Segunda vez con mamá

Un hijo que regresa al interior de su mami confundida, pero incestuosa..
Después de haber conocido a mi mamá como hembra, me hubiera gustado decir que comenzamos a hacerlo sin parar todos los días, pero la realidad es que no fue así.
Cuando terminamos la primera vez, ella se metió a bañar, no tocamos el tema, solo me dijo que saldría a tomarse un café con sus amigas. Yo me quede en casa pensando en lo que había sucedido y no podía creerlo aun. Como si hubiera sido un sueño pero a la vez fue la cosa que mas me ha hecho sentir vivo.

Acababa de experimentar lo mas delicioso del mundo y al mismo tiempo lo mas prohibido.
Cogerme a mi propia madre y eyacular adentro de ella. —En este momento mi madre anda por ahí en la calle con sus amigas llena de semen de su propio hijo— Pensaba todo el tiempo.
—Quiero tenerla así todos los días, a donde vaya, quiero que ande con leche de su hijo en la vagina y que sea nuestro secreto—
Pensaba en cuantas madres hay por todos lados en la ciudad con semen de su hijo en la vagina y nadie lo sabe. Yo quiero que mi madre sea una de ellas, siempre.

Llego mi madre de con sus amigas unas horas después. Al entrar a la casa me avisa que ya llego y que trajo algo para cenar así que baje y comenzamos a cenar juntos. Yo me espere un poco para tocar el tema de lo que había sucedido por que la note muy callada, como pensativa. Note que evitaba hacer contacto visual conmigo y fue cuando a mitad de la cena le pregunte:

—Mamá…¿Te encuentras bien? ¿Estas enojada conmigo?
—No, mi amor. Estoy confundida. Tal vez si un poco molesta, pero conmigo misma.
—¿Por que mamá? Los dos queríamos que pasara. Para mi fue algo bonito por que te amo
—Es que esto no es correcto, no debiste conocerme de esa forma.
—¿A que te refieres mamá?
—Soy tu madre y le mostré mi intimidad a mi propio hijo. Ahora sabes como veo desnuda, como gimo, como huelo… ¡Hasta como me vengo! Que cosas tan vulgares me escuchaste decir…
—¿Te refieres a cuando me pediste que eyaculara adentro de ti?
— Si…Pero…¿Qué clase de madre soy ahora? ¿En que me convertí?…Discúlpame hijo, no quiero provocarte algún daño con todo esto…
—Mamá….Tranquila, relájate, toma las cosas con calma. No pasa nada….Yo estoy bien, no me estas haciendo ningún daño. Solo tuvimos sexo, somos adultos, nos amamos, eres una buena persona mamá. Eres trabajadora, siempre me apoyas en todo, siempre quieres ayudar a los demás. ¿Te das cuenta? Solo son los prejuicios sociales lo que está haciendo que te atormentes— Ella se quedo unos segundos en silencio, me abrazo y me dijo: —Solo no quiero hacerte daño….
—No me haces daño mamá, al contrario, gracias por convertirme en un hombre. Siempre te veré como mi madre, es lo mas rico de todo esto, que seas mi madre y que me hayas permitido conocerte como mujer.
—Gracias mi amor, por tranquilizarme. Yo se que después de todo esto a lo mejor tu esperas que se repita, pero…creo que lo mejor es que no se repita, creo que lo mejor es que esto se quede como recuerdo y un secreto bonito que vivimos los dos.
—Esta bien mamá. Pero piénsalo, podríamos estar desperdiciando una relación con la que muchos sueñan. Creo que entre mas grande hagamos nuestro secreto, mas rico será.— Ella me dio un beso en la mejilla y se fue a su cuarto.

Pasaron varios días y nuestra relación madre-hijo volvía a la normalidad. Yo no me quería dar por vencido pero tenía que ser paciente para que ella se sintiera mas tranquila y así tener de nuevo poco a poco acercamientos con ella.

Decidí no darme por vencido por que de una cosa yo estaba seguro…La vez que eyacule adentro de ella la marque de forma permanente por el incesto. El semen de su propio hijo ya era parte de su sistema y eso jamás se borraría. El incesto ya corría por sus venas y yo sabía perfectamente que eso estimularía su mente día y noche hasta ceder de nuevo. Era solo cuestión de tiempo

Y fue así, esta vez, un miércoles por la noche. Después de alrededor de 4 semanas de haberlo hecho por primera vez. Ella llego del gym, muy sexy, sudorosa, con su licra que la hace ver un culote espectacular.

La note muy seria al llegar, su mirada era intensa, pero yo sabía que no estaba molesta. Yo la conozco muy, muy bien. Esa seriedad era tensión sexual, ella estaba excitada, lo sabía perfectamente. Se me quedaba viendo intensamente por momentos y pude ver el incesto en sus ojos, era morbo en su mirada. La información incestuosa de mi semen comenzaba a hacer efecto en su sistema.

Mientras me veía intensamente la tome de sus caderas, la jale hacia mi y le dije:
—Estas bien caliente, mami ¿Verdad?
—¿Por que?— Me pregunto nerviosa
— Por que te conozco…¿Quieres incesto verdad mami? Yo se que te gusta tener secretos con tu hijo
— Mi amor, por favor…No sigas— La levante sentándola encima de la mesa de la cocina, metí la mano dentro de su licra y de su calzoncito y comencé a acariciarle su vagina peludita.
—Es normal mami, déjalo fluir…Se siente rico ¿Verdad? Yo se como te sientes…Estas sudando frio, te sientes ligerita, sientes adrenalina rica, estas temblando pero relajadita. ¿Sabes que es eso? Es el efecto del incesto mami. Es mi semen dentro de ti, déjalo que fluya.—

Ella extasiada cerro sus ojos, soltó un suspiro, rodeo con sus brazos mi cuello y abrió sus piernas para que yo la siguiera tocando. Las licras apretaditas no me dejaban acariciarla bien así que, tome el resorte de sus licras y se la baje de un jalón hasta sus muslos junto con su pantie, casi hasta las rodillas.
Que rico tener así a mi madre sentada en la mesa de la cocina. ¡Vaya hembra! Muslos bien gordos, vagina peluda bien mojada, culote que se le desborda por los lados al estar sentada.
Me acerco a ella para comenzar a dedearla y me llega su aroma a sexo que me vuelve loco.

Coloco mis dedos en la entrada de su vagina y comienzo a meterlos poco a poco. Ella gime y se muerde los labios. —Que caliente estas mami— le digo al oído—No te contengas mamá, solo nos queda disfrutar. Hagamos cada vez mas grande nuestro secreto, hagámoslo cada vez mas prohibido.

Mientras le sigo metiendo los dedos entre gemidos me dice:
—Llévame a la cama, has incesto con mami. Conviérteme en una mami incestuosa— Inmediatamente la cargo y la llevo a la cama de su habitación y la termino de desnudar por completa y la pongo en cuatro.

—Sácate la verga y acércate— Hice lo que me pidió, tomo mi verga con sus manos y se la llevo a la boca, me la empezó delicioso, con firmeza pero a la vez suave, mientras ella seguía en cuatro.
—¿Esto era lo que querías verdad mi amor? Tener así a mami. Pues ahora veras las consecuencias, me vas a conocer como mujer. Y como mujer soy muy intensa, muy celosa y muy posesiva, no te voy a dejar ir… Te voy a enseñar como tratar a una mujer en la cama. Dale nalgadas con tu verga a mami.—

Me saque la verga y le daba nalgadas que le hacían temblar sus nalgas. —¡Mas fuerte! ¡Nalguéame mas duro!— La nalgueaba con mi pene de piedra marcándole las nalgas.
—Te voy a enseñar lo que le gusta a mami—Se abrió las nalgas y me dice —Quiero que me comas mi amor—. La tome de sus muslos y hundí mi cara entre sus nalgas para saborear directamente su ano.
—Que rico hueles y sabes mami…¿Te gusta que tu hijo te lama el culo?
—Si mi vida hermoso, Comete el culo de mami.
Le lamí el culo y la vagina por un buen rato. Le metía la lengua dentro de su vagina y me bebía todos sus jugos.
—Quiero que me penetres— dice mi mamá y continua — Pero quiero decirte una cosa…En el momento que me penetres seremos pareja, serás solo mío y yo seré solo tuya. Si no estas de acuerdo aquí nos detenemos y se acabo. Pero si me quieres tomar en serio entonces tómame y hazme tuya y te prometo que te mostrare lo sucia que puede llegar a ser mami.

La agarre de las caderas, le abrí las nalgas y le metí fuertemente la verga hasta el fondo y le dije:
—Mami…Aquí el que manda soy yo, ahora eres mía.— La tome y la jale del cabello y así en cuatro le comencé a dar bien duro. Ella gimiendo dice —Ese es mi hijo. ¡Así! ¡Así trátame!—

Sus culote rebotaba delicioso en mis muslos y su dulce aroma a sexo impregnaba cada vez mas intensamente la habitación. Empezó a tener un orgasmos divino, mas intenso que el de la primera vez, gemía, gritaba temblada. Su vagina apretando rico mi pene con sus contracciones y su ano se abría y se cerraba delicioso.

De pronto saco mi pene de su vagina, puso la punta en su ano, y comenzó a metérselo ella solita por el culo. Uff que apretadito, que caliente, que morboso y excitante. Le ayude empujando suavemente mi verga hasta llegar al fondo.
—¡Ay! ¡Aaaay!— Se quejaba ella con dolor
—Quieres que la saque mami?
—No, dame…¡Dame duro! y no pares aunque te lo pida. Dale hasta que te vengas.
Ufff! Le comencé a dar bien duro por el culo y si, ella me pedía que me detuviera pero como ella me lo pidió, no lo hice.
—¡Mi vida! ¡Para! ¡Para!— Yo le seguía dando bien duro mientras le decía: —Que sucia eres mami…Te gusta el incesto anal con tu hijo—
No tarde en eyacular a chorros adentro de su culo. Le llene tanto el culo de leche que se salía el semen de su culo mientras eyaculaba y se escurría por sus muslos.
Nos tiramos en la cama desnudos, agotados, con el corazón y el morbo a tope.

Había llegado al limite con mamá, la había convertido en mi mujer y no me importaba si de verdad se pondría posesiva e intensa conmigo como ella dijo. A fin de cuentas la amo y quiero seguir haciéndola mía.