Mi vecina y sus bragas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por vicente_1313.
En aquel tiempo estudiaba y estudiaba. Casi no tenía vida social y solo una medio novia que veía una vez o dos al mes. La mayor parte del tiempo lo pasaba enfrascado en mis estudios. Y aquel verano me tocó estudiar. Encerrado en mi habitación con la ventana abierta por el calor.
Era, y soy, muy aficionado a masturbarme. Incluso ahora que tengo pareja, necesito hacerlo. Pero entonces lo hacía cada día y varias veces. Me desnudaba y me tocaba con la ventana abierta imaginando que alguna vecina me veía y se calentaba. Y eso es lo que pasaba. Una de mis vecinas me miraba sin yo saberlo. La ventana da a un patio interior y una azotea donde tienden la ropa todos los vecinos. Ella subía cada día y desde la azotea me espiaba mientras yo me acariciaba la polla.
Aquello duró casi un mes, sin saberlo, y ella decidió dar un paso más. Una tarde unas bragas cayeron justo en mi ventana. Quedaron colgadas del alfeizar. Las cogí y no pude resistirme y olerlas. Estaban húmedas y calientes y yo estaba con la polla dura en la mano. Las olí mientras me seguía pajeando. Estaba ardiendo.. Seguí con mi paja hasta correrme sobre las bragas y llenarlas de leche.
Apenas me corrí sonó el timbre de la puerta. Estaba solo, así que me vestí, abrí la puerta y mi vecina de enfrente estaba allí. Ella tenía unos cuarenta años, alta y delgada. Nunca me había fijado en ella demasiado.
– Hola, se me ha caído ropa de arriba y he visto que se colaba en tu ventana.
– Si. -me quedé de piedra por que ahora las bragas estaban manchadas de leche y ella las quería.
Ella me miró y yo no sabía que decirle.
– Te he visto y se lo que has hecho con ellas, – me dijo- y creo que me debes ahora una prenda.
Me tocó la polla sobre el pantalón y me empujó dentro de casa. Me los bajó de golpe y empezó a sobarme. Te vas a comer mi coño entero ahora, cerdito, -me dijo.
Me coloqué entre sus muslos y se lo comí hasta que se corrió varias veces en mi cara, me meó, y me insultó todo lo que quiso. Las bragas me las regaló para que me pajeara con ellas y me prometió darme unas usadas y sucias cada vez que las necesitara.
Desde ese día mis pajas tuvieron espectadora. Ella me pedía que lo hiciera delante de ella y luego la hiciera correr con mi boca. Nunca me dejó penetrarla . Pero ha sido mi mejor relación sexual y la más morbosa. Ella siempre estaba dispuesta a usarme y le encantaba que me desnudara y me pajeara para ella y a mi me encantaba.
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