Paúl. Saga de él Frío. Mi primo
. . . Era la forma que tenia mi primo de pasar las tardes, así descubrí que no era yo el único, Paúl era su amante….
Conocí a Paúl por las veces que iba a nuestra casa, hasta entonces solo sabía de él por ser nuestro vecino y por coincidir en el mismo colegio, aunque El, estaba en el curso siguiente al mío, era un año mayor que yo, pese a la apariencia de su cuerpo delgado y menudo que hacían parecer lo contrario…
A veces los tres íbamos de paseo o al cine pero por lo regular las tardes solíamos pasarlas en casa… Una de esas tardes de tv y desidia me di cuenta que cuando Paúl iba al servicio, poco tiempo despues mi primo lo seguía, lo hacían así habitualmente de forma que no le di importancia. Había algo por lo que parecia que siempre me dejaban de lado.
Uno de esos días me pudo la curiosidad y me hizo acercarme a la puerta del baño en la que con sumo cuidado apoye la oreja, intentando descifrar algo de entre los murmullos y ruidos que ahí se oían, sentía la sensación de vértigo en el estómago, todo era secreto y emocionante, pensé que sería algún tipo de juego… Jadeos, ruido como de ropa, algunos como de azotes que precedian pequeñas y acalladas quejas qué parecían de Paúl, mi primo pidiéndole calma y algo parecido a un «ya me viene»… Todo se aclaro cuando al poco oí el largo gemido de mi primo al que le costaba reprimir sus emociones en esos momentos, lo conocía bien, era el mismo que acompañaba al momento de correrse en mi boca o en mis nalgas por las noches… Pude imaginar que hacían lo mismo aunque no conseguía visualizar en mi cabeza a Paúl en esas circunstancias.
Fui a la habitación en vez de volver a donde la tv, necesitaba estar solo pero al poco llegó mi primo y al rato volvió Paúl y con toda naturalidad continuaron charlando sobre mujeres y novias futuras, amén de ciertas experiencias con ellas, a cual más fanfarrón… Pronto se hizo un silencio incómodo cuando mi primo se recosto en la cama y se durmió. Paúl, en silencio parecía estar sumido en sus pensamientos mientras recomponia su ropa y arreglaba un poco el pelo, creo que notaba en mi forma de mirarle que yo habia descubierto «algo» y temia que yo le preguntase, al poco se despidió y precipitadamente se fue.
Esto venía pasando de forma regular desde que llegué a vivir con mis tíos, hacía unos dos meses ya.
Desde entonces intenté acercarme mas a Paúl, queria averiguar mas detalles de lo que pasaba cuando se encerraban el baño y sentía cierta intriga por conocerle más íntimamente, tal vez hasta contarle lo que hacíamos mi primo y yo por las noches, aunque no sabía si estaba al tanto. Pero mis torpes intentos solo consiguieron que se alejase más, de forma que las cosas siguieron igual.
Estaba viviendo unos momentos en los que estas prácticas me desbordaban, sentía qué todo pasaba muy deprisa, no era capaz de asumirlo, el hecho de que ellos lo hicieran me hacia pensar que era algo normal para ellos a esa edad, yo aún estaba en una especie de limbo en el que mis mis fantasias y erecciones mas mis propias caricias no producian nada.
Espero que sea de vuestro agrado, en breve escribiré otra saga de esta historia, como siempre serán bien recibidos vuestros comentarios y sugerencias, Saludos!
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