Mi primera vez en una escuela
Les voy a contar como tuve mi primera vez en una escuela.
Hola, me llamo Omar, tengo 18 años y soy bisexual, desde siempre me han gustado las mujeres, he tenido alrededor de 3 parejas en mi vida y todas ellas son chicas, no me veo en la situación de tener un novio o una pareja de mi mismo sexo, las muestras de afecto, de cariño o el simple hecho de relacionarme de esa forma con otro hombre, no me atrae ni siquiera un poco, sin embargo, siempre he tenido, no sé si sea una fascinación o simplemente un fetiche, pero me atrae profundamente el sexo con hombres.
Todo comenzó a principios de mi adolescencia, cuando vi mi primer video para adultos, en ese entonces, no conocía o al menos no tenía a mi alcance los celulares móviles con acceso a internet, por lo que más allá de haber visto algunos videos de YouTube en las computadoras de la biblioteca de la escuela, sin embargo, un día en casa, cansado y sin nadie con quien jugar, decidí pedirle prestada la computadora portátil a mi padre, la que usaba para trabajar, le dije que quería desaburrirme y como yo solía ver videos musicales o ya incluso algunas películas, cada vez que me la prestaba, no tuvo mayor problema en hacerlo en esta ocasión.
No recuerdo muy bien que fue lo que hice, si estaba viendo videos, paseando por las calles en Google maps, o simplemente jugando algún juego gratis, probablemente era ese último, no se si sigue pasando, por lo menos yo no he visto que suceda, pero en ese entonces, las paginas de tareas, de juegos o de esa índole, estaban plagadas de anuncios espontáneos con escenas +18, donde se mostraba una escena de sexo, aun desconozco el propósito, pero me intriga bastante.
Como sea, quizá la casualidad, quizá la maldita suerte, termine en una de esas páginas, recuerdo que en ese entonces, no tenía idea de lo que era eso, pero por alguna razón me daba satisfacción verlo, sentía algunas erecciones, aunque realmente no las entendía y tampoco le daba mucha importancia, solo me había pasado antes, cuando veía a la niña que me gustaba o cosas así, en fin, pase toda esa tarde, llenándome de mas y mas videos, el que mas recuerdo es uno, donde la premisa era, un hijo y su madre, no le di mucha atención al título, lo que me atrajo fue la escena que se podía apreciar.
Una mujer acostada en posición de perrito, ofreciéndose a un hombre, me excito mucho ver esa escena, ver a la mujer sumisa ante su hombre, recibiendo su pene dentro de ella y lo mejor de todo, sus gemidos, esos sonidos que pronunciaba cada vez mas fuerte, demostrando que estaba gozando lo que le estaban haciendo, supongo que debí haber interpretado la escena de forma diferente, no lo sé, pero en ese momento, no me interesaba ser ese que da placer, ese que disfruta del gozo de su sumisa, no, yo quería ser esa sumisa, esa que se ofrece su hombre y recibe con gusto su ataque, encima la mujer del video era muy hermosa, por lo que, también quería eso para mí.
Esto continuo así por mucho tiempo, prácticamente toda mi adolescencia, aunque sabía que no era gay, no podía negar que me encantaba la idea de estar con un hombre.
A medida que fui creciendo, fui ampliando mis horizontes, conociendo paginas con mas videos, videos de sexo gay, de sexo con trans, etc. Tanto así que en mis últimos años de preparatoria, decidí instalar una app que había visto en algún lugar, un Tinder para gays, como dije antes yo no me considero gay, pero me dio morbo ver que podía encontrar en una aplicación así…y no me equivoque.
Había de todo en esa app, desde chicos hasta hombres mayores, buscando desde salir por un café, hasta sexo express, obviamente charle con muchos de ellos, pero la idea de tener un encuentro, por más que siempre lo hubiera querido, no llego a concretarse por miedo, nervios o pena.
Deje de usar la aplicación por un tiempo después de eso, en ese tiempo había encontrado otra cosa que me gustaba, la lencería…
Una ropa interior linda, sexy y sumamente atractiva que usaban las chicas, la veía en todos lados y no podía evitar pensar en usarla yo, en como se me vería, en si me sentiría como una chica, soy de complexión delgada, por lo que, pechos no tenía, pero la idea de usar un brasier, me excitaba mucho, comencé a comprar a escondidas, alguna tanga, un brasier, incluso unas medias, obviamente todo muy discreto, no quería que nadie me viera, pero aun sentía que me faltaba algo, una sumisa no puede estar sin un macho que la domine.
Fue hasta que entre en la universidad que me fui de casa para vivir en otra ciudad, toda una nueva oportunidad, pues según había visto en internet, acá a diferencia de mi anterior ciudad, había mucha mas variedad en lencería y ropa interior de mujer, ahorre durante mi primer semestre de la universidad y me compre un conjunto muy sexy de lencería, constaba de unas medias color negro con un liguero, una tanguita muy sexy por la parte de adelante y que dejaba ver mis nalgas por detrás con algo que era como una liga en la parte de en medio, una faldita muy sexy que apenas cubría mi entrepierna y un pequeño brasier, que, aunque no tuviera los pechos, me encantaba usar, me tome muchas fotos en poses sexys, incluso salía a la calle, usando el conjunto, ya fueran las medias, el bra o la tanga, debajo de ropa deportiva.
Fue entonces que cumplí 18 años y se me ocurrió una idea, porque no volver a usar la aplicación en esta nueva ciudad, quizás podría finalmente concretar mi fantasía, dicho y hecho, no pasaron ni 10 minutos de creado mi perfil, con mis fotos en lencería, que empecé a recibir muchos mensajes, algunos estaban en otras ciudades, otros cerca y otros aquí mismo, incluso muy cerca de mi, me tome el tiempo de responder casi a todos, pues me daba morbo y a la vez satisfacción pensar que les había gustado verme en lencería, no concrete nada inmediatamente hasta después de varias semanas, fue un viernes, yo estaba regresando de la universidad, cansado y para que negarlo, me sentía algo caliente y decidí revisar la aplicación solo por curiosidad.
Tenía varios mensajes pero nada muy especial, solo saludos, estaba por cerrar la app y darme placer yo mismo o ya de plano dormir un poco, pero antes de eso, entre todos esos mensajes, uno me llamo particularmente la atención, era un hombre vestido de guardia de seguridad, incluso pensé que era un policía, me había saludado, pero su descripción decía: “Tengo lugar en la tarde”, pensé, este está buscando sexo rápido, no me intereso inmediatamente pero decidí responderle.
- Hola, ¿Cómo estás?
- Bien y tu
- Bien aquí descansando y tu
- Aquí entrando a trabajar
- ¿En qué trabajas?
- Soy guardia de una escuela por las noches
En ese momento me quede pensando, ¿será que el “lugar disponible” sea esa escuela?, se lo pregunte a lo que contesto que sí, me quede asombrado pero extrañamente también muy excitado y es que, todos alguna vez hemos fantaseado con hacerlo en la escuela, ya sea con la profesora, con una compañera, incluso con la conserje, mi mente pensó, esta oportunidad no se va a repetir, por lo que seguí con la plática hasta que llego a un punto algo subido de tono, empezamos a hablar de sexo, de si lo habíamos hecho, como nos gustaba, etc. En eso me mando una foto donde se le marcaba el pene en el boxer, no es el primero que veía pero uffff
Me excito tanto que estuve a punto de tocarme únicamente con la foto, aun tenia miedo de encontrarme con un desconocido, pero estaba ya muy caliente, por lo que le dije:
- Que te parece si voy a tu trabajo y así nos conocemos, platicamos y así
- Ok, te paso la dirección, es ******************
- Va, llego en 15 minutos
- Ok
Sin pensarlo me puse las medias, la falda, la tanguita y el brasier, me lo cubrí con una chamarra y un pantalón deportivo, pensé, quizás no pase nada, solo tendremos una charla, pero por si las dudas, entonces tome un condón que tenía por ahí y me dirigí hacia la escuela.
Camino a la escuela, sentía muchos nervios, me planeaba si ir o regresar y borra la aplicación una vez más, pero, aunque en algún punto llegué a pensar que era lo mejor, quizás otro día o simplemente no, mis piernas seguían caminando. La escuela quedaba no muy lejos del lugar donde vivía en ese momento, por lo que al cabo de 15 minutos estaba afuera de la puerta, me lo pensé un momento, de verdad voy a hacerlo…
Le mandé un mensaje, diciéndole que estaba ahí, pronto pude ver cómo se acercaba a abrir la puerta, estaba nervioso pero recordé que solo habíamos quedado para hablar y conocernos, así que intentaba tranquilizarme con eso, una vez abrió y lo ví me sentí un poco más tranquilo, no se veía como una persona mala o con malas intenciones, era un sujeto, obviamente mayor que yo, pero en lo que cabía era joven, un poco más alto que yo, de complexión…normal, no estaba flaco pero no estaba gordo, parecía bien tipo, le saludé y me saludo, entramos y me mostró la escuela, entonces comenzamos a hacer conversación, acerca de su trabajo, de cómo era, yo también le hable sobre mí y sobre lo que hacía, muchas cosas que podrían hablar dos amigos, así estuvimos alrededor de una hora
Fue entonces cuando, ya entrando más en confianza con él, volví a recordar el porque me había puesto mi ropa erótica debajo de esa chamarra, por lo que moví sutilmente la conversación a nuestras experiencias en la aplicación, por lo visto él no había tenido mucha suerte en concretar muchos encuentros ya sean de sexo o simplemente charla, a lo que le dije que yo tampoco, luego le pregunté qué es lo que le gustaba, me dijo que no se cerraba a nada, le dije que a mí me gustaba la lencería, ya en un tono un poco insinuante, después nos quedamos en silencio un poco, estaba por decirle que fue un gusto hablar y que ya tenía que irme, cuando me dijo:
- No me cierro a nada, de hecho, si ahorita quisieras, por mi está bien
Me quedé callado, no sabia que responder y nuevamente sin que mi cerebro lo pensara mucho, dije
- De hecho, traje algo que quiero mostrarte, por si las dudas me lo puse, ¿Quieres ver?
- A ver, si quiero ver
Me quite la chamarra y me baje los pantalones, de espaldas a él, solo pude escuchar como hizo un *uffffffff*, lo que me gustó mucho.
Yo me quede de espaldas frente a él y él se levantó de su silla, para tomarme por detrás, empezó a manosearme las nalgas y yo no pude contener la erección, siguió manoseándome un poco, después se bajo los pantalones y empezó a restregarme en mi culito su pene, podía sentir la punta calientita como la ponía sobre mi ano, decidí darme la vuelta y decirle
- ¿Me lo enseñas?
Rápidamente se sentó de nuevo en la silla y dejo al descubierto su pene, debo reconocer que no era muy grande, pero no saben cuanto se me antojo, me le quede viendo y me agache, acercándome poco a poco hacia el, casi a gatas.
Lo tome con mi mano y empecé a acariciarlo, el me dijo:
- Chupamela
Me sentí como una sumisa en ese momento y sus palabras fueron ordenes para mí, lo sostuve con mi mano y acerque mi boca para darle una lamida a la cabeza, que fue bajando hasta las bolas, solo podía escuchar como hacia un pequeño gemido, después lo tome con el puño y me lo introduje en la boca, siempre quise sentir un pene en mi boca y finalmente lo tenía, comencé a mamársela, el me sostenía la cabeza, me empujaba para que entrara toda en mi boca, me salieron algunas lagrimas, ya que empujaba fuerte, pero yo seguía chupándosela, haciendo arcadas y saboreando como si fuera un rico caramelo su pene, lo restregaba por mi cara, como si fuera mi cosa favorita en el mundo.
Definitivamente me encantaba chupar, me excitaba cada vez más y más, de pronto me la saque de la boca y pretendía seguir chupandola, pero el me dijo
- Levántate, te la quiero meter
Otra vez, esas palabras me excitaron un montón y ni siquiera lo pensé, solo obedecí, me puse de pie y me recosté boca abajo en un escritorio, pues recuerden que estábamos en un salón de clases, casi me olvido por completo del condón, pero el ya tenia uno preparado, por lo que se lo puso y lubricando un poco mi ano con su saliva, me metió un dedo, se sentía muy rico como lo movía dentro, después me dijo
- Lista putita, te la voy a meter
- Si papi, métemela
Dicho y hecho, me la introdujo toda de una, a lo que me aparte rápidamente pues eso había dolido bastante, cuando se calmó el dolor, volví a mi posición y me dijo que lo haría con mas cuidado, fue introduciendo la puntita poco a poco, pero esta vez ya no me dolió, solo fue al principio, una vez estaba toda adentro comenzó a moverla, adentro y afuera, comenzó a penetrarme y no podría estar mas caliente, estaba sobre un escritorio, en un salón de clases, con un hombre haciéndome toda una mujer, mientras usaba una sexy lencería
Cambiamos de posición después de eso:
- ¿Puedes hacérmelo de perrito?
- Claro que si putita
Me volteo y me puso encima del escritorio, comenzó a metérmela cada vez mas fuerte y mas rápido, yo no dejaba de gemir y de jadear imaginando que afuera había personas que podían vernos, estábamos haciendo algo prohibido, hacia por contener mis gemidos pero era imposible, me gustaba tanto como me embestía, de verdad me sentía toda una mujer putita en ese momento, como cereza del pastel, comenzó a nalguearme, mientras me preguntaba
- ¿Te gusta putita?, ¿Te gusta cómo te la meto?
Yo no podía ni hablar, solo gemía y gemía del placer, hasta que pude exclamar algo y fue
- Si papi, soy tu putita, métemela más
- Ahhh si papi así me encanta
- Nalguéame mas papi, nalguéame
Cambiamos nuevamente de posición, me puso acostado sobre el escritorio con las piernas en sus hombros y seguía penetrándome, a este punto yo estaba ya a punto de venirme y presiento que el también por lo que paramos un momento, me saco del salón de clases donde estábamos y me llevo al patio, me dio un poco de miedo que alguien de la calle nos viera, pero estaba tan caliente que no me importaba, allí afuera me alzo y me cargo, y empezó a penetrarme mientras yo sostenía mis manos de su cuello y aferraba mis piernas a su cintura mientras el me penetraba.
Después me pare nuevamente frente a él, el se sentó en una silla que estaba fuer y me dijo:
- Te toca putita
Me senté sobre el inmediatamente, acomode su pene de forma que entrara en mi culo nuevamente y empecé a darle unos ricos sentones, el gemía mas que antes, estaba mirando a la puerta de la calle mientras saltaba y saltaba sobre esa rica verga, fantaseaba con que alguien pasara y nos viera, pero no ocurrió.
No duramos mucho así, ambos estábamos cansados y a punto de terminar, me detuvo y me dijo
- Incate perra, mientras se sacaba el condón
Me puse de rodillas frente a él, pensé que quería que se la chupara nuevamente, me dijo
- Abre la boca y cierra los ojos
Entonces empezó a masturbarse en mi cara hasta que termino, llenándome de su rico semen toda mi carita y un poco en mi pecho y mi brasier
Nos levantamos, nos metimos y nos limpiamos, yo me cambie y nos despedimos, prometiendo repetirlo después, por desgracia no volví a contactarlo por azares del destino, pero siempre quedara en mi memoria esa vez, mi primera vez en una escuela.
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