• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (2 votos)
Cargando...
Fantasías / Parodias, Fetichismo, Sexo con Madur@s

Milf x Niño – Ex vedette no quiere sertirse olvidada

Daysi Araujo ex vedette peruana busca recuperar la relevancia que tenia antes pero la edad parece haberle pasado factua. Sumado a una deuda, decide grabar un video cogiendose a un menor.
¡ATENCION! Este relato es completamente ficticio, lo unico real es el nombre de la protagonista, es el primero de una serie que quiero empezar donde mujeres famosas tengan sexo con menores. Para quienes no la conozcan Daysi Araujo (39 años) fue una vedette peruana con gran notoriedad por los años 2000-2010 en Perú, a lo largo de los años esta fama fue disipándose ya que actualmente no tiene una participación tan activa en la farándula peruana. Si quieren apreciar busquen su nombre en Google. Basta de introduccion, empecemos.

Verano de Lima, el ventilador giraba moviendo el aire caliente del cuarto sin refrescarlo. Daysi ajustó el escote de su blusa raída frente al espejo empañado. «Otro día sin suscriptores nuevos», murmuró, deslizando el dedo sobre la pantalla de su teléfono. Las notificaciones de Telegram mostraban solo dos mensajes: uno de un hombre pidiendo descuento y otro del dueño de la casa que alquilaba recordándole que esta atrasada con el pago.

Sus ojos se posaron en un poster de su juventud pegada en la esquina del espejo, extrañaba los halagos por modelar en bikini, los escenarios iluminados, aplausos y las entrevistas. Ahora, a los casi cuarenta, el maquillaje ya no ocultaba las patas de gallo ni la flacidez de sus muslos. El sudor le corría entre los pechos mientras imaginaba soluciones desesperadas: ¿qué podría vender que nadie más ofreciera? Algo prohibido, algo que hiciera gritar a los clientes.

La respuesta llegó ipso facto un balón golpeo la pared de su casa que venía acompañada con el chillido infantil. Mauricio, el hijo de once años de su vecina, jugaba fútbol con 2 amigos más aprovechando que la calle estaba clausurada por obras en el sistema de drenaje. Daysi observó desde su ventana polarizada sus piernas delgadas bronceadas por el sol, la camiseta sudada pegada a su torso. Un escalofrío le recorrió la espalda al notar el bulto incipiente en su short cada vez que saltaba y corría.

Esa noche, mientras grababa un video mediocre para su canal, la cámara capturó accidentalmente a Mauricio observándola desde su casa que estaba al frente aprovechando que la ventana estaba abierta. Al revisar el material, Daysi detuvo el frame donde el niño aparecía desenfocado de fondo. Sus dedos temblaron al borrar el video original. En su lugar, subió una historia de Telegram con la imagen pixelada: «¿Les gustaría contenido… diferente?». Recibió como respuesta mensajes a modo de crítica, la mayoria le decia que ya estaba vieja y no era tan sexi como antes, sumado al alquiler de la casa estos comentarios fueron el detonante para que Daysi haga algo urgente para conseguir dinero y especialmente la hagan sentir bien con su figura. Lo habia decidido, queria grabar un video teniendo sexo con Mauricio y luego venderlo por un buen precio.

Al siguiente día, Daysi salio se su casa y vio a Mauricio jugando solo con un balo. Lo invitó a entrar a su casa para que tomara un refresco. Mauricio entro algo sudoroso por el calor, sus ojos curiosos recorriendo las paredes de la casa se posaron sobre los carteles de sus años dorados como vedette de Daysi. «Señora Daysi ¿usted era famosa?», preguntó mientras ella servía jugo. Su mirada se clavó en el cuello adolescente donde el sudor dibujaba caminos sobre la piel trigueña. Daysi contesto que sí, pero últimamente estaba necesitando ayuda para su trabajo y ofreció dinero por «ayudarla con unos videos” a lo cual Mauricio acepto, pero en otro momento ya que su mamá estaba por llegar del trabajo y no le gustaba que este fuera de casa. Asi que acordaron que, al siguiente día, a las 8 de la mañana estaría de vuelta para ayudarla.

Tal como dijo Mauricio apareció puntual tras la salida de su madre al trabajo. Daysi había preparado el dormitorio: buena iluminación, cámaras en varios ángulos y lleno su habitación con un olor denso de su perfume barato. Daysi llevo al niño a su habitación y le entregó unos shorts nuevos, demasiado ajustados. «Cámbiate aquí», ordenó con voz ronca mientras encendía la cámara. El chico obedeció, torpe al desnudarse, dejando ver sus caderas angostas y el vello púbico recién brotado.

Ella inició con indicaciones inocentes: el niño sentado en la cama o fingiendo dormir. Hubo un momento donde la ex vedette se sentó en la cama junto a Mauricio, aprovechando el contacto sintió la tibieza adolescente, Daysi perdió el control. «Qué bonito», susurró mientras deslizaba la mano por el interior de su muslo, sus uñas rojas empezaban a arañaban la piel tersa. Mauricio contuvo la respiración, los ojos muy abiertos, mientras el bulto en su entrepierna crecía visiblemente bajo la tela.

«¿Te gusta?», masculló Daysi acercando su boca al oído del niño, su aliento caliente haciendo que él estremeciese. Sin esperar respuesta, introdujo su mano bajo el elástico y sintió el miembro erecto, delgado como un dedo, pero ya firme y húmedo en la punta. Mauricio gimió, mientras ella comenzaba a frotar con movimientos circulares.

Dejó caer todo su propio vestido, revelando una lencería roja transparente a juego con su color de pelo donde destacaban sus pechos pesados con pezones oscuros y erectos. Guió la mano temblorosa del niño hacia su entrepierna, donde la tela estaba húmeda y caliente. «Toca aquí», dijo Daysi, presionando su palma contra el calor húmedo. Mauricio obedecía con movimientos torpes y una expresión perdida. El roce torpe de sus dedos le arrancó un gemido a Daysi.

Daysi se desplomo sobre la cama trayendo consigo al niño, le quito el shot y empezó a frotar su sexo empapado contra aquella erección adolescente que palpitaba bajo los calzoncillos del hombre araña que portaba Mauricio. «Así… así mi amor», susurraba mientras clavaba uñas en su espalda, marcando media luna rojas en la piel. El niño jadeaba, Daysi puso de pie al niño sobre la cama, lo termino de desnudar por completo y su pene emergió, recto y rosado, el glande hinchado y húmedo bajo la luz. Daysi lo tomó con mano experta, empezó a retraer el prepucio revelando carne tierna. «¿Duele?», preguntó al notar su expresión tensa, pero sólo recibió un cabeceo negativo y un gemido ahogado.

Ella bajó la cabeza, lengua plana lamiendo desde la base hasta la punta salada, saboreando el sudor adolescente mezclado con el primer líquido preseminal. Mauricio arqueó la espalda, Daysi con sus manos coloco las manos del niño en ambos costados de su cabeza para que se aferrase, mientras ella succionaba con presión mientras las cámaras capturaban cada detalle.

Dejó escapar un gemido profundo al sentir sus dedos infantiles hundirse en su pelo teñido de rojo, tirando con torpeza mientras ella aceleraba el ritmo. Con un movimiento brusco, Daysi se montó sobre sus caderas, guiando el pene tembloroso hacia su entrada empapada. «Respira, mi vida», jadeó, bajando lentamente hasta sentir el glande adolescente estirar sus paredes internas. Mauricio gritó, un sonido agudo y animal, cuando su cuerpo virgen fue engullido por completo. Daysi arqueó la espalda para que la cámara capturara cómo sus labios carnosos abrazaban el pene del niño, los músculos vaginales palpando cada centímetro de aquella carne joven.

Sus caderas comenzaron a moverse con ritmo lento pero profundo, levantándose solo para hundirse de nuevo con un gemido ronco. Cada embestida empujaba los testículos pequeños y tensos de Mauricio contra sus nalgas, mientras sus uñas clavadas en su pecho dejaban marcas rosadas sobre la piel del niño. «Mírame en la cámara, mi amor», jadeó Daysi, agarrando su barbilla para forzar su mirada.

Mauricio emitía quejidos agudos que se mezclaban con el crujido del colchón, sus muslos adolescentes temblando contra los muslos más gruesos de Daysi. Ella sintió el ardor creciente dentro de sí, no solo el roce físico sino el vértigo del tabú roto una madura como ella sintiendo placer con un niño. «¿Te gusta estar dentro mío?», jadeó Daysi acelerando el ritmo, cada embestida profunda haciendo que Mauricio arqueara el cuello como un polluelo y empezó a emitir gemidos cortos y agudos, como un animalito herido. Daysi bajó la vista para ver cómo su vientre se tensaba bajo cada empuje, el pene del niño palpitando visiblemente dentro de ella. Con mano experta, rozó su clítoris hinchado en círculos rápidos.

El calor dentro de Daysi se volvió más intenso y empezó a sentir las contracciones vaginales apretando aquel miembro delgado, pero insistentemente firme. El niño lanzó un grito ahogado cuando su cuerpo virgen se sacudió en espasmos repentinos: chorros cálidos de semen adolescente brotaron dentro de ella mientras sus dedos se clavaban en sus nalgas. Daysi gruñó al sentir el líquido espeso llenando sus pliegues más profundos.

«¡Así, mi niño! ¡Así!», jadeó mientras aceleraba el movimiento de sus caderas, frotando su clítoris hinchado contra el hueso púbico del chico. La cámara capturó cada detalle: las gotas de semen mezcladas con sus fluidos resbalando por los muslos temblorosos de Mauricio y cómo sus pies descalzos se retorcían contra las sábanas arrugadas. Mauricio gimió, cuerpo arqueándose en un espasmo final mientras Daysi apretaba sus músculos vaginales alrededor del miembro aún palpitante. Sentía el semen tibio chorreando dentro de sí, mezclándose con sus propios jugos. Con mano temblorosa, cogió su teléfono de la mesa de noche que estaba al costado, encendió la camara y enfocó su entrepierna empapada donde el pene semierecto del niño emergía rojizo e hinchado. «Mira qué bien me llenaste. Buen chico», susurró, rozando los dedos sobre la piel sensible de su vientre bajo.

Daysi se levantó dejando de montar al niño y bajó la cabeza para lamer una gota salada que colgaba de su pubis adolescente, saboreando el amargo dulzor mientras grababa con su teléfono el primer plano de su lengua deslizándose sobre el pene del niño. Daysi arrastrando al chico encima. Guió sus manos temblorosas hacia sus pechos pesados. «Aprieta fuerte, mi vida», jadeó, arqueándose cuando sus dedos infantiles hundieron sus seños operadas. La cámara capturaba las uñas cortas marcando medias lunas rosadas alrededor de sus pezones oscuros y erectos.

Mauricio enterró el rostro en su cuello, respirando agitado mientras Daysi guiaba su pene semierecto de vuelta a su vagina. Cada embestida hacía resbalar su pene dentro de su sexo empapado, mezclando semen fresco con sus fluidos. «Más rápido», gruñó ella, clavando uñas en sus nalgas mientras hacía movimientos para que la penetre. Mauricio gemía contra su hombro mientras sus dedos apretaban sus pezones hasta hacerlos doler. Cada embestida corta hacía que el semen residual rezumara entre sus muslos, dibujando hilos blancos sobre las sábanas sucias.

Daysi enfocó la cámara de su teléfono en su propio rostro y a veces enfocaba al niño. «¡Así, así mi niño! ¡Lléname otra vez!», gritó al sentir los espasmos adolescentes. El cuerpo delgado se tensó como un arco y sintió pequeños chorros tibios brotando dentro de ella.

Mauricio colapsó sobre su pecho, jadeando como un cachorro exhausto. Daysi siguió moviéndose levemente bajo él, frotando su clítoris hinchado contra el vello púbico ralo del niño. «Basta por hoy, mi amor», susurró Daysi mientras volvía a dejar el teléfono en la mesa de noche. El niño apenas reaccionó, pegado a su piel como una lapa saco su pene de su vagina. Ella sintió su semen tibio chorreando por sus muslos internos.

Rodaron hacia un lado de la cama, Daysi pregunto «¿Te dolió mucho que te rasguñara con mis uñas?» Mauricio negó con la cabeza hundida en su cuello. Ella extendió la mano hacia la mesita de noche, apartando botellas de esmalte vacías hasta encontrar unas monedas y un billete, colegio este último y se lo entrego «Toma, mi rey», susurró, doblando el dinero en la palma sudorosa del niño. Sus dedos infantiles cerraron el papel con torpeza.

El niño se incorporó de golpe, para vestirse.  «Mi mamá…», balbuceó mirando el reloj, mientras Daysi se pasaba una toalla húmeda por su cuerpo sin levantarse mientras veía a Mauricio vestirse. El chico se vistió en tres movimientos bruscos, los cordones sin atar golpeando sus tobillos.

«Vuelve otro día «, murmuró Daysi mientras él abría la puerta de su habitación. Mauricio asintió sin mirarla, desapareciendo con la carrera torpe. El portazo hizo temblar uno de los carteles de colgados a la pared que estaba mal pegado. Daysi respiró hondo el aire espeso de semen adolescente y perfume rancio quemándole la garganta. Temblorosa se levantó a apagar las cámaras y verifico que habían sido 36 minutos de grabacion. Luego se asomó por la ventana y observó cómo el niño entraba a su casa, mientras con una mano inconscientemente frotándose la entrepierna.

Apoyada en el marco de la ventana, Daysi encendió el teléfono. En Telegram, su grupo de VIP mostraban apenas 37 suscriptores activos. Sus dedos grasientos teclearon rápido: «NUEVO MATERIAL PROHIBIDO🔥—SOLO VALIENTES». Pero borró el mensaje al instante, la grabacion era demasiado obvia y podría tener problemas con la justicia. Necesitaba algo para vender ese tipo de contenido. Recordó las páginas deepweb, esos foros oscuros donde circulan videos de ese tipo, un lugar adecuado para vender este tipo de videos.

Gracias por leer, este es mi primer relato. Recuerden que solo es fantasía, asi que si tienen alguna sugerencia de famosa a usar recomiéndenla en los comentarios.

41 Lecturas/16 octubre, 2025/0 Comentarios/por Adele194
Etiquetas: amigos, colegio, hijo, madre, madura, semen, sexo, vecina
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Confesiones IV: Mi primo Ricardito
Follado en el vestíbulo de la gestoría.
Mi primera paja y mis primeras fuentes de porno
Daniela, de Argentina. Relato de como me gustó ser infiel con el consentimiento de mi novio
Los inicios de Joako de 7 – Part 1
TARDE O TEMPRANO TENIA QUE PASAR
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.264)
  • Dominación Hombres (3.776)
  • Dominación Mujeres (2.821)
  • Fantasías / Parodias (3.034)
  • Fetichismo (2.517)
  • Gays (21.494)
  • Heterosexual (7.764)
  • Incestos en Familia (17.468)
  • Infidelidad (4.315)
  • Intercambios / Trios (2.997)
  • Lesbiana (1.118)
  • Masturbacion Femenina (875)
  • Masturbacion Masculina (1.740)
  • Orgias (1.915)
  • Sado Bondage Hombre (429)
  • Sado Bondage Mujer (168)
  • Sexo con Madur@s (4.003)
  • Sexo Virtual (248)
  • Travestis / Transexuales (2.348)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.366)
  • Zoofilia Hombre (2.143)
  • Zoofilia Mujer (1.637)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba