Mmmmmm mujeres gordas y mmmmmm maduras
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por alpez.
Si continúan aquí siguiendo este relato os lo agradezco y hago un exhorto a su paciencia ya que pronto llegaremos a la parte más interesante de este episodio, continuo:
El contacto de su mano sobre mi oreja y el estar solo con la Sra. M.. en esa casa que para mi era extraña, con todo y que de vez en vez mi madre me mandaba con algún recado o algún recipiente conteniendo una porción del platillo del día, fue como el primer toque eléctrico que sentí de una serie de sensaciones nuevas que estaba por experimentar. Ese extraño sentimiento por el toque de su mano en mi oreja, siiii en mi oreja..! Fue lo que encendió la mecha de mi despertar a un mundo desconocido hasta ese momento. Paso seguido, sabiendo que algo extraño pasaba o me pasaba, decidí tomar las llaves de casa y decir que tenía que ir a bañarme pues me encontraba sudoroso de la jornada de frontón que había tenido hacia un par de horas
Así se lo hice saber, a lo que respondió servicialmente
Bien una vez que te hayas bañado regresas para darte de cenar!
Y añadió inocentemente
O de otro modo puedes ir por tu ropa y te bañas aquí…
A lo que respondí en tono de broma… Aja! Y por que no me baña usted jaja?
Fue bastante obvio que ella no esperaba esa respuesta ya que se quedo pasmada por breves instantes… sin embargo respondió tranquilamente ¿y por que no?
Era bastante claro para mí que yo había gastado una broma de la que nunca he tenido que arrepentirme y que jamás pensé que tomaría el curso que tomó.
Con cierta angustia y pensamientos encontrados fui por mi ropa y toalla y regrese con cierto pesar pero al mismo tiempo me inundaba esa extraña emoción de estar entrando en un acto prohibido, clandestino… no se! esa sensación de complicidad y excitación que deja realizar una diablura y hasta ese momento aun no había pasado nada..! me emocionaba yo solo y sin saber exactamente el porque… y que ahora creo que comprendo puesto que lo curioso es que conservaba en mi mente la imagen y sensación de aquellas suaves y para mi gigantes pantaletas rosas.
Una vez de vuelta, me guió al cuarto de baño y me indico las particularidades de su regadera mientras me recomendaba que no tardara pues también tomaría una ducha, a lo que respondí que ella se duchara antes que yo seguro e insistentemente a lo que de buena gana accedió enviándome a mirar el televisor mientras tanto.
. Acto seguido abandone el cuarto de baño, ella no tardo en salir de su recamara y aparecer vistiendo una bata gruesa de color azul marino para dirigirse a ocupar la ducha.
Cuando escuche el agua de la regadera caer y aprovechando que no me vería, me dirigí a su recamara en busca de las pantaletas rosas y el sostén negro de la ropa limpia con la intención de verlos detenidamente y tomarlos entre mis manos anhelante de nuevas emociones y sensaciones.
Mayúscula fue mi sorpresa al encontrar esparcida sin ningún orden toda la ropa de la que hacia unos instantes se había despojado la Sra. M y que regada en el suelo de esa habitación creaba un ambiente por demás ajeno y extraño para mi que me invitaba a tener una avalancha de pensamientos lúbricos. La blusa blanca, enorme de tela delgada y suave, un sostén blanco con copas inmensas de talla descomunal (así me lo parecía) que abarcaban toda mi cara completa y me hacia imaginar el tamaño real de esos globazos de carne que poseía decorando ese regordete cuerpo. La falda azul, lisa que hacia unos minutos se le ceñía al cuerpo matizando sus nalgazas redondas y luego unas medias de nylon, naturales y lisas y unos calzonzotes impresionantes, blancos, de tela mas que suave… uffff, atónito y como paralizado me quede al contemplar ese paraíso de prendas intimas igual que si hubiera llegado a la cámara del tesoro del Rey Salomón.
Aun puedo sentir en mi nariz el olor a hembra que invadía ese reducido espacio y que hacia mas interesante el momento de mi curiosidad. Para coronar ese tan impactante edén de emociones, tome entre mis manos aquellas impresionantes bragas blancas que mostraban residuos de las secreciones vaginales de la Sra. M y que en mi atribulado estado me di a oler… (Aquí nació en mi un nuevo fetiche pero esa es otra historia)
Mientras estas escenas se sucedían, me inquietaba la idea de intentar espiar a la Sra. M mientras se duchaba y corrí a la puerta del cuarto de baño para explorar la superficie de la puerta, la chapa, la pared o al menos intentar imaginar por los sonidos que percibiera que estaría pasando dentro, la regadera aun escupía agua y se oía como corría directo a la coladera. Pegando suavemente la oreja a la puerta me esforzaba por definir que hacia en ese momento la Sra. M… pero resultaba inútil, desistí de la idea y regrese a revisar meticulosamente las prendas intimas de la Sra. M y cuando mas confiado me encontraba
en dicha tarea la Sra. M abrió la puerta del cuarto de baño a la vez que me gritaba
ya termine ahora puedes entrar tu…
No pudo ocultar su cara de sorpresa y yo con mucho menos razon..! me sorprendió con las manos en la masa o dicho de otro modo con los calzones en la mano…
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