Primera vez con mi primo, un niño de 12 años
Mi primo fue al baño y lo acompañé, lo que llevó a que ambos nos excitáramos. De vuelta en el salón, la situación se volvió más íntima; comenzamos con caricias y terminamos en un encuentro sexual cada vez más intenso. Después, nos duchamos juntos y regresamos a la casa sin que nadie se diera cuenta.
Acabábamos de comer en familia y todos se fueron a dormir, menos mi primito y yo, así que decidimos ponernos a jugar al parchís en un salón alejado de las habitaciones. En un momento dado dice que tiene que ir al baño, y yo no lo dudo, era mi oportunidad, así que le acompaño. Fruto de la excitación de tener a un niño de 12 años, delgado, moreno y sin un solo pelo, se me empieza a poner morcillona, él lo ve, y para mí sorpresa se le pone dura y la tenía bastante grande para su edad, unos 14 centímetros, a mi pesar parece no darle importancia a la situación y solo se ríe y comenta que la tiene igual que yo. Volvemos a sentarnos, él uno al lado del otro, él parece seguir teniéndola dura pues se le notaba un buen paquete y yo, obviamente la tenía como una piedra para ese momento. A mitad de la partida decide ir a por una banqueta, y yo le digo que me ponga los pies encima del pantalón y él accede, unos pies descalzos, suaves y preciosos, ahí ahí es cuando decido empezar a masajearlos y me llevo los dedos a la boca para usar saliva entre los dedos, algo que provoca que se ría. Pasados unos minutos froto su lampiño pie derecho sobre mi polla, únicamente cubierta por una pantaloneta, al ver que no dice nada lo repito y empiezo a hacerme una paja con su pie y ante mi incredulidad al soltarlo, él sin mi ayuda continua con el sobeo, así que yo decido pasar a la acción y poso mi pie sobre su paquete y noto que la tiene a tope, al ver esto, él se queda quieto pero al yo empezar con un tímido magreo por su pantalón de chándal corto negro, continúa con su trabajo, llegado un punto de no retorno, me saco la polla y le cojo los pies y pongo uno a cada lado y comienzo con un sube baja, soltándole los pies para que él siguiera, tímidamente le empiezo a quitar su bermuda y al verlo me ayuda y comienzo una paja a su rabo suave y digno de los dioses, al principio me cuesta descapullarlo pero cuando lo consigo me pongo un poco de saliva en el dedo gordo y comienzo a pasarlo por todo su capullo, provocando un suave gemido. Al ver que no se atreve me llevo sus dedos a mi boca y los voy sorbiendo uno a uno para mi deleite, quitándole todo el sudor acumulado, un sabor saldo que me encanta, al retirarlos comienza a a hacer lo mismo con mi polla, dándome un placer desconocido e inconmensurable, frotando sus dedos gordo y el mas inmediatamente al lado, posando uno a cada lado de mi prepucio, el cual retira con suavidad, y ayudado por mi líquido preseminal empieza a dar suaves vueltas con su dedo mojado por la punta de mi polla mientras frota el otro pie por la base de mi polla, siguiendo lo que estaba haciendo yo en la suya, esto empezamos ambos a alternarlos con un suave movimiento en el capullo con dos dedos mojados de saliva y precum intercalándolo también con una paja con las plantas de los pies, pasados unos minutos, ya muy calientes, en los cuales le pedía que parara a cada rato y simplemente frotaba mi polla con solo un pie muy despacio para que no me corriera, siguiendo mis indicaciones, le dije que nos fuéramos al sofá (es un chale con el garaje separado de la casa) y allí nos quitamos la parte de abajo y empezamos con una paja lenta a mano cambiada, le dije que hiciera lo mismo que yo, primero empecé a frotar en el capullo y empezó a gemir como nunca le había visto y cuando hizo eso conmigo fue una explosión de éxtasis sexual que casi hace que me corra, posteriormente empezamos una paja común, el “sube baja” de toda la vida, lentamente, sus dedos, pringados y calientes, eran un deleite, cada movimiento era una explosión de sabores, la diferencia entre su toque, el de unas manos más suaves y cuidadas, provocaba una sensación indescriptiblemente erótica. Decidí dejar que siguiera masturbándome mientras yo me relajaba a cada rato se ponía saliva en las manos para continuar con la paja, a ritmo frenético, mientras con la otra mano le fui guiando para que pasara el dedo índice por la raja del culo y posteriormente jugará con mis huevos, estirándome los pelos, algo que me vuelve loco, él se quedo flipando porque nunca había sentido unos pelos ahí y le pareció interesante, esto fue así hasta que le pedí que mientras me masturbaba como una fuera con una mano fuera pasando un dedo de la otra humedecido por el frenillo y el capullo en general, llegado el momento me puse de pie y le pedí que continuara, hasta correrme sobre su tenso rabo, en unos diez fuertes rafagazos que llenaron de semen todo su tronco y alrededores de su pollita. Extasiado le pedí un pequeño receso y culminado este, yo, le dije que se quitara la camiseta, descubriendo un cuerpo delgado, moreno, y unos pezones pequeños, pero rosados y apetecibles. Comencé introduciéndome el dedo gordo de su pie izquierdo saboreándolo por completo, siguiendo por todos los dedos habidos y luego lamiéndole a lengüetazo limpio esos inmaculados pies de niño, restregándole nuevamente mi polla, húmeda y semidormida, por sus pies, al llegar al lengüetazo limpio le lamí desde el inicio de la pierna hasta llegar a la entre pierna, al introducir la lengua entre los huevos y la pierna sentí un espasmo al oler sus fragancias y olores genitales y su sudor, tan de cerca, no había ni un solo pelo, siendo esto así comencé a juguetear ahí con la lengua provocándole risa a la par que placer, demostrado en sus numerosos quejidos y gemidos, acto seguido repetí la subida hasta allí por todo ápice de piel en sus lampiñas piernas, sin dejarle nada húmedo, no me lo podía permitir, teniendo a ese niño precioso a mi merced, entregado a mí. Al terminar esto le abrí las piernas y me introduje sus pelotas en la boca, y empezó a tener unos pequeños espasmos y a gemir cual perra en el momento en el que me deslicé a hasta su culo y comencé a realizarle un beso negro, y a jugar dando vueltas con la punta de la lengua en su agujerito, sin tampoco ningún pelo, limpio de todo rastro de civilización humana, poco a poco le fui con ayuda de un dedo abriéndole el culo para introducir un poco la lengua hasta sentir su sabor salado salados, al ver su cara mirando hacia arriba en pleno éxtasis decidí que era el momento de ir subiendo y comencé desde la zona de los bellos púbicos, sin descubrirse aún un solo pelo a subir lamiendo hasta los pezones con los cuales uno a unos fui lamiendo y mordisqueando para continuar con mi faena excitando a mi primo. Visto como estaba decidí que era el momento, y comencé haciéndole el helicóptero en la punta y con especial dedicación en el frenillo, haciendo que entre las babas y su escaso semen y mi abundante corrida anterior, comenzara a gemir en bajo de manera continuada y a contraer los músculos, a la par que esto jugaba con sus pequeños pero preciosos cojones en mis manos. Quería chupar todo y fui tragándome toda mi corrida y lamiendo cada rincón de su desarrolla mástil hasta que decidí introducirlo entero, y entró, comenzando a jugar moviendo la lengua alrededor de su polla dentro de mi boca a la par que iba sanándola y metiéndola haciendo que él se excitara al máximo, ósea provocarle un mayor éxtasis, coloque mi lengua hacia la parte de atrás de mi boca para que cada vez que me introducía su duro bicho fuera jugando con el frenillo en movimientos circulares. Allí es cuando le dije que llevara las riendas y comenzó poco a poco colocando sus manos en mi pelo a introducirme su polla en mi boca, provocándome una sutil arcada que por su excitación pareció no importarle en lo más mínimo continuando metiéndomela hasta el fondo, y llegado un momento poso la polla en mis labios y la abracé para ir moviendo mi lengua en el sentido de las agujas del reloj. Cada vez le salía más y más líquido por lo que le pedí que me empalara y comenzó a volver a embestir cada vez más y más fuerte y con el frenesí y un grito ahogado se corrió, echando unas nada desdeñables tres rafaguitas de un semen acuoso y salado a la par que con un toque amargo que le enseñe y procedí a tragar, ante su antenas mirada, le retire todos los restos y le dije que debíamos de ir a darnos una duchita. A todo esto yo mientras le mamaba coloque mi miembro plenamente erecto entre sus dos piernas y comencé una lenta paja a la par que se la comía, estando próximo a volver a soltar ráfagas de semen. Al llegar a la ducha le dije que necesitaba correrme de nuevo y así fue, me volvió a masturbar con la mano, pero esta vez fruto de la excitación de haberle comido la polla por primera vez a un niño de doce años me corrí como a los tres minutos, habiéndole pedido que a la vez que me pajeaba jugara de nuevo con el glande totalmente húmedo frotándolo con los dedos de la otra mano subiendo y bajando en la zona del glande. Cuando llegó el momento le pedí permiso para correrme sobre sus pies y me agaché y allí mismo me corrí dejando un abundante charco blanco sobre ambos pies. Me puse de pie y le dije que necesitaba mear y si lo podía hacer encima de mi mayor anhelo y me sujeto la polla y apuntó hacia abajo haciendo pis sobre sus pies y mi corrida. Me agache no sin antes pedirle que pisara la leche que se había salido de sus pies para lamerla en la planta a continuación. Pero ante mi asombro dijo que necesitaba mear él también y que donde lo podía hacer, así que abrí la boca y empezó con chorros fuertes y calientes que tragaba como podía mientras parte de su néctar amarillento se derramaba hasta sus pies, luego no se me escaparía. Terminó con más suavidad y yo me quedé con ese sabor en mi boca por varias horas, un sabor bastante salado pero que se disimulaba al estar prácticamente ardiendo por el calor, hacían 42º. Le pedí se sentara en el plató de ducha y así lo hizo, dejando libre las planchas llenas de una mezcla de semen y prima que me trague y deje limpias y secas del todo, continué como manda el ritual por esos dedos, casi sin uñas, uno a uno lamiéndolos, con ese sabor característico, pero pronto para evitar que se disolviera más pase a la parte de arriba de sus pies y me trague todo el semen que quedaba ahí y la mezcla de los pises le daba un sabor y una textura completamente diferente, más acuosa, cálida y salada pero más árida a la vez, manteniendo un precioso deje amargo, de mi semen. Posteriormente lamí toda la piel de sus pies no dejando rastro de sabor a la lluvia dorada anterior ni siquiera olor. Esta vez le pedí se pusiera de espaldas y comencé desde el talón a subir hasta su ano el que volví a succionar, introduciéndole la lengua en su hoyito, esto lo repetí varias veces al subir por cada uno de los lados de sus piernas, lamiéndole cada gramo de su culo, sin ningún grano por cierto. Llegado a este punto volvía a tener la pilila durita así que me la introduje un poco, el glande haciéndole giros con la lengua con suma rapidez ahí para excitarle, cuando vi que gemía salvajemente de nuevo puse la ducha para relajarle un poco y fui lamiendo su abdomen con especial énfasis en el ombligo el cual incluso penetré con él pene un poco, hasta llegar al cuello, notando cada costilla y cada hueco de su tableta de niño delgado pero fuerte a la vez. Me baje tras esto a los pezones y volví a jugar con ellos dejándolos durísimos y frotándolos con el pene, mientras tanto mi primo me miraba la polla con la boca hecha agua, decidí ponerme detrás y lamerle también la espalda, llena de sudor al haber estado tumbado en un sofá al cual se había pegado, deje seca su espalda como si fuera un polo de helado y le lamí también esta vez los sobacos, que desprendían un fuerte olor a hombre pese a su corta edad, sin pelos la verdad es que sabia mejor y era más fácil de lamerlas. Pensé en pedirle que me la mamara, pero me resultó demasiado pequeño para ello, más adelante sí. Fui bajando por sus brazos hasta llegar a su mano, a las cual uno a uno fui limpiando sus dedos con sabor a semen y orina dejándolos limpitos, mamando cada uno de ellos. Para no levantar sospechas simplemente tras este juego nos dimos mucho agua para quitar los olores y nos secamos juntos en la misma toalla, donde me refroté en su culo de crio, redondito y duro y le cogí la polla suavemente. Pasado esto volvimos a la situación inicial, uno al lado del otro con cierta distancia y con los pies de cada uno encima del paquete del del otro, yo empecé a pasar un pie por encima de la polla de mi primo aprestándolo contra su piel y moviendo suavemente el pie para realizar una paja calmada, viendo esto, mi primo lo replicó, comenzando sus pies a refrotarse contra mí miembro. Seguidamente comencé una paja al uso, con cada pie en un lado de su polla, subiendo y bajando, y pidiéndole a cada rato que escupiera en la cabeza de su pene para así masturbarlo mejor, posicionando el dedo gordo de mi pie derecho en su glande ósea así estimularlo y provocarle un placer inmenso, que se veía compensado con el que a mi él me producía, poniéndome sus dedos en mi boca para así ensalivarlos y poder masturbarme mejor, coloco dos de sus dedos a cada lado del prepucio y lo comenzó a subir y a bajar, y cada vez que efectuaba este ultimo movimiento, se paraba un rato, y daba círculos con el dedo sobre la cabeza de mi pene, esto se fue alternando hasta que oímos un ruido, signo del despertar de alguien en la casa, por tanto fuimos al baño y ahí nos sujetamos cada uno la polla del otro y comenzamos a golpearnos de manera frenética, yo me corrí primero y él después, al minuto, todo esto en un vaso de cristal, el cual se quedó a rebosar con su leche transparente y con mis rafagazos blancos como la nieve, el cual me bebí como si fuera un simple vaso de agua, cogiendo a mi primo por la nuca, nos liamos para así pasarnos la mezcla de semen de ambos por nuestras bocas hasta que esta quedo disuelta y nos la tragamos. Finalmente nos fuimos con nuestra familia y durante la tarde pocas fueron las ocasiones pero sí que en un par de momentos solos pude sobarle un poco el paquete y notarle nuevamente aquello que me volvió loco
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