solo para mí» decía intentando retomar bastante aire para volver a lamer mi ano y mis bolas. Movía su cara de lado a lado mientras apretaba mis nalgas, hasta podía sentir sus uñas. Sentí como me empujaba hacia arriba culminando el acto.
«Ponte en cuatro» dijo mientras se levantaba, yo me puse en cuatro en la orilla de la cama, el desabrochó su cinturón y bajó su pantalón hasta su rodilla. Mi ano estaba bastante húmero y dilatado. Se chupó un dedo y empezó a metérmelo, yo sentía tan delicioso. Mientras tenía su dedo adentro, comenzaba a mover su mano bruscamente. Cuando lo sacó, tenía restos de caca y puso su dedo frente a mi cara: «Ufff, vienes con sorpresa. Preparate que te voy a sacar todo el relleno» dijo mientras limpiaba su dedo en las cobijas. Comenzaba a presionar su pene sobre mi ano, yo estaba preocupado, ya que no quería llenarme de caca si es que le cagaba encima. De un cajón, sacó un lubricante y se lo hecho en su pene, de repente, la punta de su miembro estaba intentando entrar en mí. Yo solo sentía como mi ano me pulsaba y comenzaba a arder. Lentamente empezó a meter su pene, yo solo escuchaba como respiraba agitado ansioso de querer embestirme como un animal. Al tener todo su pito dentro de mí, se acostó sobre mi espalda, ocasionado que me acostara con mi culo levantado. Empezó a morderme mi oreja mientras se movia lentamente adelante y atrás, comenzando a cogerme.
Mientras comenzaba a moverse más rapido, la sensación de querer cagar se apoderaba en mí, bastante nervioso le dije «Espérate, siento que me voy a cagar» le dije tomandolo del brazo. Él solo me miró y sonrió: «Claro que no, cágame la verga» de repente, empezó a cogerme más rapido y sin piedad. Comenzé a sentirme nervioso al sentir su pene saliendo y entrando en mi ano. Yo solo apretaba mis labios al sentir mi recto ardiendo mientras el señor me embestía fuertemente.
Empezé a apretar mi culo cuando comenzé a sentir que ya me estaba cagando, yo solo escuché como el selor empezó a balbusear y a gemir «Uff, que rico, sigue así» y empezé a sentir mi ano más húmedo de lo normal, volteé y efectivamente el pene estaba untado de caca. Me sentí avergonzado. «No te preocupes, esto es lo mejor que he sentido», me dió la vuelta quedando en la posición del misionero, con su pene lleno de caca, empezó a cogerme de nuevo. Agarré una sabana y la puse sobre mi nariz ya que el olor comenzaba a ser fuerte, pero a él no le importaba y me quitaba la sábana de mi cara cada vez que podía para darme besos profundos. «No te avergüences, esto es lo mejor que he hecho». Cuando dijo esto, sacó su pene de mi ano y empezó a meter sus dedos en mi culo, empezó a mover su mano. Sacó sus dedos llenos de caca y se los metió a su boca. Yo tenía ganas de vomitar, pero el hombre parecía estar en éxtasis. Volvió a meter su pene y me cogía de nuevo. Yo solo puse una almohada en mi cara para que no pudiera besarme. El señor solo se reía con una respiración muy agitada.
Empezó a moverme más rápido, yo sentía como mi culo empezaba a llenarse de semen. El señor daba gritos de placer mientras se venía dentro de mí. Cuando terminó, se postró sobre mí intentando besar mi cuello, pero no lo dejaba poniendo la almohada de por medio. «Te cagaste bien rico para mí, no te preocupes, te pagaré la vergüenza» dijo mientras se levantaba y sacaba su pene de mi ano «Pero ahora, una última cosa, levantate y siéntate de nuevo en mi cara». Yo puse una cara sorprendida, pero el señor tenía una sonrisa macabra deseando más. Yo me levanté y él se volvió a acostar, me senté sobre su rostro comenzando a lamer de nuevo mi ano. Yo solo sentía la caída del semen mezclado con mi caca caer de mi ano, el señor lamía como si no hubiera comido en años, hasta sentía sus dientes intentando morder mi culo. Debo admitir que esto se sintió muy rico.
Al terminar, yo me bajé de la cama en dirección al baño, me sentía tan sucio. Me di un baño y al regresar por mi ropa el señor seguía acostado en la cama mirando al techo con su pene lleno de caca. Yo tenía sentimientos encontrados de asco, nervios y placer. Fue algo que me gustó; pero espero no volverlo a hacer.
El señor fue al baño, se bañó y lavó sus dientes. Yo estaba sentado esperando su salida en una esquina. Sacó su billetera y se acercó a mí. Me dió 100 dólares y su número, «por si me sentía solo y quería repetir la experiencia». Me llevó a casa de mi amigo, quien quedó en total shock.
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