Mi vecina de primaria
Yo de secundaria y ella de primaria Parte 1.
Yo tenia un vecina que para su edad ya estaba bien desarrollada, por eso me gustaba tanto. Un dia me invitaron a su fiesta de cumpleaños creo que cumplía 10, yo en plena edad de la calentura no lo pese dos veces. Fui de los primeros en llegar, mi intención en todo momento fue encontrar la oportunidad para meterme en su cuarto y husmear un poco, sobre todo el la ropa sucia.
No se porque, pero siempre que la veía pasar por la ventana de mi cuarto, con su uniforme del colegio, solo pensaba en lo que traía puesto, su calzoncito recién puesto, pero se me ponía mas dura cuando la imaginaba quitandoselo regresando de la escuela, imaginaba el olor a sudor de niña, el olor a pipi, y ver como se marcaba esa linea de color amarillo en su calzón con estampado de florecitas.
Regresando al día del cumpleaños, como les platique fui el primero en llegar, muy acomedido me ofrecí a todo, ya que yo estaba en el turno de la tarde pude llegar antes que mi vecina a su casa. Estaba buscando cualquier pretexto para que su mamá me mandara al piso de arriba y así tener la oportunidad de entrar a su cuarto. Eh de mencionar que durante el tiempo que estuve ahí antes de que llegara mi vecina, ya tenia una erección tremenda y en todo momento frotaba mi pene entre las piernas o de vez en cuando entraba al baño y me tocaba un poco.
Pues el momento llegó, la mamá me pidió que buscara un mantel en su recamara y subí a toda velocidad, primero entre al cuarto de la señora, de inmediato y sin pensarlo, encontré el bote de la ropa sucia, para mi sorpresa, el la parte de arriba estaba una tanga enrollada, de encaje color negro, la tomé y sin pensarlo la acerque a mi nariz, sentí un olor profundo, pero la dejé, ya que en ese momento no era mi objetivo. Salí de su recamara y entre a la de mi vecina.
Como si supiera donde estaba, de inmediato encontré la ropa sucia. No fue tan difícil, ya que el cuarto era un desorden había ropa tirada por todos lados, la pijama, calcetines, blusas, corpiños. Lo cual me sorprendió, ya que para la edad de mi vecina estaba muy desarrollada y pesaba encontrar uno que otro brasier ya de señorita. Con una tremenda erección, solo tenia ganas de masturbarme ahí mismo, pero había esperado tanto tiempo que lo tome con calma e hice una inspección minuciosa del cuarto.
No estoy seguro del orden, pero mas o menos así es lo que fui encantarando: la mayor parte era ropa del colegio, quiza ese día tuvo educación fisica, porque en el suelo estaba una falda a cuadros y unos tines de color blanco, los cuales tome con la mano y pude sentir como si estuviera acariciando sus tiernos pies, que decir de la blusa, la cual imaginaba desabrochando botón por botón. También estaba la pijama, un diminuto short que no dejaba mucho a la imaginación. Pero mi búsqueda estaba concentrada en otro lado, sus calzoncitos sucios, de inmediato encontré unos sobre el tocador por lo cual supuse que ahí guardaba los limpios y así fue, con cuidado abrí el cajón y en efecto ahí tenia sus braguitas limpias. Solo las vi de lejos y pude sentir el aroma a jabón. Pero el fruto de mi espera ya lo tenia entre las manos, su calzón usado.
Intentare describir lo mas preciso lo que fue aquella experiencia, ya que nunca había experimentado algo así. Supongo que por su edad, aún compraba su ropa interior con su mamá, ya que los calzoncitos eran de un tamaño mediano que bien podrían cubrir gran parte de sus nalgas lo cual a la primera impresión me decepciono un poco, pero que podía esperar para alguien de su edad, ademas no tuve tanto tiempo de buscar en otros lados. Así que seguí adelante, tome los calzones y lo primero que hice fue revisar el puente, ahí estaba lo que había imaginado, una linea amarilla supongo que de sus orines y una pequeña mancha marrón… y así fue, inhale profundamente, el olor era excitante, mi pene estaba por estallar, quize sacarmelo y frotar en ese pequeño pedazo de algodón, pero seguí inhalando, ¡el olor a culo me paralizo! por mi cabeza pasaban muchas imágenes, ella sentada en el escusado expulsando un fuerte chorro de orines, subiéndose los calzones sin relimpiarse la vagina… los lamí y probé ese sabor, no podía más, así que me baje los pantalones y frote mi pene en el puente de aquel pequeño pero oloroso calzón y deje todo mi liquido preseminal ahí, una capa brillosa cubrió toda esa mancha amarilla y café…
Que rico relato continua y no te cogiste a tu linda vecinita jejeje
rico