PERDIDOS II (CAP 17) “LA MAMI MEONA”, EL JUEGO FAVORITO DE TOMÁS (Primera parte):
Mamá y Tomás comienzan a “jugar” el jueguito favorito de Tomi. Mientras Judith piensa que desición tomará con los demás..
CAPITULO 17:
“LA MAMI MEONA”, EL JUEGO FAVORITO DE TOMÁS (Primera parte):
Mamá y Tomás comienzan a “jugar” el jueguito favorito de Tomi. Mientras Judith piensa que desición tomará con los demás.
Al llegar a la empresa Judith se reunió de inmediato con la “mesa chica” de los ejecutivos de la firma, para comentarles y ponerlos en autos sobre los resultados de su viaje y de sus gestiones en New York, la reunión duró unas 2 horas y medias, en las que todos los presentes (entre ellos Jonás, su hijo mayor), quien a medida que la reunión avanzaba, comenzó a ponerle más atención a la exuberante elegancia con la que estaba vestida mami en esa reunión, con una minifalda, una hermosa y fina camisa blanca y una corbata roja que hacía juego con su faldita y el color con el que se había pintado sus hermosos labios.
Finalizada la reunión Mami y Jonás quedaron a solas en la sala de juntas de la empresa y tras una breve charla sobre lo expuesto por Judith, ella lo invita a su oficina para tener una charla ya más familiar, relajada y, en otros términos.
Jonás acepta gustoso la invitación, y prepara unos Mates para tomar con mami y charlar un poco.
Después de intercambiar algunas novedades y comentarios sobre el trabajo, Jonás quiso saber cómo habían ido las cosas por Nueva York.
La mamá le empezó a contar sobre el clima que les había tocado, sobre algunos paseos que había hecho con Tomás, y otras banalidades sobre el tema, cosa que a Jonás le pareció que mami se estaba yendo por la tangente y no estaba tocando el “asuntito” del que Jonás quería aprovechar la oportunidad para hablar a solas y en privado con ella, y se lo dio a entender con una picarona sonrisa y guiñándole el ojo.
- ¡Jajajajaja, pero hijo, te estoy contando de lo lindo que la pasamos y Vos me ponés esa carita tan pero tan perversa!, a ver ¿que querés saber sobre el asuntito ese? Le dice ella riéndose picaronamente.
- Que pasó. Le responde él.
- Pasó todo lo que te imaginás, si a “eso” es a lo que te referís. Le contesta su mamá tratando de guardar la compostura, pero con un brillo especial en sus ojitos.
- Aja, Entonces ¿retrocedemos y volvemos a lo de antes? Le pregunta su hijo.
- No te entiendo mi amor. Le responde ella haciéndose la desentendida.
- A ver mamá. En la isla llevábamos una “determinada vida, de determinados permitidos”, cosa a la que Vos y por iniciativa propia le pusiste fin. Pero ahora me confesás que estando Vos y Tomás allá en Nueva York, pasó lo que Yo y probablemente el resto de mis hermanos nos imaginamos. Entonces la pregunta es: Ahora ¿el privilegiado de mami es Tomi? Cómo Yo lo fui en su momento allá en la isla, o ¿Vas a abrir el juego nuevamente a todos?
- ¡Ay hijo! ¿otra vez esta situación? Pregunta ella ofuscada.
- ¿Quisiste privilegiarlo a él esta vez y te salió mal? ¿no contabas con que Tomi se iba a emocionar tanto de tenerte otra vez en la cama, que nos iba a mandar esas fotos? Insiste Jonás.
- Bueno si, algo de eso parece que pasó, Yo se las concedí a él, pero bueno, parece que su emoción fue más fuerte y las compartió en el grupo. Responde ella resignada.
- Bueno, y ¿ahora cómo seguimos? Insiste Jonás.
- ¿Me estás presionando o me parece a mí? …… esto me lo esperaba de Jonathan y tal vez de Ronaldo, ¡pero no me lo esperaba de Vos! Le dice Judith un poco sorprendida.
- A ver mami…… ¿Sabés que pasa? Pasa que no fueron solamente las fotos, fue también tu insólita decisión de ser acompañada por Tomás en un viaje que se suponía era de negocios, lo elegiste a Tomi, que no habla inglés cómo Vos o Yo, no quisiste la compañía de Rony, te quedaste unos días extra allá, y eso sin tener en cuenta otros detalles, pero bueno dejémoslo ahí por ahora. Le dice Jonás.
- ¿Otros detalles, de que estás hablando? … ¡conmigo sé claro! ¿sabés? Lo enfrenta Judith ya enojada con la incertidumbre planteada por el chico.
- Mami, ¿Vos todas las noches meás con la puerta del baño entreabierta para que Tomi te escuche? ¿pasás por su pieza a dejarle la bombachita que usaste durante el día. Le pregunta Jonás, haciendo que la mamá se ponga roja cómo un tomate.
- ¿Cómo llegaste a esa conclusión? Le pregunta Judith muy sorprendida.
- No importa, digamos que estoy dando en el punto, ¿no? Le responde él.
- Bueno sí, perdón hijo, es que……. Dice ella cabizbaja.
- ¿Hace cuánto lo hacés? Le pregunta él.
- Y, digamos que, algún tiempo. Responde ella.
- Bueno mami, tranquila, Yo no voy a presionarte, pero quiero que sepas que para mí cómo para Tomi, y creo que, para todos, fuiste inolvidable en la cama, y todos estamos cómo Tomi, o hasta cómo Vos de necesitados…… ¿entendés a lo que me refiero? Le dice Jonás.
- Si mi amor, te entiendo más que perfectamente, solo que no esperaba que fueras Vos el primero en confrontarme de este modo. Le dice Judith, muy avergonzada.
- Muy ricos los Mates. Le dice Jonás dándole el mate que se había tomado, y se va de la oficina.
Judith, queda unos minutos cómo aturdida, luego del reclamo de Jonás, y sintiéndose mal por el “desahogo” con Tomi, allá en Nueva York.
Ella sentía que otra vez había caído en tentación con uno de sus “frutos prohibidos”.
Pensaba que cómo madre y mujer estaba haciéndolo todo mal. Que incluso para todo lo que pasó en la isla, tenía una mejor excusa, pero que ahora que sus vidas habían vuelto a la normalidad, era hora de que todos, incluso ella misma debían buscarse, alguna pareja, amiga o amigo, para sus vidas sentimentales y sexuales.
Estaba todavía mateando sola en su oficina, con estos pensamientos, cuando Diana, una de sus empleadas le golpea la puerta de su despacho, por una consulta.
Pero estos pensamientos perduran por el resto del día en la cabeza de la mamá.
Al llegar la noche, eran ya pasadas las 8 y media de la noche, Judith abandona ya su trabajo, y se sube a su coche, para ir rápidamente a casa, a cambiarse e irse a la reunión del club en el que participaba desde hace ya muchos años, formando parte de su comisión directiva.
Ya a la una de la mañana, termina la reunión, y antes de irse a casa siente ganas de ir al baño a orinar, pero entonces, se recuera del “jueguito” que tenía con Tomás, y pensando en ello, se sube a su coche con la cabeza llena de morbosos y calientes pensamientos.
Ella comienza a conducir con destino a la finca, que estaba bastante distante de la sede del club, y por el camino sus ganas de orinar aumentaban minuto a minuto.
La excitaba pensar o mejor dicho recordar, cómo se calentaba su hijo Tomás al oírla mear, al verla mear o incluso al verla aguantando las ganas de mear.
Ni que hablar de recordar cómo le chupaba la concha luego de que ella meara o incluso se meara encima frente a él.
El incesante tráfico de la avenida que la conducía a la ruta que la llevaba a su finca, y el tiempo de demora detenida en los semáforos en rojo, aumentaban sus deseos de orinar, y con cada poso que agarraba con el coche, hasta sentía que su vagina empezaba a perder pequeños chorros de orina en la bombacha.
Detenida en uno de los últimos semáforos de la ciudad y ya teniendo a la vista la ruta que debía tomar para llegar a su finca, le envía un audio a Tomás:
- Hola amor ¿estás despierto? Mami tuvo un percance camino a casita y va a necesitar de tu ayuda para que le cambies la bombachita antes de dormir. ¿podrá ser? Le explica ella en el audio.
El semáforo se pone en verde casi al mismo tiempo que ella deja de grabar el audio, entonces toma la carretera camino a la finca y comienza a viajar recorriendo los pocos kilómetros que separaban a la ciudad de Crisao de la finca familiar, cuando un mensaje llega a su celular.
- ¡Hola mami, si estoy levantado esperándote! ¿pero que te pasó? Le contesta él lleno de morbo, sabiendo que por fin el jueguito de la “mami meona” había comenzado.
- ¡Ay hijito, resulta que a mami le dieron ganitas de hacer pis mientras manejaba y no me pude aguantar y todavía me vengo mojando toda mientras te mando el audio! Le dice Judith, mientras abre sus piernas, relaja su vagina y comienza a mearse encima mientras conduce su coche por la ruta.
- ¡Uuuuuyyy, bueno mami, venite rápido así te cambio enseguida para que no se te paspe esa colita hermosa, te amo, y te espero! Le responde enseguida Tomi.
Y así es cómo en un lapso de algo más de 25 minutos, Tomi escucha al coche de mami llegando a la finca.
Al escuchar el auto de Judith acercándose a la casa de la finca, Tomás salió inmediatamente a recibirla, le abrió el portón del garaje, ella estacionó su BMW junto a los coches de Jonás y de Jonathan, Tomás cerro el portón y fue corriendo a ayudar a la “accidentada” mami a bajar del coche, y ver con sus propios ojos la magnitud de lo ocurrido.
Entonces, Tomi se acerca al coche por el lado del conductor y le abre la puerta. Allí estaba Judith sentada al volante, todavía con el cinturón de seguridad puesto, ellos se miran, y ella con una sonrisa en sus labios, mira hacia abajo, mirándose las piernas.
Tenía todo el pantalón de Jeans gris mojado, más que mojado, empapado, y la erección de Tomás al verla en esas fachas llegando a casa totalmente meada conduciendo su coche, fue instantánea, cosa que no tardó en notarlo ella.
- ¡Guau! No pudo evitar decir él al verla a mamá tan meada.
- Perdón mi amor, no pude evitarlo y me hice encima mientras venía a casa, ¿vas a poder ayudar a mamá con esto? Le pregunta ella bajándose del coche.
- Si mami, no hay problema. Le responde el chico, y la abraza y la empuja suavemente contra el coche y abrazándose ambos comienzan a besarse apasionadamente durante unos largos instantes.
- ¿Te excita que mami se mee en el auto mi amor? Le pregunta Judith.
- ¡Si, me re calienta, no creí que finalmente fueras capaz, no creí que puedas ser tan ordinaria, tan excitantemente cochina y tan dama educada, recatada, sobria y pulcra a la vez! Le responde Tomás.
- ¡Jajaja! ¿te gusta eso de mami? Le pregunta Ella tiernamente entre besos y caricias en aquella cochera.
- ¡Sí que me gusta, me encanta, me fascina, Sos la mejor, no creo que alguna vez pudiera tener una novia que esté dispuesta o sea capaz de cumplirme todas las fantasías, por locas y disparatadas que sean!…… ¡Sos la mejor mamá, te amo! Le dice él.
- ¡Jajajaja! Creo que ya estoy comenzando a pasparme, ¿me cambiás? Le pide Judith muy tiernamente a su hijo.
- ¡Está bien mamita hermosa!, pero primero vení. Le pide él. La lleva hasta la parte delantera del coche, la hace recostarse sobre el capot, y así, posando para él, toda meada. Con su teléfono móvil le toma varias fotos, las que ella le prohíbe mostrarles o compartir con sus hermanos.
El chico le pide que lo espere en la cochera, mientras va a la pieza de la mamá a buscar ropa limpia y seca para ponerle, mientras Judith busca en el auto algunas cositas que había comprado para que él cambie a su “nena”. Entre las que había toallitas húmedas, talco, y otras cositas.
Pata cuando él volvió a la cochera, ella lo estaba esperando con todo aquello.
Entonces él la recostó en el asiento trasero del auto, y empezó a desvestirla.
Le sacó los zapatos, y entonces le desajustó el cinto del empapado pantalón de Jeans gris, le desabotonó el pantalón y le bajó el cierre de la bragueta, hasta ver aparecer ante sus ojos la bombacha blanca con pequeños corazoncitos rosados que llevaba puesta y obviamente que estaba tan o más empapada con la meada que su pantalón.
Ella le ayudó con agiles movimientos a sacarle el pantalón gris y luego la bombacha blanca de corazoncitos rosados, y entonces muy cariñosamente acercó su rostro a esa concha peluda y meada que tanto lo excitaba. Comenzó a olerla, a besarla, a lamérsela, higienizándosela con su propia lengua y saliva.
- ¡Ah, aaaaaaaayyy si mi amor, lavale la concha a mami con tu lenguita, aaaaaaahhhhh, te amo mi amor, me voy a mear todos los días solo para tener estos momentos a solas con Vos, aaaaaaaahhhhhh, aaaaaaaayyyyy, si mi vida seguí así mi amor, te amo, comele la concha a la meona de tu madre, aaaaaaaaahhhhh! Decía Judith gimiendo casi a gritos recostada en el asiento trasero de su lujoso coche en aquella cochera mientras su hijo le come la concha pasándole la lengua por cada rincón y hasta penetrándola por momentos con ella.
Luego de “higienizar” a mami durante varios minutos con su lengua, Tomás se desvistió rápidamente, y entonces se dispuso a hacerle el amor a su mamá allí mismo, recostada en el asiento trasero del coche.
Ella al verlo desvestirse, adivinó su intención y abrió y levantó sus piernas para dejarlo hacer a su amado hijo.
Entonces, al verla entregada a su antojo, Tomás empezó a rosarle la verga en la entrada de la concha, cómo a Judith tanto le gustaba y tanto placer le provocaba.
- ¡AH, Aaaaah, ahhhhh aaaaaaaaahhh! Empezó a gemir ella, al sentir el rose de la dura verga de Tomás en la entrada de su concha.
- ¡Aaaaa, aaaaaaaahh, mami, aaaaaaaahhhh, mamita, aaaaaaaahhhh, te amo mamá, aaaaaaahhhhh! Gemía él y sus gemidos se escuchaban en toda la cochera.
- ¡Ahahahahahahahahaha, aaaaaaaahhhhh, ahahahaha, aaaaaaaaaaayyyyy, mi amor, me, me lo estás haciendo tener, solo con raspármela, aaaaaaaaaaaaaahhhhhh! Gimió, jadeó y gritó ella con su primer orgasmo acostada en el asiento trasero de su auto.
- Aaaaahhh, mami, me encanta verte meadita, me encanta, aaaaaaaaaaahaaaaaaa, ahahahahahahahahahahahahahahahahahaha! Dijo gimió y jadeó Tomi cuando la penetró y comenzó a bombearla casi frenéticamente.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahaha! Solo jadea ella acostada en su coche mientras su hijo no para de bombearla.
- ¡AAaaaaaaa, mami, aaaaaaaaaahhhhhh, te amo, hermosa, te amo Sos la mejor de todas, aaaaaaahhhhh! Gemía y le decía su hijo sin parar de penetrarla.
- ¡Ahahahahahahahahahaha! Jadeaba Judith, mientras alzaba los brazos y arañaba el techo del auto.
- ¡Aaaaaaaaaaaa, mamaaaaaaaaaaaa, mamiiiiiiii, aaaaaaaaaahhhhhhh, lo voy a tener, mamá, te amo, lo voy a tener preciosa, gracias por ser tan maravillosaaaaaaa, aaaaaaaahhhh, gracias por mearte cómo te measte, gracias por dejarte limpiar bebita mía, te amooooooo, aaaaaaaaahhhhhh! Gritaba y gemía Tomás ya casi teniendo su orgasmo.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahaha, teneloooooooo, tenelo porque no doy máaaaaaas, teneloooooo ahahahahahahahahahaha! Le gritó Judith entre intensos jadeos y teniendo otro intenso orgasmo al escuchar las palabras de Tomi, y pensar que esta era la primera vez que se la cogían en un auto.
- ¡Aaaaaaaaaaaayyyyyy, aaaaaaaahí vooooooooyyyyy, ahahahahahahahahahahahahahahaha, aaaaaaaaaaaaaaaahhh! Tuvo su orgasmo Tomás entre jadeos, gemidos, gritos y casi convulsiones, mientras la llenaba de leche, hasta salpicar el asiento trasero del auto de mamá.
Ella queda totalmente rendida recostada en el asiento de su coche, mientras él con una toallita húmeda le limpia delicadamente la concha, sacándole el semen y la meada de los pelos que aún le quedaba.
Luego le echó talco en esa hermosa concha peluda de mujer madura, y le puso una bombacha rosada, que le había traído de su cuarto.
Tras limpiarle la concha y ponerle una bombacha limpia y seca, Tomás limpió el asiento del conductor, mientras ella seguía descansando recostada en la parte trasera del coche, y luego la acompañó a su cuarto, donde ella se puso un camisón, se acostó y se durmió profundamente. Y Tomás entonces se fue a dormir a su habitación. O, bueno lo de dormir, es una manera de decirlo, porque cuando uno va a su habitación por la noche, justamente se va diciendo eso: Me voy a dormir.
Pero la verdad es que el pobre Tomi estaba demasiado estimulado cómo para simplemente dormir.
Se acostó en su cama, y todo lo recientemente vivido con su mamá, empezó a apoderarse de su mente. Y es que si bien no era la primera vez que se la cogía, ni si quiera era la primera vez después de mucho tiempo, era más bien que esto era diferente. Era que Judith le había cumplido quizás la fantasía más excitante y más grande que él podría tener con una mujer, pero sobre todo era la más grande que podría tener con una mujer ya mayor y no con una muchachita de su edad.
Porque para su mente “perversa” o la perversidad de sus fantasías morbosas, no era lo mismo que se le meara una nena, que se le meara una mujer, cómo si fuera una “nena”, y eso sin tener en cuenta que la hermosa Judith no era cualquier mujer, y no solo por ser bella realmente cómo lo era, sino que más que una bella mujer mayor, era su hermosa madre, la que alguna vez lo cambió a él, cuando era apenas un niño. Y ahora él tenía la oportunidad de cambiarla e higienizarla cómo si ella fuera su “niña de 48 años”, es decir una niña de 25 años mayor que él.
Pasaron varios minutos en los que Tomi no podía conciliar el sueño, entonces tomó su teléfono móvil, miró si su mamá estaba conectada en WhatsApp, pero la última vez que Judith de había conectado era cuando venía todavía por la carretera en su auto justamente hablando con él.
Entonces volvió a mirar las fotos que le sacó vestida y totalmente meada, las que le sacó en ropa interior con esa bombacha blanca con corazoncitos rosados totalmente empapada en meo. Y se la imaginaba manejando por la carretera meandose encima cómo si no aguantara ya más las ganas.
El imaginarse esto, tuvo su inmediata reacción en su pene, que debajo de las sabanas y dentro de su calzoncillo Verde se elevó cómo un mástil y se endureció cómo un garrote.
Mirando las fotos de mamá meada, liberó a aquel garrote de su calzoncillo, y comenzó a masturbarse recordando cómo se la cogió en el asiento trasero del auto de ella en la solitaria cochera de la casa de la finca.
- ¡Ahahahahahahahahahaha! Jadeaba Judith, mientras alzaba los brazos y arañaba el techo del auto. Recordaba él en su mente, mientras se pajeaba viéndola toda meada en una de las fotos.
- ¡Ahahahahaha, aaaaaaaaahhhhhh, mamita hermosa, meate, meate toda que Yo te limpio con la lengua, aaaaaaaaaahhhhhhh! Jadea y gime el chico masturbándose en su cuarto, recordando cómo se acababa de coger a su hermosa madre en la cochera de la finca.
- Ahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahaha, teneloooooooo, tenelo porque no doy máaaaaaas, teneloooooo ahahahahahahahahahaha! Le gritó Judith entre intensos jadeos y teniendo su orgasmo.
- ¡Ahahahahahahahaha, tomá mamiiiiiiiii, aaaaaaaaaaaaaahhhhh! Gime Tomás teniendo su orgasmo y manchando las sabanas de la cama con semen, imaginando que termina junto con su bella mami.
Tomás en su orgasmo se había estremecido y tensado tanto, que llegó a sentir un fuerte calambre en ambas piernas, que lo mantuvo dolorido e inmóvil durante unos minutos, y tras volver a recuperarse, se pudo dormir tranquila y profundamente hasta el día siguiente.
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