Orcs & Shotas 02
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por shotaboy.
Ather, el jefe de un grupo de orcos ladrones y mercenarios llegaba a su guarida secreta, se relamió los labios con ansiedad al saberse cerca de un trio de niños dentro de su madriguera siendo entrenados en las artes sexuales orcas por sus seis subordinados.
-Como van los putitos? – preguntó con impaciencia a uno de sus subalternos que dejaba de lamer el ano del niño elfo para responderle a su superior.
-Maravillosamente jefe! los hemos penetrado, cogido y ultrajado sin parar por ambos agujeros durante los dias que se ha marchado – respondió contento el orco.
El jefe orco se sentó en su silla de hueso y piel observando con detenimiento su espectaculo favorito de hace casi dos semanas, Teran era fuertemente ultrajado por un orco de poronga curva y grande, la totalidad de la verga se perdía dentro de sus intestinos a una velocidad sorprendente mientras que otro se aferraba con una única mano enorme a la cabeza del muchachito mientras le hundía con el mismo frenesí su pene hasta la garganta, el niño se ahogaba cada ciertos minutos en su propio vomito, y cada ciertas horas en semen orco a grandes cantidades derramandose por la comisura de sus labios atravesados por el apendice orco, por su nariz y a veces hasta sus lagrimales; pero luego de diez dias de sexo con estos monstruos ya tenía dominada la felación.
-El Elfo no lo hace nada mal tampoco eh? – dijo apuntando a Lesser el cual era ultrajado por las porongas orcas mas largas del lugar, ambos violaban su pequeña garganta elfa haciendole tragárselas por completo para luego sacarlas hasta la cabeza y repetir el proceso con la brutalidad tipica de los orcos, su mandibula estaba dislocada, de ahí las constantes lagrimas de Lesser quien soportaba con gran determinación aquel trato, uno de los monstruos le apretó con fuerza inyectándole dos cuartos de litro de semen orco directo a su garganta y estomago logrando para su alivio una recuperación instantánea en la quijada.
-Jefe! quiero mostrarle algo! – dijo interrumpiendo un orco que se asomaba desde una cortina improvisada.
El orco Ather descorrió la cortina y vió a uno de sus subordinados recostado de espaldas y a su pequeño amante Wallace sentarse en la totalidad de su verga verde al tiempo que meneaba sus caderas a un ritmo frenético, el orco sonreía de placer – Eso es todo!- preguntó indiferente el jefe- Aún no señor, es esto lo que quiero que vea! – replicó el otro que de inmediato se arrodilló detrás del niño apuntando a su ya ocupado ano con aquel enorme mastil de carne dura, el orco de arriba le dejó ir la verga dentro del anito pegandose a su cuerpecito y este quejandose mucho se quedó inmovil dejando a sus machos activos hacer el trabajo.
-Le caben dos, eh? – exclamó Ather complacido mientras continuaba viendo el espectáculo.
Los dos fornidos monstruos se aferraron al pequeño Wallace que palidecía en tamaño al ser comparados con ellos, el niño tomo aire preparandose para el bombeo y de imediato iniciaron un salvaje e inmisericorde mete y saca que le arrancaba gritos y lagrimas a Wallace, el ritmo de aquellos dos monstruos era de euforia, como si quisiesen licuar sus entrañas desde adentro, el jefe orco salió de la cortina y mandó a sus otros subalternos a ver lo que allí dentro ocurría.
-Vean, y repitan! – les ordenó mientras estos se alistaban y los niños dudaban.
-Wallace.
– preguntó el pequeño Teran- ¿duele?
-.
Mucho! – respondió con dificultad Wallace sin voltear a verlo y con los dientes apretados.
-Como la primera vez? – preguntó Lesser con curiosidad.
-Mucho peor!! – contestó con cara de extremo dolor el niño guerrero.
Los orcos introdujeron a los dos niños dentro de la cortina, la pequeña habitación cubierta con un piso de colchas de lana y una pequeña rendija por donde entraba la luz del día, Teran fué ubicado en la misma posición que Wallace, sentandose sobre la primera verga del orco acostado con las pompitas levantadas, la leche del polvo anterior goteaba aún, el segundo activo le tomó de los hombros y sin mediar palabra o ritual le fué enterrando por partes su propia verga masiva, El pequeño se quejaba en gran llanto, el cual caía en oidos sordos pues una vez iniciada la penetración nada la detendría excepto un orgasmo, el activo de abajo se limitaba a sentir la fricción en su pene causada por el de su compañero quien fogosamente empalaba al niño que no dejaba de gritar.
Lesser por su parte fue colocado en las dos vergas erectas de sus orcos activos quienes entrecruzaron sus piernas acostandose de espaldas con sus penes juntos apuntando hacia arriba, allí entraba el niño elfo en acción, lentamente y sin piedad alguna, ambos penes forcejearon por introducirse en su ano abriendole a la fuerza, el niño dió un grito desgarrador, instintivamente trató de liberarse pero en su forcejeó solo lograba causarse mas daño a si mismo y mas placer a sus violadores, lentamente su esfinter fué cediendo hasta que con ayuda de algunos empujones bruscos logró el ano de Lesser albergar aquellas porongas verdes, palapitantes y escurridisas sin igual; el chico dió un suspiro y sus machos de piel verde le embestían al ritmo de un mete y saca, cuando una verga entraba, la otra salía, lo que resultaba en un enorme placer para si mismos y una gran tortura para el elfo.
Por su parte Wallace quien aún no se acostumbraba a tener dos vergas mazisas hurgando con fiereza dentro de él mantenía los ojos cerrados y la mandibula tensa apretando los dientes – Esto terminará pronto!- pensó mientras El jefe Ather caminaba hacia él con la verga tiesa – cuando uno de ellos acabe todo el dolor se irá, será reemplazado por esa sensación de placer que deseo tanto! – Ather sujetó sus mejillas ordenandole al orco que lo penetraba desde atrás levantarse sin dejar su faena para hacer espacio para si, El jefe orco tomó con su mano su grueso falo y abriendo la boca del niño inició una violación oral que le impedía recurperar el aliento facilmente.
-No puedo.
Gulp* Respirar! – apenas pudo articular palabra el niño.
-Tu eres el lider de estos de putitos! – dijo el orco – recuerdalo, ellos no harán nada que tu no puedas hacer.
– Quieres volver a sentir el orgasmo de un orco? – dijo Ather con voz ronca dejandole al chico espacio para dar su respuesta.
– Entonces has que pase! – gruño el jefe.
Wallace reunió valor y con fuerza comenzó a succionar el glande del pene orco con gran deseo, El gran jefe le sujetó la cabeza violándolo con brío animal, aquel niño humano contenía satisfactoriamente tres penes orcos de proporciones inhumanas dentro de su cuerpo, los tres monstruos se daban un festín con aquel pequeño putito el cual con gran valor contuvo su llanto e incluso apretaba con su desflorado esfinter las dos vergas que lo destrozaban y mamaba como un ternero mama de la ubre de su madre, con hambre de leche; Lesser y Teran al ver el coraje con el cual Wallace se sometió sin quejarse a aquellas tres vergas orcas se unieron moralmente a su lider y con el mismo valor mantuvieron cerradas sus bocas mientras eran perforados analmente por aquellos seres de costumbres brutales, Lesser meneó su cintura sentandose energicamente sobre ambos penes mientras que Teran contraía su ano con fuerza para sus violadores que le correspondían embistiendo con mayor atención.
Unas tres horas y media de embestidas pelvicas y fricción anal dejó exhaustos a los tres pequeños que a estas alturas se limitaron dejarse usar sexualmente por sus machos orcos quienes que gruñendo y gritando chocaban sus pelvis con velocidad y fuerza imposible para un ser humano.
Los rugidos monstruosos se escucharon en todo el bosque, los niños unieron sus gritos a los de sus violadores, las verdes porongas palpitaron con fuerza por cada chorro de semen disparado, el colchón de lana se llenaba abundantemente de aquel fluido, para el tercer o cuarto espasmo eyaculador orco nuestros tres pequeños ya reconstruían sus entrañas rotas y heridas anales sangrantes, – Ah.
!- exclamaban suspirando por el extremo placer que experimentaban sus cuerpos no desarrollados al concluir su faena sexual.
-Agh! – suspiró el jefe orco al retirar su verga de la garganta de Wallace quien por poco moría asfixiado – Excelente trabajo mis putitos!
-Defiitivamente jefe! – dijo un orco que limpiaba su verga con el cabello de Lesser – no habíamos tenido perritas asi en mucho tiempo, y tan jóvenes! – recalcó.
-Se han adaptado bien! – dijo el Ather con satisfacción revisando el amplio boquete anal de los niños que podrían aguantar para ese momento dos vergas orcas cada uno- ustedes serán muy felices en el burdel de Avhisa.
Afuera el sol marcaba la hora del mediodía, Los orcos trajeron dos jabalís de nivel cinco (criaturas fuertes de al menos 800 kgs), los niños se habían saciado de aquella carne y los orcos continuaban comiendo, recostados uno sobre otro los infantes dormían plácidamente, El hechizo se acabaría en solo cuatro dias y aunque Ather ya sabía que para ese momento su adicción al sexo orco los mantendría sumisos y dispuestos a sus deseos necesitaría una semana mas para que estos completaran su instrucción sexual; vió con ternura a los chicos tan pequeños y deseosos que sintió algo de pena por ellos, es decir, conservarlos como esclavos sexuales no era mala idea, divino placer, buen aguante y comen poco; pero al venderselos a Avhisa no tendría que preocuparse por dinero durante decadas; asi que ahí se quedó, contemplando a esas pequeñas criaturillas libidinosas que sin lugar a dudas le harían rico, bueno, solo despues de sobrevivír a un puño orco en sus anos.
Que tal, espero les haya gustado la continuación de esta serie de relatos fantasticos y exajerados, lo cual me deja rogando por comentarios constructivos para mejorar, como redacción, ortografía, sintaxis, etc.
Gracias por su apoyo, mensajes y comentarios.
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