Omorashi
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy una mujer dedicada al sexo servicio, independiente, tengo 36 años, recibo varios clientes a lo largo del día y cada uno es una historia diferente.
En una ocasión, atendí a un cliente con una petición muy extraña, era un hombre de aproximadamente 30 años, bien parecido, no parecía de alto estatus social, su vestimenta era sencilla, se acercó a mi, me preguntó que ¿Cuánto cobraba yo?, le dije el costo de mi tarifa.
El joven me miro directo a los ojos, muy sonrojado de su cara, me preguntó si cumplía fantasías y cuanto cobraba de extra por la fantasía.
Le respondí que dependía de la fantasía, que me dijera de que se trataba y basado en eso le diría, el joven me dijo lo siguiente:
– Aquí en mi mochila tengo una lencería nueva que quiero que uses mientras estas conmigo, cuando estemos en la habitación del hotel, no estaremos en la cama, estaremos "caldeando" en el baño y mientras estemos acariciándonos, quiero que de repente ¡te orines! es decir, te hagas de la pipí con las pantaletas puestas.
Al escuchar al joven solo me sorprendí, ya que nunca nadie me había pedido algo así, le dije: -ok, no parece nada del otro mundo, solo dime, ¿Cuánto estas tu dispuesto a pagar por esa fantasía?¿Cuánto me ofreces?
El joven me ofreció una cantidad considerable, yo acepté.
Subimos a la habitación del hotel, me pagó, me desvestí y luego me puse la lencería que el joven me llevó, un calzoncito amarillo muy coqueto y un sostén amarillo.
Nos metimos al baño y el joven empezó a "caldearme" como vulgar mente se dice, me abrazó, me dio besos en el cuello, me tocó las tetas, me acarició las piernas, me apretó las nalgas y me acarició con fuerza la vagina.
Inesperadamente, me empecé a excitar, debido a que los clientes "normales" no tocan mucho, solo penetran y se vienen en unos cuantos minutos.
Las manos de este joven eran muy placenteras y me excité mucho y disfruté sus caricias, además de que su perfume era muy agradable.
Después de un buen rato de disfrutar sus caricias, me sentí lista para orinarme, lo miré y le dije: – ¡Ya quiero hacer pipi!
El me miro y me dijo: – separa las piernas, flexiona un poco tus rodillas y observa en todo momento tu pubis, quiero que tu veas como te orinas.
Seguí al pie de la letra sus instrucciones, separé las piernas, flexioné un poco las rodillas y entonces.
me oriné!, la orina me salió como un chorro de agua, mojándome el calzón, resbalando por mis piernas, formando un charco amarillento entre mis pies, aún no acababa de hacerme pipi cuando el me empezó a tocar la vagina por encima del calzón, mojándose la mano con mi orina.
Una vez que terminé de orinarme, me sentí avergonzada y solo le dije: -¡Bueno, yo ya cumplí!
El joven me dijo entonces: – Ahora ponme el condón para que te coja
Acto seguido, le puse el condón, el me volteó, me inclinó, me bajo las pantaletas orinadas solo por la parte de atrás y me metió el pene, mientras con una mano me agarraba una teta, con la otra me tocaba el pubis por encima del calzón orinado, me excité tanto que se me quitó la vergüenza que sentí por haberme meado y disfruté su penetración hasta venirme junto con el.
Pasado el acto sexual, empecé a preguntarle cosas personales: su nombre, su edad, su estado civil y también le pregunté por que le gustaba ese tipo de fantasía, el me comentó que no sabia el por que, pero que siempre le había llamado la atención, entonces el joven sacó su celular e ingresó a una pagina de internet en donde publican videos de mujeres orinándose en los pantalones, en los calzones, en las pantimedias, en los pants, en las licras, en los shorts, etc.
Me explicó que ese fetiche se llama "Omorashi" y proviene del Japón, aunque en la actualidad ya se practica en muchos países y en internet se encuentran videos así colocando en el buscador la palabra japonesa antes mencionada o colocando el texto en ingles "women pissing pants" que significa: mujeres orinándose en los pantalones.
Antes de que se fuera el cliente, le di mi número telefónico y para que cuando el tuviera ganas de esa fantasía otra vez me contactara solo a mi.
A partir de entonces, ese cliente y yo no hemos visto en varias ocasiones y la verdad, disfruto mucho su fantasía, me excita mucho como me mira mientras me estoy meando.
Y cuando estoy sola, me encierro en el baño, vestida, me toco, me masturbo y cuando estoy prendida me orino vestida y lo disfruto mucho.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!