Scat femdom
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me estuve metalizando durante toda la semana para lo que podía llegar. Mis padres se iban de casa el lunes y tenia toda una semana por delante.
El martes a las 10 de la mañana tocaron al timbre. Eran ellas. Claudia y Vanessa habían venido a reclamar lo que era suyo. Entraron a mi casa ya dándome órdenes. Claudia me dijo que se instalarían las dos en la habitación grande y me pidió que pusiera la calefacción fuerte. La obedecí sin dudarlo, nunca le llevaría la contraria. Tardaron 10 minutos y Vanessa salió al salón con unos leggings de cuero negros que le marcaban la figura y un corsé ajustado que le levantaba los pechos. Vanessa suda rápido y con la calefacción a 31 grados no tardó en comenzar a sudar.
Claudia salió con su pantalón vaquero y una camisa azul. Iba vestida normal y no sabía lo que tramaban. Nada más salir, Claudia me ordenó:
* Vamos perro, quítate toda la ropa que lleves. No la vas a necesitar.
La obedecí y he de reconocer que aunque comencé a preocuparme, me excitaba muchísimo ver a las dos allí. Entonces Claudia me explicó:
* Vanessa es nuestra ama. Dentro de un rato vendrá también Coral y espero que entiendas que aquí todas estamos por encima de ti. Vas a ser nuestro perro durante toda la semana. Podemos hacer contigo lo que queramos. Te pedí que no te tocaras en toda la semana, veo por lo receptivo que estas que me has hecho caso. Así me gusta, tienes que obedecernos en todo.
Vanessa se había sentado en el sofá y estaba bastante sudorosa. Le comento a Claudia ignorando que estuviera allí:
* Dios tia, estoy empapada. ¿Ha ido Coral a por la comida? Así me gusta, que seáis previsoras. Trae el papel que te envuelva.
Claudia fue a la habitación y sacó un largo rollo de papel transparente. Estaba ya chorreando de sudor y tenía la cara brillante. Vanessa se levantó sobre sus tacones y la agarró de la cintura. Comenzaron a besarse, yo estaba a 100 y no podía creer lo que veía.
Vanessa le lamió el sudor de la cara y empezó a desabrochar su camisa. No llevaba sujetador por lo que se quedó desnuda de cintura para arriba. Vanessa continuó su trabajo con perfección desabrochando el botón de su pantalón y quitándole el vaquero. Llevaba un tanga rojo que estaba empapado en sudor.
Entonces las dos se giraron hacia mi y Claudia le dijo a Vanessa:
* Porfa, déjame empezar a usarlo he sido buena.
* Venga Claudia, pero respóndeme anda. ¿Cuantos días llevas sin cagar?
* Pues llevo desde el martes pasado, me he tomado las pastillas y el sábado tuve que meterme ya el dildo para aguantar más.
* Muy bien.
Sonó el timbre y Claudia fue a abrir.
* ¡Es Coral! Ella también ha aguantado aunque ayer estaba con retortijones.
Vanessa sonrío y me miró con celo. Se sentó en el sofá y me obligó a quitarle los leggings, estaba tan sudada que había que hacer fuerza para que bajaran. No llevaba ropa interior y tenía el coño empapado.
Vanessa: Me quiero correr en tu cara joder. Ven aquí y empieza a lamer, llevo todo el día sin mear pero lo vamos a aprovechar.
Comencé a recorrer su coño con la lengua, estaba han mojado que la gelatina se me quedaba en la boca. Tenía un olor fuerte y ella me agarraba la cabeza con fuerza. En poco tiempo tenía la cara mojada y Vanessa gemía con fuerza.
Me separó y me hizo tumbarme en el suelo, vi que habían traído 3 palanganas. En cada una ponía un nombre, Vanessa, Claudia o Coral.
Claudia se inclinó hacia delante para dejarme su culo frente a mi y se sentó en mi cara.
Empezó a frotarlo con fuerza mientras le lamía el dildo que tenía metido con la lengua.
Tenía el coño mojadísimo y cuando quise darme cuenta estaba gimiendo mientras se follaba mi cara.
Cuando parecía que se iba a correr se levantó y dijo:
* Voy a empezar
Me agarró de la cabeza y la apoyó en una de las palanganas.
Estaban hechas para que pudiera meter la cabeza boca arriba y estuviera apoyado mientras la palangana me rodeaba la cabeza.
Entonces una vez colocado, Claudia se sentó en cuclillas y comenzó a mear directamente sobre mi boca.
Iba soltado el líquido poco a poco perdiéndome tragármelo todo.
Sin embargo, llegado el momento se sacó el dildo y me ordenó comerle el culo.
Se tiró un pedo y poco a poco su año comenzó a dilatarse.
Note como salía el primer trozo y lo fui metiendo poco a poco en mi boca.
Estaba amargo y un poco blando pero la sensación fue maravillosa.
Al igual que con el pis, Claudia esperó a que tragara el primer trozo para continuar su tarea.
Mientras comía de Claudia, Vanessa comenzó a masturbarme lentamente.
Llevaba tanto tiempo sin hacerlo que estuve a punto de correrme pero sabía que sería un error.
Tres trozos más en mi boca y Claudia se levanto dirigiéndose hacia mi poya.
La cogió y se la metió por delante.
Subió y bajó un par de veces empapándome bien de ella.
Entonces se levantó un poco más y comenzó a metérsela por el culo.
La sensación era maravillosa y notaba como su mierda iba saliendo poco a poco manchándome entero.
Mientras tanto, Vanessa se situó justo encima de mi cabeza y comenzó a mear también.
El procedimiento fue muy similar aunque todo lo de Vanessa tenía un sabor más fuerte.
Y allí estaba, con una cagandome en la boca y la otra metiéndosela por el culo.
Claudia pronto se dio cuenta de que me iba a correr y entonces se la sacó y dejó que Coral me la chupara hasta dejarla limpia.
Primero empezó a hacerme una paja con sus grandes tetas hasta que quedó pringada de la mierda de Claudia.
Entonces se la metió en la boca lentamente y fue lamiendo mientras terminaba el trabajo.
Vanessa se incorporó y le ordenó a las otras dos que pararan.
Entonces me dejó limpiarme la boca y ordenó a Claudia que volviera a cagar esta vez en un recipiente.
En cuanto lo hubo hecho me ordenó masticarlo y escupirlo a sus manos.
Fue metiendo poco a poco toda la mierda en el coño de Claudia dejando la parte externa completamente limpia.
Una vez relleno, le puso una tela color carne para impedir la salida del contenido interior.
Claudia estaba cachondisima y Vanessa aprovechó para lamerle el clitoris con la lengua antes de terminar de tapárselo del todo.
Entonces cagó ella también en un recipiente y colocó un embudo dentro del culo de Claudia.
Esta, que llevaba días sin cagar, estaba a reventar pero Vanessa igualmente comenzó a meter su propia mierda en el culo de Claudia.
Una vez terminó el proceso le puso un dildo y le pidió que se vistiera.
Coral miraba lo que sucedía mientras me hacía una paja lentamente.
Entonces Vanessa la miró y dijo: Ahora te toca a ti.
Coral cagó en otro plato limpio y Vanessa iba metiéndome en la boca los trozos y sacándome los restos para metérselos en el coño.
Coral no paraba de gemir y entonces Vanessa le tapó el coño con otra tela como la de Claudia y le metió el embudo en el culo a Coral.
Comenzó a meter toda la mierda que acaba de dejar en el recipiente en su culo y lo selló igualmente con un dildo.
Cuando terminó les preguntó:
– ¿Os cagáis ahora? Vamos a que os toméis la pastilla, quiero que aguantéis con mi la mierda ahí hasta esta noche.
Después nuestro amigo tendrá más trabajo.
Coral asistió pero Claudia me miraba muy cachonda y le preguntó:
– ¿No vamos a dejar que se corra? Yo sigo muy caliente…
Vanessa le contestó:
– Aguanta, está tarde más.
Yo tampoco he terminado, vamos a comer.
Tú quédate ahí y no te muevas.
Me ataron de pies y manos y se marcharon.
Tardaron 3 horas en volver, durante esas tres horas el olor y el sabor de todo lo que había pasado por mi boca se intensificó.
Estaba cachondisimo y todo lo que se me pasaba por la cabeza tenía que ver con ellas tres.
Una vez terminado de comer Vanessa vino y me desató.
Me llevó a la cocina donde habían comido un plato de espaguetis blancos.
Entonces Vanessa me miro y me dijo:
– A quien quieres comerle el coño primero? Tu comida se encuentra dentro, tienes que dejarlas bien limpitas.
A la otra la envolveremos en esta funda de aquí para que sude mientras tú comes, ese será tu postre.
tienes que comer toda la mierda que llevamos dentro.
La que no te comas será tu cena.
¿De acuerdo?
Asentí y señalé a Coral.
Vanessa sonrió y le pidió a Claudia que entrara en la funda que le cubría hasta la cabeza, después conectó una máquina que sacaba todo el aire de la funda.
Tumbada en el suelo envuelta en la funda, Claudia comenzó a sudar como un pollo mientras que Coral le decía a Vanessa:
– Rápido tia que me cago mucho.
Vanessa me metió la cabeza entre las piernas de Coral y me hizo comerle el coño.
En cuanto mi lengua tocó su clitoris su cuerpo comenzó a convulsionar provocando que la mierda saliera del coño a mi boca.
Era una mezcla entre su corrida y la mierda que le iba saliendo y yo notaba que mi poya iba a explotar.
Vanessa me trajo un vaso de agua y me dijo:
– Dejala bien limpia.
Entonces fui recogiendo todos los trozos de su coño y cuando terminé de tragarlo todo Coral apretaba mi cabeza muy fuerte entre sus piernas gritando sin parar.
Entonces se dio la vuelta y se quitó el dildo.
Me lo dio para que lo limpiara y comencé a lamerlo con fuerza dentro de mi boca.
Cuando quedaban restos ella se lo dio a Vanesa que terminó de limpiarlo con la boca.
Saqué la lengua y empece a lamerle el culo lentamente mientras ella gemía.
Comenzó a soltar una mierda negra y dura que yo reconocí como la de Vanessa.
Después de 6 buenos trozos de esa mierda, la textura cambió y comenzó a ser más suave menos amarga y un poco más líquida.
Al masticarla notaba los restos de lo que había comido ligeramente.
Fui masticando y tragando todos los trozos que salieron y cuando terminé me di cuenta de que del coño de Coral chorreaba un líquido blanco que recogí enseguida con a lengua.
Llevaba 20 minutos comiendo de Coral cuando Vanessa me obligó a levantarme y le dijo:
– ¿Te has quedado vacía?
Coral asistió y Vanessa entonces la dejó irse a lavarse.
Entonces nos giramos a Claudia que estaba chorreando en sudor.
Vanessa fue hacia su funda y se sentó en la cara de Claudia, comenzó a restregarle el coño por la boca mientras Claudia sacaba la lengua todo lo que podía.
Cuando parecía que Vanessa se iba a correr se levantó y abrió por el lateral.
El aire entró dejando a Claudia respirar correctamente y con una fina capa de sudor que se extendía por todo su cuerpo.
Vanessa se levantó y me hizo tumbarme sobre el sudor de Claudia.
Claudia se levantó empapada tanto de sudor como su coño caliente y entonces se quitó la tela que le cubría el coño y se sentó en la silla.
Yo fui hacia ella y empecé a lamerle el interior de los muslos hasta llegar al centro que estaba totalmente sudado y mojado.
Al llevar todo el contenido dentro, el líquido que salía de su coño era marrón y empecé a sorberlo poco a poco.
Me encantó el sabor que tenía, Claudia estaba tan cachonda que pronto me apretó para que fuera más rápido.
Al igual que con Coral, fui lamiendo su clitoris hasta que empezaron a salir los trozos de mierda.
Claudia gemia y me agarraba la cabeza clavándome los dedos del placer.
Se retorcía con las piernas cerradas por encima de mis hombros y gritaba.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!